Cristina Kirchner ocultó una carta en la que el Papa le pedía “concordia y diálogo”

POR JULIO ALGAÑARAZ

Según confirmaron en el Vaticano, se la envió Bergoglio apenas asumió. Podría mostrar un primer cortocircuito.

 

ROMA. CORRESPONSAL - 22/04/13

Sólo el Papa pudo haber autorizado que fuera difundida a través de un trascendido su carta del 20 de marzo a la Presidenta, Cristina Fernández de Kirchner, que el Gobierno argentino prefirió ocultar y no hizo pública. La decisión, revelada ayer por La Nación, implica un doble cortocircuito: Por un lado la jugada, decidida en las más altas cumbres vaticanas, utilizando el medio periodístico argentino del que Jorge Bergoglio se proclamó siempre un asiduo lector, representa una clara crítica y advertencia a la jefa de Estado. Francisco muestra su desagrado y algo más porque el Gobierno no publicó el contenido de una misiva en la que el pontífice invita a la Presidenta a afianzar “la concordia, el diálogo, la reconciliación y el entendimiento entre todos”. El nuevo inicio y casi luna de miel Bergoglio-Cristina puede haber durado sólo un mes, el lapso durante el cual el Papa esperó que la carta fuera publicada porque incluía sus saludos y bendiciones a los argentinos, especialmente “a los que sufren”. Al cumplirse los 30 días, la misiva se hizo pública, aunque en forma “non sancta”, desde el Vaticano.

Por otro lado, la vía seguida para revelar el contenido de la carta produce un segundo cortocircuito, porque el propio Papa aparece autorizando la “filtración” de un documento reservado, de una misiva de un jefe de Estado a otro jefe de Estado.

Esto es insólito. Para que no haya dudas de que la misiva fue escrita por Jorge Bergoglio a la Presidenta argentina, en la nota periodística se afirma que la autenticidad de “la epístola” fue “confirmada por el padre Federico Lombardi, director de la Sala de Prensa de la Santa Sede”.

Como el inteligente y cordial jesuita Lombardi, portavoz del Vaticano, no afirmó esa autenticidad en conferencia de prensa, resulta extraño que haya dado una certificación privada. A menos que “de arriba” consideraran necesaria esta confirmación para que no hubiera dudas de que la misiva fue escrita y firmada efectivamente por Francisco el 20 de marzo último.

El portavoz al parecer no preguntó a la fuente periodística de dónde había sacado ese documento reservado cuya autenticidad quería confirmar, ni lo consideró una “filtración”. Seguramente había recibido las debidas instrucciones.

Visto el tema desde el Vaticano, las cosas se complican. En los últimos dos o tres años, en la Curia Romana, el gobierno central de la Iglesia, se ha vivido un escándalo borrascoso, llamado “Vatileaks”, por el robo de documentos secretos filtrados después a la prensa. Esos documentos eran explosivos, revelaban corrupción, maniobras, luchas por el poder entre cardenales y altos prelados emboscados.

El caso más grave se produjo en los mismos aposentos pontificios del tercer piso del Palacio Apostólico, esas diez grandes estancias donde se encontraban el dormitorio, el estudio y otras dependencias que utilizaban el Papa Benedicto XVI y la llamada “familia pontificia”, sus estrechos colaboradores.

Los aposentos, que con buena intuición Francisco prefiere utilizar lo menos posible y por eso se aloja en la casa de Santa Marta, estaban maldecidos por la actividad criminal del mayordomo personal del Papa Joseph Ratzinger. Paolo “Paoletto” Gabriele se dedicó durante cinco años a robar documentos y a filtrarlos a periodistas y quizás a alguien más. Algunas de esas bombas de tinta hicieron explotar escándalos graves, tanto que el pontífice decidió nombrar una comisión de tres cardenales que interrogara a medio mundo, desde purpurados a funcionarios y técnicos de la Curia.

La Gendarmería Pontificia investigó incluso con la ayuda de sofisticados medios electrónicos y la colaboración de servicios secretos nunca identificados pero siempre sospechados. El resultado fue que en mayo de 2012 “Paoletto” Gabriele terminó preso y después fue procesado, condenado y perdonado por Benedicto XVI.

Ahora se presenta un cuadro paradojal. O el Papa autorizó el trascendido del documento, o hubo una “filtración” del tipo “Vatileaks”. Todo indica que de allá muy arriba llegó el “sí” a la revelación de la carta a Cristina. Si esto es así, Bergoglio es el primer Papa que “filtra” un documento propio.

 

Los pilares del bien común
18A y la carta del Papa a Cristina 

Editorial San Pablo - Revista on-line

http://www.san-pablo.com.ar/rol/index.php?seccion=articulos&id=4259

Autor: Ivana Fischer  Periodista

 

“Afiancen la concordia, el diálogo, la reconciliación y el entendimiento entre todos”. Así lo pidió el papa Francisco a la presidenta Cristina Kirchner, en una carta, en donde se dirige a “los que están constituidos en autoridad”.
 
En un párrafo de la misiva, el Sumo Pontífice le indicó: “En la persona de Vuestra Excelencia y en la responsabilidad que ejerce, he querido ver el rostro de todos los hijos de esas queridas tierras argentinas, que se esfuerzan cada día por dar lo mejor de sí mismos a la patria que los vio nacer y anhelan ser protagonistas de un presente sereno y constructores de un futuro luminoso, en donde el amor recíproco sea la puerta que abra a la esperanza y a la mutua confianza, al respeto sincero y a la colaboración generosa. Mientras le reitero mi gratitud por las palabras que me ha dirigido en estos días, quisiera encomendar a Nuestra Señora de Luján, celestial patrona de ese país, a todos los argentinos: a los que están constituidos en autoridad, para que busquen en el servicio su mejor aliado y trabajen infatigablemente por tejer lazos que afiancen la concordia, el diálogo, la reconciliación y el entendimiento entre todos; a los niños, que tienen derecho a un mundo que se distinga por la virtud y los valores que dignifican a la persona; a los matrimonios, para que cimenten la familia en la comprensión y la fidelidad de por vida; a los ancianos, a cuyo lado siempre se aprenden lecciones hermosas; a los pobres y a los que sufren, para que hallen siempre una mano amiga que los ayude y sostenga en sus justas aspiraciones…”.
 
La carta, que fue enviada el 20 de marzo a la Presidenta, el Gobierno argentino prefirió ocultarla y no hacerla pública. Allí le pide “concordia, diálogo, reconciliación y entendimiento”… Esta se conoció luego del “18 A”.
 
El vecino, el ciudadano, volvió a salir a las calles el 18 de abril. Regresó a protestar pacíficamente, a manifestar que no está de acuerdo con muchas cosas. Volvió a pedir que lo escuchen y, sobre todo, a demandar que se respeten la Constitución Nacional y la independencia de poderes. Autoconvocado y sin banderas políticas, el pueblo llenó la Plaza de Mayo, el Congreso y muchos puntos de la Argentina, como Córdoba, La Plata, Mendoza, Salta, Paraná, entre otros.
 
No se puede seguir mirando para otro lado. No se puede hacer oídos sordos a tanto reclamo de quien es el soberano. No se puede dar la espalda a la gente.
 
La clase política debe reflexionar. Una Justicia independiente, concordia con empresarios, con el campo, con intendentes y gobernadores, con un periodismo libre de decir lo que piensa, aunque contradiga la postura del Gobierno, ¿esto es una panacea?
 
En definitiva, el pueblo argentino debe reflexionar si aspira a ser libre con los Derechos y las Garantías que tan claramente están volcados en nuestra Constitución Nacional, utilizando la Política como herramienta única y capaz de lograr que cada ciudadano, de cada rincón del país, vea la preocupación y la ocupación de cada dirigente en pos del Bien Común.
 
Es momento, sin dudas, de dejar las controversias de lado y “dejar de decir y hacer”. Es momento de revindicar a la clase política, al servicio público, a la función pública. Por eso, “TODOS” los dirigentes políticos deben, de una vez por todas, estar a la altura de las circunstancias, renovar el compromiso, cerca de la gente. Esto, hoy, dista bastante de la realidad: carteles, en manifestaciones en distintos puntos del país, lo ilustraban con frases de este tipo: “Señora Presidenta, si me tuviera en cuenta, no estaría acá. Soy el 46 por ciento (que no la votó)”.
 
La concordia, el diálogo, la reconciliación y el entendimiento son los pilares de una política de bien común para todos, para el 100 % de los habitantes de nuestro querido país.

 

Iglesia y Sociedad

La República perdida…
Autor: Germán Díaz 
Religioso Salesiano. Lic. en Comunicación Social
germansdb@gmail.com
Si no ponemos freno al estado de corrupción, totalitarismo y soberbia; los argentinos estaremos muy pronto en graves problemas. Quizá, sea un adiós a la República y una bienvenida a la “Unión de provincias argentinas”. ¿Que cuánto falta? ¡Muy poco! Tal vez, muchos de nuestros intendentes, gobernadores y diputados, extasiados por el dinero fácil y el miedo a los escraches de traición o deslealtad, ya no piensan por sí mismos.
 
No tenemos un líder confiable que nos saque con valentía de la crisis moral y la desesperanza. Falta un hilo, un pequeño hilo para cruzar la frontera de nuestras libertades civiles. Cuando esto ocurra muchos se preguntarán: ¿cómo llegamos a esto? Nunca creímos que, en nuestro propio país, nuestros amigos o familiares nos llamarían golpistas, pues están entre nosotros: amigos, hermanos y vecinos se han digerido entero el relato y ya no vuelven en sí. Solo algunos pocos inteligentes entran en la duda cartesiana: “Podré estar equivocado, pero, mientras no tenga certeza de lo contrario, seguiré dudando de todo, aun de mis sentidos”.
 
El sentido común, el más común de los sentidos, dice, a boca de jarro, que la embestida contra la República que estamos viviendo es mayúsculamente un avasallamiento de las libertades. Primero se metieron con el campo, pero yo no me preocupé… después se metieron con los medios de comunicación, pero yo no me preocupé, luego se metieron con mis ahorros y ganancias, pero yo no me preocupé, más tarde, se metieron con la justicia, pero yo no me preocupé… ahora vienen por mí… pero ya es muy tarde.
 
Todo podría sonar exagerado si los valores populares y sociales que persiguen los dirigentes fueran auténticos y enaltecidos por sus vidas heroicas. No obstante, ocurre todo lo contrario: quien ejerce el Poder posee riqueza, extravagancia y ostentación pocas veces vistas en representantes populares argentinos. El champagne de Irigoyen, los elegantísimos vestidos de Evita y la Ferrari de Menem son una anécdota comparados con la lujuriosa y expuesta vanidad del Poder. No quedan adjetivos para la ridícula defensa de quienes, con pruebas fehacientes de corrupción, viven tranquilos en la impunidad. Todo sigue siendo medianamente sostenible y benévolamente comprensible, pero las repercusiones millonarias que acaban de salir a la luz, con Báez, Fariña y compañeros mártires, solo pueden asemejarse a las aventuras de Alí Baba y los cuarenta ladrones.
 
Aunque se empeñan en negar todo y seguir mostrando el circo de las bondades nacionales y populares, todo, tarde o temprano, se destapa. La tildaban de loca a Carrió, pero cuánta verdad disparó. Al fin y al cabo, los niños, los locos y los borrachos dicen la verdad. ¿De qué estamos hablando cuando hay un gran porcentaje del pueblo hastiado de esta política que sale a la calle con las cacerolas y es “ninguneado” por los representantes? Cuando dicen preséntense a elecciones, ¿qué están diciendo? Que todos los que elegimos ejercer nuestras profesiones, pagar nuestros impuestos, llevar adelante la pesada carga de ganar el pan de cada día y seguir subsistiendo; ¿deberíamos dejar de hacer todo eso para comenzar a hacer política partidaria? ¿Solo desde allí seremos escuchados y tenidos en cuenta? ¿Los que dejamos el Estado en manos de nuestros representantes para que se ocupen, por un tiempo determinado, de la cosa pública debemos callarnos y esperar las elecciones para expresar solo con un voto que no nos gusta la política? ¿Acaso “el pueblo no delibera sino a través de sus representantes” debe entenderse como: los representantes, una vez que llegaron al poder, son intocables y no se puede opinar ni disentir? Solo cada dos años, valemos los ciudadanos. Entonces, ¿el “a través de” sus representantes significa que lo que hacen mis representantes es lo que yo quiero implícitamente que hagan con la extensión temporal de mi libertad? Que alguien explique qué diferencia hay entre democracia y totalitarismo, porque así es difícil de entender…
 
El pueblo está anestesiado. Las dádivas del populismo son tantas y con segundas intenciones utilizadas que, como dice la canción del Rosarino: “Cerca… Venezuela siempre estuvo cerca…”. Estemos atentos porque muchos padecimos varios gobiernos que fueron corruptos, pero “el vamos por todo” es muy peligroso, y debemos poner freno si no queremos perder nuestra libertad, nuestros símbolos patrios, nuestra Justicia, nuestra República.

 

POLÍTICA

 

REFORMA JUDICIAL K           25/04/13

La Iglesia lamentó la falta de debate

El titular de la Comisión Episcopal de Pastoral Social y obispo de Gualeguaychú, monseñor Jorge Lozano, consideró que "es una pena que normas tan importantes para la República no cuenten con el debate suficiente", al referirse a la sesión en la que la Cámara de Diputados aprobó el proyecto para modificar el Consejo de la Magistratura –que ahora volverá al Senado- y convirtió en leyes otras dos iniciativas con las que el kirchnerismo avanza en una reforma del Poder Judicial.

El prelado consideró que debería haber habido un "debate no sólo en el ámbito del Congreso sino también de la ciudadanía y de ámbitos académicos, para poder tener un mayor consenso y una mayor convicción de que el camino es el correcto y no un camino tan apresurado".

En declaraciones a radio Continental, Lozano reconoció que hay preocupación por "las situaciones de crispación que dificultan llegar a consensos o decisiones aun con disenso pero un clima de mayor cordialidad", y no sólo en esta tema.

Tras recordar que en 1997 la Conferencia Episcopal Argentina emitió un documento por una iniciativa semejante de reforma del Consejo de la Magistratura durante la presidencia de Carlos Menem, advirtió que esto es "algo que cada tanto aparece y viola el sistema democrático y republicano tan cual está planteado en la Constitución".

Lozano sostuvo que "la convivencia democrática nos invita a saber que aún cuando pensemos distintos podemos construir por el bien común y las necesidades de los más pobres".

Días atrás, Lozano reiteró que la Iglesia hubiese preferido que la reforma judicial que se trata en el Congreso fuera fruto de "mayor diálogo" y recordó que el papa Francisco "nos advierte" sobre los problemas que plantea "estar encerrado en su propio mundo".

En línea con el pronunciamiento de la Conferencia Episcopal Argentina de la semana pasada, Lozano señaló que "el paquete de leyes es de una envergadura tal que hubiese requerido mayor diálogo que el actual".