"Ver que la persona con quien trabajabas, compartías mate y anécdotas
cotidianamente sale al balcón, vestido de blanco, para saludar al mundo como el
nuevo Papa... ¡La pucha!, es una sensación diferente", dijo José María Di Paola,
más conocido como el padre Pepe, a
sanmartin.clarin.com, pocas horas después de que se conoció la noticia
de que Jorge Bergoglio había sido elegido para ser el nuevo conductor de los
destinos de la Iglesia Católica.
Apenas seis minutos habían pasado de la tres de la tarde. Las campanas de la Basílica de San Pedro y una fumata blanca anunciaron al mundo que había un líder nuevo. Di Paola le pidió a un amigo de la villa 21-24 de Barracas, donde trabajó durante 13 años, que le avisara con un mensaje de texto el nombre del elegido. Peró él siguió con sus tareas y su amigo nunca llegó a darle la noticia.
Una hora más tarde, se pronunció el "Habemus Papam" y la identidad de Su Santidad se difundió. Jorge Mario Bergoglio, ahora el Sumo Pontífice, salió al balcón. Di Paola, que estaba trabajando en un grupo de apoyo escolar en la villa La Cárcova de José León Suárez –donde reside desde hace menos de un mes- prendió su celular y encontró 150 avisos, entre llamadas y mensajes de texto. "Se comunicaron periodistas y muchos vecinos de la villa 21. La gente de Barracas se emocionó hasta las lágrimas. No podían creer que el hombre que los acompañó en las procesiones o bautizó a sus hijos ahora era Papa", comentó Di Paola.
La experiencia de trabajo que compartieron Di Paola y Bergoglio en uno de los lugares más necesitados de la Ciudad llevó al primero a decir, sin un dejo de inseguridad, que Bergoglio "es un pastor que siempre acompañó a los pobres".
Para el cura villero, como él se define por su labor en asentamientos de Capital y el Gran Buenos Aires, el nuevo Papa no sólo es su referente máximo sino su "amigo" y su "padre espiritual". El primer Papa jesuita es la persona que lo guió y con quien mantuvo charlas extensas –siempre con mate mediante- sobre su elección de trasladar la misión de Dios a los lugares más pobres.
"Estuvo desde mi primer día en la villa 21, en 1997, cuando me nombró párroco y
en la misa final, a fines de 2010, cuando me fui a Santiago del Estero", contó.
Bergoglio, en ese momento arzobispo de Buenos Aires, presidió una ceremonia de
despedida en honor a Di Paola, quien debió abandonar su misión y trasladarse a
otra provincia tras haber sido amenazado de muerte por sus declaraciones sobre
la circulación y el consumo de drogas en asentamientos porteños. "En el momento
de las amenazas me apoyó y acompañó", destacó el cura.
La austeridad y "una conducción dirigida a los más pobres", consideró Di Paola, serán los aportes que haga el nuevo Papa Francisco a la Iglesia Católica.
EXTRA:
A José María Di Paola, más conocido como el padre Pepe, no le alcanza con oficiar la misa, confesar a los fieles y predicar la palabra de Dios desde un atril. Su actividad se asemeja a la de un antropólogo obsesionado por hacer un buen trabajo de campo: le urge estar donde lo necesitan y empaparse de la vida de los fieles. Por eso, tras dos años en Campo Gallo, una localidad pequeña de Santiago del Estero, vuelve al lugar que lo define: desde mañana, el sacerdote al que llaman "el cura villero", desembarca en uno de los barrios más vulnerables del Gran Buenos Aires para retomar la tarea de prevenir y recuperar a los adictos al paco.
Los pasillos, casillas y calles de villa La Carcova y del asentamiento Barrio Independencia del partido de San Martín son los sitios que el padre comenzará a recorrer a partir de mañana. En el primero se instalará en forma permanente. "Es la primera vez que un sacerdote va a vivir en esa zona. Si bien los Franciscanos vienen trabajando hace años allí, nunca antes se mudó un cura", contó Di Paola a sanmartín.clarin.com .
Los vecinos de José León Suárez serán, entonces, quienes lo verán volver a las villas para poner en práctica tareas de prevención y recuperación de adictos al paco. Lo hará a partir de su programa Hogar de Cristo, una propuesta de inclusión y acompañamiento de consumidores de esa droga que fundó en 2008 cuando trabajaba en la villa de Barracas. Desde allí ejercía su labor como coordinador del Equipo de Sacerdotes para las Villas de Emergencia de la Arquidiócesis de Buenos Aires, pero su proyecto quedó interrumpido cuando, luego de difundir un documento que denunciaba que la droga en las villas estaba despenalizada de hecho, recibió amenazas de muerte que lo obligaron a parar. Más tarde se fue a Santiago del Estero y trabajó allí dos años.
El religioso, que nació y se crió en una familia de clase media del barrio porteño de Caballito, cumplirá su misión desde dos capillas: "Virgen del Milagro", en la Carcova y "San Francisco Solano", en Barrio Independencia. "Queremos parroquias pujantes, que se conviertan en la casa de los chicos. Lo lograremos a través de la fe y la acción social", reflexionó.
En un principio, hacia mediados de diciembre, se anunció que el padre Pepe retomaría su labora contra las drogas en Villa Fiorito del partido de Lomas de Zamora. Pero tras varias reuniones entre Di Paola y el monseñor Guillermo Rodríguez Melgarejo, obispo de la Diócesis de San Martín, se decidió que José León Suárez sería el destino al cual volver. "Había una necesidad mayor, en comparación con otros lugares. Con el obispo Guillermo decidimos comenzar por ahí. Hacía falta atender y vivir en San Martín", dijo el cura, que a pesar de no haber llegado a Fiorito, da asesoramiento sobre la recuperación de chicos con adicciones en Lomas de Zamora.
Al consultarle si tenía temor porque lo sucedido volviese a ocurrir, el padre Pepe contestó en forma contundente: "No, no, no", repitió. "No tengo miedo. Pienso que ya pasó, fue una situación puntual. Estoy esperanzado de que esto sea un trabajo a largo plazo por el bien de los chicos de la zona".
Luis Sotillo · Comentarista destacado
luego fueron los militares los que persiguieron a los religiosos que se acercaron a los mas necesitados no solo para alcanzarles comida sino principalmente
la educación y los principios que los hicieran crecer como persona, por ultimo otro gobierno peronista vuelve a repetir la historia y persigue a quien en
vocación de humildad hizo mucho mas que aquellos que desde su posición política preponderante solo enriquecieron sus cuentas bancarias y propiedades
sin haber logrado que se instalara en nuestra sociedad un sistema de reparto de la riqueza mucho mayor que solo se obtiene con una educación mucho
mayor y no politizada de nuestra juventud y con la instalación de genuinas fuentes de trabajo.
de ahí que Bergoglio haya dicho "el futuro de la iglesia esta en el sur" , es obvio , mas de 300 millones de personas es países de tradición católica por haber
sido ex colonias de España y Portugal. NO se pueden dar el lujo de perder semejante nicho , cuando la mayoría de los europeos son ateos o protestantes.
conocera con mas amplitud las necesidades de la iglesia en latinoamerica.Viva Francisco I , Viva hispano america ..!