Dicen los antiguos vecinos capitalinos, que Parque Patricios es tal vez el último barrio, el último bastión donde resiste aún el aroma a magnolias, las calles empedradas, el tango de arrabal y las románticas melodías milongueras, los viejos caseríos donde habitan aún los ignotos fantasmas de taitas, malevos, cuarteadores, fabriqueras y cuchilleros de ley. En sus fronteras Pedro de Mendoza realizó la segunda Fundación de Buenos Aires, y supo cobijar en sus quintas a Remedios de Escalada, la esposa del Libertador de América el General Don José de San Martín, que diera en ese mítico barrio sus últimos pasos en el continente antes de marcharse al exilio europeo. Nacido como un paseo, su nombre terminó por abarcar el barrio todo, alberga el palacio del Instituto Educativo Félix F. Bernasconi, el más importante de América, y es sinónimo también de la fiesta popular por excelencia: el fútbol y su pasión en estado puro por el club del barrio: Huracán, uno de los grandes equipos argentinos de todos los tiempos, símbolo de la nobleza deportiva, del espíritu amateur que otrora brillara en las hazañas del polideportista y globonauta Jorge Newbery.

A través de distintos enfoques y aportes que se pueden encontrar en esta página, será factible conocer un poco más la rica historia del barrio, sus hoy reales perspectivas de progreso (demolición de la vieja cárcel, pronta habilitación del nuevo subte H, construcción de nuevos edificios mediante cooperativas) y las instituciones (escolares, hospitalarias, culturales, cívicas, cooperativas) y la gente que le dan vida y que forjan hoy su devenir cotidiano y lo engrandecen día a día.

 

Links recomendados

 

 

 Uno de los más completos sitios en Internet con información sobre Parque Patricios y la actividad vecinal, también posee muy interesantes datos históricos.

 

VIVIENDAR COOPERATIVA DE VIVIENDA  LTDA (Matrícula INAES 25106).   La Cooperativa de Vivienda que agrupa a 60 grupos familiares, que hoy diciembre de 2004 ya hace dos años viene trabajando para construír su propio edificio en Parque Patricios, dentro del Programa de Autogestión para la Vivienda, PAV, del Instituto de Vivienda del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.  Aquí puede conocerse las características de su Propuesta Social que ya fue aprobada al igual que su Propuesta Arquitectónica, restando solucionar en breves días pequeños detalles formales para que el GCBA proceda finalmente a la compra del terreno ya reservado (que sino corre el riesgo de perderse) e iniciar así la obra que contribuirá no solo a solucionar un grave problema de vivienda de estas familias sino tambien a valorizar aún más el barrio. Puede asimismo leerse al final el texto del Anexo de Inserción Barrial que ha de facilitar a los cooperativistas el mejor desenvolvimiento en el barrio.

1 DE NOVIEMBRE de 2008

EL CENTENARIO QUEMERO: HOY ES EL GRAN ANIVERSARIO DEL CLUB DE PARQUE PATRICIOS, PERO LOS FESTEJOS COMENZARON AYER EN LAS CALLES

Un Huracán de 100 años

Historia de barrio y nombres gloriosos, de herencia de padres a hijos, de golpes y resurrecciones.

Por:  Waldemar Iglesias

Acá está Huracán, con la piel ajada por 100 años en los que recorrió todos los caminos que pudo y los que le dejaron. Golpeado, sí. Pero feliz, sobre todo. Porque el Centenario Quemero resulta también una reivindicación para sus días de magia y de gloria, para sus jugadores ilustres, para el estoicismo de su gente que toleró tantas muecas ingratas sin averiar la pertenencia. Porque ser de Huracán, en definitiva, es eso: una pertenencia, más allá de cualquier avatar. No importan ni la parafernalia de los medios ni las conquistas pasajeras. Huracán es ese barrio que trascendió sus fronteras sin olvidar el origen; es el papá que le explicó al pibe que la grandeza no se construye en una década feliz, que Grande se nace; es el abuelo que contaba las épicas de nombres hoy imposibles. Es el Globo de Jorge Newbery, ese hombre inmenso en su tiempo e irrepetible en la historia. Es el tango que nació en su geografía. Es la resurrección posible después de cada golpe imposible.


Sucede también que es la fiesta de los que no están. Y de esos quemeros que, ahora, siguen festejando bajo el cielo en ese Sur de la Ciudad de Buenos Aires, tan propio y tan afín. En Parque de los Patricios, en la Nueva Pompeya que fue hábitat inicial, en Villa Soldati... Es la alegría de los que están ahí, colándose entre las nubes, para ver esta fiesta de globos volando por el aire y fuegos artificiales. De los que llevaron a Huracán a ser el más campeón de los años 20: Agustín Alberti, El Negro Laguna, Ramón Vázquez, Máximo Federici, Angel Chiessa, Cesáreo Onzari, Guillermo Stábile... De los que después le comenzaron a dar vida a Huracán en el profesionalismo: Herminio Masantonio, Emilio Baldonedo, Jorge Alberti, Tucho Méndez, Juan Estrada, Bruno Barrionuevo... Es también la fiesta de los gloriosos duendes de los 70, guiados por Menotti y El Gitano Juárez: El Loco Houseman, Babington, Brindisi, Carrascosa, Basile, Larrosa, Avallay... Y de los que después le pusieron el alma a la adversidad: Chacho Cabrera, El Negro Herrero, Héctor Cúper, Lucho González, Daniel Montenegro, Gastón Casas, Christian Cellay, Mariano Juan... También de otros hinchas que son una añoranza enorme que brota inevitablemente ante esta circunstancia, como Ringo Bonavena o Julián Centeya...

Muchos de los que ahora gritan por Huracán jamás lo vieron campeón en la máxima categoría. Pero saben lo que significó, por ejemplo, el imborrable Huracán de 1973, ese que fue la matriz de lo que después Menotti trasladaría a la Selección campeona del mundo, cinco años más tarde. Porque lo sabe el fútbol argentino: no hubo otro equipo igual. También ellos que llevan bombos y banderas rumbo a la sede de la Avenida Caseros conocen el increíble Penta de 1976, cuando Huracán le ganó los cinco clásicos de la temporada a San Lorenzo, en un hecho único en el fútbol de nuestro país. Lo saben más allá de la edad. Lo saben por herencia. Porque Huracán, para el hincha, también es eso: una preciosa herencia inmodificable.

HURACAN

La gente armó su fiesta en las calles

Desde la iglesia de Nueva Pompeya, donde se fundó Huracán, hasta Caseros y Labardén, a tres cuadras de la sede del club, donde se montó un escenario, la caravana fue sumando adeptos en cada calle hasta llegar a los miles que disfrutaron espectáculos de circo, números musicales, siempre con las banderas bien alto. El pueblo quemero copó el barrio y la fiesta seguirá hoy, desde las diez de la mañana.

JUGADOR, DT, DIRIGENTE

Mi vida, en el club

Por:  Carlos Babington
Fuente: PRESIDENTE DE HURACAN

Huracán es para mí, sobre todas las cosas, un motivo de orgullo. Nadie me puede quitar lo que siento por este club. Porque lo conozco desde chico, desde el barrio, porque jugué ahí, porque sufrí, porque fui feliz, porque tuve la sensación de hacer un gol de frente a la popular del Ducó. Porque después también fui técnico y pude ascender dos veces. Porque cuando me metí en esto de ser dirigente también me gustó, sobre todo por las ganas que me dan de sacar al club adelante, de verlo crecer.

Me gustaría que el club fuera lo que era cuando yo jugaba, cuando compartía aquel equipo con jugadores enormes de la historia del fútbol argentino, como René Houseman, Miguel Brindisi, Jorge Carrascosa... Pero está claro que la realidad es otra, porque en este centenario que nos toca vivir la situación es traumática. Pero soy optimista de cara al futuro.

El primer paso lo dimos el año pasado: Huracán ya no juega contra Ben Hur, ahora tenemos enfrente los clásicos contra San Lorenzo y contra Boca. Y ahora, entre todos, tenemos que seguir creciendo. Hay que mejorar las instalaciones (el estadio, la sede, la Quemita), fortalecer las inferiores y no comprometer al club con juicios.

HURACAN

Biblioteca deportiva

Huracán 100 años.

Desde hoy Clarín pone a la venta el libro del Centenario de Huracán. Un recorrido de 164 páginas por la historia de uno de los grandes del fútbol argentino: desde los tiempos fundacionales y la gloriosa década del 20 a estos días arduos. Precio: 19,90 pesos.

 ¡Ellos vendrán!...

Como cuando eran niños y sus padres los traían de la mano... ¡ellos vendrán!...

Aunque sus viejos ya no estén, y los miren desde el cielo..., igual... ¡ellos vendrán!...

Como cuando eran niños y rumbeaban a jugar para el Parque Patricios con la pelota bajo el brazo, así...¡ellos vendrán!...

Las modas han pasado, también las guerras, los discursos y las pompas, los inviernos y veranos, los días y las noches, y todo se ha olvidado..., pero en la historia del sufrido pueblo, a lo largo de los años sólo el fútbol ha permanecido...

Como cuando eran niños...¡ellos vendrán!... a ver a sus ídolos, a los que el corazón dejan en la cancha por amor a la divisa inmortal...

Como cuando eran niños...¡ellos vendrán!... a ver el equipo blanco de sus sueños, formado con sus secretos anhelos y esperanzas, al que vieron jugar bajo la lluvia de sus lágrimas y también bajo el sol de sus sonrisas...

Y en una tarde gloriosa, radiante y plena de luz, como cuando eran niños...¡ellos vendrán!..., se juntarán con los amigos de siempre, se ubicarán en las tribunas, cantarán y explotarán en un grito sagrado...¡goool!, ¡gol de Huracán!

Y será fiesta del alma, y los plateados duendes recorrerán fantasmales el viejo barrio llevando la buena nueva..., ¡otro triunfo del Globo!...¡ganó Huracán!...   

Y en el atardecer de la vida, cuando el fin del partido esté próximo, levantará vuelo el Globo llevando las almas de aquellos que se atrevieron a soñar un ideal blanco y puro, a palpitar un sentimiento sanguíneo en el corazón, a escribirle un poema al club de sus amores, a tener una lírica fantasía, a seguirlo a todas partes...

Y entonces, en ese instante único, mágico y maravilloso, como cuando eran niños...¡ellos vendrán!...

                                                                                   

                                                                                         Juan  Martín Nuñez

  CGP 4http://www.buenosaires.gov.ar/areas/descentralizacion/cgp/servicios.php?cgp=4

 

Parque Patricios, Boedo, Pompeya, Barracas, San Cristóbal

 

 

 

El CENTRO DE GESTION Y PARTICIPACIÓN DEL GCBA N°4 es el correspondiente a Parque Patricios, se halla en Sarandí 1273(1222) Buenos Aires
Tel: 4305-2878 / 4304-3754 / 4306-0947
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Se puede consultar y recabar la información necesaria para acceder a los distintos servicios y actividades que brinda el Gobierno de la Ciudad, empresas de servicios y organismos nacionales, ya sea a través de su Mesa de Informes, Guía de Trámites o por vía Internet.   Lu. a Vi. 08:00 a 18:00 hs

Recuerdos de mi niñez en Parque Patricios: a Carlos Casal, amigo y compañero del colegio primario Bernasconi, nacido como yo en la Maternidad Sardá y también sufrido hincha de Huracán     

A Carlos Casal, amigo y compañero de la niñez y de toda la vida

Hoy evoco con profunda nostalgia y añoranza aquellos años felices de nuestra niñez allá en Parque Patricios. Nuestra tarea principal era ir al colegio primario, el famoso Bernasconi, a aprender los incipientes secretos de las cosas, ayudados por diligentes maestros (el Sr.Amor, Saracho,) mezcla de sarmientos y discépolos, que encarnaban nuestros primeros modelos a imitar.

Y luego por supuesto, siempre los juegos, actividad principal en ese barrio humilde de calles empedradas donde la pobreza y el tango acechaban en cada esquina, en una época de conflictos sociales, de tranvías lejanos y carros municipales tirados por caballos que el tiempo olvidó.

¿Te acordás cuando jugábamos a la pelota en el Parque Patricios?....., todavía llevo impreso en mi alma el abrazo que me diste con alegría en la cancha pegada a la calesita, pegada a Pepirí, luego de un partido que habíamos disfrutado con nuestros amigos y compañeros del primario..., tortuga Cobeaga, Denico, Varela, Barbieri, Rubio y otros que el tiempo tirano dispersó pero que igual siempre recuerdo con todo afecto.

Eran épocas de entretenimientos simples...., jugar a las bolitas en la tierra de los árboles de la vereda, el metegol, las figuritas redondas de jugadores de futbol, que volaban hacia la pared de las casas buscando arrimarse lo más posible o quedar paradas en espejito..., el andar en bicicleta..., las vueltas en la vieja calesita del Parque..., remontar los barriletes que nosotros mismos armábamos con caña tacuara y papel barrilete de colores..., ir al cine Rivas a ver tres películas seguidas o al Pablito Podestá a escondidas a espiar las curvas femeninas.., tomar un helado en Melidore, ir a la cancha a alentar al Globo, mas luego a Ringo Bonavena, mirar las vidrieras de Seijo en Rioja y Caseros deseando los primeros lonpas largos que costaba comprar..., viajar de vez en cuando con el tranvía 16 hasta el centro por la Av. Corrientes todavía angosta...., y siempre el futbol, con pelota de cuero a veces, muchas con pelota de goma, o de papel o trapos envuelta con una media vieja..., la pobreza obligaba..., recuerdo mi primera camiseta de Huracán, armada con una remera blanca a la que le cosí a la altura del corazón un escudito de felpa con el Globo, y le pinté con témpera roja el cuello y los vivos de las mangas...¡que orgullo era jugar y gambetear con ella puesta!

Es cierto que fui un niño demasiado sensible a veces, quizás producto de los problemas familiares por mis padres que peleaban mucho de mala forma, pero también con una sensibilidad innata por los sentimientos profundos y la búsqueda de respuestas trascendentes a los enigmas de la existencia, ¡leía mucho y era bastante traga!..

Hoy que la vida me brinda este inefable y hermoso regalo de compartir un trabajo con vos, dejando el aspecto económico de lado, y valorando enormemente tu solidaridad, buenos sentimientos y tu afectuosa amistad igual que cuando éramos niños, ahora siendo ya hombres grandes, peinando canas y con hijos que pronto nos darán nietos, cruzando los 55 y avizorando el no lejano misterio de la muerte, que por mi fe para mí es entrar en la verdadera Vida trascendente de Dios, siento que quiero llegar con alforjas livianas a ese día, y dejando atrás los grandes sufrimientos y sinsabores, ir como en una parábola retornando a la niñez, cerrando un círculo existencial en ese tiempo de los sentimientos puros e inocentes del principio de la vida.

Así como el poderoso citizen Kane pergeñado por Orson Wells musita en su solitario final "Rosebud.., Rosebud..", evocando el recuerdo del humilde y pequeño trineo de madera que fue el juguete preferido de su niñez, también yo aspiro a recordar y llevarme para siempre grabados el amor por mi familia, esposa, hijas, los animalitos mascotas, y por los seres amigos queridos como vos que imborrablemente incorporaron en mi alma para la eternidad aquellos mágicos días de nuestra lejana niñez en Parque Patricios...

 

 

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