colectividades, Iglesias...) que ayuden a la responsabilidad de
todos y frenen los riesgos de abuso
de poder de los de arriba.
§ 2- Desde hace largo tiempo, pone énfasis en el
principio de subsidiariedad,
según el cual, por una
parte, hay que dejar al escalón organizativo más cercano lo que
éste pueda tratar. Por otra parte,
- 11 -
invita a remitir al escalón inmediatamente superior y así
sucesivamente de forma ascendente,
aquello de lo que las instituciones más ligeras no puedan
hacerse cargo.
§ 3 - Por último, fundamenta el reconocimiento del
pluralismo.
Éste no consiste en la neutralidad ni
en la indiferencia, sino que manifiesta la relatividad de los
pensamientos y de los programas
políticos, que jamás pueden pretender encarnar toda la verdad.
CAPÍTULO III. EUROPA Y LA MUNDIALIZACIÓN, NUEVAS DIMENSIONES
23. La democracia no puede limitarse a los problemas locales,
regionales o nacionales. Europa se
construye, el mundo se unifica, exigiendo nuevas regulaciones a
la altura de los retos que hay que
superar. Estas nuevas dimensiones, a menudo consideradas una
fatalidad, merecen ser
consideradas ocasiones para crear proyectos de movilización.
I. Europa, una aventura que llevar a cabo
Un bello logro
Desde hace casi cincuenta años, y gracias a la tenacidad de los
políticos, Europa se ha ido
construyendo a través de los pueblos y las instituciones que en
ella se han ido creando. El objetivo
fijado fue lograr la paz, la reconciliación y la solidaridad de
los países duramente enfrentados en el
transcurso de las dos guerras mundiales. Los progresos
económicos, sociales y culturales han sido
considerables, pero queda un largo camino por recorrer.
24. El Consejo de Europa, cuyo 50 aniversario se celebra
este
año, reagrupa en la actualidad, desde
la caída del muro de Berlín, 40 Estados miembros y cuatro
Estados asociados. No podemos por más
que alegrarnos de los objetivos logrados en el ámbito del
fortalecimiento de la democracia pluralista
mediante la preeminencia del derecho, la promoción de la
cohesión social y cultural y todos los
mecanismos puestos en funcionamiento para proteger los derechos
del hombre y los derechos
sociales. El Tribunal Europeo de Derechos Humanos, que
recientemente adquirió carácter
permanente, así como el mecanismo de control de los derechos
garantizados por la Carta Social,
son dos ejemplos convincentes de ello.
25. Por su parte, la Unión Europea, creada hace 50 años por el
Tratado de Roma, ha pasado de seis
a quince Estados. Su objetivo fundamental consiste en establecer
una unión cada vez más estrecha
entre los pueblos. Ha logrado crear una moneda única, que
debería constituir un factor importante de
estabilidad monetaria. Ha comenzado las negociaciones para su
ampliación a una decena de países
de Europa Central y del Este. A pesar de su lentitud, sus
pesadeces y, a veces, sus desencantos, la
Unión Europea ha sido la encargada por una comunidad de Estados
para velar por un futuro común
respetando las diversidades. Se trata de una invitación a
cambiar de escala y a liberarse de las
visiones demasiado nacionales y dependientes del pasado. ¿No es
necesario que cada uno
profundice en su conocimiento de Europa y de sus instituciones y
participe en las decisiones que
comprometan su futuro? ¿No tienen los candidatos y las
formaciones políticas el deber de poner a
disposición de todo el mundo toda la información necesaria,
hacer comprender lo que está en juego
para que cada uno decida con conocimiento de causa?
Definir los objetivos del mañana
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26. Cuanto más aumenta la Unión Europea, más necesario resulta
el proyecto común y la definición
de sus finalidades. No se trata sólo de un gran mercado.
Manifiesta que la política no puede
reducirse a la economía. Reclama tener una dimensión social,
cultural, humana y espiritual. La
Unión Europea incita a sobrepasar las fronteras, a evaluar de
nuevo el sentido de la nación, el
ámbito de competencias de los Estados, la vocación de las
regiones, equilibrar claramente los
poderes. Fomenta la búsqueda de un bien común superior al de los
Estados nacionales. Se trata de
una etapa hacia la universalidad. Para ello, debe salvar las
distancias entre sus instituciones y las
opiniones públicas, fomentar la emergencia de un poder político
europeo, lograr un acuerdo en torno
a sus finalidades y suscitar la participación activa de todos
los ciudadanos, en concreto, de los
jóvenes, y, por este motivo, conferirse una mayor legitimidad
democrática. Las instituciones no
construirán Europa por sí solas. Son los hombres quienes deberán
hacerlo.
Construir la paz en el mundo
27. Sin abandonar la exigencia de una fuerza de intervención al
servicio de la paz en el mundo, la
Europa unida marca también la voluntad de renunciar para siempre
a la guerra y establecer
definitivamente la paz entre las naciones que desencadenaron dos
conflictos mundiales a lo largo de
este siglo. Nos invita a extraer una lección de las formas de
mesianismos que dotan de carácter
absoluto a las razas, naciones o clases, y que hacen y han hecho
tanto daño. Los recientes o
actuales conflictos manifiestan la urgente necesidad de crear
una cultura de la paz.
Vivir una cierta idea del hombre
28. La Europa unida es también una cierta concepción de la
persona, fruto, al mismo tiempo, de la
filosofía antigua y del mensaje cristiano. Ello conlleva la
imperiosa obligación de la Unión Europea y
de las naciones que la componen de promover, proclamar con
fuerza y practicar escrupulosamente
los derechos del hombre en su universalidad e indivisibilidad.
Una de sus funciones es sentirse
responsable de este mensaje con humildad y sin voluntad de
hegemonía.
Conservar la apertura al mundo
29. La Europa unida no puede encerrarse en sí misma. Está
abierta al mundo, tal como lo ha
manifestado a lo largo de su historia, a través de su entusiasmo
misionero, a través de sus vínculos
con todos los pueblos del planeta. La superación de las
fronteras y de los conflictos puede ser una
referencia para el resto de los continentes y un factor de
equilibrio para un mundo desorientado.
Habrá que aprender a compartir con los otros pueblos del sur y
del este, a dar más importancia al
tipo que al nivel de vida, a la calidad de las relaciones de
reciprocidad más que a la acumulación de
bienes. Con Europa, podemos, si así lo queremos, pasar de una
búsqueda desenfrenada del
crecimiento
a
preocuparnos por un desarrollo
duradero y solidario.
II. La mundialización, un desafío para la democracia
Una fatalidad aparente
30. En la actualidad, casi todo se decide a escala mundial: la
moneda, el medioambiente, la paz y la
guerra, la lucha contra la droga, la seguridad colectiva e
incluso la justicia. Ya en 1967, el Papa
Pablo VI declaró en su encíclica
Populorum progressio:
"La cuestión social ha adquirido carácter
- 13 -
mundial" y "el desarrollo es el nuevo nombre de la paz". En la
actualidad, la mundialización da
miedo. Se muestra menos como una nueva dimensión de las
actividades humanas que como una
especie de fatalidad que se nos impondrá a todos nosotros. En
efecto, la mundialización económica,
financiera y mediática que barre fronteras y culturas, se
presenta como un desafío terrible para la
democracia y el futuro de la humanidad. Se trata de una realidad
evidente que subyace a los
cambios y a las percepciones. Para algunas personas, se trata de
una etapa obligada para llegar al
bienestar de la humanidad. El Papa Juan Pablo II declaró
recientemente lo siguiente en su
Exhortación Apostólica
"Ecclesia in America"
a propósito de las Iglesias del continente
americano,
aunque este mensaje es aplicable a todo el mundo occidental: “Si
la mundialización se rige
exclusivamente de conformidad con las leyes de mercado aplicadas
en beneficio de los más
poderosos, las consecuencias sólo pueden ser negativas. Entre
ellas, destacan la atribución de un
valor absoluto a la economía, el desempleo, la disminución y el
deterioro de determinados servicios
públicos, la destrucción del medioambiente y de la naturaleza,
el aumento de las diferencias entre
los ricos y los pobres, la competencia injusta que sitúa a los
países pobres en una situación de
inferioridad siempre muy marcada. Aunque la Iglesia tiene en
cuenta los valores positivos que
conlleva la mundialización, también considera con inquietud los
aspectos negativos".
...
que apela
a un control colectivo
31. La mundialización no tiene la fatalidad ni la omnipresencia
que algunos le atribuyen: será lo que
los grupos humanos y sus representantes hagan de ella. En lugar
de dotarla de un carácter
diabólico, mejor sería intentar humanizarla reforzando la
solidaridad entre los pueblos y entre los
grupos, moralizando el mercado y reconociendo la dignidad
inalienable de todas las personas. "A
través de su doctrina social, la Iglesia ofrece una aportación
válida a la problemática de la actual
economía mundial. Su posición moral en este sentido se apoya en
tres piedras angulares
fundamentales de la dignidad humana, la solidaridad y la
subsidiaridad. Es preciso analizar la
economía mundializada a la vista de los principios de la
justicia social, respetando la opción
preferente de los pobres, que deben llegar a ser capaces de
defenderse en una economía
mundializada, y de acuerdo con las exigencias del bien común
internacional..."
Desafíos a la altura de la humanidad
La mundialización se presenta como un inmenso desafío que hay
que tener en cuenta para lograr la
dignidad de cada persona en su singularidad, de cada pueblo en
su particularidad histórica y cultural,
y de la humanidad en su unidad y universalidad.
32.
Desafío
político - La sociedad precisa una
orientación ética y política que tienda a subordinar la
economía a la política. En efecto, ésta deberá reencontrar sus
derechos de forma que la humanidad
pueda coger las riendas de su destino en este nivel y sentirse
ciudadana del mundo. Recordemos
las palabras de Juan XXIII en
"Pacem in Terris"
a este respecto: "En la actualidad, el bien
común
universal plantea problemas de dimensiones mundiales que sólo
puede resolver una autoridad
pública cuyo poder, organización y forma de acción tenga también
una dimensión mundial, y que
pueda ejercer su acción en toda la extensión de la tierra".
Los acuerdos multilaterales formalizados entre Estados, entre
los conjuntos continentales
organizados (como la Unión Europea), las intervenciones
laboriosas de la ONU y organismos
dependientes, marcan una primera etapa en este sentido. Estamos
presenciando por doquier la
- 14 -
militancia de las Organizaciones No Gubernamentales atentas a
esta dimensión mundial,
organizaciones que demuestran los principios de una sociedad
civil internacional y se convierten en
los interlocutores escuchados por los Estados y las instancias
internacionales, especialmente en el
ámbito de un desarrollo duradero, de la paz, del respeto de los
derechos del hombre y de la justicia.
33.
Desafío
cultural- En el ámbito de la
cultura, la mundialización puede propagar el progreso de las
ciencias, de la sanidad y de la educación. Debe favorecer los
intercambios, los encuentros,
aumentar las opciones, tener en cuenta las culturas particulares
para transmitir las innovaciones
beneficiosas. Se ha hablado en ocasiones con tono catastrofista
de los choques culturales y de los
conflictos de civilización. ¿Qué tipo de aberración llevaría a
los pueblos a destrozarse mutuamente
en nombre de sus respectivas culturas? ¿Acaso no es cada cultura
el fruto y la semilla de una
evolución propia que se alimenta del diálogo con otras culturas
y de su resistencia a la
universalidad?
34.
Desafío
moral- Ahora que acabamos de
celebrar el 50 aniversario de la Declaración Universal de
los Derechos del Hombre, es un buen momento para recordar la
bella expresión que figura al
principio de la misma y profundizar en ella: "la dignidad
intrínseca de todos los miembros de la
familia humana". Gracias a su dimensión universal, a su
arraigamiento en la diversidad de las
culturas y dado su largo compañerismo a lo largo de la historia,
la Iglesia ejerce una labor y puede
enviar un mensaje excepcional para que cada hombre, cada mujer y
todos juntos puedan convertirse
en los actores de su propia evolución y en los edificadores de
un mundo más libre y más humano.
Llamamiento
35. La Iglesia no se aleja mucho de su misión cuando toma la
palabra en el terreno político:
concierne al hombre y a la humanidad. Cómo dejar de recordar el
interrogante planteado en las
primeras páginas de la Biblia" ¿Qué has hecho de tu hermano?" (Gn
4,9). ¿Acaso no es el terreno
de la política, según la célebre frase del Papa Pío XI, "el
terreno de la mayor caridad, la caridad
política"? Actuando en pro del bien común, al servicio de todos
y sin ambiciones de poder, los
cristianos se sienten a gusto en una sociedad democrática y
laica. Aportan su contribución sin
aceptar que su fe quede relegada al "ámbito de lo privado".
Esta fe tiene una dimensión
humana y
social.
Para
permanecer viva, la democracia ha de tener en cuenta sus referencias religiosas
y
filosóficas en el debate político.
36. Los cristianos saben que la política no lo es todo en la
vida de las personas, puesto que, para
ellos, el hombre sólo se realiza plenamente en Dios. No
obstante, saben también que
participan en
los designios de Dios sobre la humanidad
al obrar a favor de la unidad de la familia
humana y de la
dignidad de cada uno de sus componentes. De esta forma, trabajan
en pro de la instauración del
Reino de Dios en la tierra, incluso aunque este Reino no llegue
a alcanzar nunca su plenitud en este
mundo.
37. La Iglesia no tiene ni competencia técnica propia ni poder
institucional a efectos políticos, pero
posee la vocación para estimular las energías espirituales, para
recordar la labor fundamentadora de
los valores de trascendencia y espiritualidad para construir un
mundo más digno de los hombres,
hijos de Dios. Invita a los cristianos a buscar, en sus propios
grupos y movimientos respectivos, a
discernir, a actuar con los demás creyentes y con los hombres de
buena voluntad. Por este motivo, y
de acuerdo con el documento de los obispos de Francia
Pour une practique chrétienne de la
- 15 -
politique
de 1972 y
de su Lettre aux Catholiques
de France de 1996, repetimos el
llamamiento para
constituir espacios de reencuentro, de reparto y de
confrontación entre personas comprometidas de
diversas formas con la política para lograr una mayor coherencia
entre el compromiso personal y la
llamada del Evangelio.
17 de febrero de 1999
Los obispos de la Comisión Social:
Olivier de BERRANGER,
obispo de Saint-Denis,
presidente de la Comisión Social
Louis DUFAUX,
obispo de Grenoble,
Comité episcopal socio-caritativo
Bellino GHIRARD,
obispo de Rodez,
Comité episcopal de la Salud
André LACRAMPE,
obispo de Ajaccio,
Comité episcopal socio-económico y político
Jacques NOYER,
obispo de Amiens,
Comité episcopal de Turismo
y
Ocio
Michel POLLIEN,
obispo auxiliar de París,
Comité episcopal de Justicia
y
sociedad
Domingo 29 de junio de 2014
Papa Francisco: "El
problema de la política es que está devastada por la corrupción"
En una extensa entrevista con un diario italiano, el Sumo Pontífice dijo que "el
corrupto no tiene amigos, sólo cómplices"
ROMA.-
ElPapa
Franciscovolvió
a condenar la corrupción y alertó que la política está "desacreditada" por el
fenómeno de los sobornos. El Sumo Pontífice, además, se refirió a la
caída de la natalidad en Europa, la prostitución infantil y el rol de la mujer
en la Iglesia.
"El problema de hoy es que la política está desacreditada,
devastada por la corrupción, el fenómeno de los sobornos. La corrupción es por
desgracia un fenómeno mundial. Hay incluso jefes de Estado que se encuentran
presos por eso", apuntó Francisco, durante una extensa entrevista conel
diario italiano Il Messaggero.
El
Papa advirtió que "el corrupto no tiene amigos, sólo cómplices" y, pese a
reivindicar la función política, sostuvo que "si no hay servicio en la base, no
se puede entender la identidad de la política". "No digo que sean todos
corruptos, pero creo que es difícil permanecer honestos en política. A veces es
como si algunas personas estuvieran fagocitadas por un fenómeno endémico, a
diferentes niveles, transversal", subrayó.
Francisco, además, señaló que "tantos males crecen" en momentos de "cambios de
época" como el que vive hoy el mundo, porque son momentos en los que se
"alimenta la decadencia moral, no solo en política sino también en la esfera
financiera o social".
"LOS COMUNISTAS NOS ROBARON LA BANDERA"
Al
ser consultado sobre una publicación en la revista británica The Economist en la
que se lo calificaba como "un leninista" por cuestionar el capitalismo, Jorge
Bergoglio afirmó que los comunistas "le robaron la bandera de los pobres a los
cristianos", porque la pobreza está "en el centro del Evangelio". "Los
comunistas dicen que todo esto es comunista, sí como no, 20 siglos después.
Entonces cuando hablan, se podría decir: «¡ustedes son cristianos!»", explicó.
Por otra parte, el Papa condenó la
prostitución infantil y recordó que cuando vivía en Buenos Aires sintió "dolor"
al enterarse de que había chicas de 12 años que se prostituían en las calles de
la ciudad. "Me informé y efectivamente era así. Me provocó dolor. Pero más me
dolió ver cómo autos conducidos por ancianos se detenían ante las niñas para
pagarlas 15 pesos, que después usaban para comprar droga (...). Para mí, esos
ancianos también son pederastas", afirmó.
Bergoglio mostró su preocupación por la
caída de la natalidad en Europa, un continente que, a su juicio, parece haberse
"cansado de ejercer de madre y prefiere hacer de abuela". "El otro día leía una
estadística sobre los criterios de compra de la población a nivel mundial. A la
alimentación, la vestimenta y la medicina le seguían la cosmética y los gastos
para los animales", señaló.
Francisco reconoció que el papel de la
mujer -"la cosa más bella que Dios ha hecho"- en el seno de la Iglesia no ocupa
el lugar que le corresponde aunque aseguró que actualmente la Iglesia trabaja
sobre la teología de la mujer.
Papa Francisco: La política está desacreditada por la corrupción
ElPapaFranciscoinstóeste
domingoa
los obispos y arzobispos del mundo a no buscar "el apoyo de los que tienen
poder", e indicó que
la política está desacreditada y "devastada por la corrupción".
En una entrevista al diario Messaggero,
elSumo
Pontífice denunció de nuevo la plaga de la corrupción,
un tema que, al igual que la denuncia de los obispos "mundanos", le preocupa
especialmente.
"Es difícil mantenerse honesto en política.
A veces es como si algunas personas estuvieran fagocitados por un fenómeno
endémico, a diferentes niveles, transversal", manifestó.
"El problema de hoy, dijo, es que la política está desacreditada, devastada por
la corrupción, el fenómeno de los sobornos. La corrupción es por desgracia un
fenómeno mundial. Hay incluso jefes de Estado que se encuentran en la cárcel por
ello".
Según el Obispo de Roma, "vivimos un cambio de época" que "alimenta la
decadencia moral,
no solo en política sino también en la esfera financiera o social".
Por otro lado, durante la misa solemne organizada con motivo de la fiesta de San
Pedro y San Pablo, el papa Francisco exhortó a los obispos y arzobispo a no
perder "el tiempo en preguntas o chismes inútiles" sino a mirar "a lo esencial"
siguiendo el ejemplo del Cristo "a pesar de las dificultades".
Vestido con la misma bufanda de lana (tela elegida para evocar al pastor y a su
rebaño) que los arzobispos metropolitanos, el jefe de la Iglesia Católica dijo
que "nuestro verdadero refugio es la confianza en Dios:
ella disipa todo temor y nos hace libres de toda esclavitud y de toda tentación
mundana".
De los 24 nuevos arzobispos que recibieron el palio (que consagra su estatuto de
arzobispo metropolitano, título debido a la importante talla del distrito que
supervisan, ndlr) de manos del papa, 5 son de África, 6 de Asia, 7 de Europa y 6
de las Américas.
Es deber del cristiano involucrarse en política aunque sea "demasiado
sucia", asegura el Papa
VATICANO, 07 Jun. 13 / 11:55 am (ACI/EWTN
Noticias).- El Papa
Francisco explicó esta mañana que es un deber, una obligación del cristiano,
involucrarse en la política aunque sea "demasiado sucia" porque al estar en
ese ámbito se puede trabajar por el bien común.
Sobre el tema de la participación de los laicos en la esfera pública, el
Papa explicó que "involucrarse en la política es una obligación para un
cristiano. Nosotros no podemos jugar a Pilato, lavarnos las manos: No
podemos".
"Debemos inmiscuirnos en la política porque la política es una de las formas
más altas de la caridad, porque busca el bien común. Y los laicos cristianos
deben trabajar en política", aseguró el Santo Padre ante los miles de niños
y jóvenes presentes.
"Alguno me dirá ‘pero no es fácil’. Tampoco es fácil llegar a
ser sacerdote. No son cosas fáciles porque la
vidano es fácil.
La política es demasiado sucia
pero yo me pregunto: ¿por qué es sucia? ¿Por qué los cristianos no se han
involucrado con su espíritu evangélico?"
El Santo Padre señaló además que "es fácil decir ‘la culpa es de aquel’...
pero yo, ¿qué cosa hago? ¡Es un deber! Trabajar por el bien común es un
deber de un cristiano! Y muchas veces para trabajar el camino a seguir es la
política".
Un buen católico debe entrometerse en política, dice el Papa
VATICANO, 16 Sep. 13 (ACI/EWTN
Noticias).- En laMisaque
celebró esta mañana en la Casa Santa Marta, el Papa Francisco señaló que un
buen católico debe entrometerse en la política y que lo contrario no es un
buen camino para los fieles.
El Santo Padre recordó que "la política -dice la Doctrina Social de laIglesia-
es una de las formas más elevadas de la caridad, porque sirve al bien común.
No puedo lavarme las manos, ¿eh? ¡Todos tenemos que dar algo!"
Hay la costumbre de solo hablar mal de los gobernantes y sobre las "cosas
que no van bien": "ves las noticias en la televisión y los apalean, apalean
; lees el periódico y lo mismo …. ¡siempre lo malo, siempre en contra!".
Quizás, "el gobernante, si, es un
pecador, como lo era David, pero yo debo colaborar con mi opinión, con mi
palabra, también con mi corrección" porque ¡todos "debemos participar al
bien común!". Y si "tantas veces hemos escuchado: que ‘un buen católico no
se mezcla en política’, esto no es verdad, ese no es un buen camino".
"Un buen católico no se inmiscuye en política. Eso no es cierto. Este no es
un buen camino. Un buen católico debe entrometerse en política, dando lo
mejor de sí, para que el gobernante pueda gobernar. Y ¿qué es lo mejor que
podemos ofrecer a los gobernantes? ¡La oración! Eso es lo que dice Pablo:
‘La oración para todos los hombres y para el rey y para todos los que están
en el poder’. ‘Pero, Padre, aquella es una mala persona, debe ir alinfierno...’.
"Reza por él, reza por ella, para que pueda gobernar bien, para que ame a su
pueblo, para que sirva a su pueblo, para sea humilde"
"¡Un cristiano que no reza por los gobernantes no es un buen
cristiano!’Pero, Padre, cómo puedo orar por esta persona que no va ...’.
‘Reza para que se convierta’. Rezar. Y esto no lo digo yo, lo dice San
Pablo, la Palabra de Dios".
Y un buen ejemplo práctico de esta actitud
misericordiosa lo dio el mismo Francisco, cuando con motivo del partido de
futbol por la paz que organizó el Vaticano, recibió a funcionarios
argentinos muy cuestionados por su desempeño político en medio de sospechas
de corrupción, y que actúan movidos primariamente por valores económicos,
buscando acrecentar aún más sus increíbles fortunas (declaradas
públicamente), tanto en dinero como en mansiones y grandes casas, autos
lujosos, y bienes suntuosos (muy a contramano de la vida humilde promovida
por Francisco), lo que contrasta con el aumento de la pobreza producida en
el país en estos años (denunciado por el Observatorio de la Deuda Social de
la Universidad Católica Argentina) , y el crecimiento de otros flagelos como
la inseguridad, la falta de educación, la drogadicción, la narco-criminalidad
a la que se le abrió las fronteras sin control, la desocupación laboral,
junto con la actitud autoritaria que no busca el diálogo sino la imposición
de ideas populistas "socialistas" bien extrañas y contradictorias por
cierto, ya que hablan como Lenin, pero viven como Rockefeller. Estos
políticos además lo habían criticado duramente en sus tiempos de
arzobispo, afirmando que era el jefe de la oposición, por lo cual lo
ignoraban y ninguneaban, llegando hasta a realizar en el interior del país
el tedeum patrio con tal de no escucharlo, y con descaro han cambiado interesadamente de actitud
para buscar su apoyo a
partir del momento que asumió como Papa, yendo a Roma a sacarse fotos con
él. Lo mismo sucedió con el jugador de futbol mediático
tan conocido, que es permanente muestra de disvalores y conductas
antisociales que tanto afectan e influyen negativamente en la juventud y la
familia. Esperamos que la cercanía del Papa influya sobre ellos en forma
positiva y en algún momento retomen la buena senda del amor cristiano y
solidaridad con el prójimo.
El Papa, señala Radio Vaticano, reflexionó sobre la Carta de San Pablo a
Timoteo en la que le pide rezar por los gobernantes. Quien gobierna, dijo,
"debe amar a su pueblo", porque "un gobernante que no ama, no puede
gobernar: al máximo podrá disciplinar, poner un poco de orden, pero no
gobernar". El Santo Padre citó a David, "a cómo amaba a su pueblo", tanto
que después del pecado del censo pide al Señor de no castigar al pueblo sino
a él. Así, "las dos virtudes de un gobernante" son el amor por el pueblo y
la humildad.
"No se puede gobernar al pueblo sin amor y sin humildad. Y cada hombre, cada
mujer que tiene que tomar posesión de un servicio público, debe hacerse
estas dos preguntas: ‘¿Amo a mi pueblo para servirle mejor? ¿Soy humilde y
oigo lo que dicen todos los otros, las diferentes opiniones para elegir el
mejor camino?’. Si no se hace estas preguntas su gobierno no va a ser bueno.
El hombre o la mujer gobernante que ama a su pueblo, es un hombre o una
mujer humilde".
San Pablo exhorta a los gobernantes a elevar oraciones "por todos aquellos
que están en el poder, para que podamos conducir unavidacalma
y tranquila". Los ciudadanos, observó el Papa, no pueden desinteresarse de
la política.
Ninguno puede decir: "Yo no tengo nada que ver con esto, son ellos los que
gobiernan... No, no, yo soy responsable de su gobierno y tengo que hacer lo
mejor, para que ellos gobiernen bien y tengo que hacer lo mejor por
participar en la política como pueda".
Por lo tanto, concluyó el Papa, "demos lo mejor de nosotros, ideas,
sugerencias, lo mejor, pero sobre todo lo mejor está la oración. Oremos por
los gobernantes, para que nos gobiernen bien, para que lleven a nuestra
patria, a nuestra nación, y también al mundo adelante, para que exista la
paz y el bien común".
"Es un texto precioso que hace darte cuenta de todas estas cosas", dijo el
Papa, aludiendo a que "la política es una de las formas más elevadas del
amor, de la caridad, (porque) lleva al bien común, y una persona que,
pudiendo hacerlo, no se involucra en política por el bien común, esegoísmo;
o que use la política para el bien propio, escorrupción".
El texto de los obispos franceses tiene unos quince años, fue redactado enfebrero
de 1999, en pleno avance triunfal de la globalización, cuando en todos
los países y sectores se sentía la necesidad de formular nuevas respuestas
frente a la realidad cambiante. La Iglesia no era ajena a ese desafío.
"Solidarios con el género humano,los
cristianos no pueden hacer caso omiso de las realidades de este mundo
envuelto en una mutación rápiday
sin precedentes en todos los ámbitos", dice el documento elogiado por
Francisco.
"La política es una obra
colectiva, permanente, una gran aventura humana",
escriben los obispos en esta carta pastoral que reivindica esta práctica,
llama a los cristianos a participar de ella y reflexiona en torno a los
cambios que trae la mundialización, que no deben ser vistos como "una
fatalidad".
El texto empieza por un diagnóstico que da cuenta de ladevaluación
de la política, un fenómeno que no es exclusivo de Francia, desde ya:
"La opinión pública tiene la sensación de que los gobernantes sucesivos son
incapaces de resolver los grandes problemas actuales y diseñar un futuro".
Problemas como la "criminalidad" y las "desigualdades sociales" afectan los
vínculos y la "cohesión" de la sociedad. Las decisiones políticas son
adoptadas "a corto plazo" y frecuentemente con "perspectiva electoralista".
Pero no todo es culpa de los políticos."Es
posible que (los ciudadanos) esperen demasiado de la acción política",
de "una labor cada vez más intrincada debido a la complejidad creciente de
los problemas, de su interdependencia", advierten los obispos.
"Los centros de decisión parecen alejarse y perderse en el anonimato"y
"a menudo (los políticos) se sienten tentados a acudir a expertos, a ceder
ante los grupos de presión o la opinión de la calle", lo que "aumenta el
abismo entre la oferta institucional y la demanda ciudadana", agregan.
También los casos de corrupción contribuyen a esta desvalorización, "minan
la confianza".
Este debilitamiento de la política preocupa a la Iglesia porque "abriría el
camino al renacimiento de ideologías extremistas".
Frente a este cuadro,el
camino es reafirmar la auténtica finalidad de la política. "...afirmamos
que la política es esencial: una sociedad que la menosprecie se pone en
peligro. Resulta urgente rehabilitarla y replantearse en todos los ámbitos
(...) una relación activa entre la política y la vida cotidiana de los
ciudadanos".
Una de las funciones atribuidas
por los obispos a la política es la construcción de la convivencia. "Un reto
excepcional: tender hacia una sociedad en la que cada ser humano reconozca a
su hermano en cualquier otro ser humanoy
lo trate como tal".
Alcanzar el bien común es otra de las finalidades señaladas: "La
organización política existe por y para el bien común, que esalgo
más que la suma de intereses particulares". Se trata de la búsqueda de
"aquello que sea útil para la mayor cantidad de gente", que mejore "la
situación de los menos favorecidos" y que contemple el interés de las
generaciones actuales pero también de las futuras.
Controlar la violencia
Es otro de los fines de la política, según la carta pastoral. "Con el objeto
de salir de la animalidad de la violencia brutal,se
reserva al Estado el monopolio de la coacción física legítima y controlada.
Se intenta sustituir esta violencia por el derecho y la palabra. Se
instauran instituciones y procedimientos de mediación..."; describen los
obispos. "De esta forma, y bajo la garantía de la seguridad, podrán vivir
juntos y reconocerse como seres iguales y diferentes" todos los ciudadanos.
"La política es en cierto modo el 'mayor englobador' de los diferentes
sectores de la vida en sociedad", afirman.
Llaman en consecuencia a "valorar la labor política" y a no dejar que los
"abusos" sean el árbol "que tape el bosque (de) aquellos que, animados por
la preocupación de la justicia y de la solidaridad, se desviven por el bien
común y conciben su actividad como un servicio y no como un medio de
satisfacer su ambición personal".
"La fe cristiana es uno de los principales componentes de la historia y la
cultura europeas", reivindican. Y ella "propone un sentido capaz de orientar
toda la existencia personal y colectiva".
Los cristianos deben trabajar por la convivencia para hacer de la Tierra un
sitio habitable para todos.
El documento incluye referencias bíblicas que sustentan que el poder debe
ser servicio -"Sea el que dirige como el que sirve" (Lucas 22,26); el
respeto al adversario –"Amad a vuestros enemigos..." (Mateo 5: 44)-, la
apertura al universalismo –"Dios no hace distinciones entre los hombres..."
(Hechos 10, 34); el reparto y el destino universal de los bienes –"Si
alguien que disfruta de las riquezas del mundo ve a su hermano en la
necesidad y le cierra sus entrañas, ¿cómo conservará en él el amor de Dios?"
(1ªJuan 3,17).
Sobre la democracia
La carta pastoral sostiene que la democracia es el "modelo más humanizante"
de organización política, "aunque sea necesario regenerarlo constantemente".
Su diagnóstico es que está "amenazada de anemia", pese a su triunfo en casi
todo el mundo y a que ya casi no se la discute.
Entre las razones, se señala que
"muchos ciudadanos se convierten en consumidores que cada vez reclaman más
derechos garantizados, aceptando siempre menos deberes compartidos";
pero "la causa principal de la fragilidad de nuestras democracias reside en
esta invasión del individualismo extremo" y de un "imaginario social" que,
ante la ausencia de proyecto futuro y global, deja a los franceses [pero
bien podría hablarse de los hombres en general], "prisioneros del instante y
de la emoción", y los lleva a aferrarse a sus ventajas",a
pedir "al Estado-providencia que les tranquilice y les aporte resultados
inmediatos".
Los obispos subrayan también la "urgencia" de comprender que"los
derechos de cada uno constituyen los deberes de todos". La ciudadanía no
se reduce al control electoral a intervalos regulares de los representantes
votados. Es necesario "pasar del estado de ciudadano-consumidor al de
ciudadano-actor" porque "la política es obra de todos".
Para que haya democracia, dicen los obispos franceses, debe haber
comportamientos democráticos. Y ejemplifican: "...fomentar el debate en vez
de la lucha; desarrollar el diálogo y el sentido del compromiso; hacer
prevalecer la razón sobre la pasión; prohibir el uso de la violencia y de la
mentira".
La
democracia es también aprendizaje, dicen."Una
sociedad de asistencia puede desembocar en la irresponsabilidad, así como en
la degradación",advierten.
La solución es una educación permanente, que se inicia en la familia,
continúa en la escuela y debe privilegiarse en la etapa de la juventud.
El documento rescata el valor de la vida asociativa y pide a los medios de
comunicación, que por su "enorme influencia (...) modelan comportamientos y
valores" que se autorregulen y respeten un "código deontológico".
"La mundialización da miedo", porque se la ve "como una especie de fatalidad
que se nos impondrá". Y en efecto, agregan, "la mundialización económica,
financiera y mediática que barre fronteras y culturas, se presenta como un
desafío terrible para la democracia y el futuro de la humanidad". Y cita
otra vez la yafamosa
advertencia de Juan Pablo II:"Si
la mundialización se rige exclusivamente de conformidad con las leyes de
mercado aplicadas en beneficio de los más poderosos, las consecuencias sólo
pueden ser negativas".
Pero los obispos franceses son optimistas: "La mundialización no tiene la
fatalidad ni la omnipresencia que algunos le atribuyen: será lo que los
grupos humanos y sus representantes hagan de ella. En lugar de dotarla de un
carácter diabólico, mejor sería intentar humanizarla, reforzando la
solidaridad entre los pueblos y entre los grupos, moralizando el mercado y
reconociendo la dignidad inalienable de todas las personas".
"Es preciso analizar la economía mundializada a la vista de los principios
de la justicia social, respetando laopción
preferente de los pobres", dicen, en coincidencia con el pensamiento de
Jorge Bergoglio.
Gobierno mundial
También citan a Juan XXIII, sobre la
necesidad de que la humanidad tome las riendas de su destino: "En la
actualidad, el bien común universal plantea problemas de dimensiones
mundiales que sólo puede resolveruna
autoridad pública cuyo poder, organización y forma de acción tenga también
una dimensión mundial,y que
pueda ejercer su acción en toda la extensión de la tierra".
Como aspecto positivo de la mundialización destacan que ésta "puede propagar
el progreso de las ciencias, de la sanidad y de la educación", favorecer
"los intercambios, los encuentros, aumentar las opciones".
Evocando visiones catastrofistas de los "choques culturales" y los
"conflictos de civilización", se preguntan: "¿Qué tipo de aberración
llevaría a los pueblos a destrozarse mutuamente en nombre de sus respectivas
culturas?".
"La Iglesia no se aleja mucho de su misión cuando toma la
palabra en el terreno político", dicen los obispos y preguntan citando a Pío
XI: "¿Acaso no es el terreno de la política (...) el de la mayor caridad?"
"Actuando por el bien común, al servicio de todos y sin ambiciones de poder,
los cristianos se sienten a gusto en una sociedad democrática y laica.Aportan
su contribución sin aceptar que su fe quede relegada al 'ámbito de lo
privado'.Esta fe tiene una
dimensión humana y social. Para permanecer viva, la democracia ha de tener
en cuenta sus referencias religiosas y filosóficas en el debate político",
señalan.
"La Iglesia no tiene ni competencia técnica propia ni
poder institucional a efectos políticos, pero posee la vocación para
estimular las energías espirituales, para recordar el rol fundador de los
valores de trascendencia y espiritualidad para construirun
mundo más digno de los hombres, hijos de Dios",
concluye el documento, llamando a la participación de los cristianos en la
política