“Espero que me lo hayan dado por mi obra literaria”

08/10/10

Mario Vargas Llosa obtuvo el máximo galardón. Ayer se anunció en Suecia que el ganador es el narrador peruano, piedra fundamental del “boom” latinoamericano de los años sesenta y activo participante en los debates políticos del presente.

Por Mauro Libertella


 

 
Ayer a la mañana, la página web de la Academia Sueca mostraba un contador que hacía pasar uno a uno los minutos que faltaban para la consagración. Mirada con atención, esa cuenta regresiva fue desde siempre la operación dominante de los que resguardaban ese tesoro que es el secreto del Nobel. “¿Quién será?” La pregunta se leía, con mayor o menor insistencia, en los diarios y los portales del mundo cultural, y la Academia Sueca dejaba como única respuesta la espera.

Del otro lado del mapa, el despertador de Mario Vargas Llosa sonaba a las cinco de la mañana y el novelista de levantaba para preparar una clase que iba a dar en Princeton sobre la obra de Borges. Ironías del destino: mientras subrayaba la obra del gran ausente en la lista de los premiados, recibe el llamado de Peter Englund, presidente del jurado, y se entera de que a partir de ahora todo va a cambiar para él. “Me da un poco de vergüenza recibir el Nobel que no recibió Borges”, diría después. Además de engrosar su cuenta bancaria con 1.5 millones de dólares, su vida se va a convertir en un frenesí de llamados, su cara va a ilustrar las portadas del mundo y sus libros se van a reimprimir con esa faja que solo tienen los socios de ese círculo selecto. Las primeras declaraciones del peruano buscaron, sin embargo, conjurar esos fantasmas: “No va a cambiar lo que soy, tengo 74 años, tengo un mundo, una orientación, ideas, ilusión, y eso no va a cambiar, va a complicar un poco más mi vida, pero no me voy a quejar”. Quizás por el desfasaje horario, como si todavía lo estuviera trabajando el sueño, al principio no lo creyó. “Pensé que era una broma”, aseguró. La paranoia tenía un asidero. Su hijo Alvaro dijo que “hace muchos años alguien, al parecer un periodista, se hizo pasar por sueco para anunciarle que había ganado el Nobel”. Por eso tardó en reaccionar, no se vaya a tratar de otro chascarrillo.

Si bien los críticos y los lectores se harán cargo de desentrañar las razones del premio, los responsables del Nobel dieron cuenta así de su elección: “Por su cartografía de estructuras de poder y sus mordaces imágenes de la resistencia individual, sublevación y derrota”. No dice mucho, al tiempo que lo dice todo. El Nobel de Literatura es un premio históricamente asociado con los guiños políticos : la intervención de un escritor en los debates sociales de su época puede ser determinante a la hora de definir una candidatura. La frase del jurado parece ir por ese lado. Sin embargo, Peter Englund dio luego razones más descontracturadas: “Tiene varias obras maestras en relatos porque esencialmente es un narrador, un cuentista. Dios mío ¡qué narrador!”.

Sería lindo armar una historia de cómo cada premiado recibe la noticia. Dónde estaban, qué dijeron; una historia de cómo la consagración arma su propia puesta en escena. Doris Lessing, en 2007, recibió a la prensa sentada en las escaleras de su casa de siempre. Era una gran madre, llena de ternura y de piedad, ofreciendo chocolatada y bizcochos a los fotógrafos. Vargas Llosa, fiel a su estilo, dio una conferencia multilingüe en un gran auditorio en Nueva York. Allí dijo que “es un premio literario y espero que me lo hayan dado más por mi obra literaria que por mis opiniones políticas . Ahora, si mis opiniones políticas, en defensa de la democracia y la libertad, y en contra de las dictaduras, han sido tenidas en cuenta, pues en buena hora. Me alegro”. En ese sentido, agregó que va a “seguir escribiendo sobre lo que más me estimula y defendiendo las ideas que tengo, la democracia y la opción liberal, así como con las críticas a toda forma de autoritarismo, a toda ideología que crea exclusión, discriminación”.

Por lo demás, el nombre de Vargas Llosa se venía repitiendo como una letanía año tras año, y era hace mas de una década una fija para el Nobel. Cuando le preguntaban por su aparición en esas clásicas listas de rumores prefería correrse del centro de la expectativa, argumentando con un silogismo incuestionable: por un lado está la escritura, por el otro los premios. Sin embargo, Mario ya era un veterano en esto de los galardones. Se alzó con el Rómulo Gallegos, el Príncipe de Asturias y el Cervantes entre otros. Salvando algunas excepciones, el Nobel exige tácitamente un curriculum cargado de previas consagraciones, como si buscaran un autor sobre el que ya se ha sentado una jurisprudencia. Por eso, es difícil creer del todo ese supuesto desinterés de Vargas Llosa por el premio de los premios. Ayer, en alguna tanda de declaraciones, dijo: “Creía que había sido completamente olvidado por la Academia, ni siquiera sabía que el premio se entregaba este mes”. Quién sabe. Por lo pronto, cuando salga en un mes su próxima novela, las mesas de novedades se van a inundar con el nuevo Nobel latinoamericano, el primero desde Octavio Paz en 1990, y la página de la Academia Sueca podrá volver a poner en punta su trepidante cronómetro.

¿Esta vez no tuvo nada que ver la política?

08/10/10   Por Patricia Kolesnicov

 

Ah, se escuchó ayer, esta vez no se ha premiado una posición política, se ha premiado el genio literario.

¿Si? ¿Esta vez no tuvo nada que ver la política? Un poco de historia: el año pasado, en el vigésimo aniversario de la caída del muro, la Academia Sueca se inclinó por Herta Muller, una rumana anticomunista. En 2006, en pleno debate por la inclusión de Turquía en la Unión Europea, premió a Orhan Pamuk, un intelectual que ha declarado que esa integración sería “buena para todos” pero que los conservadores y los nacionalistas de ambos lados la obstaculizan. Más cerca de casa, es un lugar común decir que Borges no obtuvo el premio por su encuentro con Pinochet, en 1976.

¿Qué representa Vargas Llosa? Lo dice él mismo: “En la mayor parte de las naciones latinoamericanas no existe una solidez institucional con amplios consensos que prueben que la democracia está ahí para quedarse”, escribió. El nacionalismo, dijo, es una enfermedad de América latina. Chávez, Evo Morales, Rafael Correa y Daniel Ortega son “caudillos latinoamericanos de la peor especie”. Y la pérdida de la mayoría por parte de Chávez, hace unos días, significa que “el avance del régimen hacia un modelo cubano, de dictadura marxista leninista integral, tendrá muchos más escollos para materializarse”. Argentina no se salva. Votar al peronismo, dijo, es “elegir el error, perseverar en el error, entercarse en el error a pesar de las catástrofes tras las catástrofes que ha sido la historia argentina moderna”. Y estar gobernados por los Kirchner, una “degradación política e intelectual”.

El Premio Nobel siempre ha tenido un costado político. ¿Seguro que esta vez no?

Un férreo opositor al estilo del matrimonio Kirchner

08/10/10

 
Flor de pareja!”. Así se refirió Mario Vargas Llosa al matrimonio Kirchner en un artículo publicado en agosto de 2009 con su firma en el diario español El País . El flamante Nobel de Literatura comentó también en aquel momento el incremento patrimonial de la pareja presidencial y sostuvo con ironía que se trata de “dos capitalistas ejemplares”.

Las críticas no se agotaron ahí. “Sus corazones son de izquierda (sólo sus bolsillos y los vestidos de doña Cristina son de derecha)”, escribió, picante. Y afirmó que “en estos tiempos de tragedia y quebranto” los Kirchner “consiguieron multiplicar siete veces su capital”. Y volvió a ironizar: “¡Aprendan capitalistas de pacotilla, mediocres y ramplones tipo Madoff!”.

No fue aquella la única vez que Vargas Llosa se metió con la política argentina. “Argentina está conociendo la peor forma de peronismo: populismo y anarquía. Temo que sea un país incurable”, había dicho unos meses antes en una entrevista con el periódico italiano Corriere della Sera .

Luego de despegarse de la revolución cubana, el peruano cuestionó siempre lo que llamó los “populismos” de la región. Así, bajo su filosa mirada cayó también el venezolano Hugo Chávez. “Ha perdido ese estado de gracia del caudillo mesiánico de que gozó algunos años”, dijo la semana pasada, tras las elecciones en el país caribeño.

La relación de Vargas Llosa con los políticos y la política siempre fue compleja. La derrota en las elecciones presidenciales peruanas de 1990 ante un entonces desconocido Alberto Fujimori significó el golpe más duro en su vida política, un mundo que siempre le fue hostil. Esa derrota, además, representó un punto de quiebre con Perú, del cual se alejaría forzado por una implacable campaña de Fujimori, que propuso –sin éxito– quitarle la nacionalidad y declararlo “traidor a la patria”.

Tan presente por el prestigio cultural como por la polémica

08/10/10 Se casó con la tía, cambió de ideas políticas y quiso ser presidente: un hombre sin moldes.

Por María Luján Picabea
 

Un repaso apurado e inquieto por los sobres de archivo que guardan en papel de diario todas aquellas menciones, palabras, apariciones públicas, creaciones, premiaciones y pormenores de la vida del autor de Conversación en la Catedral , bien puede resumirse en cinco palabras: prestigio literario, cuestionamientos políticos y polémica. Los entredichos, las críticas y los pasajes de su vida política están tan presentes como sus aportaciones literarias en ese escueto perfil que construyen los titulares de diarios.

Decir que es el autor de La ciudad y los perros , La tía Julia y el escribidor , La fiesta del Chivo , y La guerra del fin del mundo ; ganador, entre otros, del Premio Rómulo Gallegos, el Planeta Internacional y el Cervantes; uno de nombres del “boom”; miembro de número de la Real Academia Española, y desde hace décadas candidato al Nobel, es decir mucho, pero no todo de Vargas Llosa. De él también es necesario decir que en los sesenta fue un joven de izquierda, que desde Europa celebró la revolución cubana, que más tarde rompió sonoramente con Fidel Castro, que se desencantó del socialismo y que sus ideas políticas viraron hacia la centro derecha, que encabezó en Perú la oposición a Alan García y que en 1990 fue candidato a presidente; que perdió y abandonó definitivamente su país. Y recordar sus tan mencionados choques con Gabriel García Márquez, al que –se ha dicho y escrito– llegó a noquear tras un entredicho en México, y al que acusó de “cortesano” de Fidel Castro. Por esto último también se enredó en una disputa con el alemán Günter Grass. En ese mosaico empieza a aparecer un ceñido perfil del flamante ganador del Nobel.

Vargas Llosa nació en Arequipa (Perú) el 28 de marzo de 1936, estudió Letras y Derecho en la Universidad de San Marcos, en Lima. En 1959 logró dar curso a su vocación literaria con la publicación de su primer libro, una compilación de relatos titulada Los jefes . En 1963 llegaría la primera novela La ciudad y los perros y poco más tarde La casa verde , que le valdría el Premio Rómulo Gallegos en 1967. Con su tercera novela Conversación en la Catedral , el autor se colaría en las primeras filas de la nueva generación de novelistas latinoamericanos que darían lugar al “boom”. Su vocación literaria había sido fuertemente resistida por su familia, y seguirla no fue el único revés que el joven Varguitas le daría: en 1955 con 19 años se casó con su tía Julia, divorciada y diez años mayor que él. Sus 9 años de pareja serían, luego de la separación, narrados en la novela La tía Julia y el escribidor que despertó la ira de Julia. “Me parece una insolencia –dijo– nadie tiene derecho a escribir sobre la vida privada de una persona sin consultarle antes”. Más tarde, la tía Julia retrucaría la ofensa con el libro Lo que Varguitas no dijo .

Vargas Llosa siguió sumando novelas y acopiando reconocimientos y premios. En 1994 cuando recibió el Premio Cervantes, Tomás Eloy Martínez escribió que se trataba de un “premio a destiempo” y que el Nobel estaba en camino.

No pocas veces se ha dicho que si no lo había recibido hasta ahora era por sus posiciones políticas. Por ellas la Asociación Nacional de Escritores y Artistas de Perú rechazó abiertamente su candidatura en los años noventa. Hace pocos meses, Mario Vargas Llosa sentenció, categórico: “No cambiaré mis ideas por premios literarios”.

Premio concedido.

De la memoria con Vargas Llosa

08/10/10    Por Juan Cruz Ruiz

Enorme noticia. Y buena noticia. Para la literatura, en toda su extensión: la escritura, la lectura. Le han dado a Mario Vargas Llosa el premio Nobel de Literatura. Aquel muchacho que escribió Los cachorros y que luego escribió ese monumento narrativo que se llama La ciudad y los perros ha obtenido el principal galardón de la literatura mundial. No se inmutó. Primero creyó que era una broma, y exigió al supuesto bromista que llamara más tarde, para verificar el dato. Ahí Mario se comportó como quien es: un hombre metódico, sensato, capaz de los grandes entusiasmos, de los que proviene su extraordinaria apuesta literaria, pero también sujeto a un equilibrio que él cree que le viene, precisamente, de la escritura. Cuando ya supo que era cierto, que era premio Nobel de Literatura 2010, este Zavalita que puso patas arriba la provincia literaria de lengua española se aprestó a poner en marcha ese grado supremo de sensatez que él a veces desmiente sólo para provocar. Dijo que le debe el premio a España, sobre todo, a sus primeros editores, y sobre todo a Carlos Barral, que le sacó al mundo como quien un hijo. Después explicó que sin el apoyo de Carmen Balcells no hubiera sido nada en este mundo; su agente, la que lo sacó de un piso subterráneo en Londres, le obligó a sentarse ante la máquina. Descubierto el enorme potencial de su vocación, ya Mario no paró, la literatura ha sido, decía ayer, todo lo que es en la vida. Añadió, en esas declaraciones rápidas que en su voz parecen ejercicios de pensamiento muy elaborados, que también le debía a sus últimos editores, y entre ellos citó a Isabel de Polanco, fallecida ya, que fue la responsable de Alfaguara, la editorial que ha impulsado en los últimos tiempos esta obra que ayer fue coronada con un éxito que se hizo esperar y que era tan merecido.

Ese Vargas Llosa agradecido y sensato es también el Vargas Llosa que ha convertido su literatura en la consecuencia de una pasión que es aún más fuerte que la escritura: Vargas Llosa es un lector. Para entenderle, para saber de donde viene su entusiasmo, e incluso su manera de ser, hay que leer un libro, entre otros, que refleja su modo de ser, que es, repito, su modo de leer: La verdad de las mentiras . Lector generoso, ha sido capaz de incluir ahí, en ese libro, el conjunto de sus entusiasmos. De su vida hay noticia fidedigna, y muy emocionante, en El pez en el agua, su autobiografía doble, política y personal. Leer esos dos libros son maneras de entrar en un universo que ayer, al fin, los suecos del Nobel hicieron suyo. Y a todos los que hemos vivido cerca de él la construcción del impagable edificio de su escritura sólo nos queda regocijarnos felices alzando una copa del vino que él le gusta.

El autor de esta columna fue, durante muchos años, editor de Vargas Llosa en Alfaguara.

Consenso entre los escritores del mundo

 
Juan Gelman
Escritor argentino. Entrevistado en Frankfurt por Ezequiel Martínez, del equipo de enviados especiales de Clarín.
“Me parece muy bien que se lo hayan otorgado. Cualquier premio al talento de alguien es bienvenido, y aunque uno no tenga afinidad con sus ideas políticas y sus posturas ideológicas, como en el caso de Vargas Llosa, eso no quita que sea un gran escritor”.
-¿Cree que es un reconocimiento demorado?
-Sí, claro que sí. Hace rato que se lo tendrían que haber dado.
-¿Es también un reconocimiento de la Academia Sueca a la literatura de América latina?
-No, francamente no. Creo que sólo se ha premiado a la literatura de Vargas Llosa.

Federico Jeanmaire
Escritor argentino, Premio Clarín 2009, entrevistado en Frankfurt por los enviados especiales.
“Yo creo que el Nobel últimamente se ha puesto un poquito más comercial. De hecho sale en estos días de la Feria de Frankfurt. Hace un tiempo “me separé” de Vargas Llosa, pero me alegro por Latinoamérica.

Daniel Divinsky
Editor argentino. Director de Editorial De la Flor.
“Lo pensé mucho y tengo sentimientos encontrados. Creo que podría haber sido peor. El primer Vargas Llosa le encantaba al primer Divinsky. Después no se gustaron tanto. Ni mencionar que me hubiera gustado que lo gane Gelman, por una multitud de motivos”.
Félix Bruzzone
Escritor argentino
“Me parece fenómeno. Es un autor de la c... de la lora, más allá de su posicionamiento político. También está bueno que se lo den a un latinoamericano”.

Junot Díaz
Escritor dominicano
“Como tipo, Vargas Llosa siempre me tocó como demasiado elitista y derechista. Por mi experiencia, mi política, como tipo no me cae muy bien. Cuando corrió para ser presidente de Perú tenía a su lado mucha gente y mucho grupo que a cualquiera le da miedo.
Pero por el otro lado el tipo ha trabajado muy, muy duro, ha escrito novelas, cuentos, ensayos muy geniales y libros de primer nivel. Nadie puede quitarle su trabajo literario”.
 

Carlos Fuentes
Escritor mexicano
“Me da una gran alegría, es un gran escritor de nuestra lengua y un escritor universal. Toda su obra es de una gran creatividad, todos sus libros forman una sola obra con distintas aristas”.

Amin Maalouf
Escritor libanés
“Es un premio muy merecido. Mario es el autor de una obra muy importante, que tiene muchas facetas tanto desde un punto de vista narrativo, como de la temática, la inventiva, la creatividad”.

Nélida Piñón
Escritora brasileña
“El es un gran escritor, que se destaca no sólo por su texto, sino también por su pensamiento independiente. Es una de las conciencias más agudas y autónomas de las Américas. Nunca dejó de decir lo que piensa”.

Juan José Millás
Escritor español
“La obra de Vargas Llosa es una de las grandes novelísticas del Siglo XX en español y está a la altura de la mejor novelística que podamos imaginar”.

Alvaro Mutis
Escritor colombiano
“Como novelista, Vargas Llosa es absolutamente genial, entonces está muy justificado todo lo que se haga en honor a él”.

Hernán Rivera Letelier
Escritor chileno
“Entre mis maestros siempre estuvo él también. Aluciné con ‘La casa verde’ y con ‘La ciudad y los perros’”.

 

Vargas Llosa: Cristina conduce un gobierno “corroído por la corrupción”

11/10/10 El escritor ya había cuestionado a los Kirchner por su enriquecimiento.

Ni la emoción y conmoción que reveló sentir tras ser distinguido con el Nobel de Literatura de este año consiguieron que Mario Vargas Llosa relegue a un segundo plano los temas políticos. Escasos tres días después de ganar el prestigioso premio, el escritor peruano ayer volvió a renovar sus críticas a la administración kirchnerista . Y fueron feroces: acusó, por ejemplo, a la presidenta Cristina Kirchner de conducir “un gobierno corroído por la corrupción”.

Vargas Llosa también sostuvo que “basta oírla hablar” a la Presidenta argentina “para saber lo que es el populismo y la demagogia”. Opinó, además, que “Argentina está desapareciendo” como ejemplo a seguir en el “campo político de América Latina”.

Las posiciones políticas de centro derecha del flamante ganador del Nobel de Literatura son públicas. También público es el nulo respeto que siente por el matrimonio de Néstor y Cristina Kirchner.

En una entrevista otorgada al matutino Perfil a comienzos del año pasado, Vargas Llosa se había preguntado: “¿Cómo puede estar una pareja como los Kirchner gobernando ese país? ¡Que degradación política e intelectual! ¿Cómo es posible?” En otro reportaje concedido el año pasado al diario italiano Corriere della Sera, el autor de “Conversación en La Catedral” y “La ciudad y los perros” sostuvo: “Cristina Fernández es un desastre total.

Argentina está conociendo la peor forma de peronismo: populismo y anarquía . Temo que sea un país incurable”. En aquel momento agregó sobre la Presidenta: “No lleva al país por el buen camino”.

En diálogo con radio La Red , el escritor opinó ayer que “no es posible que Argentina, con lo que ha sido, lo que representa desde el punto de vista cultural, elija un presidente de esos niveles de incultura y de pobreza intelectual”. E insistió con que el actual era “un gobierno que está corroído por la corrupción”.

Consultado sobre la administración de Cristina Kirchner, Vargas Llosa contestó: “Basta oírla hablar para saber lo que es populismo, lo que es demagogia”.

En ese sentido, consideró que la Presidenta “representa” la “decadencia” de Argentina, a la que diferenció de cuando “fue un país moderno, desarrollado y culto, que consiguió erradicar el analfabetismo” en la época en que “Europa estaba subdesarrollada”.

Luego, al regresar con su denuncia de corrupción, remarcó: “La pareja de los Kirchner tiene acusaciones (judiciales) gravísimas que no ha sabido nunca explicar, aclarar”.

“No estoy exagerando ni caricaturizando, son críticas que hago desde la admiración y el cariño por un país que ha producido a Jorge Luis Borges, por ejemplo”, planteó el escritor.

El flamante Nobel también añadió que Argentina “era una ventana al mundo de las ideas, del pensamiento, de las formas artísticas” y remarcó: “Eso es lo que debería ser también en el campo político, como en un momento dado lo fue”.

“En un momento dado, Argentina fue un ejemplo, una excepción a la regla en una América Latina llena de dictadores corrompidos, de mediocridades lamentables. Me apena mucho que, en ese sentido, Argentina se haya vuelto un país de la América Latina que está desapareciendo”, completó.

En 1990, Mario Vargas Llosa se presentó como candidato a presidente de Perú por un partido de centroderecha, pero en segunda vuelta fue vencido por Alberto Fujimori. Ese año también fue la última vez que un escritor en lengua española --el mexicano Octavio Paz-- ganaba el Premio Nobel de Literatura. El jueves pasado, la Academia Sueca anunció que Vargas Llosa había sido galardonado con el Nobel . El escritor recibirá el premio el próximo 10 de diciembre, en el aniversario de la muerte de Alfred Nobel.

Hasta anoche, ningún funcionario se había referido a las críticas de Vargas Llosa. Ni Cristina Kirchner ni el canciller Héctor Timerman tampoco habían posteado comentario alguno en sus cuentas de Twitter.

Antecedentes

“¡Flor de pareja!”. Así se refirió el escritor peruano Mario Vargas Llosa al matrimonio Kirchner en un artículo publicado en agosto de 2009 en el diario español El País.

En ese texto el escritor aludió al incremento patrimonial de Néstor y Cristina Kirchner: con ironía, los describió como “dos capitalistas ejemplares”. También sostuvo: “Sus corazones son de izquierda, (sólo sus bolsillos y los vestidos de doña Cristina son de derecha)”.