El papa Benedicto XVI dijo que sus oraciones estaban con las víctimas del terremoto que ha provocado numerosas pérdidas humanas y daños en Chile.
"Rezo por las víctimas y estoy espiritualmente cerca de las personas afectadas por tan grave calamidad", dijo el pontífice tras el Angelus en Plaza San Pedro, hablando primero en italiano y luego en español.
Benedicto XVI agregó que pedía a Dios "alivio en sus sufrimientos y coraje en esta adversidad".
"Estoy seguro de que no faltará la solidaridad de muchos, en particular de las organizaciones eclesiásticas", agregó.
El terremoto de magnitud 8,8 que azotó a Chile el sábado ha provocado más de 300 muertes.
El presidente de Italia, Giorgio Napolitano, manifestó el domingo a título personal y de todos los italianos "el más profundo pesar por la tristísima pérdida de vidas humanas provocadas por el sismo, junto a ingentes daños materiales y sufrimientos humanos".
Por su parte, el ministro de Relaciones Exteriores italiano, Franco Frattini, dijo que el país europeo está dispuesta a enviar "todo tipo de ayuda de primera urgencia en cuanto lo pida el Estado chileno".
En una "segunda fase", declaró a un canal de televisión, se podrán enviar también ayudas de "tipo financiero, veremos que cosa requiere el gobierno de Chile y después lo evaluaremos".
El vocero de la cancillería china, Qin Gang, dijo en un comunicado que el gobierno y el pueblo de su país deseaban expresar su profunda preocupación y solidaridad a los chilenos.
El presidente chino Hu Jintao y el canciller Yang Jiechi han enviado mensajes de condolencia a la mandataria chilena Michelle Bachelet, dijo Qin.
Añadió que no había reportes de víctimas chinas, aunque no pudo dar el número de ciudadanos del país asiático que viven en Chile o que pudieron ser afectados.
En tanto, el presidente sudafricano Jacob G. Zuma expresó a Bachelet y al pueblo chileno su "solidaridad y condolencias".
"Oramos por quienes han sido afectados por el terremoto, ya sea emocional o psicológicamente, o bien, con la pérdida de la vida de sus seres queridos o con la destrucción de infraestructura", señaló Zuma en un comunicado.
Tampoco había información de sudafricanos afectados por el movimiento telúrico ocurrido el sábado.
El periodista de The Associated Press Jorge Piña contribuyó desde Roma a este despacho.
Uno de los peores terremotos en la historia de Chile
y uno de los más intensos registrados a nivel mundial
provocó la muerte de más de 300 personas, según los
últimos datos. Afectó a 1,5 millones de viviendas,
destruyó autopistas, casas, edificios, puentes,
interrumpió los servicios de agua, electricidad y
teléfonos, y derivó en un tsunami que provocó alarma en
los países del Pacífico. Las autoridades chilenas fueron
muy cautas para informar sobre la cantidad de víctimas,
aunque se presume que hay cientos de desaparecidos o
atrapados entre las ruinas provocadas por el movimiento
más intenso que sacudió al país vecino desde 1960,
cuando ocurrió el terremoto de Valdivia, donde murieron
miles de personas.
“Las fuerzas de la naturaleza han golpeado duramente a
nuestra patria y una vez más ponen a prueba nuestra
capacidad para enfrentar las adversidades y ponernos de
pie”, dijo la presidenta chilena, Michelle Bachelet, en
un mensaje que difundió por la noche en la televisión.
Confirmó que hay dos millones de damnificados por la
catástrofe. La evaluación de los daños no se conocerá
hasta dentro de un par de días, señaló la mandataria,
quien expresó su “profundo sentimiento de pesar a todos
los familiares de las víctimas” y la “solidaridad a
todas las familias con seres lesionados o que han
perdido sus bienes esenciales”.
Miles de chilenos se despertaron a las 3.34, hora local,
por un terremoto de 8,8 grados en la escala de Richter
que tuvo su epicentro en el sur del país y que afectó,
sobre todo, a la ciudad de Concepción, la segunda en
importancia, con unos dos millones de habitantes. El
movimiento, uno de los mayores registrados en la
historia moderna, fue 50 veces más poderoso que el que
devastó Haití el pasado 12 de enero. “Estamos ante una
tragedia de proporciones”, admitió temprano el ministro
de Defensa, Francisco Vidal, tras sobrevolar en
helicóptero Concepción, ubicada a 115 kilómetros del
origen del terremoto y donde se registró la mayoría de
las víctimas. La televisión mostró en esa localidad
edificios antisísmicos reducidos a escombros, la Casa de
Gobierno destruida y centenares de automóviles
aplastados.
Pese a encontrarse a más de 520 kilómetros al norte de
Concepción, la capital, Santiago, padeció la muerte de
decenas de personas, mientras los canales de televisión
mostraban el campanario derrumbado de la Iglesia de la
Concepción, casas antiguas reducidas a polvo y puentes
caídos. El aeropuerto internacional fue cerrado por
daños en su torre de control y la capital quedó aislada
hacia el sur del país por el colapso de las carreteras.
El terremoto se extendió por más de 1.600 kilómetros de
la geografía chilena, una larga y angosta línea de
tierra que linda al oeste con el Pacífico y al este con
la cordillera de los Andes. “Éste es el terremoto más
grande que hemos enfrentado en los últimos 30 años.
Quiero compartir el dolor de los familiares de los más
de 122 personas que perdieron la vida”, dijo el
presidente electo, Sebastián Piñera. Este empresario
conservador asumirá el poder el próximo 11 de marzo y
tendrá a su cargo las tareas de reconstrucción. Ayer
puso a disposición de la presidenta socialista Michelle
Bachelet la totalidad de sus futuros ministros, al
tiempo que anunció que destinará el 2% del Producto
Interior Bruto (PIB) del país a recuperar las
infraestructuras dañadas por el temblor. “Hemos tenido
la oportunidad de reunirnos con el gobierno, conversar
con los intendentes, y les hemos ofrecido toda nuestra
ayuda. Adicionalmente, vamos a seguir preparándonos para
asumir el gran desafío de la reconstrucción”, agregó
Piñera horas más tarde.
Ante la crisis, el
gobierno decretó estado de catástrofe en
seis regiones centrales del país, lo que
permitirá liberar recursos para asistir
a los dos millones de afectados por el
terremoto. El sismo complicó el servicio
eléctrico, la provisión de agua potable
y el sistema de telefonía. Bachelet
pidió a los compatriotas que disponían
de energía eléctrica que racionaran su
uso. Además, anunció que se postergó el
inicio de las clases al 8 de marzo,
hasta evaluar el estado de todas las
escuelas.
“Llamo a todos los chilenos a confiar y
seguir las indicaciones de las
autoridades, mantener la calma y no
exponerse a riesgos innecesarios”, dijo
la presidenta, que durante la mañana
había recorrido las zonas más afectadas.
Tras hacer un reconocimiento a la labor
de los medios de comunicación, las
fuerzas armadas, la policía y los
bomberos, Bachelet agradeció la
solidaridad de la comunidad
internacional. “Ayer, nosotros acudimos
en ayuda de Haití y hoy somos nosotros
los que sentimos la solidaridad”,
resaltó. “Estamos trabajando, pero
tenemos por delante una ardua tarea;
nuestra historia está plagada de
desastres naturales que ponen a prueba
nuestro tesón y solidaridad, pero
también registran el coraje de nuestra
gente. Una vez más: “¡Fuerza Chile!”,
concluyó Bachelet, quien el 11 de marzo
entregará el poder a Piñera.
DESDE OBAMA HASTA CRISTINA, EXPRESARON
SU SOLIDARIDAD.
En un mensaje
que dio por la noche a través de la
cadena de televisión, la presidenta de
Chile agradeció los llamados de
solidaridad de los mandatarios de todo
el mundo que se comunicaron para ofrecer
su ayuda. El presidente de la Asamblea
General de la ONU, el libio Ali Treki,
hizo un llamado a la comunidad
internacional a desplegar “todos los
esfuerzos posibles para asistir con
urgencia a Chile después de la
catástrofe”. El presidente de Estados
Unidos, Barack Obama, dijo que su país
tiene recursos listos para enviarlos a
Chile si así se lo pide el gobierno de
Michelle Bachelet y manifestó sus
condolencias “más sinceras” por las
víctimas mortales. El secretario general
de la Organización de Estados Americanos
(OEA), el chileno José Miguel Insulza,
ofreció la cooperación del organismo a
su país y mandó “un abrazo fraterno de
solidaridad y esperanza” a sus
compatriotas.
También el presidente del gobierno
español, José Luis Rodríguez Zapatero,
envió un telegrama a la presidenta
Bachelet en el que expresó la
solidaridad de España y “su disposición
para ayudar en todo lo que necesite
Chile a partir de ahora”.
La presidenta argentina, Cristina
Fernández,
se comunicó con Bachelet
para expresar su solidaridad con las
víctimas del terremoto y ofrecer “toda
la ayuda que fuera necesaria”.
El presidente brasileño, Luiz Inácio
Lula da Silva, manifestó “consternación”
y dio instrucciones a su gabinete para
evaluar la situación y las medidas que
Brasil pueda adoptar en pos de ayudar a
Chile.
CAYÓ UN MURO Y ESCAPARON LOS PRESOS.
El terremoto no distinguió
clases sociales, edades, localidades ni
situaciones particulares. En la
penitenciaria de Chillán, 269 presos
escaparon de la cárcel donde estaban
alojados después de que se produjera el
sismo. Sólo 60 de los reos fueron
recapturados por la policía y tres
resultaron abatidos en una espectacular
fuga que terminó con la quema de cinco
casas. El hecho ocurrió cuando se
desplomó uno de los muros del penal, se
produjo una revuelta por parte de los
internos y la mayor parte huyó de la
institución. La fuga se produjo en la
localidad de Chillán, ubicada a 401
kilómetros al sur de Santiago de Chile,
en la región del Bío Bío, una de las más
afectadas por el sismo. La confirmación
llegó por parte del director nacional de
la Gendarmería, Alejandro Jiménez, quien
precisó que los presos se amotinaron y
aprovecharon la situación que provocó el
terremoto para escapar. También que uno
de los gendarmes quedó malherido después
del derrumbe. Al menos 200 delincuentes
continúan prófugos y son buscados por
los gendarmes y la policía.