Fuerte reivindicación de la Iglesia de la figura del padre Carlos Mugica

POR SERGIO RUBIN     05/05/14

En las vísperas de cumplirse este domingo 40 años del asesinato del padre Carlos Mugica –el máximo exponente de los curas villeros-, la Iglesia realizó este lunes una fuerte reivindicación de su figura. Fue en el relevante marco del inicio del plenario de los cien obispos del país, que sesionan en Pilar.

“(El padre Mugica) fue un sacerdote que vivió su fe y su ministerio en comunión con la Iglesia y al servicio de los más necesitados, que aún lo recuerdan con gratitud, cariño y dolor”, dijo el presidente del Episcopado, monseñor José María Arancedo, en la homilía la misa de apertura de las sesiones.

Tras señalar que el asesinato del padre Mugica “está presente en la memoria de la Iglesia” y pedir elevar “nuestra oración por él, por nuestro hermano Carlos”, Arancedo consideró que el aniversario de su muerte constituye una ocasión para rogar por la reconciliación de los argentinos.

“Pidamos al Señor que, junto a la verdad y a la justicia, avancemos en el camino de la concordia y la reconciliación entre los argentinos, como parte de una cultura del encuentro que nos debemos y que nos permitirá construir una patria más unida, más fraterna y solidaria”, dijo.

Mugica fue asesinado a balazos el 11 de mayo de 1974 cuando salía de la iglesia de San Francisco Solano, en el barrio porteño de Mataderos. El hecho fue adjudicado a la banda de ultraderecha Triple A, si bien hay quienes hoy dicen que fueron los Montoneros los autores.

Un libro reinstala la tesis de que Montoneros asesinó a Mugica

http://www.infobae.com/2014/05/11/1563418-un-libro-reinstala-la-tesis-que-montoneros-asesino-mugica     

"Haceles saber a todos que lo mataron porque quería acabar con la violencia, con las matanzas en el Justicialismo y en el país, porque quería paz", es el mandato que recibió el autor de "Entregado por nosotros"

 

Juan Manuel Duarte es profesor de historia y catequista villero desde hace casi dos décadas. En la Villa 1-11-14 conoció a Rodolfo Ricciardelli (fallecido en 2008), uno de los fundadores del movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo, quien le transmitió lo esencial sobre la vida y pasión de Carlos Mugica, el cura asesinado en 1974, cuando el autor tenía sólo 5 meses, y le dio el mandato de contar esta historia.

Entregado por nosotros (Sudamericana, 2014) es una reconstrucción del último año y medio de vida del mítico sacerdote villero de cuyo asesinato se cumplen 40 años este 11 de mayo. Forzosamente es también una reconstrucción del clima que se vivía en el país en ese tiempo del retorno a la democracia, tras 18 años de dictadura y gobiernos deslegitimados por proscripciones.

Lo que se desprende de la investigación de este profesor y militante católico es el escaso margen de maniobra que quedaba para la paz en un contexto de guerrillas que no querían desarmarse y grupos "paramilitares" que empezaban a armarse, con total desconocimiento y desprecio por la voluntad de la mayoría, expresada con contundencia en las urnas, puesto que Juan Perón acababa de ganar las elecciones (23 de septiembre de 1973) con más del 60% de los votos.

"En aquella época agitada por turbulencias, violencia y muerte, algunos pensaron e intentaron detener tanta locura. Apostaron por la paz, la moderación y el entendimiento (...) En ese grupo se destacó un hombre", escribe Duarte, subrayando así la acción de Carlos Mugica en aquel escenario, sus esfuerzos por tender puentes de diálogo, pero, sobre todo, su clara opción por la no violencia y su respaldo sin fisuras a Perón. Y subraya que eso, precisamente, fue lo que le costó la vida.

El libro trata del último año de Mugica, "de las amenazas y los ataques que sufrió por derecha y por izquierda, (...) su influencia en la juventud, su adhesión total a Perón..."

 

¿Pacto entre Montoneros y López Rega?

Los homenajes del presente no deben llevar a confusión: este libro demuestra que muchos de los que hoy exaltan al personaje son herederos y se siguen referenciando en quienes lo denostaron y atacaron en el pasado.

"Entre fines de 1973 y principios de 1974 –recuerda el libro- el padre Mugica recibió ataques desde las filas de Montoneros y de los esbirros de José López Rega. En una especie de pacto tácito, las publicaciones propagandísticas cercanas a estos grupos opuestos, Militancia y El Caudillo, le recriminaron al sacerdote su origen: no provenía de las villas y su familia pertenecía a la clase alta".

El padre Mugica había empezado a tomar distancia de Montoneros y a criticarlos duramente, en privado y en público. En medio de una misa pidió "dejar las armas y tomar los arados" 

En medio de una misa pidió "dejar las armas y tomar los arados".

Presionó personalmente al jefe de Montoneros, Mario Firmenich, para que dejase las armas. Y en una entrevista que le hicieron en Chivilcoy, calificó a Montoneros como "la nueva burocracia" porque le quitó al pueblo "la alegría de festejar, con el líder, el triunfo peronista". "Muchos montoneros son el antipueblo", había dicho en noviembre de 1973.

"A los cuatro vientos pidió paz para una Argentina que se desgarraba en aquellos últimos meses de 1973", dice Duarte. Y, aunque su prédica no tuvo efecto sobre la cúpula de la guerrilla, sí causó una gran diáspora en sus filas: "Muchos jóvenes integrantes de montoneros lo escucharon, tomaron la decisión de dar el portazo, abandonaron la organización político-guerrillera y conformaron lo que se llamó la Juventud Peronista Lealtad".

Según fuentes consultadas por Duarte, entre noviembre del 73 y abril 74, es decir, en apenas seis meses, entre 30 y 50 por ciento de militantes se fueron de la organización.

Esto molestó mucho porque "dejaba en evidencia que los demás favorecían el derramamiento de sangre", señala.

Y relata: "Cuando el padre Mugica se negó a marcharse de Plaza de Mayo, el 1ºde mayo de 1974, después de que Montoneros decidiera retirarse tras provocar al General (...), muchos de ellos lo insultaron con dureza. (...) Les respondió que él se quedaba, junto al pueblo: 'El pueblo está acá, en la Plaza, con Perón".

Esto sucedió apenas 10 días antes del asesinato del sacerdote, el 11 de mayo de 1974, a la salida de misa, en la iglesia de San Francisco Solano, en Villa Luro.

Hasta último momento, sin embargo, Mugica había intentado tender puentes de entendimiento, pero la respuesta fue la amenaza y hasta el escrache, como el que le hizo la revista Militancia, dirigida por Eduardo Luis Duhalde –Secretario de Derechos Humanos de la Nación hasta su muerte en 2012 -, que retrató a Mugica en una figurada "cárcel del pueblo", "la sección en la que se publicaba a aquellos que literalmente eran condenados por las guerrillas", recuerda Duarte.

Escondidos en el relato

Aunque expone la tesis de que los montoneros fueron los autores del atentado –su móvil habría sido detener la sangría de militantes que la prédica ortodoxamente peronista de Mugica estaba causando en sus filas-, y deja sentado incluso que Rodolfo Galimberti como mínimo sabía quiénes perpetraron el crimen (cita a varios testigos que se lo escucharon decir), lo original es que Duarte alude más bien a una colusión de intereses entre polos extremos.

"López Rega sabía del ascendente del padre Mugica sobre Perón, y en particular sobre los jóvenes –escribe-. Mugica era siempre escuchado", en el entorno presidencial.

Pese a su enojo y su toma de distancia con la guerrilla, Mugica "nunca les cerró la puerta a los montoneros" –señala el autor-, porque esperaba poder "amalgamar las diferencias incluso después del 1º de mayo". Y a continuación cita a una de sus fuentes, un funcionario kirchnerista que prefirió hablar desde el anonimato: "Pero claro todos tenían que ceder, y a algunos, como al Pepe Firmenich, o al Brujo López Rega, no les interesaba ceder una mierda de su poder, por más que llevara a una espiral de muerte y violencia. Los dos se escondieron atrás de estructuras grosas y usaron al Estado, ya en Bienestar Social o en el gobierno bonaerense".

Y esta misma fuente reflexiona: "... como los barras de hoy, supuestamente se odian pero al final los capos de las gallinas y los bosteros se juntan a comer un asado, escabian abrazados y viajan juntos a ver el Mundial mientras los giles y hasta la gente rescatable se matan entre ellos. Yo no te digo que haya sido la Orga [Montoneros] sola. Pero hay muchas cosas que no cierran. Mugica salió en la revista de la hija de López Rega diez días antes de que lo acribillaran diciendo que estaba conforme con el gobierno. Y lo hizo junto al mismísimo (Arturo) Jauretche, que se murió a fin de ese mismo mayo. El 1º de mayo lo reputearon y amenazaron en la plaza, mientras la gente del Brujo miraba con sus fierros desde el techo de la Catedral y sus lacayos habían entregado volantes contra los curas del Tercer Mundo. Todos querían que Mugica se muriera".

Aquí viene bien reiterar las palabras de Ricciardelli: "Hacéles saber a todos que a Mugica lo mataron por peronista, porque quería acabar con la violencia, con las muertes, con las matanzas en el justicialismo y en el país. Porque quería paz".

"Ambos (López Rega y Firmenich) se beneficiaron con su muerte 

Ambos (López Rega y Firmenich) se beneficiaron con su muertedice el autor, pero de inmediato agrega: "Igual la ganancia les duró poco", aludiendo a los escasísimos votos que obtuvo Montoneros en la única elección de la cual participó, en Misiones en 1975, cuando obtuvo apenas el 5% de los votos, y a la salida de López Rega del Gobierno ese mismo año.

Alguien le pregunta al autor: "¿Interesa mucho saber quién apretó el gatillo (...)? Si ya lo habían entregado..."

Y la respuesta es: "A cuarenta años del crimen,lo realmente importante no es quién sino por qué tuvieron lugar la pasión y muerte del padre Mugica. (...) Sólo la verdad nos ahorrará nuevos errores en el futuro y nos permitirá estimar la dimensión real de un ser humano, este sacerdote que además de su profundo cristianismo y su igualmente profundo amor por los pobres y por su Iglesia, ofreció todos sus recursos en la pelea por la democracia".

A diferencia del relato oficial, que opta por una reivindicación acrítica del accionar de las organizaciones armadas en los 70 que impide extraer enseñanzas del pasado, él declara querer recuperar un "momento de la historia que hace ya mucho que se nos esconde a los argentinos".

Para ello, toma distancia tanto "del pasado mitrista" como del actual revisionismo encarnado por el "Instituto Dorrego, que simplemente parece cambiar una figura por otra y así sale Lavalle y entra Dorrego, o Mitre cede el lugar del bueno a Rosas".

El resultado es un libro que incomodará a quienes al amparo del "relato" esconden momentos de nuestra historia que no sustentan la categoría heroica a la cual aspiran y que en cambio subrayan su responsabilidad en el encadenamiento de violencias que llevó a la tragedia.

Por Claudia Peiró cpeiro@infobae.com

 

 

Padre Mugica: el legado de su vida y las dudas que aún despierta su muerte

POR MARCELO LARRAQUY     DIARIO CLARIN SUPLEMENTO ZONA     11/05/2014

Lo mataron hace 40 años. El crimen fue atribuido a la Triple A aunque todavía se sospecha de Montoneros. El dramático relato de los últimos meses del primer cura villero.

 

11/05/14

“No sé si un cristiano tiene derecho a matar. Pero sí tiene la obligación de morir por sus hermanos. Le tenemos miedo a la violencia por una actitud individualista. Nos escandalizamos porque le ponen una bomba a un oligarca y no porque todos los días muere un chico de hambre”.

Once de enero de 1970, revista Siete Días: las palabras del padre Carlos Mugica Echagüemartillaban contra la elite militar y económica que gobernaba el país. Rubio, alto, ojos azules, de familia conservadora, campera negra, pulóveres de cuello alto, jeans gastados, Mugica era un hijo del sistema, un niño privilegiado de la calle Arroyo con viajes de juventud en Europa, que había decidido moverse de lugar. Ahora, a los 39 años, profesor de Teología de la universidad jesuita del Salvador y miembro de la Pastoral de Villas de Emergencia en la Villa 31 de Retiro, en el mandato de “amar al prójimo”, sin desprenderse del Evangelio, denunciaba la violencia institucionalizada, “la violencia del hambre”.


Cura villero. Fue el primer crimen durante el gobierno del General Perón que instaló el miedo en la sociedad.

“Nosotros –decía-, sacerdotes de Jesucristo hemos comprendido que nuestro lugar está junto a los pobres ”.

Para entonces, desde hacía cuatro años gobernaba el general Onganía.

Perón estaba proscripto. Lo habían derrocado en el ‘55, vivía en Madrid. Faltaban seis meses para que secuestraran y mataran al general Aramburu, quien había comandado la conspiración y ordenado el fusilamiento de un grupo de civiles y militares peronistas sublevados.

A algunos de los que participarían de la muerte de Aramburu – Mario Firmenich, Fernando Abal Medina y Gustavo Ramus-, Mugica ya los conocía. Fue su asesor espiritual en el Colegio Nacional de Buenos Aires y habían misionado juntos para asistir a los hacheros en el norte santafecino. Pero en la gestación de Montoneros, sus discípulos abandonarían a Mugica, que no estaba dispuesto a promover la lucha armada. Sí estaba dispuesto a morir, “pero no a matar”, como expresaría. Montoneros migraría hacia el grupo de “Cristianismo y Revolución” del ex seminarista Juan García Elorrio.

Sin embargo, la afinidad personal se mantendría. Cuando la policía mató al ejecutor de Aramburu, Fernando Abal Medina, en una pizzería de William Morris, Mugica, en su responso, lo definió como “un mártir cristiano”.

El obispado de Buenos Aires le suspendió por treinta días las licencias administrativas.

Mugica ya formaba parte del Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo.

La creación del MSTM lo sorprendió en París en 1968, donde había ido a estudiar y también a tomar distancia. Durante ese viaje, participó de las rebeliones callejeras del Mayo francés, conoció a Perón en Puerta de Hierro y también viajó a Escocia a ver a Racing en el recordado partido contra el Celtic.

“Dentro del MSTM, Carlitos era uno más. No era el que más hablaba ni el que determinaba, porque tomábamos decisiones orgánicas por consenso. Y personalidades con compromiso social y capacidades intelectuales había muchísimos, pero su figura llamaba la atención. No era hijo de un obrero telefónico, era hijo de un canciller…”, dice a Clarín el padre Domingo Bresci, ex miembro del MSTM, que lo conoció en el seminario de Villa Devoto en 1956.

En 1972, el MSTM debatía su rumbo entre peronismo o “socialismo latinoamericano”, y cuando en el marco de esa discusión interna se reunieron con Perón el 6 de diciembre de 1972 y un cura le preguntó cómo se implementaría el socialismo en su retorno al poder, el General aclaró que él venía a componer las clases.

El país era un caos.

La gente tenía que ponerse de acuerdo antes que radicalizarse. Ese fue su mensaje.

Entre todos los curas, en su primer viaje a la Argentina después de 17 años de exilio, Perón eligió al más carismático, al que más y mejor llegaba a los pobres de las villas, al que había visibilizado su causa, al que fascinaba a los medios con su verbo álgido, crítico, irreverente. Y también al que parecía no temerle a nada ni a nadie: ya le habían puesto una bomba en el frente del edificio donde vivía, en Gelly y Obes 2230 a mediados de 1971. Su familia le pidió que se fuera del país.

Mugica prefirió quedarse.

Desde entonces, las amenazas fueron recurrentes. Y respondía con una frase hoy ya convertida en una estampita. “Nada ni nadie me impedirá servir a Jesucristo y a su Iglesia, luchando junto a los pobres por su Liberación. Si el Señor me concede el privilegio, que no merezco, de perder la vida en esta empresa, estoy a su disposición”. De su mano, Perón recorrió la Villa 31 de Retiro y visitó la capilla Cristo Obrero.

Montoneros tampoco quería perder su potencial político.

Le propuso a Mugica encabezar la lista de diputados para las elecciones de marzo de 1973. Esa posibilidad también seducía al FREJULI de Héctor J. Cámpora, candidato a Presidente. Mugica trasladó la inquietud al MSTM. En forma orgánica, los curas tercermundistas decidieron que no aceptarían cargos políticos. Perón, entonces, decidió incorporarlo al Ministerio de Bienestar Social, junto a José López Rega, para trabajar como asesor –sin cargo rentado- en las villas. Mugica aceptó.

Ese día comenzó a morir un poco.

Su relación con López Rega fue corta y terminó mal. Eran dos proyectos, dos personalidades distintas.

Sólo el peronismo pudo haberlas unido.

En un principio, Mugica prefirió trabajar sobre la urbanización, con la construcción de mejores viviendas en el barrio, y se opuso al traslado de los vecinos a los complejos de vivienda en el Conurbano bonaerense, que comenzaba a construir el ministerio con el “Plan Alborada”.

Después Mugica aceptó la idea de que se mudaran, siempre y cuando los vecinos se organizaran en cooperativas y participaran en la construcción de viviendas. López Rega prefirió la contratación de empresas privadas.

El 28 de agosto de 1973, en una asamblea del Movimiento Villero Peronista (MVP), y a pedido de éste, Mugica comunica su renuncia al cargo de asesor por discrepancias con López Rega, al que acusa de negarle a los villeros “toda participación creadora en la solución de sus problemas”, pero aceptando sin condiciones el liderazgo de Perón. En el audio de la asamblea, que se puede ver en YouTube, se escucha el grito “Mugica y Perón, un solo corazón”.

Enseguida, López Rega sembró sospechas sobre el cura por el destino de 34 millones provistos para la asistencia a la Villa 31. Mugica fue al Ministerio a increparlo. Ese encuentro le dejó la sensación de que López Rega podría mandar a matarlo.

Lo comentó entre los suyos en la parroquia.

Ya en agosto de 1973 la relación de curas tercermundistas y Montoneros estaba partida.

Si antes los curas, frente al secuestro y crimen de Aramburu, eran proclives a una explicación política antes que a una condena (aunque no avalaran la operación), ahora, con el regreso de Perón y expresada la voluntad popular, eran proclives a enterrar los fusiles. En cambio, para Montoneros no era el regreso de Perón al poder el fin último de su lucha sino el intento de establecer un plan propio. “Si abandonamos las armas retrocederíamos en posiciones políticas.

El poder político brota de la boca de un fusil ”, sostenía Firmenich.

Como consecuencia de esa diferencia, “de alrededor de cuatrocientos curas del MSTM, casi todos se quedaron con Perón.  Entre quince o veinte, con Montoneros y en apoyo a la continuidad de la lucha armada”, calcula el padre Bresci.

Mugica pondría de manifiesto su posición en una misa de conmemoración en el aniversario de la muerte de Fernando Abal Medina, con una cita de La Biblia. “ Hay que dejar las armas y empuñar los arados”.

El crimen del líder de la CGT José Rucci, tres semanas después, lo separaría aún más de sus ex discípulos del Colegio Nacional. “No son los curas los que se alejan de la Tendencia (Peronista) sino la Tendencia la que se aleja de nosotros, como se ha alejado del pueblo y del General Perón”, diría Mugica más tarde, y criticaría a los “falsos revolucionarios” por no ser más que “una expresión del liberalismo europeo”.

Entonces, esa ironía irreverente que ahora se volvía crítica a las armas, zumbaba los oídos de Montoneros y otros sectores de la izquierda peronista. Era un sonido molesto.

La revista “Militancia”, de Rodolfo Ortega Peña y Eduardo Luis Duhalde, con su también filosa ironía, en un artículo colocó a Mugica en la “cárcel del pueblo”, el mismo lugar en el que colocaba a los miembros del establishment.

Lo lastimó: describió a Mugica como cruzado del oportunismo, un “corcho, siempre flotando aunque cambie la corriente”. En el resumen de la Biblia y el Calefón de Discépolo, le agregaba la figura de Mugica.

Esa pelea interna con sus ex compañeros de ruta, y la persistencia de las amenazas, cada vez más ensordecedoras, golpearon al cura.

“A él le dolían las rupturas personales. Con Ortega Peña tenían buenas relaciones, había apoyado su lucha en las villas, hicieron juntos un ayuno en Villa Lugano. Es cierto que a Carlitos a veces se le iba un poco la boca en la disputa verbal, pero fue una distorsión ideológica colocarlo como un enemigo del campo popular”, dice hoy el padre Bresci.

El 1ro de mayo de 1974, Montoneros abandonó la Plaza de Mayo tras su duelo verbal con Perón. Mugica discutió con dirigentes de la Tendencia en su intento de no profundizar más la colisión.

Se mantuvo leal al General. Y se quedó.

Pero en términos personales, nada le era gratuito. La semana siguiente, en una visita al diario La Opinión, le confió a su director, Jacobo Timerman, lo difícil que le resultaba sobrellevar el enfrentamiento político con Firmenich. “Le producía ansiedad, dolor, angustia”, escribió Timerman. Quería volver a escribir en el diario, como lo había hecho desde su fundación, para promover un debate en el peronismo que evitara la violencia.

Pero la violencia política, en mayo de 1974, todavía en las puertas de una espiral ingobernable, ya lo había elegido como blanco. Y lo devoraría.

El sábado 11, al anochecer, un hombre lo abordó después de una homilía, a la salida de la iglesia San Francisco Solano, sobre la calle Zelada, Mataderos. Le dijo “padre Carlos…”, como le decían todos, le disparó quince balas con una ametralladora y se fugó en un auto que lo esperaba. Antes de las 10 de la noche el padre Carlos Mugica ya estaba muerto en la cama de un hospital.

COMENTARIOS DE LECTORES:

Mara Alonso

Es increible saber que ya desde hace años, y bajo el gobierno peronista la villa 31 sigue igual, cada vez peor y

mas deficitaria. Que duda hay que el peronismo fue el trampolin a la explosion de la pobreza? Desde 1990 en

adelante esa villa se multiplico por cientos de veces...facil un 3000%. Esa es la politica social de la decada

ganada? En 2003 todavia era chica, ahora ya esta por todos lados. Menos pobreza? Si, solo el INDEC puede decir

 semejante barbaridad. Por favor, si no quieren pobreza, ni explotacion a los desamparados. Si no quieren

clientelismo, ni jovenes sin futuro.. Basta de una vez por todas de votar a la asociacion ilicita mas grande del

mundo llamada peronismo. Besitos!

Horacio Alfredo Rodriguez

De la villa 31 no puedo hablar mucho porque soy de provincia. Acá también hay muchos asentamientos

nuevos, eso no te lo discuto. Lo que no se ve, es lo que yo veía antes, ollas populares, club del trueque,

pibes desmayándose en las escuelas por hambre, eso ya no lo veo. Por otro lado cuando votamos a la

asociación licita llamada UCR, como nos fue? y no te digo a vos, que por tu foto no deberías haber nacido

 en ese entonces, pero con el gobierno militar en Berazategui cerraron empresas que dejaron a 10000

personas en la calle mínimo en Quilmes igual, la villa de Itatí en esos años pasó de 2500 a 50000 personas

Mai Iglesias

En tal caso debería haber otra alternativa, no un eterno peronismo vs radicalismo como si no pudiera existir

 otra cosa. Pero de haber un cambio en ese "River - Boca", me temo que no llegaremos a verlo, porque la

restauración en la educación deberia ser tan grande y tan profunda que creo que llevaría décadas. Pueden

tildarme de pesimista, pero prefiriendo ser realista, dudo que Argentina deje de ser el país corrupto y

clientelista que es por excelencia. Tristemente es nuestra identidad y son los estragos que se han causado a lo

 largo de nuestra historia desde que existe el peronismo, pero de lo que ninguna corriente política estuvo

exenta.

 

 

“Si Mugica estuviera acá, lucharía contra las drogas”

POR MARCELO LARRAQUY

Lo dice el cura Guillermo Torre, párroco en la Villa 31. Cómo se mantiene su legado.

11/05/14

La primera misión del cura Guillermo Torre, apenas comenzó a trabajar en la Villa 31 de Retiro, fue el traslado de los restos del padre Carlos Mugica en una procesión desde el cementerio de la Recoleta hasta la parroquia “Cristo Obrero”, que el cura asesinado había fundado en 1970.

“Ese día tomé conciencia de lo que significaba para los vecinos.

Cómo se había metido en su corazón. La gente llevaba el féretro a pulso -recuerda Torre en entrevista con Clarín- y sacaba las mesas de su casa para que posaran sus restos y le rezaban”. También el entonces arzobispo de Buenos Aires Jorge Bergoglio, que autorizó el traslado y presidió la ceremonia pidió rezar por “los silencios cómplices de gran parte de la sociedad y de la Iglesia” frente a la muerte de Mugica. A partir de entonces, en 1999, Bergoglio promovió a los curas de la pastoral villera.

Antes eran ocho. Ahora veinticinco, que trabajan en villas de Buenos Aires.

La prioridad de los curas es la recuperación de los jóvenes devastados por la adicción a el paco y la cocaína, que se vende sin dificultades en las calles del barrio. El centro barrial de la parroquia es la primera puerta en la villa para la prevención y el intento de recuperación. “Tenemos talleres, granjas. Cuando un chico ve que otro está peleando por salir, piensa “quizá yo pueda” y lo arrastra. A esto se llega por la falta de oportunidades en educación, trabajo, vivienda. Hay inclusión social, pero se necesita mucho más. Si Mugica estuviera acá, lucharía contra las drogas, ayudando a recuperar a los chicos.

No nos corresponde a nosotros luchar contra el narcotráfico, pero sí recuperar a los chicos, sacarlos adelante. Mugica estaría luchando por la inclusión social, en contra de la estigmatización de la sociedad con los vecinos de las villas”, dice Torre.

La población de la Villa 31, que se compone de 6 barrios sobre un predio de 15 hectáreas, creció sin control en los últimos años.

Saúl Sánchez, uno de los delegados del barrio Güemes, calcula que viven entre 65 y 70 mil personas. Los últimos en llegar fueron un grupo de nigerianos. La cercanía con el centro porteño y las posibilidades laborales, hicieron explotar el mercado inmobiliario interno. El alquiler mensual de una habitación varía entre $ 800 y $ 1.500. La venta de una propiedad, hecha de manera informal- puede alcanzar hasta $ 250 mil. “El Estado nacional aterrizó hace unos años con ayuda económica, hay dos oficinas de acceso a la Justicia, un destacamento de la Federal, se le lleva agua a la “Villa 31 bis” ... La Ciudad dio algunos empleos para limpieza de las calles, pero el proyecto de urbanización y de integración de la villa con la Ciudad que votó la Legislatura está encajonado”, dice Sánchez. Aún así, la villa mantiene su vitalidad: a la tarde se ve a cientos de chicos sonrientes, con guardapolvos blancos, por sus calles. Quizá sea ése el mejor homenaje que se le hace cada día a Mugica.

Hasta no hace mucho su figura generaba recelo en la Iglesia

POR SERGIO RUBÍN

10/05/14

A 40 años de su asesinato, son muchos los reconocimientos y homenajes que concita por estos días en la Iglesia el recordado padre Carlos Mugica, emblema del compromiso con los pobres. Por lo pronto, el arzobispo de Buenos Aires, cardenal Mario Poli, encabezará hoy una ceremonia en la villa de Retiro, donde Mugica desplegó su labor. El lunes pasado, el presidente del Episcopado, monseñor José María Arancedo, dijo, al inaugurar un plenario de obispos, que el cura villero más famoso “fue un sacerdote que vivió su fe y ministerio en comunión con la Iglesia y al servicio de los más necesitados, que aún lo recuerdan con gratitud, cariño y dolor”. Ya en 1999, el antecesor de Poli, monseñor Jorge Bergoglio, hoy Papa Francisco, había acompañado el traslado de los restos del sacerdote del cementerio de la Recoleta a la iglesia Cristo Obrero, levantada por Mugica en su villa, y elevada a parroquia por Bergoglio.

Sin embargo, hasta no hace mucho tiempo su figura no concitaba tantas adhesiones en la Iglesia. Los sectores conservadores -que al momento de su asesinato y hasta entrados los ‘90 eran mayoría en las estructuras eclesiásticas más empinadas- lo miraban con recelo, cuando no lo criticaban duramente. Es que Mugica cuestionaba con su testimonio una Iglesia demasiado apegada a los poderosos y poco comprometida con los más pobres, en tiempos en que los nuevos aires del Concilio Vaticano II todavía no habían prendido de modo extendido. Pero Mugica no era un cura rebelde. Por caso, rechazó una candidatura a diputado luego de que sus superiores le bajaran el pulgar. Además, fue un defensor del celibato en contraposición con muchos curas tercermundistas que lo cuestionaban. También es cierto que Mugica había hecho una opción partidaria algo vedado para un sacerdote. Pero él argumentaba que el peronismo era el que mejor asumía los postulados evangélicos de promoción de los pobres. En cambio, después de una posición ambigua respecto de la violencia como metodología política, Mugica optó por una actitud contraria clara, según dijo una vez el obispo Justo Laguna. Ello le significó (junto con su criterio de que debían seguir alineados con Perón) su distanciamiento de Montoneros, que lo amenazó. Por eso, varios clérigos creen hoy que fueron los Montoneros -y no la Triple A- los autores de su asesinato.

Interrogantes del crimen

11/05/14

El último viernes, 9 de mayo, a las cinco y cuarto de la tarde en la iglesia de San Cayetano del barrio de Liniers, un cura lee el Evangelio de San Juan, capítulo 6. Medio centenar de personas lo escuchan. Quizá algunos lo conocen como el “padre Alberto”. En mayo de 1974, hace cuarenta años, el padre Alberto Carbone, cura tercermundista, fue separado por un hombre en el velatorio de Carlos Mugica. Le dijo que el jefe de Montoneros Mario Firmenich quería hablar con él. Ya se conocían. Carbone había sido responsable de la asesoría espiritual en colegios públicos y tenía diálogo con los estudiantes del Nacional de Buenos Aires que luego fundarían Montoneros, aunque la relación más directa con ellos la mantenía el padre Mugica. Pero Carbone lo conocía: después del crimen de Aramburu en 1970, Firmenich le dejó en custodia al cura la máquina de escribir en la que anunciaron con varios comunicados la autoría del hecho. Carbone, investigado por el crimen, permaneció cinco meses detenido.

“El día del velatorio de Mugica, después de dar un rodeo en un auto, me llevaron a una casa y me encontré con Firmenich. Fue una reunión simple y breve. Me dijo que ellos no habían matado a Carlitos”, afirma hoy Carbone en diálogo con Clarín.

-¿Le creyó?

— No tenía ningún elemento de que esto no fuera así. Por otra parte, había una relación entre Carlos y Mario, y también mía con él, y no tenía por qué estar mintiendo.

En el funeral de Mugica, la posibilidad de que Montoneros lo hubiera matado ganaba el pensamiento de algunos curas, dado las diferencias que habían mantenido en los últimos meses. “Ese día estábamos todos sin dormir, pensando en caliente –recuerda el padre Bresci, del MSTM, en entrevista con Clarín-. Cuando vinieron dos dirigentes de la JP de Montoneros hubo una pelea, los echaron, yo perdí mis anteojos en el forcejeo. Hubo sospechas. Pero también creíamos que la muerte de Mugica podía ser una obra de los servicios de inteligencia para crear ese enfrentamiento. No sabíamos. Visto en perspectiva, la de Mugica fue la primera muerte que instaló el miedo, como también sucedió poco después con la de los abogados Ortega Peña o Silvio Frondizi, que conmocionaron a la sociedad”.

Bresci se inclina por la hipótesis que signó la causa judicial que investigó el crimen de Mugica. En ella, a través de distintos testimonios, y también por el propio identikit, se señaló como ejecutor al comisario Rodolfo Almirón, custodio de López Rega, a quien Mugica conocía del Ministerio de Bienestar Social. Después de ser extraditado de España acusado por crímenes de la Triple A, Almirón fue procesado en la “causa Mugica” y murió en 2009, sin llegar a ser condenado. El enigma todavía perdura.

 

 

 Vale la pena conocer estos datos, ahora, cuando quienes lo mataron le dedican programas de televisión en los programas televisivos

 

Quiénes mataron al Padre Mujica

Por el Lic. Jorge P. Mones Ruiz

 

Probablemente el Padre Carlos Mujica haya sido uno de aquellos sacerdotes referidos por el Papa Francisco cuando señaló, hace pocas semanas, que “se habían equivocado al educarlos (a los jóvenes) y acompañarlos en sus utopías” , una sutil forma para definir el grado de responsabilidad de los "educadores" y la praxis revolucionaria marxista-leninista.   

 

Pero accediendo a información de la época, y alguna más reciente, no parece que el sacerdote citado haya bendecido y acompañado la violencia armada de ideología marxista, más allá de su influencia, en un comienzo, en jóvenes que luego optaron por el accionar guerrillero y terrorista.

 

Por cierto, Mujica no fue un Camilo Torres Restrepo, sacerdote colombiano del Ejército de Liberación Nacional, muerto en combate en la selva. Tampoco fue como el capellán de Montoneros, el padre Adur. Tampoco puede compararse con Fray Antonio Puigjané, condenado por su compromiso en el ataque al cuartel del Regimiento 3 de Infantería de La Tablada, en épocas democráticas (gobierno de Alfonsín).

 

Pero Mujica jugó con fuego, y su destino final encuadra perfectamente en la lógica de los procedimientos propios de las organizaciones subversivas criminales, cuando uno de sus miembros, o de alguna manera relacionado con las mismas, opta en sentido contrario y afectando los intereses u objetivos políticos de esas "orgas" terroristas.

 

Veamos pues el contexto de aquellos años para tratar de comprender el porqué fue asesinado el sacerdote y quiénes pudieron ser efectivamente sus victimarios. No esperemos que el “relato oficial” nos saque las dudas.

 

El 12 de mayo de 1974, el diario “La Nación” publicó lo siguiente:


“El padre Mujica, que en los últimos años desarrolló su acción pastoral en las villas de emergencia, se inició en ese quehacer como parte del equipo sacerdotal que fuera creado en 1969. Con la aprobación de monseñor Aramburu se hallaba enrolado en el Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo”


“Hace dos meses, sus disidencias con los sectores de izquierda del movimiento villero se hicieron públicas.  El 19 de Marzo último publicó con su firma un artículo en un matutino porteño, donde enjuiciaba severamente al marxismo y lo responsabilizaba del "ideologismo” en que han caído los jóvenes peronistas” 


“Casi al mismo tiempo, en nombre del grupo de sacerdotes que lideraba el padre Mujica, había hecho contactos en las más altas esferas del gobierno” 

 

Al día siguiente de su asesinato, el diario “La Opinión” en su página 9, publicaba un mensaje del padre Mujica dirigido a la juventud.


“Somos conscientes que sin las juventudes el proceso revolucionario impulsado por Perón irá al fracaso. Pero advierto a esta misma juventud que está en una encrucijada: optar por la revolución nacional que se nutre de nuestra esencia cristiana y popular, incorporando a las fuerzas del nuevo orden revolucionario, que como señaló el presidente Perón se oponen a las fuerzas del desorden...o hacerlo por el socialismo dogmático, es decir por un modelo ideológico colonial, en manos de una "élite científica”, actitud que lleva a la dictadura del proletariado, la que se convierte en dictadura sobre el proletario”

 

El número 31 de la REVISTA "MILITANCIA” (de Eduardo Luis Duhalde – nombre de guerra terrorista “Damián” -  y Rodolfo Ortega Peña), publica una foto del Padre Mujica vestido de gorila detrás de una reja, y a continuación el siguiente  texto:

 

“Dos mil años de política terrena ha enseñado mucho a la Iglesia Católica  que es la negación  del democratismo interno. Sin embargo, comprendió hace muchos siglos las ventajas de tolerar las distintas corrientes que se forman en su seno. A un ala conservadora y retrógrada se opone siempre un ala liberal progresista. Una jerarquía pro-oligárquica convive con sacerdotes del pueblo. Están los curas humildes y silenciosos, y están las estrellas publicitadas. A esta última especie pertenece Carlos Mujica, super star”

 

“El padre Carlos (como lo conocen las feligresas de su antigua parroquia de Santa Elena),  o el cura Mujica (como le dicen en los ambientes políticos) o Carlitos (como lo llaman los vecinos de Copérnico y Gelly y Obes - corazón del barrio norte), siempre ha sido un  movimientista nato. Como queriendo resumir en su persona todas las corrientes internas de la iglesia, trata de ser al mismo tiempo un conservador-progresista, un oligarca popular, un cura humilde y bien publicitado. un revolucionario y defensor del sistema. Y así le va con el resultado”


“Lo dicho no es una acusación gratuita. Con su defensa apasionada del celibato eclesiástico y del acatamiento sin protestas a la jerarquía, es tolerado por los pre-conciliares, como "un muchacho rescatable".

 

“Su pertenencia al Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo, lo refiere a los sectores de avanzada. Su hábitat en el barrio norte y sus amistades, le permite no romper los lazos creados en su carácter de Mujica Echague. Su labor religiosa en la Villa Comunicaciones lo emparenta con el pueblo. Su condición de colaborador de Bernardo Neustadt en la revista Extra , le abre las puertas de la contrarrevolución, avalado por su círculo de relaciones (aunque a pedidos de algunos amigos como Hermes Quijada). Todo mezclado como en el poema de Guillen”


“La Biblia y el Calefón, diría Discépolo. Ayer misa por Carlos Ramus, luego responso a Bianculli, guardaespaldas de la UOM, y hoy un oficio religioso para Isabelita (siempre queda la excusa que la religión no hace distingo políticos, como si él fuera el único cura de la aldea).
Como si fuera un corcho, siempre flotando aunque cambie la corriente. “Montonereando” en el pasado reciente, “lopezrregueando” sin empacho después del 20 de junio, Carlitos Mujica, cruzado del oportunismo, ha devenido en:"¡Depurador ideológico!"


“…por todo lo expuesto quede Carlos Mujica preso en la cárcel del pueblo, aunque se quede sin asistir al casamiento de la hija de Llambi con Sergio Patrón Uriburu”

 

El Padre Carlos Mujica no pudo ir al casamiento mencionado como tampoco a la cárcel del pueblo, como sugerían Duhalde y Ortega Peña. Al sábado siguiente Mujica era acribillado a balazos.

 

En el libro de Eugenio Méndez, "Confesiones de un Montonero”, editado en 1985, encontramos lo siguiente:

 
“Muchos militantes que sobrevivieron a aquello han atestiguado, además, que varios de los atentados contra sedes de agrupaciones adictas a la "M " fueron en verdad autoatentados cuyo propósito tendía a que no se alentaran esperanzas de un arreglo negociado en el peronismo. El montonero Antonio Nelson Latorre, que se jactó en la ESMA de haber sido quien abatió al capitán Roberto Máximo Chavarri en Ezeiza (y no Horacio "Beto" Simona), afirmaba muy suelto de cuerpo que fueron montoneras las balas que desplomaron al padre Mujica en la noche del sábado 10 de mayo de 1974 a la salida de la capilla de San Francisco Solano. Según él, el hecho se había justificado por la conducta que tuvo en el último tiempo quien fuera fundador del Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo en la Argentina; se la evaluaba como próxima a López Rega, lo que podía despertar ilusiones contrarias a la política de ruptura con el justicialismo. Algo puede haber habido: en contraste con el resto de la prensa, el diario Noticias minimizó la cobertura del asesinato. Ante la protesta de lectores y de algunos redactores, Firmenich publicó cuatro notas apologéticas de Mujica que, de ser cierto lo de la autoría de su muerte, eleva a la esquizofrenia la hipocresía de la Conducción Nacional (de Montoneros). Sobre todo de Firmenich, que eligió a Mujica para bendecir la ceremonia de su casamiento. ¿Qué podía negociar Mujica con el "Brujo" a quien recurría por sus villeros? “Galvanizaban la fuerza propia, matándolo". Quizás los Montoneros creían impedir cualquier entendimiento dentro del peronismo.” 

En octubre del año 2008, el Dr. Antonio Cafiero manifestó en un programa de televisión (TN) “Tiene la Palabra”, que el padre Mujica fue asesinado  por los Montoneros.

En esa oportunidad el Dr. Cafiero hablando en ocasión del aniversario del 17 de Octubre, sostuvo que en el año 1974, cuando era Presidente de la Caja de Ahorro, lo visitó el padre Mujica, cuarenta y ocho horas antes de su asesinato. Le manifestó entonces “que estaba con miedo y que temía por su vida por reiteradas amenazas que había recibido”.  Ante una repregunta del Dr. Cafiero, el sacerdote le dijo textualmente: "A mí me van a matar los Montoneros", y que las amenazas provenían de allí.

 

En 2014, época de “relatos” oficialistas, siempre mendaces, acomodaticios, hipócritas y convenientes para el “proyecto nacional y popular”, lo relatado en esta recopilación nos permite inferir como muy poco probable que los responsables de la muerte del padre Carlos Mujica sean los mencionados por el relato oficial (“Página 12” , “ 678” , etc.)

 

En todo caso, se ajustaría más a la verdad histórica que hayan sido los mismos que fueron expulsados por el General Perón de la Plaza de Mayo (“mocosos imberbes y estúpidos”) y calificados por él mismo como“mercenarios al servicio del dinero extranjero”

 

Serían los mismos que hoy desde el gobierno, el congreso, ciertos estrados judiciales y otros ámbitos, pululan embriagados por el odio, la sed de venganza y el resentimiento propio de los “Sin Patria”

 

jorgemonesruiz@yahoo.com.ar

 

 

Horacio Verbitsky: "Hay una operación para tratar de ensuciar a Montoneros"

El periodista y titular del CELS habló sobre los 40 años del asesinato del Padre Mugica y criticó la relación del Gobierno con el Papa

 

El periodista y titular del CELS, Horacio Verbitsky  (confeso defensor de Montoneros), habló sobre los 40 años del asesinato del Padre Mugica y su relación con el poder, analizó el documento emitido por la Iglesia el último viernes y cuál es la postura del Papa Francisco en relación a este.

Con respecto a la buena relación reciente entre Cristina Kirchner y el Papa, dijo: "Eso es habilidad política. Además Bergoglio no le niega una foto a nadie".

"Creo que hay gran ingenuidad por parte del gobierno al pensar que Bergoglio porque ahora es Papa, cambió de parecer en ciertas cosas. Es de una enorme ingenuidad", dijo en Mañana Sylvestre, por Radio Del Plata.

"No hay duda de que el Episcopado responde a Bergoglio", agregó el periodista, sobre el último documento de la Iglesia (en el que expresa “la Argentina está enferma de violencia”). "Nada de lo que haga el Episcopado está alejado de los pensamientos de Bergoglio",soltó.

   SOBRE  MONTONEROS Y MUGICA

"Hay una operación tratando de ensuciar a Montoneros por eso algunos le atribuyen el asesinato de Mugica", dijo el periodista.

"Había conflictos entre Mugica y López Rega. El religioso estaba alineado con los villeros y eso molestaba al poder. Los expedientes dicen que a Mugica lo asesinó Juan Carlos Almirón, de la Triple A", agregó..

 

Comentarios de lectores:

 beatriz_basenji

A ver Don Verbitsly, cuándo se va a poner a defender a los DIAGUITAS de la Pcia . de LA RIOJA a los que les han sustraído sus TIERRAS una vez mas ? Tenga presente que ellos son LOS AUTÉNTICOS DUEÑOS DE LA TIERRA !!

yobaca

A Mugica lo mato la "triple A", no hay dudas ... y montoneros lo entregó regalado. Infames cobardes y traidores !!!

agnoticias

Claro porque los montoneros eran tan limpios. Me parece que la locura contagia.

Edu230

Si Verbitsky, y hay otra operación para ensuciar a Quebracho, DÉlía, Cristina Kirchner, Lázaro Báez, Boudou, Gildo Insfrán, Gils Carbó, Oyarbide, Devido, La Cámpora, y otras calamidades que nos aquejan a los argentinos. Mas que para ensuciarlos es una operación para extraerlos y luego aplicar quimioterapia.

Gran_Republicano

Antes de cuestionar la relación del gobierno con el Papa, preguntate cual es la relación del pueblo argentino con el Papa. Entre el Papa y cualquiera de Uds., manga de impresentables, la inmensa mayoría nos quedamos con el Papa ... ¡y eso les da una envidia que Uds. no pueden disimular!!! Argentina está enferma de la violencia y el odio que Uds. destilan.

nicovayu

Vos sos un bastardo retorcido que deberías hacer un mea culpa por todas las cagadas que hiciste y por las cuales deberías estar preso.

TQM_Argentina

queeeeeeeeeeeeeeee??? que dice??? tiene alzehimer???????? MONTONEROS ES SINONIMO DE ASESINOS AUNQUE QUIERAS venderle a los ignorantes o desmemoriados otra cosa. No te cree ni firmenich hdrmp!!

ellece

Pregunten a Cafiero, dirigente bien peronista, de quién fue la " locura del cura". El país está dividido y violento gracias al "plan político" de Mr. Laclau, Verbitsky & Co. Los terroristas montoneros-asesinos-secuestradores-extorsionadores-ladrones-"poetas muertos" nunca estuvieron limpios. Nunca pagaron por sus delitos y este repugnante simulador-extorsionador nacional y popular Verbitsky, encuentra hoy en el perejil Milani, de dónde seguirá pegando a los militares en el futuro. CELsda para los actuales delicuentes no juzgados: embajadores, ministros, legisladores, asesores, funcionarios. Justicia

 

 

DOCUMENTO DE LOS CURAS VILLEROS

 “El único ‘rival’ a vencer es la exclusión social grave”

POR PABLO CALVO

Advirtieron también que la pobreza en las villas “hipoteca el futuro de los niños y adolescentes, dejándolos a merced de los hijos de las tinieblas”. El pronunciamiento fue emitido al cumplirse hoy 40 años del asesinato del Padre Mugica.

 

11/05/14 - 12:40

El Equipo de Sacerdotes para las Villas de Emergencia reclamó dejar de lado “esas peleas que buscan el rédito político fácil” para concentrar los esfuerzos en la lucha contra la exclusión. 

Pusieron como prioridad la “integración urbana” en base a la construcción de “viviendas sociales”; el otorgamiento ágil de vacantes escolares en el nivel inicial y el fomento a una secundaria que salga en busca de los adolescentes que la abandonan; el refuerzo del presupuesto para hospitales y la instrucción a las ambulancias para que entren a las villas cuando se las necesita.

“No sólo se trata de asegurar la comida, sino que hay que dar trabajo, porque el trabajo expresa la dignidad de las personas, y es la herramienta clave para sacar de la exclusión”, agregan los sacerdotes, quienes consideran que “sin lugar a dudas, tiene que aparecer con mucha más fuerza el mundo empresario, apostando por los vecinos y vecinas de nuestros barrios”.

El documento, al que tuvo acceso Clarín, está firmado por 25 curas que asisten a villas porteñas y bonaerenses. La mayoría de esos sacerdotes viven allí, como Carlos Mugica cuando fue asesinado por su militancia en favor de los pobres, el 11 de mayo de 1974. “El padre Carlos Mugica fue un mártir de la causa de los pobres y símbolo de la lucha por la justicia social”, lo definieron, en un texto bajo el título “En la Iglesia, la vida por Dios, la vida por el pueblo”.

“Se necesita una conducción estratégica que tenga una mirada de conjunto de estas aspiraciones centrales y que pueda proyectarse en el tiempo de manera sostenida, trabajando con convicciones claras y con tenacidad. Acompañar procesos que construyan pueblo es darle prioridad al tiempo. Todo lo contrario a preocuparse por poseer espacios, desatando esas peleas que buscan el rédito político fácil. El único ‘rival’ a vencer es la exclusión social grave que hipoteca el futuro de los niños y adolescentes de las villas, dejándolos a merced de los hijos de las tinieblas”, señalan.

La Iglesia volvió a reclamar una "actitud definida" frente al narcotráfico

El presidente de la Conferencia Episcopal Argentina reivindicó, además, el servicio en favor de los más necesitados del padre Carlos Mugica, asesinado hace 40 años

El presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, monseñor José María Arancedo, volvió hoy a reclamar una "actitud definida" frente al delito del narcotráfico y reivindicó el servicio en favor de los más necesitados del padre Carlos Mugica, a 40 años de su asesinato.

El prelado santafesino celebró esta noche la misa de apertura de la 107 asamblea plenaria, tras un intercambio sobre la realidad social y política del país en la casa de ejercicios El Cenáculo-La Montonera, de Pilar, donde hasta el sábado deliberará un centenar de obispos.

"Hemos hablado con preocupación de la realidad de la droga con su rostro de violencia e inseguridad, como de negocio y de muerte. Es necesaria una actitud definida frente a lo que no dudamos en llamar el delito del narcotráfico", dijo en la homilía.

Arancedo reconoció que "este flagelo tiene raíces muy profundas" y advirtió que "hay una orfandad social y afectiva en muchos jóvenes que los hace presa fácil de una sociedad que en su afán de lucro no tiene límites".

En noviembre, el Episcopado difundió un duro documento en el que advirtió sobre el avance "sin control" del narcodelito y denunció cierta pasividad del poder político ante la proliferación del comercio de estupefacientes.

Arancedo ratificó también que frente a las "necesidades materiales y espirituales" de los argentinos, la Iglesia no dejará de cumplir su misión profética de denuncia, porque de otro modo "no seríamos fieles al Evangelio".

Asimismo aseguró que el plenario episcopal hará memoria del padre Mugica, quien en "aquellos años duros y tristes de nuestra Patria, fue víctima de un asesinato".

"Fue un sacerdote que vivió su fe y ministerio en comunión con la Iglesia y al servicio de los más necesitados, que aún lo recuerdan con gratitud, cariño y dolor", precisó al referirse al sacerdote que inauguró la pastoral de las villas de emergencia.

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"Argentina está enferma de violencia", advierte la Iglesia  en un documento, que también se refiere a la corrupción como "cáncer social"

La Conferencia Episcopal Argentina, reunida en asamblea plenaria, dio a conocer hoy el texto, titulado "Felices los que trabajan por la paz".  El muy crítico documento, desnuda crudamente una tremenda y muy triste realidad social, alejada del relato irreal del gobierno de Cristina Kirchner, al que cuestiona frontalmente por la ineficiencia de sus políticas de seguridad, salud, educación, vivienda, y por promover con frecuencia una dialéctica que alienta las divisiones, y la agresividad, enmarcadas en mentiras e hipocresía dirigencial.  LEER A CONTINUACION EN POCOS RENGLONES MÁS ABAJO EL TEXTO COMPLETO DEL IMPORTANTÍSIMO DOCUMENTO

La Conferencia Episcopal Argentina advirtió hoy que la Argentina está "enferma de violencia" y aseguró que "los hechos delictivos no solamente han aumentado en cantidad sino también en agresividad".

"Una violencia cada vez más feroz y despiadada provoca lesiones graves y llega en muchos casos al homicidio. Es evidente la incidencia de la droga en algunas conductas violentas y en el descontrol de los que delinquen, en quienes se percibe escasa y casi nula valoración de la vida propia y ajena", plantearon los obispos argentinos.

Estas afirmaciones están contenidas en el documento "Felices los que trabajan por la paz", que dio a conocer hoy la Conferencia Episcopal Argentina, en el cierre de su 107° asamblea plenaria.

La Iglesia afirmó que la corrupción tanto pública como privada es "un verdadero cáncer social, causante de injusticia y muerte" y lamentó que en el país se promueva con frecuencia "una dialéctica que alienta las divisiones y la agresividad".

El plenario episcopal, que preside monseñor José María Arancedo, arzobispo de Santa Fe, reclamó "no responsabilizar y estigmatizar a los pobres por ser tales" como responsables de la violencia y los delitos.

El documento se dio a conocer en la localidad bonaerense de Pilar, donde los obispos sesionan desde el lunes.

   LAS FRASES MÁS FUERTES DEL DOCUMENTO

    EL TEXTO COMPLETO DEL DOCUMENTO 

FELICES LOS QUE TRABAJAN POR LA PAZ

  1. 1. Como pastores del pueblo de Dios -del que provenimos y al que queremos servir- nos dirigimos a todos los miembros de la Iglesia y a los hombres y mujeres de buena voluntad, para compartir nuestra mirada sobre un aspecto inquietante de la realidad nacional. Constatamos con dolor y preocupación que la Argentina está enferma de violencia. Algunos de los síntomas son evidentes, otros más sutiles, pero de una forma o de otra todos nos sentimos afectados. Queremos detenernos a reflexionar sobre este drama porque creemos que el amor vence al odio y que nuestro pueblo anhela la paz.
  1. 2. Son numerosas las formas de violencia que la sociedad padece a diario. Muchos viven con miedo al entrar o salir de casa, o temen dejarla sola, o están intranquilos esperando el regreso de los hijos de estudiar o trabajar. Los hechos delictivos no solamente han aumentado en cantidad sino también en agresividad. Una violencia cada vez más feroz y despiadada provoca lesiones graves y llega en muchos casos al homicidio. Es evidente la incidencia de la droga en algunas conductas violentas y en el descontrol de los que delinquen, en quienes se percibe escasa y casi nula valoración de la vida propia y ajena. La reiteración de estas situaciones alimenta en la población el enojo y la indignación, que de ninguna manera justifican respuestas de venganza o de la mal llamada "justicia por mano propia". La creciente ola de delitos ha ganado espacio en los diversos medios de comunicación, que no siempre informan con objetividad y respeto a la privacidad y al dolor. Con frecuencia en nuestro país se promueve una dialéctica que alienta las divisiones y la agresividad.
  1. 3. No se puede responsabilizar y estigmatizar a los pobres por ser tales. Ellos sufren de manera particular la violencia y son víctimas de robos y asesinatos, aunque no aparezcan de modo destacado en las noticias. Conviene ampliar la mirada y reconocer que también son violencia las situaciones de exclusión social, de privación de oportunidades, de hambre y de marginación, de precariedad laboral, de empobrecimiento estructural de muchos, que contrasta con la insultante ostentación de riqueza de parte de otros. A estos escenarios violentos corremos el riesgo de habituarnos sin que nos duela el sufrimiento de los hermanos. Todo lo que atenta contra la dignidad de la vida humana es violación al proyecto de amor de Dios: la desnutrición infantil, gente durmiendo en la calle, hacinamiento y abuso, violencia doméstica, abandono del sistema educativo, peleas entre "barrabravas" a veces ligadas a dirigentes políticos y sociales, niños limpiando parabrisas de los autos, migrantes no acogidos e, incluso, la destrucción de la naturaleza. Hemos endurecido el corazón incorporando estas desgracias como parte de la normalidad de la vida social, acostumbrándonos a la injusticia y relativizando el bien y el mal. Es creciente la tendencia al individualismo y egoísmo, de los cuales despertamos sobresaltados cuando el delito nos afecta o toca cerca. El Papa Francisco señala que "se ha desarrollado una globalización de la indiferencia..." (Evangelii Gaudium 54).
  1. 4. Pero no nos ayuda culpar a los demás. Para lograr una sociedad en paz cada uno está llamado a sanar sus propias violencias. Es necesario reconocer las diversas crisis por las que atraviesa la familia, que es la primera escuela de paz. En ella aprendemos la buena noticia del amor humano y la alegría de convivir. Muchos niños y adolescentes crecen solos y en la calle provocando el debilitamiento de los vínculos sociales. Esto también repercute en la escuela.
  1. Episodios de violencia escolar se desarrollan ante la mirada pasiva de algunos hasta que es demasiado tarde. Muchos jóvenes ni estudian ni trabajan, quedando expuestos a diversas formas de violencia.
  1. 5. La corrupción, tanto pública como privada, es un verdadero "cáncer social" (EG 60), causante de injusticia y muerte. Desviar dineros que deberían destinarse al bien del pueblo provoca ineficiencia en servicios elementales de salud, educación, transporte. Estos delitos habitualmente prescriben o su persecución penal es abandonada, garantizando y afianzando la impunidad. Son estafas económicas y morales que corroen la confianza del pueblo en las instituciones de la República, y sientan las bases de un estilo de vida caracterizado por la falta de respeto a la ley. A ello se agregan mafias del crimen organizado sin freno dedicadas a la trata de personas para la esclavitud laboral o sexual, el tráfico de drogas y armas, los desarmaderos de autos robados, etc.
  1. 6. Para construir una sociedad saludable es imprescindible un compromiso de todos en el respeto de la ley. Desde las reglas más importantes establecidas en la Constitución Nacional, hasta las leyes de tránsito y las normas que rigen los aspectos más cotidianos de la vida. Sólo si las leyes justas son respetadas, y quienes las violan son sancionados, podremos reconstruir los lazos sociales dañados por el delito, la impunidad y la falta de ejemplaridad de quienes tenemos alguna autoridad. La obediencia a la ley es algo virtuoso y deseable, que ennoblece y dignifica a la persona. Esto vale también para los reclamos por nuestros derechos, que deben ser firmes pero pacíficos, sin amenazas ni restricciones injustas a los derechos de los demás. Frente al delito, deseamos ver jueces y fiscales que actúen con diligencia, que tengan los medios para cumplir su función, y que gocen de la independencia, la estabilidad y la tranquilidad necesarias. La lentitud de la Justicia deteriora la confianza de los ciudadanos en su eficacia. Algunos profesionales suelen utilizar de modo inescrupuloso artilugios legales para burlar o esquivar la justicia: también esto es inmoral.
  1. 7. La cárcel genera en la sociedad la falsa ilusión de encerrar el mal, pero ofrece pocos resultados. El sistema carcelario debe cumplir su función sin violar los derechos fundamentales de todos los presos, cuidando su salud, promoviendo su reeducación y recuperación. Nos duele y preocupa que casi la mitad de los presos no tenga sentencia. La mayoría de ellos son jóvenes pobres y sin posibilidades para contratar abogados que defiendan sus causas. Ningún delito justifica el maltrato o la falta de respeto a la dignidad de los detenidos. Gracias a Dios algunos cumplen la palabra de Jesús: "Estuve preso y me visitaron" (Mt 25,36).
  1. 8. Nos estamos acostumbrando a la violencia verbal, a las calumnias y a la mentira, que "socava la confianza entre los hombres y rompe el tejido de las relaciones sociales" (Catecismo de la Iglesia Católica, 2486). Urge en la Argentina recuperar el compromiso con la verdad, en todas sus dimensiones. Sin ese paso estamos condenados al desencuentro y a una falsa apariencia de diálogo.
  1. 9. Estos síntomas son graves. Sin embargo, en el cuerpo de nuestra sociedad se encuentran también los recursos para afrontar el paciente camino de la recuperación. Todos estamos involucrados en primera persona. Destacamos, ante todo, el profundo anhelo de paz que sigue animando el compromiso de tantos ciudadanos. No hay aquí distinción entre creyentes y quienes no lo son. Todos estamos llamados a la tarea de educarnos para la paz.
  1. 10. Nosotros creemos que Dios es "fuente de toda razón y justicia" y que los peores males brotan del propio corazón humano. El vínculo de amor con Jesús vivo cura nuestra violencia más profunda y es el camino para avanzar en la amistad social y en la cultura del encuentro. A esto se refiere el Papa Francisco cuando nos invita a "cuidarnos unos a otros". Jesús nos enseñó que "Dios hace salir el sol sobre buenos y malos y hace llover sobre justos e injustos" (Mt 5, 45). No hay persona que esté fuera de su corazón. En su proyecto de amor la humanidad entera está llamada a la plenitud. No hay una vida que valga más y otras menos: la del niño y el adulto, varón o mujer, trabajador o empresario, rico o pobre. Toda vida debe ser cuidada y ayudada en su desarrollo desde la concepción hasta la muerte natural, en todas sus etapas y dimensiones. Jesús es nuestra Paz, en él encontramos Vida y Vida abundante. A Él volvemos nuestra mirada y en Él ponemos nuestra esperanza para renovar nuestro compromiso en favor de la vida, la paz y la salud integral de nuestra querida Patria. Jesús nos dice: "Felices los que trabajan por la paz…" (Mt 5,9). Muchos ya lo están haciendo. Hay destacables iniciativas en escuelas, parroquias, clubes, talleres artísticos y otras organizaciones de la sociedad. Los alentamos a seguir siendo instrumentos de paz. Exhortamos particularmente a la dirigencia a desarrollar un diálogo que genere consensos y políticas de estado para superar la situación actual.
  1. 11. La Virgen de Luján, presente en el corazón creyente de tantos argentinos y argentinas, nos anima y acompaña en nuestro empeño "…porque cada vez que miramos a María volvemos a creer en lo revolucionario de la ternura y del cariño. En ella vemos que la humildad y la ternura no son virtudes de los débiles sino de los fuertes, que no necesitan maltratar a otros para sentirse importantes…" (EG 288)

Los obispos argentinos  -  Pilar - 107 Asamblea plenaria  -   8 de mayo de 2014, Solemnidad de Nuestra Señora de Luján