"Yo habilitaría el consumo de todo", afirmó el titular de la Sedronar

28-09-2014 - Juan Carlos Molina adelantó que enviará al Congreso una iniciativa de "no criminalización" al consumo de drogas, pero que no se trata de "despenalización".    SE CRITICA ESTA POSICIÓN AL FINAL DE ESTE BREVE ARTÍCULO

El titular de la Sedronar, Juan Carlos Molina, se refirió al debate sobre el consumo de drogas y aseguró: "Yo habilitaría el consumo de todo y abriría centros, pero estamos hablando de la no criminalización".   Molina adelantó que que van a enviar al Congreso un proyecto, pero que no tendrá que ver con la despenalización del consumo de drogas. "No llamamos despenalización, porque no es ese el proyecto, sino que hay que hablar de la no criminalización", señaló en diálogo con la radio Nacional Rock.  Y agregó: "Es reformular la ley que hoy existe, estamos buscando en la legalidad algo que ya es legal. Hoy el que consume no va preso, supuestamente por un fallo de la Corte Suprema".

También sostuvo que en materia de la lucha contra el tráfico de drogas: "No estamos agarrando a los grandes narcotraficantes, sino a los perejiles".

El titular de la Secretaría de Programación para la Prevención de la Drogadicción y la Lucha contra el Narcotráfico sostuvo que el objetivo es que "el consumidor sólo por el hecho de consumir no vaya preso".   Además, reconoció que el consumo de bebidas alcohólicas también es grave y habló de regular la publicidad en eventos deportivos y culturales."Hoy el alcohol es un terrible problema y nos quieren vender que el consumo es responsable. Las publicidades dicen: 'Chúpense la vida que está todo bien'".

Molina también se refirió a la felicitación que recibió Cristina Kirchner, por parte del magnate George Soros, sobre la designación del cura al frente del Sedronar. "No se de dónde me conoce Soros, le hubiera mangueado antes, cuando lo vea en un acto me le voy a tirar encima para decirle 'necesito esto, esto esto'".

COMENTARIO:  Siguen las contradicciones del cura Molina, habituales desde su forzado nombramiento sin acuerdo de la Iglesia. Primero, no se entiende bien su propuesta de no criminalización, pues se asemeja bastante a una despenalización, que implicaría dar vía libre al consumo sin culpa ni castigo, igualmente, aunque incorrecto, esto no es lo más álgido y cuestionable.  Pero su propuesta de habilitar el consumo de todo y abrir centros, no solo no es lo más correcto y adecuado, sino que es realmente un despropósito. Primero, está científicamente probado el daño cerebral y conductual causado por la marihuana (ni hablemos por supuesto de la cocaína, heroína o drogas de diseño), no sólo como puerta de entrada al uso de drogas más duras como la cocaína, sino que ya hubo graves accidentes de auto con víctimas causados por conductores que manejaban habiendo fumado porros de marihuana en sus domicilios y sin ningún control individual ni social salieron a conducir bajo euforia emocional, excesiva relajación mental, afectación cerebral verificada conductualmente en percepción alterada, falta de equilibrio, coordinación y tiempo de reacción, poniendo así en peligro las vidas de terceros.  Habilitar y hacer más permisivo el uso de cualquier droga habla en principio de una gran falta de conocimiento y de respeto por el otro ser, y un desinterés casi criminal por la vida del ciudadano común.  Segundo, su propuesta de abrir centros sociales o de rehabilitación, si bien puede ser algo positivo es parcial e insuficiente, pues tampoco apunta a una solución de fondo, es solo operar sobre las consecuencias del auge y aumento de la drogadicción en el país, sin atacar el verdadero problema causante de esto, que es justamente que nada concreto se ha hecho en los últimos años para combatir en serio el narcotráfico y la difusión del uso de la droga socialmente pues se han desprotegido al máximo las fronteras del norte, donde la droga ingresa fácilmente sin control de la Gendarmería ni otras fuerzas de seguridad.  El mismo gobierno mediante el Sedronar (en una gestión anterior a la de Molina, la que se halla bajo investigación judicial) autorizó sin justificación alguna el ingreso -en el período 2004 al 2008-  de 50 mil kilos de efedrina importada de India (para el uso farmacéutico de elaboración de descongestivos se usaban en Argentina solamente 2 mil kilos por año) , estimándose que cerca de 42 mil kilos evidentemente fueron desviados al narcotráfico para obtener fabulosas ganancias, ya que o se usaban para la fabricación de la droga en cocinas dentro del país o eran contrabandeados en especial a México -que había prohibido la importación de efedrina desde India- donde el kilo se pagaba a 10.000 dólares, mientras que en Argentina valía 100. 

Y lo mismo vale para lo que dice respecto al alcohol, ya que regular la publicidad también sería encarar solo un aspecto secundario del problema, y dejar de lado la causa de fondo entretejida con la falta de valores humanos y morales imperantes que lleva a preconizar un estilo de vida fatuo, hueco y superficial, con ilusorias metas de realización individual egoísta basadas en logros económicos antes que espirituales.  Aquí focalizarse en la causa de fondo sería por ejemplo no ser tan permisivos con la venta de alcohol a menores, en todos los sitios, especialmente en los boliches donde concurren a bailar, esto sería acotar razonablemente en la práctica las ambiciones materialistas de estos insensatos e inescrupulosos negociantes que se transforman así en verdaderos mercaderes del extravío y la muerte.  

La drogadicción es un problema complejo, y mientras siga siendo básicamente un gran negocio económico como lo es hoy día, va a ser difícil solucionarlo, requiere evidentemente un enfoque multidisciplinario integral.  En principio, sería atinado reenfocar socialmente en forma urgente la temática de los valores humanos, que en lugar de los materialistas económicos hedonistas y superficiales, empiecen a considerarse prioritarios y necesarios los valores cristianos de raigambre espiritual, donde esté en la base el amor al prójimo, la humildad, y la reflexión profunda y responsable sobre las verdaderas tareas y metas de la vida, recuperando su carácter trascendente, trabajando cada ser humano para encontrarle un sentido a la propia.  Claro que  sería muy deseable que esta base ética y moral sea también concientizada por la clase política dirigente -Francisco expresa esto muy bien en su declaración sobre Rehabilitar la política (link) - ya que así en lugar de dirigir sus afanes a enriquecerse egoístamente, pondrían su esfuerzo en mejorar las condiciones de vida social de toda la población (como bien expresa el Padre Pepe, eso sería realmente no criminalizar), promoviendo desde el Estado la educación, salud, empleo, seguridad, vivienda, economía sin inflación, etc,  dando ejemplo de tolerancia y diálogo abierto.   

En este contexto actual tan conflictivo, la propia confesión del cura Molina que no se está agarrando a los grandes narcotraficantes sino a los perejiles, no hace más que confirmar lo antedicho, pues es el gobierno actual que él decidió integrar el que no cumple con su cometido, y si cumplirlo no está en manos del organismo que él dirige, mínimamente sus esfuerzos debieran estar dirigidos a lograr que los otros estamentos gubernamentales se ocupen del asunto y lo solucionen, sino lo suyo es todo un palabrerío hueco que solo perpetúa este flagelo que cada vez corroe y envenena más a la sociedad, en especial la juventud. 

Ni que decir que su postura está en contradicción y oposición total a lo declarado por el Papa Francisco el 20-06-2014, cuando al recibir en Roma a los participantes de la XXXI Conferencia Internacional para el Control de Drogas rechazó las leyes que amparan la comercialización y consumo del cannabis (marihuana), y los procesos de desintoxicación con drogas sustitutivas, diciendo: "Los intentos, aunque sean limitados, de legalizar las denominadas drogas recreativas no son sólo muy cuestionables desde el punto de vista legal, sino que tampoco consiguen los efectos deseados".  El Papa no apuntó a ningún caso concreto, pero hizo críticas veladas a los proyectos de ley al respecto que hay en varios países. Uruguay se convirtió hace poco en el primer país latinoamericano en legalizar la marihuana, que se vende en farmacias. Como consumo recreativo, el cannabis es legal en los estados de Washington y Colorado, en Estados Unidos.

"Quiero decir no a todo tipo de droga, sobre esto no pueden existir compromisos", dijo Francisco, que también cuestionó los procesos de desintoxicación con estupefacientes sustitutivos y volvió a condenar el narcotráfico.  El Papa manifestó "dolor y preocupación por el flagelo de la droga que sigue extendiéndose en formas y dimensiones impresionantes, alimentado por un mercado del lucro que supera confines nacionales y continentales".  También Francisco enfatizó que a los jóvenes que no trabajan ni estudian "les falta la esperanza" y por eso la droga se convierte lamentablemente en una solución para sus problemas.  El trabajo de "recuperación" de los jóvenes de la droga "es ínfimo, no es suficiente", consideró.  Allí apuntó contra los procesos de desintoxicación basados en estupefacientes sustitutivos. "Quiero expresar con total claridad que la droga no se derrota con la droga. La droga es un mal y con el mal no puede haber cesiones o compromisos", dijo Francisco en el discurso que publicó la oficina de prensa del Vaticano.  Para el Papa argentino, no "resuelve el problema" consentir el uso de psicofármacos a las personas que continúan usando droga y agregó que "las drogas sustitutivas tampoco son una terapia suficiente, sino un modo velado de rendirse ante este fenómeno".

Estos conceptos de Francisco también fueron oportunamente expresados y ampliados por la Conferencia Episcopal Argentina, en su 107ª Asamblea Plenaria de mayo 2014, donde acertadamente relacionaron el flagelo terrible de la inseguridad y violencia social vivida actualmente, expresando en los tres primeros puntos de su documento lo siguiente:  1. Como pastores del pueblo de Dios -del que provenimos y al que queremos servir- nos dirigimos a todos los miembros de la Iglesia y a los hombres y mujeres de buena voluntad, para compartir nuestra mirada sobre un aspecto inquietante de la realidad nacional. Constatamos con dolor y preocupación que la Argentina está enferma de violencia. Algunos de los síntomas son evidentes, otros más sutiles, pero de una forma o de otra todos nos sentimos afectados. Queremos detenernos a reflexionar sobre este drama porque creemos que el amor vence al odio y que nuestro pueblo anhela la paz. 2. Son numerosas las formas de violencia que la sociedad padece a diario. Muchos viven con miedo al entrar o salir de casa, o temen dejarla sola, o están intranquilos esperando el regreso de los hijos de estudiar o trabajar. Los hechos delictivos no solamente han aumentado en cantidad sino también en agresividad. Una violencia cada vez más feroz y despiadada provoca lesiones graves y llega en muchos casos al homicidio. Es evidente la incidencia de la droga en algunas conductas violentas y en el descontrol de los que delinquen, en quienes se percibe escasa y casi nula valoración de la vida propia y ajena. La reiteración de estas situaciones alimenta en la población el enojo y la indignación, que de ninguna manera justifican respuestas de venganza o de la mal llamada "justicia por mano propia". La creciente ola de delitos ha ganado espacio en los diversos medios de comunicación, que no siempre informan con objetividad y respeto a la privacidad y al dolor. Con frecuencia en nuestro país se promueve una dialéctica que alienta las divisiones y la agresividad. 3. No se puede responsabilizar y estigmatizar a los pobres por ser tales. Ellos sufren de manera particular la violencia y son víctimas de robos y asesinatos, aunque no aparezcan de modo destacado en las noticias. Conviene ampliar la mirada y reconocer que también son violencia las situaciones de exclusión social, de privación de oportunidades, de hambre y de marginación, de precariedad laboral, de empobrecimiento estructural de muchos, que contrasta con la insultante ostentación de riqueza de parte de otros. A estos escenarios violentos corremos el riesgo de habituarnos sin que nos duela el sufrimiento de los hermanos. Todo lo que atenta contra la dignidad de la vida humana es violación al proyecto de amor de Dios: la desnutrición infantil, gente durmiendo en la calle, hacinamiento y abuso, violencia doméstica, abandono del sistema educativo, peleas entre "barrabravas" a veces ligadas a dirigentes políticos y sociales, niños limpiando parabrisas de los autos, migrantes no acogidos e, incluso, la destrucción de la naturaleza. Hemos endurecido el corazón incorporando estas desgracias como parte de la normalidad de la vida social, acostumbrándonos a la injusticia y relativizando el bien y el mal. Es creciente la tendencia al individualismo y egoísmo, de los cuales despertamos sobresaltados cuando el delito nos afecta o toca cerca. El Papa Francisco señala que "se ha desarrollado una globalización de la indiferencia..." (Evangelii Gaudium 54).

Al respecto es sin duda preocupante la grave situación mundial producida por el avance de lo que se conoce como globalización: en el plano económico con su capitalismo deshumanizado, brutal concentración de la riqueza en pocas manos, precarización laboral, pauperización salarial, desempleo y exclusión de grandes mayorías; por lo cual ahondar los sufrimientos ante esta conflictiva situación abriendo la puerta al libre consumo de la droga (parecería como si se quisiera usarla como elemento de distracción y mayor sometimiento) es un despropósito y un error no solo científico sino también y en especial moral y ético, pues como diría Viktor Frankl creador de la Logoterapia, el consumo de droga -inmerso en el delito de narcotráfico y aunado a la globalización- no solo perjudica al ser humano en su físico y desarrollo material, sino que esencialmente lo anula en el plano espiritual con su vacío existencial, su huída de los límites sanos, de los verdaderos valores y tareas de la vida, de la responsabilidad personal y social, con su nihilismo, falta de fe y motivación trascendente, lo cual hace que pierda su libertad interior y sea más fácil de manipular, en lugar de poder ser dueño de su propio ser abierto a la trascendencia y poder encontrar el sentido a su vida mediante la realización de valores, . Esta situación actualmente ha llevado al auge e incremento de la tríada neurótica de nuestro tiempo posmoderno: la violencia-agresión, la depresión-suicidio y las adicciones (drogas, alcohol, dinero, poder, sexo).  Me parece importante reflexionar sobre todas estas consideraciones, para formar posición sobre el tema y accionar en consecuencia, ya que es una grave problemática que a todos nos concierne y afecta individual y socialmente.

Si se desea profundizar más el tema, visitar:  Link a mis escritos sobre Prevención de Adicciones

El Padre Pepe cuestionó la propuesta del secretario antidrogas

Un tema polémico

Juan Carlos Molina, titular de la Sedronar, planteó habilitar "el consumo de todo". Di Paola aseguró que "es un comentario inapropiado" y remarcó que el Papa Francisco no está de acuerdo con la despenalización.

"Es un comentario inapropiado. No estoy de acuerdo con la despenalización, y el Papa tampoco". El padre Pepe fue contundente al resumir la postura de la Iglesia sobre la propuesta del sacerdote Juan Carlos Molina, titular de la Sedronar, que ayer propuso no criminalizar al consumidor de drogas y "habilitar el consumo de todo".

El padre Pepe, de mucha llegada al Papa Francisco y quien viene trabajando hace años en la asistencia de adictos en las villas, manifestó en declaraciones radiales la oposición a la iniciativa de despenalizar. "Lo que dijo Molina no tiene que ver con lo que nosotros trabajamos día a día, ni con el Espíritu de Francisco", aseguró el sacerdote.

Di Paola también cuestionó el momento en que Molina planteó el debate. "Es innecesario en este momento, que él recién se hizo cargo de la Sedronar. Se ha criminalizado al adicto con la ausencia del Estado. Se criminaliza cuando no hay escuelas ni salud", enumeró el sacerdote. E insistió: "No es momento de hablar de despenalización. No somos un país pequeño, tenemos desigualdad y exclusión".

La propuesta de Molina de enviar al Congreso una serie de proyectos que buscan modificar la Ley de Estupefacientes y regular la publicidad de alcohol y medicamentos levantó críticas ayer. Hoy, el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, respaldó al secretario antidrogas.

El Papa tampoco está de acuerdo con la despenalización

José María di Paola, más conocido como "padre Pepe", realizó duras críticas a los dichos del titular de la Sedronar, el cura Juan Carlos Molina, quien públicamente se manifestó a favor de la despenalización del consumo de drogas. "No estoy de acuerdo con la despenalización y el Papa tampoco", aseguró el "cura villero" esta mañana.

En diálogo con el programa Guetap, de radio Vorterix, el padre Pepe remarcó que "no es el momento" de abrir el debate sobre este tema. "Me parece que no tienen que ver con lo que nosotros estamos viviendo y trabajando día a día", expresó.

"No estoy de acuerdo con la despenalización y el Papa tampoco. Todos los que trabajamos en terreno estamos habituados a convivir con este tema. El tema acá no es si la despenalización está bien o está mal. En este momento, plantearlo está mal. No somos un país pequeño. No somos Holanda, no somos Uruguay. Somos un país que tiene grandes sectores excluidos, entonces hablar en este caso de despenalización en inadecuado", señaló Di Paola.

El cura villero defendió sus argumentos con que todavía falta mucho trabajo, tanto desde el Estado como de la sociedad civil, en términos de inclusión. "Según un estudio de la Universidad de San Martín, más de 200.000 jóvenes del gran cordón [del conurbano bonaerense] no estudian ni trabajan. Entonces, cuando la droga es una oferta cercana, puede hacer que muchos chicos empiecen en el consumo y vean la posibilidad de tenerla más cerca sin ningún tipo de problema", explicó.

   FALTAN POLÍTICAS DE INCLUSIÓN

El cura criticó a quienes defienden la despenalización porque no quieren criminalizar al que consume. "Han criminalizado al adicto cuando ha nacido en un barrio donde no hay un colegio, donde no hay un club, donde es muy común tener un arma... Eso es criminalizar al adicto. Cuando se abandonan las poblaciones, entonces los narcos empiezan a tener sus lugares propios. Eso es criminalizar", subrayó el párroco.

"Si vos me decís que se han hecho cuatro años de política de inclusión, desde Sedronar o desde otros lugares, y que eso ha tenido un efecto, ahí podemos charlarlo de otra manera", añadió, y concluyó: "Me parece que [Juan Carlos Molina] saca los temas en forma inadecuada. Por qué no se trabaja primero seriamente en incluir a los chicos. Después hablamos de despenalizar".

 

  03-10-2014 - Con Padre Pepe en villa La Cárcova.

La carta de los curas villeros a la Presidenta sobre la despenalización del consumo de droga

La misiva fue entregada a Cristina Kirchner el 1° de septiembre, pero los sacerdotes decidieron hacerla pública "ante las reiteradas consultas sobre las propuestas del titular de la Sedronar del pasado domingo". 

La Vicaría de curas villeros de la arquidiócesis de Buenos Aires entregó una carta el pasado primero de septiembre a la presidenta Cristina Kirchner , en la que expresaron sus reflexiones acerca de la despenalización de la tenencia para el uso personal de drogas.

Si bien la carta fue entregada a la jefa del Estado para agradecer la firma del convenio de los Centros Barriales de las Parroquias por intermedio de Cáritas Argentina con la Sedronar, los sacerdotes decidieron hacerla pública "ante las reiteradas consultas sobre las propuestas del titular de la Sedronar el día domingo".

La polémica se generó cuando el titular de la Secretaría de Programación para la Prevención de la Drogadicción y la Lucha contra el Narcotráfico (Sedronar), Juan Carlos Molina , opinó que "habilitaría el consumo de todo".

En la carta, los sacerdotes explicaron que sus reflexiones acerca del tema "no pretenden ocupar el lugar que tiene la palabra de la Conferencia Episcopal Argentina" sobre la despenalización, y que les parece conveniente hacer un aporte a la discusión dado su trabajo en las villas de la Ciudad y algunas del Gran Buenos Aires.

"Comenzamos preguntándonos qué mueve a los que postulan la despenalización de la tenencia para el consumo personal: si dicen lo que dicen, ¿por qué llegan a esa afirmación? ¿Cuál es el motivo existencial que desencadena ese pedido? Es en esta pregunta en donde puede darse el encuentro. Entendemos entonces, que se busca no criminalizar al adicto, derivando el tema al ámbito de la salud", argumentaron los curas, para continuar explicando su trabajo diario con "los chicos y chicas consumidores de paco y otras sustancias", que "han hecho explotar la marginalidad, y nos la enrostra, dejando ver un tejido social que se ha roto".

Y continúan: "Por otro lado nos preguntamos: ¿cómo decodifican los chicos de nuestros barrios la afirmación de que es legal la tenencia y el consumo personal? Nos parece que al no haber una política de educación y prevención de adicciones intensa, reiterativa y operativa, se aumenta la posibilidad de inducir al consumo de sustancias que dañan a las personas. La experiencia de acompañar a jóvenes en el camino de recuperación y reinserción social nos ha permitido escuchar el testimonio de muchos que han empezado consumiendo un pequeña cantidad de sustancias para uso 'recreativo' y de pronto se encontraron consumiendo drogas más dañinas aún".

"Por eso desde nuestra mirada las drogas no dan libertad sino que esclavizan. La despenalización a nuestro parecer influiría hoy en el imaginario social instalando la idea de que las drogas no hacen tanto daño", señalaron.

"Antes de discutir la posible sanción de esta ley es mejor trabajar las representaciones sociales del problema a fin de generar cambios en la sociedad, y poblar el territorio con los dispositivos adecuados", argumentaron.

LA CARTA:

Buenos Aires, 1 de Septiembre de 2014

“En nuestras obras nuestro pueblo sabe que comprendemos su dolor.”

(San Alberto Hurtado)

Sra. Presidenta de la Nación

Dra. Cristina Fernández de Kirchner.

Tenemos el gusto de dirigirnos a Usted mediante esta carta, para agradecerle en primer lugar la

ayuda, que de distintos modos presta el Gobierno Nacional a nuestro trabajo pastoral en los barrios en que

vivimos. En particular le agradecemos hoy la firma a través de CARITAS Argentina de este convenio con

la SEDRONAR. El mismo potenciará el trabajo que venimos haciendo en los centros barriales y

comunitarios de nuestras Parroquias.

Aprovechamos la oportunidad que nos brinda esta audiencia, para acercarle nuestra mirada

acerca de la despenalización de la tenencia para el uso personal de drogas. Para nosotros no es solo un

problema de droga. Este flagelo pone de manifiesto el núcleo duro de la pobreza y la exclusión en nuestro

querido país. Seguir haciéndole frente a la exclusión es el cauce principal del cual no hay que apartarse, se

trata entonces de ajustar y de crear nuevas estrategias de intervención. En ese cauce se inscribe nuestro

trabajo y de él son deudoras estas reflexiones que le compartimos. En un espíritu constructivo y de aportar

al bien común de la Nación se las acercamos.

Que la Virgen de Luján, la Madre del Pueblo, la cuide y la acompañe siempre.

Lorenzo de Vedia, Carlos Olivero y Juan Isasmendi de la Villa 2124 y N.H.T. Zabaleta.

Guillermo Torre, Martín Carrozza y Eduardo Drabble de la Villa 31.

Gustavo Carrara, Hernán Morelli y Nicolás Angellotti de la Villa 11114.

Pedro Baya Casal y Gastón Colombres de la Villa 3 y el Barrio Carrillo.

Franco Punturo y Sebastián Risso de la Villa 20.

Sebastián Sury y Damián Reynoso de la Villa 15.

José María Di Paola de las Villas Carcova, 13 de Julio, Independencia y Curita.

Basilicio Brites de las Villas Palito, Puerta de Hierro, 17 de Marzo y San Petersburgo.

Jorge García Cuerva de la Villa la Cava.

Juan Manuel Ortiz de Rozas del Barrio el Talar.

El desafío de la exclusión y el consumo de drogas…

1 . Estas reflexiones sobre la despenalización no pretenden ocupar el lugar que tiene la palabra de la

Conferencia Episcopal Argentina sobre este tema. Ahora bien, como compartimos la vida en las

Villas de la Ciudad y en algunas del Gran Buenos Aires, tenemos un recorrido hecho en el trabajo

de prevención de adicciones, y del mismo modo acompañamos diariamente a personas en

situación de sufrimiento social a causa de las drogas, y ante reiteradas consultas, nos parece

conveniente hacer un aporte a la discusión del tema. Lo hacemos con espíritu de aportar al

diálogo, ofreciendo el propio pensamiento y buscando integrar el pensamiento diferente.

1 . Dialogar es buscar espacios de encuentro. Dialogar es comprender la búsqueda del otro. Por eso

comenzamos preguntándonos que mueve a los que postulan la despenalización de la tenencia para

el consumo personal: “si dicen lo que dicen, ¿por qué llegan a esa afirmación? ¿Cuál es el

motivo existencial que desencadena ese pedido?” Es en este “porqué” en donde puede darse

el encuentro. Aunque la conclusión a la que se ha llegado pueda ser verdadera o errónea, este

“porqué” creemos que es auténtico. Entendemos entonces, que se busca no criminalizar al adicto,

derivando el tema al ámbito de la salud.

1. A nosotros como sacerdotes, el Evangelio de Jesús nos invita a dirigirnos a las periferias

geográficas y existenciales, y a permanecer allí, con una presencia que ayude a cuidar la

fragilidad. Se nos invita a entrar en comunión con los más pobres, y desde los pobres llegar a

todos. Es así que en las Villas, nos toca en este tiempo acompañar especialmente a chicas y

chicos consumidores de paco y otras sustancias. Éstos, obviamente, la mayoría de las veces, no

pueden hacer oír su voz. Desde este lugar hacemos nuestro aporte. Por otra parte este camino

que va desde los pobres a todos, nos parece un programa más que valido a la hora de trazar

políticas de Estado, a la hora de legislar y a la hora de juzgar.

1. Como expresábamos en alguna oportunidad, para nosotros este no es sólo un tema de drogas, el

paco ha hecho explotar la marginalidad, y nos la enrostra, dejando ver un tejido social que se ha

roto. Nos encontramos con chicos y chicas con derechos básicos vulnerados. Muchos NN, sin

estudios primarios, con problemas serios de salud –tuberculosis, VIH, etc.,

sin posibilidad de trabajo, viviendo en la calle. Pero si miramos más en profundidad descubrimos una situación de

orfandad de amor, de ruptura o inexistencia de vínculos. Esta es una forma de pobreza que no se

puede registrar en términos de ingreso mínimo por persona. Pero existe, es real.

1 . A veces alguno puede pensar que son pocos los jóvenes con consumos realmente problemáticos,

que les hipotecan la vida. Dudamos realmente que sea un grupo pequeño, es más, creemos más

bien que se trata de chicos pobres de las villas y barriadas de la Ciudad y del Gran Buenos Aires.

¡La exclusión favorece la adicción y causa estragos! Creemos que desestimar los porcentajes de

adictos, por ejemplo al paco, es temerario, ya que la marginalidad es el mejor caldo de cultivo para

los consumos problemáticos. Por otro lado nunca hay que olvidar que detrás de las estadísticas

hay rostros concretos e historias muy dolorosas. Duelen hoy, no simplemente cuanto los números

los registran y aumentan.

1. La población de las Villas es joven. El eje central de la prevención tiene que pasar por la inclusión

social y para ello se requiere una presencia inteligente del Estado. Al mismo Estado le cuesta

hacer pie en nuestros barrios. Es que muchas veces se choca con el problema de la no tenencia

de las tierras y la consiguiente no propiedad de las viviendas, por parte de los vecinos y vecinas.

Siempre está latente el prejuicio: “no es su tierra, no pagan todos los impuestos, ni todos los

servicios, por eso no son ciudadanos”. Pareciera que esto hace que se caigan de hecho, otros

derechos humanos. Y obviamente todo esto es muy funcional al narcotráfico organizado.

1 . Por otro lado nos preguntamos: ¿cómo decodifican los chicos de nuestros barrios la

afirmación de que es legal la tenencia y el consumo personal? Nos parece que al no haber

una política de educación y prevención de adicciones intensa, reiterativa y operativa se aumenta la

posibilidad de inducir al consumo de sustancias que dañan a las personas. El sistema educativo

tiene muchas debilidades. Vemos una importante cantidad de chicos que dejan la escuela primaria,

mucho más la secundaria. ¿No estamos dejando su educación en manos de los grupos que cantan

su apología a la droga y al delito? La experiencia de acompañar a jóvenes en el camino de

recuperación y reinserción social nos ha permitido escuchar el testimonio de muchos que han

empezado consumiendo un pequeña cantidad de sustancias para uso ‘recreativo’ y de pronto se

encontraron consumiendo drogas más dañinas aun. Por eso desde nuestra mirada las drogas no

dan libertad sino que esclavizan. La despenalización a nuestro parecer influiría hoy en el

imaginario social instalando la idea de que las drogas no hacen tanto daño.

1. A veces se da una distancia grande entre algunas leyes que buscan garantizar derechos y la

realidad que intentan legislar. Entendemos que de ningún modo se puede criminalizar al usuario de

drogas. Sin embargo, pensamos que mientras se busca proteger los derechos de algunos, en la

práctica se desprotegen más los derechos de otros. Conocemos infinidad de casos de gente que

no lleva drogas ilegales en el bolsillo por temor a ser demorados por la policía. ¿Esta habilitación

para llevar drogas, no colabora con la naturalización del consumo? ¿No acerca la realidad del

resto de la sociedad a la de nuestras villas donde la despenalización de la tenencia esta dada de

hecho? Antes de plantear una ley así: ¿no sería mejor que para ese momento hayamos

concientizado a la sociedad que no está bueno, ni es saludable consumir drogas? ¿que hayamos

tejido una red asistencial? ¿No es una renuncia y un descompromiso la despenalización así de este

modo, sin mirar la totalidad del problema? Creemos que antes de discutir la posible sanción de esta

ley es mejor trabajar las representaciones sociales del problema a fin de generar cambios en la

sociedad, y poblar el territorio con los dispositivos adecuados. Por ejemplo a nivel de todo el

territorio nacional ¿no habría que esperar a que los CePLAs –Centros Preventivos Locales de las

Adicciones y los CETs –Casas Educativas Terapéuticas, funcionen adecuadamente? ¿y si

funcionan, alcanza con 150 CePLAs y 60 CETs? ¿no habría que hacer 1500 CePLAs y 500

CETs antes de plantear una ley sobre despenalización? Para nosotros poblar más el territorio de

dispositivos adecuados sería un modo concreto de dar más libertad a nuestros niños/as,

adolescentes y jóvenes, de darles más capacidad para elegir lo bueno para su vida.

9. Al visitar los penales nos damos cuenta que quienes asocian la droga con el delito, fácilmente

discriminan y estigmatizan a los usuarios de drogas, cerrándoles las puertas y haciéndoles mucho

más difícil el camino de la inclusión social. No obstante, sabemos que los penales están llenos de

personas que tienen problemas con la droga. ¿No habría que pensar este tema antes de

despenalizar la tenencia? No les damos oportunidades, naturalizamos el consumo, pero si el

consumo se les volvió problemático y los llevó por el camino del delito les caemos con todo el peso

de la ley. ¿No es poner toda la responsabilidad en la persona que no tiene oportunidades: hospital,

trabajo, educación, etc. sin hacerse cargo desde el Estado? Hay tantos chicos y chicas que casi

no tuvieron oportunidades, y a quienes el consumo se les hizo demasiado problemático.

¿Descriminalizar a los usuarios, no es también darles oportunidades a tiempo? ¿No habría que

hacer eso antes de despenalizar la tenencia? ¿No habría también que revisar el código penal y las

prácticas judiciales antes?

1. Recordando una imagen que ya utilizamos, podríamos decir que la discusión sobre la

despenalización corresponde a los últimos capítulos del libro y no a los primeros. Nos dicen que

ahora hay que despenalizar, y nosotros nos preguntamos quién arma la agenda de prioridades.

Porque si uno pregunta en los barrios, lo urgente es la creación de dispositivos preventivos y

asistenciales. Las preocupaciones de la mayoría de la gente de nuestros barrios son: “¿qué hago

con mi hijo que se me está yendo de las manos?”, “¿cómo hago, porque se puso rebelde y

ya no quiere ir al colegio?”, “¿Quien le puede hablar, está todo el día en la esquina con

mala junta y tengo miedo que me lo traigan en un cajón?”, “¿como hacemos con la

bandita de la esquina, que le roban a la gente que se está yendo a trabajar?”, “¿cómo

hago con mi marido que no puede parar de tomar, y encima se pone violento?”, “mi mujer

se va al bingo y se pasa todo el día, estoy preocupado” y tantas otras. La agenda política

debe responder a las necesidades de la gente.

1. Frente a este tipo de situaciones tenemos que responder cada uno desde el lugar que nos toca, con

una presencia que acompañe, con una historia de bien que se una a toda historia de sufrimiento

para abrir en ella un resquicio de luz. Ahora bien, en una sociedad donde muchas veces los

excluidos no son ‘explotados’, sino desechos ‘sobrantes’, nosotros tenemos la experiencia bíblica

de que: “La piedra que los constructores rechazaron ahora ha llegado a ser la piedra angular.” (Mt. 21, 42).

Con alegría podemos decir que muchos de los chicos y chicas que acompañamos, se han puesto de pie

y hoy son los verdaderos protagonistas del camino de inclusión, que empiezan a transitar otros

chicos y chicas, que están en la situación que ellos estaban. Son ellos los que ahora tienden la

mano, siendo portadores de esperanza.

1. Mirando a los niños y jóvenes de nuestros barrios apostamos a la esperanza, y nos

comprometemos a seguir trabajando por la inclusión social, de lo contrario se pierde mucho. Se

pierden, ante todo, a las personas que no pueden con su vida. Se pierden hombres y mujeres, que

por falta de igualdad de posibilidades se quedan a mitad de camino; y así se desvanecen sueños,

proyectos, talentos, valores, dones, ideales y horizontes, tan necesarios para construir una sociedad

más justa, solidaria y verdadera. Se pierden insospechables riquezas personales, como intelectos

lúcidos, manos hábiles y virtuosas para el trabajo, el arte y la ciencia, para hacer más promisorio y

posible el futuro en la Argentina. Perdemos corazones buenos y nobles, que aportarían dando

seriedad a las cosas, respeto al semejante y pasión para construir una patria de hermanos. En fin,

con los jóvenes que se quedan atrapados por las redes de las drogas, perdemos todos, porque “la

humanidad es una”, decía Bartolomé De Las Casas.

Pedimos a la Virgen de Luján, Madre del Pueblo, que cuide y proteja a sus hijos que padecen el

flagelo de la droga, de fuerzas a sus familias y luz a nuestra sociedad para generar vínculos de

projimidad y solidaridad.

Buenos Aires, 1 de Septiembre de 2014.

Lorenzo de Vedia, Carlos Olivero y Juan Isasmendi de la Villa 2124 y N.H.T. Zabaleta.

Guillermo Torre, Martín Carrozza y Eduardo Drabble de la Villa 31.

Gustavo Carrara, Hernán Morelli y Nicolás Angellotti de la Villa 11114.

Pedro Baya Casal y Gastón Colombres de la Villa 3 y el Barrio Carrillo.

Franco Punturo y Sebastián Risso de la Villa 20.

Sebastián Sury y Damián Reynoso de la Villa 15.

José María Di Paola de las Villas Carcova, 13 de Julio, Independencia y Curita.

Basilicio Brites de las Villas Palito, Puerta de Hierro, 17 de Marzo y San Petersburgo.

Jorge García Cuerva de la Villa la Cava.

Juan Manuel Ortiz de Rozas del Barrio el Talar.

 

Lorenzetti pidió políticas claras para combatir el narcotráfico

En la Conferencia Nacional de Jueces, en Mar del Plata – 01-10-2014

 

El presidente de la Corte Suprema de Justicia, Ricardo Lorenzetti, advirtió hoy que se necesitan "políticas concretas y coordinadas para mejorar el nivel de seguridad de nuestra población" y, en ese marco, pidió medidas "claras" desde el Estado para combatir el narcotráfico.

Lorenzetti aseveró que "no se puede hacer ninguna afirmación a la ligera" en relación a la despenalización del consumo de drogas, al alertar sobre las consecuencias que puede traer "ir apresurados por un camino que no sabemos cuál es su consecuencia".

Al hablar en la Conferencia Nacional de Jueces, que se celebra en la ciudad de Mar del Plata, el titular de la Corte se quejó porque "no logramos políticas concretas y coordinadas para mejorar el nivel de seguridad de nuestra población" y reclamó "políticas de Estado claras para combatir el narcotráfico".