Obama: "Soy responsable de no haber logrado todo lo que debíamos"

03/11/10 - 14:56

El presidente de EE.UU. reconoció que la gente no está conforme con la marcha de la economía y que el resultado electoral demuestra que "está frustrada". Ayer, los republicanos fueron más en las legislativas.

Tras el duro revés legislativo de ayer, el presidente de EE.UU., Barack Obama, salió a hacer un mea culpa público. Habló por cadena nacional y admitió que la derrota que sufrieron los demócratas está vinculada a las políticas económicas que ha tomado durante su gobierno.

Obama dijo que el resultado de las legislativas demuestra que "la gente está profundamente frustrada" con el ritmo de la economía y aseguró: "Como presidente, acepto la responsabilidad".

Obama habló así en una conferencia de prensa después de que las elecciones legislativas de ayer dieran una amplia victoria al Partido Republicano, hasta ahora en la oposición, lo que le permitió hacerse con el control de la Cámara de Representantes (diputados) y sumar seis bancas en el Senado.

Durante su discurso y luego ante las preguntas de los periodistas, Obama repitió una y otra vez que demócratas y republicanos deben dialogar sobre el futuro del país.

"Espero poder sentarme con miembros de otros partidos para ver como podemos trabajar de aquí en adelante", dijo a sabiendas de que "no va a ser fácil" pero con la esperanza de que "tanto demócratas como republicanos tenemos ciertas creencias y principios que no pueden perderse".

"No hay un solo partido que tenga el monopolio de las buenas ideas", señaló y pidió un debate honesto. "Republicanos y demócratas tenemos que conversar sobre el futuro de la nación. Hay mucho en juego. Lo que los estadounidenses no quieren son dos años de rencillas políticas", advirtió. "Para seguir siendo líderes debemos ser fuertes y mantenernos unidos", destacó.

Además, sostuvo que solucionar los problemas de Estados Unidos "no es una competencia entre demócratas y republicanos". "Debemos enfocarnos en el desempleo, en reducir el déficit y promover la energía limpia", pidió el mandatario.

Según Obama, las posibles áreas de colaboración con la oposición en el Congreso son la energía y el cambio climático, la ciencia y la educación.

El mandatario reconoció que "muchos estadounidenses" no pudieron todavía disfrutar de los "progresos" de su gobierno. "En los últimos meses viajé por todo el país" contó y reconoció que "la gente está profundamente frustrada con el ritmo de nuestra recuperación económica".

"No hay duda de que la preocupación mas importante de la gente es la economía y expresaron su frustración (en las urnas) porque no hemos realizado suficientes progresos. Hemos estabilizado la economía pero no ven ese progreso", explicó.

"Debo hacerme responsable en forma directa de que no hemos visto el progreso que queríamos. Yo soy el responsable", asumió.

Como presidente, indicó, "mi principal tarea es conseguir una economía fuerte y por ello tengo que aceptar la responsabilidad de que no hemos logrado los progresos necesarios" para terminar de sacar al país de la recesión. "Tengo que hacer un mejor trabajo, al igual que todos aquí en Washington", agregó.

A pesar de reconocer que aún falta mucho por hacer -según piensa la mayoría de los estadounidenses- Obama defendió fuertemente las políticas que se han llevado hasta ahora.

El presidente de EE.UU. llamó anoche por teléfono a los líderes republicanos en el Congreso, John Boehner y Mitch McConnell, a los que les expresó su disposición a colaborar para "encontrar terreno común, hacer avanzar este país y conseguir cosas en favor del pueblo estadounidense".

En su discurso de victoria ayer, Boehner dijo que "el pueblo estadounidense le ha enviado (a Obama) un mensaje inequívoco esta noche, y el mensaje es: cambie de rumbo".

Sobre la derrota Obama se mostró esperanzado en que en 2010 "tendremos otra oportunidad". Para el mandatario, el mensaje de las urnas ha sido claro: "Debo mejorar mi trabajo".

 

Por la crisis económica, los votantes castigan a Obama

Los moralizadores que castigan al deudor y perpetúan la depresión

03/11/10

PorPaul Krugman. THE NEW YORK TIMES
 

“¿Cuántos de ustedes quieren pagar por la hipoteca del vecino que se puso un baño extra y no puede pagar sus facturas?”. Es la ya célebre pregunta que hizo Rick Santelli en 2009 por CNBC en una diatriba que para muchos fue el punto de partida del movimiento Tea Party. Es un sentimiento que tiene eco no sólo en EE.UU. sino en gran parte del mundo . El tono difiere de un lugar a otro –al escuchar a un funcionario alemán denunciando el déficit, mi mujer susurró: “A la salida nos repartirán a todos látigos para que podamos flagelarnos”. Pero el mensaje es el mismo: la deuda es mala, los deudores deben pagar por sus pecados y de aquí en más todos viviremos de acuerdo con nuestros medios.

Y ese tipo de actitud moralizadora explica por qué estamos atascados en una depresión económica aparentemente sin fin.

Los años previos a la crisis de 2008 estuvieron signados por un endeudamiento insostenible , que fue mucho más allá de los créditos de alto riesgo en los que se sigue viendo, erróneamente, el origen del problema. La especulación inmobiliaria fue alocada en Florida y Nevada, pero también en España, Irlanda y Letonia. Y todo se pagaba con dinero prestado. Este endeudamiento volvió más vulnerable al mundo . Cuando los dirigentes de golpe decidieron que habían prestado demasiado y que los niveles de deuda eran excesivos, los deudores se vieron obligados a recortar el gasto. Esto empujó al mundo a la recesión más profunda desde 1930. Y la recuperación, hasta el momento, ha sido débil e incierta.

Lo esencial que debemos tener presente es que para el mundo en su conjunto, gasto es igual a ingreso. Si un grupo de gente – los que tienen deudas excesivas – se ve obligado a dejar de gastar para pagar sus deudas, una de dos: otro tiene que gastar más o el ingreso del mundo se desploma. Sin embargo, las partes del sector privado que no se encuentran bajo el peso de niveles elevados de deuda no ven motivos para aumentar el gasto. Los consumidores que no se endeudaron en exceso pueden conseguir créditos a tasas bajas – pero ese incentivo a gastar es más que superado por las preocupaciones relativas a un mercado laboral flojo. Nadie en el sector privado está dispuesto a llenar el vacío creado por el exceso de deuda.

¿Qué deberíamos hacer entonces? En primer lugar, l os gobiernos deberían gastar mientras no lo haga el sector privado , para que los deudores puedan pagar sus deudas sin perpetuar una depresión global. Segundo, los gobiernos deberían estar promoviendo un alivio de la deuda.

Pero los moralizadores no permiten nada de eso . Denuncian el gasto con déficit, declarando que no se pueden resolver los problemas de deuda con más deuda. Denuncian el alivio de la deuda, diciendo que es una recompensa para quienes no lo merecen.

Y si alguien les señala que sus argumentos no se sostienen, se enfurecen. Intente explicarles que si los deudores gastan menos, la economía está deprimida a menos que otro gaste más, y le dicen que es socialista. El año pasado, casi todos se burlaron de John Boehner, presidente de la minoría de Diputados, cuando declaró: “Es hora de que el Gobierno se ajuste el cinturón”; frente al gasto privado deprimido, el Estado debe gastar más, no menos. Pero desde entonces el presidente Obama ha utilizado en reiteradas oportunidades la misma metáfora, prometiendo equiparar el ajustarse el cinturón privado con el ajustarse el cinturón público. ¿Le falta coraje para poner en tela de juicio las falsas ideas populares, o es simplemente pereza intelectual? Como sea, si el presidente no defiende la lógica de sus políticas, ¿quién lo hará? Mientras, el programa de modificación del régimen hipotecario de la administración –el programa que inspiró la diatriba de Santelli– en definitiva no logró prácticamente nada. Una de las razones es que los funcionarios estaban tan preocupados de que los acusaran de ayudar a quienes no lo merecían que finalmente no ayudaron a casi nadie. O sea que los moralizadores van ganando . Cada vez más votantes, tanto aquí como en Europa, están convencidos de que lo que necesitamos no es más estímulo sino más castigo . Los Estados deben ajustarse el cinturón; los deudores deben pagar lo que deben.

La ironía es que en su determinación de castigar a los votantes que no lo merecen, se castigan a sí mismos : rechazando el estímulo fiscal y el alivio de la deuda, perpetúan el desempleo elevado. Están en realidad reduciendo sus empleos para fastidiar a sus vecinos. Pero no lo saben. Y como no lo saben, la depresión continuará.

 

03/11/10 - 02:54

Los demócratas perdieron la mayoría en la Cámara baja y cuatro Estados, pero lograron retener el dominio del Senado. Fuerte avance de la ultraderecha. El 88% de los votantes criticó a la economía.

PorAna Baron
 

La fuerte ola conservadora que arrasó ayer los centros de votación estadounidenses no sólo cambió la balanza del poder en el Congreso, sino que además dejó en claro que los estadounidenses están muy enojados con Barack Obama por la crisis económica y confirmó la influencia creciente del fundamentalista Tea Party en la escena política nacional. Esa organización ultraderechista tuvo 4 de cada diez votos.
 

Al conquistar 50 bancas más de las que ya tenían, los republicanos recuperaron el control de la mayoría en la Cámara de Diputados que habían perdido en el 2007 y que ayer se renovaba totalmente. Pero los demócratas lograron retener el control del Senado que disputaba sólo un tercio de sus miembros. El avance opositor en Diputados significa que la demócrata Nancy Pelosi será reemplazada por el republicano John Bohener en la presidencia de esa Cámara y fijará la agenda legislativa. Asimismo, la presidencia de todos los comités y subcomités cambiarán de manos demócratas a republicanas. Así, una cubana norteamericana anticastrista, Ileana Ros Lehtinen, asumirá la presidencia del Comité de Relaciones Exteriores, y el republicano Connie Mack reemplazará a Eliot Engel en el Subcomité para el Hemisferio Occidental (Ver Un cambio ...).
 

El voto es una respuesta a la crisis. Los sondeos en boca de urna de la cadena ABCNews determinaron que el 88% de los votantes afirma que la economía está mal mientras que sólo el 14% dijo que sus finanzas van mejor que en el 2008. Los estadounidenses castigaron a Obama porque si bien impidió que el país cayera en un abismo financiero no redujo el casi 19% de desempleo ni alivió el número de embargos inmobiliarios. Ese descontento fue fogoneado y capitalizado por los fundamentalistas del Tea Party.
 

Anoche los republicanos ganaron cuatro gobernaciones de las 37 en juego, Michigan, Tennessee, Kansas y Oklahoma. Los demócratas triunfaban en la estratégica California.
 

Las dos primeras victorias de la noche ayer fueron muy sintomáticas. El candidato a senador Paul Rand en Kentucky y el de Florida para la misma cámara, Marco Rubio, dos emblemas del Tea Party se impusieron sobre sus rivales demócratas pese a la gran resistencia que enfrentaron en el seno del Partido Republicano. “Tengo un mensaje –dijo Paul Rand al aceptar su victoria–: venimos a recuperar nuestro gobierno. Mi mensaje es de cordura fiscal, equilibrio presupuestario y baja de impuestos”.
 

Anoche parecía estar en claro que los demócratas no perdieron en el Senado. Hubo también alivio cuando se supo que la ex activista anti masturbación y ex adicta a la brujería –apoyada por el Tea Party– no ganó en Delaware sobre el demócrata Chris Coons. Al cierre de esta edición, la atención se centraba sobre la candidata a senadora por Nevada Sharron Angle, también ultraconservadora, quien iba cabeza a cabeza con el demócrata Harry Reid.
 

Con la derrota en Diputados, Obama tendrá en los próximos dos años, todavía más dificultades de las que enfrentó para que sus iniciativas, sean económicas, políticas o sociales, se transformen en ley. Vale recordar que, tras sus respectivas y aplastantes derrotas en las elecciones de mitad de término, el presidente Ronald Reagan y el presidente Bill Clinton adoptaron caminos diferentes para poder recuperar la iniciativa. Reagan profundizó su “revolución conservadora” y Clinton se movió hacia el centro conciliando posiciones con los republicanos.
 

Durante la campaña presidencial de 2008 Obama dijo que había que superar los enfrentamientos entre derecha e izquierda. “No hay Estados rojos (por republicanos) y Estados azules (por demócratas) lo que hay son los EE.UU. de América”, solía decir.
 

Desde muy temprano, los estadounidenses concurrieron a las urnas muy irritados. El 53% de los votantes dijo que tenía una visión desfavorable del Partido Republicano y 55% de los votantes dijo que tenían una opinión desfavorable del oficialista Demócrata. “Esto es muy diferente de lo que ocurrió en el ‘94 cuando Clinton perdió el control en ambas cámaras”, dijo Paul Begala, un asesor político demócrata. “En aquel momento la gente estaba muy descontenta con los demócratas. El voto entonces, fue un voto castigo pero este año están en contra de los dos partidos”, opinó en analista.
 

Por esta razón el avance del Tea Party complicará también a los líderes republicanos. La irrupción de este grupo populista que pide aumentar los arsenales y que el Estado no se involucre en la salud de la población ni en su educación, ha polarizado al país.
 

Según las encuestas en boca de urna, el 68% de los entrevistados demócratas quieren aumentar el papel del Estado mientras que un 81% de los republicanos del centro a la ultraderecha quieren achicarlos. Lo mismo ocurre con la reforma del sistema de salud. El 61% de los demócratas quiere profundizarla, pero 82% de la oposición quiere anularla.

El revés de Bill Clinton en 1994

03/11/10

“Revolución republicana”. Algunos analistas han comparado la derrota demócrata en las elecciones de ayer a lo ocurrido en las legislativas de medio término de 1994, cuando el presidente demócrata Bill Clinton, que iba por su primer mandato, también sufrió un duro golpe en las urnas, que la oposición llamó “revolución republicana”.

Desilusión. Los republicanos aprovecharon en 1994 el creciente sentimiento “anti-establishment” de muchos votantes, desilusionados por el manejo de la fallida reforma del seguro de salud y enojados por varios escándalos de corrupción en el gobierno y en el Congreso. Como ahora, ese año los republicanos lanzaron un plan de acción para convencer a los votantes de que podían corregir el rumbo del país.

Mayoría en el Congreso. El 8 de noviembre de 1994, los republicanos ganaron 53 escaños en la Cámara de Representantes y siete en el Senado. Además se quedaron con 12 gobernaciones, entre ellas Texas, donde ganó George W. Bush. Con ese triunfo, los republicanos recuperaron el control del Parlamento después de 40 años. La figura de aquél momento fue Newt Gingrich, quien se convirtió en presidente de la Cámara de Representantes.

El contragolpe. Pero ese revés no debilitó a Clinton, sino que le dio impulsos para recomponer su imagen y su gobierno. Se volcó hacia el centro, dejando de lado algunas banderas progresistas de sus dos primeros años en la Casa Blanca, y dejó que los republicanos cometieran sus propios errores. En 1996, logró su reelección.