En
la década de los 80 del siglo XX la Virgen estuvo muy
activa. Varias manifestaciones tuvieron lugar en estos años:
En Garabandal comenzaron las apariciones en el año 1961,
pero en Medjugorje, en Prado Nuevo (El Escorial), en Ruanda,
etc., fueron en esta década de los 80. Seguramente muchos
lectores no conozcan bien las apariciones tan importantes
que tuvieron lugar en Ruanda, y que fueron aprobadas por la
Jerarquía de la Iglesia. Ofrecemos en este post un relato de
las mismas que me llega por e-mail de Jorge Abril.
En Kibeho (Rwanda) la Virgen se presentó en lengua local
invitando a la conversión, a la oración y al ayuno.
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El 19 de agosto de 1982, mostró a las videntes terribles
batallas, ríos de sangre, y cadáveres sembrados por todas
partes como aviso de lo que sucedería si los rwandeses no se
convertían. Estas revelaciones están documentadas años antes
de la masacre.
En 1994 sucedió esa masacre donde murieron más de un millón
de personas.
En Kibeho (Rwanda), al inicio de la década de 1980, la
Virgen se apareció a siete adolescentes:
tres de ellas internas en un pensionado regido por las
Hermanas Benebikira, en un medio pobre, y otras tres
campesinas y una pastor.
Los videntes empezaron a tener apariciones de Jesús y María
en forma independiente,
conformando un grupo a partir del paso del tiempo y ante la
guía que la propia Madre Celestial les brindaba.
Según el relato de los videntes, la Virgen se presentó en
lengua local como «Nyina wa Jambo» -«Madre del Verbo»-,
invitando a la conversión, a la oración y al ayuno. Esta
aparición también se conoce como Nuestra Señora de los
Dolores.
UBICACIÓN Y MOMENTO HISTORICO DE RWANDA
Ruanda está situada en el centro de África y es uno de los
países más pobres del mundo,
siendo su economía esencialmente agrícola. La mayor parte de
sus habitantes son católicos, mientras un porcentaje de
personas profesan cultos africanos y una minoría es
musulmana.
Por siglos, los Tutsis, gente de altísima estatura,
dominaron a los Hutus, siendo las dos tribus predominantes
en Ruanda. Una
guerra civil terminó con el dominio de los Tutsis en 1959 y
muchos de ellos salieron exiliados hacia otros lugares de
África. En 1963 exiliados Tutsis invadieron el país con un
falso golpe de estado que terminó en una terrible matanza.
Rivalidades entre los Hutus llevaron a un golpe que llevó a
Juvenal Habyarimana, católico, a la presidencia,
sustituyendo a Gregoire Kayibanda, quien había gobernado por
11 años.
Después de una invasión y otro golpe asestado por los
Tutsis, se estableció una democracia multipartidista. Muchas
luchas raciales llevaron a un acuerdo de paz en 1993, entre
el gobierno y los rebeldes del Frente Patriótico Rwandés,
liderado por los Tutsis.
Cuando la Virgen apareció en Ruanda en 1981, la situación
política era muy compleja y los conflictos étnicos parecían
aumentar, llegando a confrontaciones violentas entre las
tribus dominantes.
Kibeho es una población de 50.000 habitantes situada al sur
de ese país cerca de la frontera con Burundi.
LA HISTORIA DE LAS APARICIONES
El 28 de noviembre de 1981, a la 12:35 hs, en el comedor de
la escuela de Kibeho, Alphonsine Mumureke (17 años), oyó una
voz que la llamaba: “Hija
mía”.
Se dirigió hacia el pasillo y vio a una bella mujer. La
describe así: “Tenía
un vestido blanco sin costuras y en la cabeza un velo
también blanco. No sabría definir el color de su piel, pero
era de una belleza incomparable. Tenía las manos juntas a la
altura del pecho, con los dedos hacia el cielo”.
La joven le preguntó: “¿Quién
eres?”. La
respuesta fue: “Yo
soy la Madre del Verbo”. Y
siguió: “Vengo
a tranquilizarte porque he escuchado tus oraciones. Querría
que tus compañeras tuvieran fe porque no creen con fuerza
suficiente”.
La experiencia se repitió al día siguiente, domingo 29 de
noviembre, y durante el mes de diciembre, cada sábado,
siempre en el comedor o en el patio de la escuela.
La primera reacción de los profesores y alumnas fue de
escepticismo. Nadie
le creía. Sus compañeras afirmaban que la oían hablar en
otros idiomas como francés, inglés, kinyarwanda y otros, que
no conocían. Muchos la ridiculizaban. Pero poco después
otras jóvenes afirmaron haber tenido también apariciones
de la Santísima.
Según Alphonsine, “la
Virgen vino a Kibeho para preparar a la humanidad para la
venida de su Hijo”. Alphonsine
siguió teniendo apariciones durante un período de varios
años y afirmaba tener un secreto, confiado a ella por la
Virgen, el cual no debía revelar hasta que Ella no se lo
indicara.
La última aparición a Alphonsine tuvo lugar el 28 de
noviembre de 1989,
a los siete años de la primera. Alphonsine fue filmada
durante algunas apariciones. Un doctor de la comisión de
investigación de la Iglesia examinó a la joven durante la
aparición.
En enero de 1982, fue Nathalie Mukamazimpaka,
una joven de 18 años, muy equilibrada y tranquila, quien vio
a la Virgen, casi por 2 años, hasta el 3 de diciembre de
1983.
El 2 de marzo de 1982 , Marie Claire Mukamgango,
de 21 años comienza a tener apariciones. Éstas terminaron el
15 de setiembre del mismo año. Había expresado en diversas
ocasiones que no creía en esas cosas. La Virgen le habló
18 veces, siempre en el colegio de Kibeho; y le encargó la
misión de difundir la devoción del Rosario de los Siete
Dolores de María.
Más tarde el número de videntes aumentó, llegando a ser
siete. Otras tres jóvenes y un joven aseguraban recibir
apariciones de la Virgen María y de Jesús. Ellos
son Stephanie Mukamurenzi, de 14 años; Agnes Kamagaju, de
22, y Vestine Salima, también de 22 años. Esta última era
musulmana, pero en 1983 recibió el bautismo. Ella es la
primera que dice haber visto a Jesús el 13 de abril de
1982, quien se le presentó como “el
Pastor de toda la tierra”.
Poco después, Segatashya (convertido luego con el nombre
de Emmanuel), sin ningún conocimiento de la religión
cristiana, aseguraba haber visto también a Cristo en julio
de 1982. Después de las apariciones se convirtió tomando
el nombre Emmanuel. Le enseñó el Padre Nuestro y el
catecismo. Emmanuel relata:“Yo
no sabía nada de la Iglesia ni de Jesús. La primera vez que
entré en una iglesia fue después de la aparición. No sabía
hacer la señal de la cruz, ni conocía el significado de la
cruz que veía en la misión”.
El Señor le confió luego una misión evangelizadora que
realizó, no sin dificultades, en los países vecinos.
Expulsado de Burundi, ha tenido éxito en Zaire en 1986 y
1987, y evangeliza ahora su propio país.
LOS MENSAJES DE LA VIRGEN EN RUANDA
La Virgen enseñó: la importancia del rosario, la oración
sincera, penitencia, amar, tener una fe viva, conversión,
sobre todo un llamado a la reconciliación. También llamó a
la renuncia del pecado. Se lamentó de la idolatría,
irreverencia, materialismo, hipocresía, inmoralidad sexual.
Y dijo que dejar de ir por dos caminos, es necesario seguir
uno solo, que lleva a Cristo.
Alphonsine dice que la Virgen vino a preparar a la humanidad
para la venida de su Hijo:
“El mundo está llegando a su fin. El regreso de Jesús está
muy cercano… La Reina de los Angeles viene a aconsejarnos
que nos preparemos para la venida de su Hijo. Tenemos que
sufrir con Jesús, rezar y ser apóstoles para prepararnos
para su venida”.
Emmanuel recibió también advertencias de nuestra Madre
Celestial:
“No queda mucho tiempo para prepararse para el juicio final.
Deben cambiar sus vidas, renunciar al pecado. Oren y
prepárense para su propia muerte y para el fin de los
tiempos. Deben prepararse, mientras aún queda tiempo.
Aquellos que hagan el bien, irán al Cielo. Si hacen el mal,
se condenarán a sí mismos sin oportunidad de apelación
alguna. No pierdan tiempo y empiecen ya mismo a orar y hacer
el bien. No queda mucho tiempo, y Jesús está volviendo”.
Jesús también le dijo a Emmanuel:
“Mucha gente trata a su prójimo deshonestamente. El mundo
está lleno de odio. Ustedes sabrán que mi segunda venida
está cerca cuando vean el estallido de guerras religiosas.
Entonces, sepan que yo estoy en camino”.
La Virgen María también le dijo a los videntes:
“Yo he venido a prepararle el camino a Mi Hijo, para vuestro
bien, y ustedes no quieren comprender. El tiempo que resta
es poco, y ustedes están como distraídos y ausentes. Están
concentrados en las cosas de este mundo, que son pasajeras.
He visto a muchos de mis hijos perderse, y he venido a
mostrarles el camino verdadero”.
El 5 de agosto de 1982, María le dice a Natalia:
“Yo les hablo pero ustedes no comprenden. Los quiero poner
de pie pero permanecen en tierra. Los llamo pero están
sordos. ¿Cuándo harán lo que les pido? Permanecen
indiferentes a todos mis reclamos. Pero ¿cuándo entenderán?
¿cuándo se interesarán de lo que quiero decirles? Les doy
muchas señales pero siguen incrédulos. ¿Hasta cuándo
seguirán sordos a mis llamadas? “.
A María Clara le dice:
“Cuando me hago ver por alguien para hablarle, lo que quiero
es dirigirme a todo el mundo. Si ahora vengo a la parroquia
de Kibeho, ello no significa que sólo venga para Kibeho o
para la diócesis de Butare o quizás para Rwanda o tal vez
para el África. Yo me dirijo a todo el mundo”.
En otra ocasión le dice a la misma vidente:
“Les pido el arrepentimiento. Si recitaran esta corona (la
de los siete dolores) meditando, entonces tendrían la fuerza
para arrepentirse. Hoy muchos no saben más pedir perdón.
Esos colocan nuevamente a mi Hijo en la Cruz. Por ello he
querido venir a recordarles, sobre todo aquí en Rwanda,
porque aquí hay aún personas humildes que no están aferradas
al dinero y a las riquezas”.
En la última aparición a Alphonsine, María le dice:
Para los jóvenes: “Diles
que no destruyan su futuro con una forma de vida equivocada,
que puede ser un peso muy grande en su futuro. No pierdan el
Cielo por el mundo. Tienen la fuerza para pelear un buen
combate. Dejen que los jóvenes que rezan con fervor lo sigan
haciendo e ignoren a los que dicen que están perdiendo su
tiempo. Aquellos que rezan tendrán su recompensa. Oren,
oren, oren… sigan el Evangelio de mi Hijo”.
A las familias: “En
momentos de dificultades y grandes pruebas, recuerden a la
Sagrada Familia de Nazareth, que tuvo una vida de
dificultades en medio de gran pobreza. No olviden que Dios
es más poderoso que toda la maldad del mundo”.
Para aquellos que están consagrados a Dios: “Sus
vidas son muy importantes para Dios. Deberán permanecer
fieles a sus votos. Los sacerdotes en particular, se deben
ofrecer ellos mismos mientras ofrecen el santo sacrificio de
la misa”.
Para los que tienen autoridad: “Están
llamados a servir. Si roban al pueblo, arruinan al servicio
al cual han sido llamados. Compartan, no asesinen, no
persigan, respeten los derechos del hombre, porque si actúan
en contra de los derechos del hombre, no tendrán éxito y
esto se volverá contra ellos mismos”.
A los intelectuales: “Han
recibido el conocimiento para ayudar a otros a llegar a la
verdad, que es Dios. Profesar el ateísmo insulta y ofende a
Dios”.
(Continuará)