La presidenta de Chile, Michelle Bachelet, dijo que el
acuerdo de paz con Argentina que fue conmemorado hoy en
ceremonias presididas por el Papa Benedicto XVI fue "un
ejemplo para América Latina". En un diálogo con los
periodistas al concluir la jornada en el Vaticano, Bachelet
afrontó el conflicto con Perú por las fronteras marítimas y
destacó que "hay que buscar los instrumentos que nos
permitan garantizar que la confianza y la transparencia den
lugar a un nuevo estado de la relación bilateral".
El conflicto se encuentra en la Corte Internacional de La
Haya y se agitó en estas semanas por las denuncias peruanas
de una conspiración de espionaje chilena en el país andino.
Ambos países combatieron en la guerra del Pacífico, entre
1979 y 1983, en la que Chile derrotó a Perú y Bolivia,
quitándoles amplios territorios y a los bolivianos su salida
al Pacífico.
Mañana llegará aquí el presidente peruano Alan García, quién
será recibido en audiencia por el Papa. Garcia viajará
después a Estoril, en Portugal, donde estará Bachelet y
Cristina Fernández, en la reunión cumbre de los países
iberoamericanos.
La presidenta chilena puso de relieve "el nuevo estado de
relación que tenemos con la Argentina" y dijo que con su
"amiga" Cristina Kirchner "hemos tenido el tremendo júbilo
de mantener reuniones con el Papa y su Secretario de Estado,
el cardenal Bertone".
Dijo que "hemos reiterado nuestro compromiso que se expresó
en muchas medidas de confianza entre Argentina y Chile y que
tuvo su punto culminante cuando en Maipú hemos firmado el
tratado de cooperación e integración".
Bachelet dijo que en su encuentro con el Papa habló "de como
este ejemplo tiene que servir para la región y el mundo". La
presidenta chilena anunció además que el "primer ministro"
del Papa, cardenal Bertone, visitará Chile probablemente en
abril del año próximo. También el Papa fue invitado por la
presidenta trasandina y "mostró interés aunque no se han
establecido fechas".
Bachelet, que es agnóstica y separada dos veces, exaltó el
hecho de que por primera vez en la historia de la Santa
Sede, dos jefas de Estado se entrevistan con el Papa para
conmemorar la firma de un tratado de paz firmado hace un
cuarto de siglo con la mediación pontificia.
"Hoy podemos decir jubilosos, con seguridad y con alegría,
que la paz ha dado sus frutos en abundancia y que nuestros
pueblos viven muy contentos con esta atmósfera de concordia
y comprensión", concluyó la presidenta de Chile.
El Beagle, un triunfo que el Vaticano
enarbola ante todo el mundo
El Papa habló del acuerdo como un
"ejemplo luminoso". El recuerdo de Alfonsín.
Por:
Julio
Alganaraz Fuente: ROMA.
CORRESPONSAL
Todo salió como
esperaban el Papa,
Cristina Fernández
Kirchner y Michelle
Bachelet. Un clima
de absoluta
celebración
cuidadosamente
preparado por el
Vaticano. Con
Benedicto XVI quien,
tras haber recibido
por separado a las
dos presidentas,
hizo culminar su
discurso en la
majestuosa sala
Clementina
-escenario de la
capilla ardiente de
los restos de Juan
Pablo II-, con una
bendición apostólica
a las delegaciones,
los presentes y los
pueblos de Argentina
y Chile.
El Papa aclaró que
se trataba de "una
muestra de afecto".
Bajo los célebres
frescos realizados
por los hermanos
Alessandro y
Giovanni Alberti en
el siglo XVI, el
Papa Ratzinger
presentó el acuerdo
entre ambas
naciones, que se ha
reforzado en estos
25 años, como un
triunfo que el
Vaticano enarbola
instando a la
comunidad
internacional a
resolver los
conflictos "con
voluntad de diálogo
y acuerdo".
El "histórico
evento" ha
contribuido "a
reforzar en los dos
países los
sentimientos de
fraternidad". A
flanco del
pontífice, sentadas
como el Papa, ambas
vestidas de negro
escucharon afirmar
que "este
acontecimiento forma
parte de la gran
historia de dos
nobles naciones,
pero también de toda
América Latina".
Joseph Ratzinger es
un alemán parco de
palabras, por lo que
sus elogios
mostraron con cuanta
alegría vivía el
gran momento.
Calificó al Tratado
de "un ejemplo
luminoso de la
fuerza del espíritu
humano y de la
voluntad de paz
frente a la barbarie
y la sinrazón de la
violencia y la
guerra como medio
para resolver las
diferencias".
La jornada había
comenzado en el
patio de San Dámaso,
con las dos
presidentas que
llegaron juntas en
un automóvil
decorado con las
banderas de los dos
países. Los guardias
suizos hicieron
sonar sus alabardas
al saludar a
Cristina y Michelle,
mientras se
alineaban una docena
de gentilhombres de
Su Santidad,
vestidos de frac y
luciendo
condecoraciones.
Cristina llegó hasta
el Papa que la
esperaba en la
puerta de la
Biblioteca
Pontificia en el
medio de un cortejo
de suizos y
gentilhombres.
Tras los encuentros
con el Papa y el
cardenal Tarcisio
Bertone, el
secretario de Estado
vaticano, todos
fueron hasta la sala
Clementina. Tras
bendición
apostólica, las
delegaciones de
Chile y la Argentina
fueron presentadas a
Benedicto XVI y se
pasó a los regalos.
Fernández y Bachelet
obsequiaron al
pontífice un bajo
relieve en cobre con
los perfiles de
América Latina, el
actual Papa y Juan
Pablo II.
"Esta conmemoración
tiene un significado
especial porque el
clima en América
Latina no es el más
propicio y esperamos
que la paz y
fraternidad entre
Argentina y Chile
tenga un valor
concreto para la
región", dijo el
diputado Ricardo
Alfonsín, quién
también saludó al
pontífice. El
radical se emocionó
con las palabras del
Papa en recuerdo de
su padre, el
presidente Raúl
Alfonsin, que tuvo
un papel fundamental
en el proceso que
llevó al Tratado de
Paz.
Las presidentas
bajaron por la
Escalera Noble y
fueron a las
catacumbas vaticanas
donde está la tumba
de San Pedro y la de
otros papas. Y
rindieron homenaje a
Juan Pablo II.
Las delegaciones,
mientras tanto,
pasearon por los
jardines vaticanos
hasta el bello "palazzo"
blanco de la Casina
de Pío IV, o Villa
Pía, construida en
1558 por el Papa que
le dio el nombre.
Allí se realizaron
durante cinco años
las negociaciones
entre los
plenipotenciarios de
Argentina y Chile
con el cardenal
Antonio Samoré como
jefe operativo de la
mediación
pontificia. En la
Casina tiene su sede
la Pontificia
Academia de Ciencias
Sociales, cuyo
canciller es el
arzobispo argentino
monseñor Marcelo
Sanchez Sorondo.
En el aula donde
deliberan los
académicos hablaron
el secretario de
Estado, cardenal
Sodano, y las dos
presidentas. Sodano
evocó la importancia
del Tratado y la
mediación
pontificia. Cristina
Fernández improvisó
sus palabras. Dijo
que una guerra entre
los dos países
"hubiera sido una
tragedia
irreparable". Elogió
a Juan Pablo II y al
cardenal Antonio
Samoré. "Si vivimos
con tranquilidad y
se evitó una guerra
fue también un logro
de ambos", dijo.