Los rebeldes libios recobraron el control de una estratégica ciudad oriental con el apoyo de los ataques aéreos de los aliados contra las fuerzas del gobernante Moamar Gadafi.

Saif Sadawi, un insurrecto de 20 años de edad, dijo —con un lanzagranadas en las manos— que el acceso oriental de la ciudad de Ajdabiya cayó en la noche del viernes y el acceso occidental en la madrugada del sábado después de las acciones aéreas en ambos sitios.

"Toda Ajdabiya es libre", expresó.

Varias personas circularon por las calles de la ciudad en vehículos y accionaron las bocinas en señal de celebración. Ajdabiya había estado sitiada más de una semana.

1 comentario

  • Zuzú hace 7 minutos Informar de abuso
    La consigna del mundo actual por encima de nombres y circunstancias es quitar del medio a los dictadores y establecer democracia en todos los países y la prueba la tenemos a la vista: donde hubo dictadores hoy reina la democracia. Los ingenuos te van a decir que estas guerras son por el petróleo. Entonces ni una palabra más: a Hitler, a Mussolini, a Videla, a Pinochet, etc. los bajaron o cayeron también por el petróleo, y dejemos que Kadafi siga en el poder el resto de su vida.

    El régimen de Kadafi siembra terror con la desaparición de personas

    03/04/11 Sólo en el último mes se denunció que unas 400 personas fueron secuestradas.

    PorMarcelo Cantelmi
    Bengazi, Libia. Enviado Especial

    Son imágenes de frente, sólo el rostro, con los ojos que parecen interpelar sorprendidos, como suelen ser las fotos de carnet pero estas muy ampliadas en papel de fotocopiadora . Las familias las han pegado sobre los muros del hospital Yala en Bengazi, con el número de teléfono a un lado y alguna leyenda pidiendo ayuda, como se ha hecho en Libia siempre cuando algún pariente desaparecía en manos de las patrullas secretas del régimen. Hay cerca de un centenar de fotos en esa paredes, justo a un lado de la guardia, y la gente se amontona sobre la estrecha vereda para verlas un poco más de cerca, con curiosidad e impotencia.

    Estos son partes de una lista que se calcula en torno ya a los 400 de personas que desaparecieron en las últimas cuatro semanas , en su mayoría en circunstancias extrañas, en manos de grupos de tareas del régimen de Trípoli. Los casos indican que esas bandas continuaron actuando en esta ciudad aún mucho después de pesar al control efectivo de los rebeldes.

    Todas las fotos tienen la fecha de la desaparición. Hay varias de febrero, pocos días después del inicio de la revuelta formalmente el 17 de ese mes, pero lo notable es que gran parte de ellas son de los primeros veinte días de marzo.

    “Este desapareció aquí en Bengazi, estos otros también, aquel en Ajdabiya, ese fue detenido, lo vieron testigos y no se sabe nada él”, explica Ahmed Ali, en un buen inglés traduciendo para nosotros las leyendas que las familias pusieron junto a las imágenes.

    La mayoría son de rostros muy jóvenes, no parecen llegar a los 20 años.

    Organismos como la Media Luna Roja, el equivalente de la Cruz Roja en las naciones musulmanas, determinaron que la mayor parte de los desaparecidos son oriundos de Bengazi y el resto se reparte en otras tres ciudades. “Algunos fueron al frente y no se supo más de ellos, pero la mayoría son civiles, hay tres médicos y cuatro periodistas en la lista”, dijo un vocero de esa organización. Y agrega que “aquí todos los días se hacen nuevas denuncias”.

    La organización Human Rights Watch documentó el caso de al menos 14 personas incluyendo un prominente médico local y un chofer de ambulancia, de cuyo destino nada se conoce desde el 19 de marzo. Una enfermera que estaba con ellos fue asesinada, según un reporte de la agencia Reuters . Varios testigos dijeron que todos fueron vistos en custodia por autoridades de la dictadura.

    Uno de los casos es el del médico Ali al-Barg, el jefe del área de emergencia de un hospital de Bengazi quien partió en ambulancia el 18 de marzo a recoger heridos de la batalla que se libraba por esos días en Ajdabiya, 120 kilómetros al sur de aquí. Hace poco dos doctores de un hospital, 30 kilómetros al sur de aquí, dijeron que vieron a Al-Barg y a su chofer Sami al-Muzawi atados en un camión militar. También había otros 12 detenidos con ellos. Los vigilaban tres soldados del régimen. Ali, cuyas manos se apoyan suavemente en las fotos cuando lee las leyendas que han puesto las familias, admite que es la única forma que tiene esta gente de intentar averiguar lo que les pudo haber sucedido. Hay versiones de que algunas de esas familias recibieron llamadas de soldados del ejército kadafista que no se identificaron, pero que les informaron que habían visto a alguno de los desaparecidos. Por eso se renueva la esperanza.

    Ali recuerda que el régimen ha utilizado el sistema de desapariciones como una forma de controlar a la oposición.

    “En todas las familias falta alguien”, dice. Y explica que ahora se puede hablar, pero antes cualquier “desvío” era castigado. “El desvío era hablar de democracia, de libertades, cualquier cosa aunque sea sencilla sobre mejoras en el régimen. Se enteraban, iban a tu casa por la noche y te detenían y nunca nadie sabía nada más sobre ti”, me dice con las resonancias del método muy parecido usado por las dictaduras militares en Argentina y los países vecinos.

    Amnesty International, difundió el 20 de marzo un documento en el cual denuncia esta nueva oleada de desapariciones. La organización cita un caso paradigmático de un hombre detenido el 22 de febrero en su casa en Trípoli frente a su mujer y los hijos aparentemente por su supuesta simpatía con la rebelión. Los familiares dijeron que saben que está siendo torturado, pero que no pueden hablar del caso porque si se entera el régimen los castigarán aún más y eso también pondría en peligro la vida de su mujer y de los niños.

    Durante los largos 42 años que lleva esta dictadura, el método del secuestro y desaparición fue de extenso uso y se afirma que suman decenas de miles las personas detenidas por grupos armados sobre cuyo destino nada se conoce.