5 MAR 2010    

Situación Social

La mitad de la población no tiene un empleo decente, según la UCA

Para la universidad, el 48% de las personas económicamente activas tiene problemas por trabajo informal, que afecta a 4,4 millones de individuos, y desempleo, que roza el millón de argentinos.

 

Sobre la base de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) que realiza el Indec, la Escuela de Economía realizó un diagnóstico de la situación social, en el que hay conclusiones duras. "Tras la gran bonanza económica de la década, sólo la mitad de la población económicamente activa posee un empleo de razonable nivel de calidad", dice su informe. "Un rasgo central ha sido la desvalorización monetaria (de los salarios) como política deliberada para ganar competitividad", agrega en la investigación, por lo que llega a hablar, en este aspecto, de "década perdida".

Mientras que los trabajadores tienen un ingreso promedio mensual de $ 2.277, para los informales ese monto desciende hasta los $ 1.040. Entre 2002 y 2008, el PBI creció un 63%, pero el empleo no avanzó en esas tasas. "Según los datos del INDEC,  los empleos formales pasaron de 4,3 millones a 5,9 millones. Este crecimiento permitió absorber parte de la alta desocupación prevaleciente a principios de la década y el ingreso de nuevos trabajadores al mercado laboral. Pero estos logros resultan modestos cuando se los compara con la cantidad de gente que todavía persiste en la desocupación o la informalidad", observa la UCA.
 

En las grandes ciudades sigue habiendo, como mínimo,  un millón de desocupados. "En el sector privado, el empleo informal sigue siendo el
refugio laboral de 4,2 millones de personas, una cantidad muy semejante a la que había en el año 2004. La insuficiente creación de empleo formal para absorber a un importante segmento de la fuerza laboral que trabaja en la informalidad, más la reducción del poder de compra de los salarios asociada a la devaluación, explican gran parte de la falta de correspondencia entre la evolución del nivel de actividad económica y la continuidad de los problemas sociales", sostiene la investigación.

Mientras algunos economistas creen que Mercedes Marcó del Pont es favorable a una devaluación del peso contra el dólar, la UCA sostiene que eso no resolverá los problemas de productividad. "Puede disimular por algún tiempo los problemas asociados a la mala calidad de las regulaciones laborales y al deficiente funcionamiento del sistema educativo, pero no los resuelve", explica. "Bajo determinadas condiciones, puede inducir un cambio en el precio relativo de los factores que favorezca la generación de puestos de trabajo formales debido al abaratamiento de la mano de obra. Pero apenas el salario real recupera el nivel previo a la devaluación, la creación de empleo formal privado se detiene", advierte.