"De aquí me van a sacar muerto",
le dijo Néstor Kirchner a un
amigo en la Casa Rosada cuando
recién había asumido la
Presidencia de la Nación. Llegó
con debilidad a un país débil, e
hizo de la fortaleza su
principal ideología. Prefirió
ser fuerte a ser bueno, justo o
brillante. Y acumuló un poder
inmenso, que por momentos
producía temor. No se le puede
cuestionar su habilidad para
hacerse consistente en una
república donde los presidentes
volaban por el aire. Tampoco su
enorme pericia para gobernar el
barco con el viento de cola de
la economía mundial.
A
FONDO
- Nacimiento:
- 19-02-1953
- Lugar:
- La Plata, provincia de Buenos Aires
A
FONDO
- Capital:
- Buenos Aires.
- Gobierno:
- República.
- Población:
- 40.482 millones (est. 2008)
Hizo mucho para que se
enjuiciara a los militares
asesinos y torturadores de la
última dictadura militar, pero
luego colonizó a los organismos
de derechos humanos y los
utilizó como escudos éticos para
legitimar sus polémicas
políticas domésticas. Negoció
con picardía la deuda externa,
pero quedó preso de pecados y
supersticiones ideológicas y sin
crédito internacional, como lo
tuvieron y tienen Brasil y
Chile. Alentó una nueva y
prestigiosa Corte Suprema de
Justicia, pero al final se
dedicó a hostigarla porque
fallaba en contra de sus deseos.
Tuvo gestos progresistas, como
impulsar el matrimonio gay, pero
se alió con lo más rancio de la
derecha peronista y de la
corporación sindical. Su
política principal fue la
división. Dividir para reinar,
el truco más viejo del mundo.
Cuando algún sector se le
resistía ponía toda la voluntad
y el dinero del Estado para
dividir, crear batallas
internas, atizar enconos y
debilitar al adversario, a quien
consideraba lisa y llanamente un
enemigo. Tenía una verdadera
obsesión por controlar los
medios de comunicación.
Detestaba en la intimidad a los
periodistas: puso a unos contra
otros y montó con dineros
públicos programas de televisión
estatal o paraestatal para que
se burlaran de ellos y se los
desacreditara en campañas
repetitivas y siniestras.
Intentó de distintas maneras
controlar el insumo básico de
los diarios -el papel- para
controlar así sus contenidos. Y
procuró arrebatarle a varias
compañías mediáticas señales de
cable y frecuencias radiales. Se
levantaba todos los días y
mientras hacía ejercicios leía
los diarios y se enfurecía. Cada
media hora, a lo largo de todo
el día y de todos los días del
año, sus colaboradores más
íntimos le acercaban informes de
lo que había dicho cada
comentarista o reportero en la
televisión y en la radio. Y
aplicaba en consecuencia premios
y castigos con la publicidad
oficial, que creció
exponencialmente y sin control
alguno durante siete años. Era
una tarea que, como muchas
otras, no delegaba: él mismo
miraba las pautas y daba leña a
los disidentes más molestos del
periodismo argentino. Muchas
veces telefoneaba a los dueños
de canales o emisoras para
quejarse por determinado
periodista y a veces para pedir
directamente su cabeza. Quería
editar la realidad, como lo
había hecho en la provincia de
Santa Cruz. Y esa utopía lo
llevó a batallas homéricas
contra la prensa, que para el kirchnerismo fue el enemigo
número uno. Independientemente
de esto, fue un hombre de
fuertes convicciones, y siempre
es conmovedor y a la vez
espeluznante descubrir en las
personas una fe ciega. Tuvo dos
episodios cardíacos y le
pidieron que cambiara de vida.
Dicen que ya tenía secretamente
decidido cederle a su mujer la
próxima candidatura
presidencial. Pero era incapaz
de hacerle caso a los médicos y
seguía adelante, controlando
personalmente las cuentas de la
economía, guerreando contra la
prensa, cooptando dirigentes,
negociando apoyos y haciéndose
mala sangre por el inevitable
desgaste del poder, que lo
estaba abandonando, y por las
convulsiones que provocaba su
propia política de división y
por la alta inflación que
generaba su modelo económico.
Pero no podía parar. No podía
parar. Seguía y seguía sin tener
en cuenta los consejos,
sintiéndose de algún modo
inmortal o buscando
inconscientemente un límite. "De
aquí me van a sacar muerto". Su
profecía se cumplió.
Jorge Fernández Díaz es
periodista y escritor argentino.
su último libro fue publicado en
España.
Buenos
Aires,
27 de
octubre
(Télam).-
El
cardenal
Jorge
Bergoglio
pidió
hoy
rezar
por "el
eterno
descanso"
del ex
presidente
Néstor
Kirchner
y
destacó
la
importancia
de
"claudicar
de todo
tipo de
posturas
antagónicas
para
orar
frente a
la
muerte
de un
ungido
por la
voluntad
popular".
Al
ofrecer
esta
tarde
una misa
en la
Catedral
metropolitana,
en
homenaje
a la
memoria
del ex
presidente,
Bergoglio
dijo que
"sería
una
ingratitud
muy
grande
que este
pueblo,
esté de
acuerdo
o no
esté de
acuerdo
con él,
olvidara
que fue
ungido
por la
voluntad
popular".
En la
homilía,
que
contó
con la
presencia
del
rabino
Sergio
Bergman
y de
varios
dirigentes
de la
oposición,
Bergoglio
llamó al
pueblo
argentino
a "la
unidad
para la
oración".
El
cardenal
llamó
además a
"pedir
al Señor
por su
mujer,
sus
hijos,
sus
amigos y
sus
compañeros
de
militancia,
del
movimiento
justicialista
y de la
Confederación
General
del
Trabajo
y
también
por
aquellos,
que en
el
trabajo
político,
fueron
sus
opositores".
"Todos
ellos
participan
de esta
muerte.
Todos
ellos
han sido
despojados",
completó.
Asimismo,
el
cardenal
destacó
que el
ex
presidente
"cargó
sobre su
corazón,
sus
hombros
y su
conciencia
la
unción
de un
pueblo
que
pidió lo
condujera".
En
ese
sentido,
exhortó
a los
argentinos
a
"claudicar
de todo
tipo de
posturas
antagónicas
para
orar
frente a
la
muerte
de un
ungido
por la
voluntad
popular".
De la
misa
desarrollada
en la
Catedral
metropolitana
participaron,
entre
otros,
la
diputada
nacional
y ex
vicejefa
del
gobierno
de la
Ciudad,
Gabriela
Michetti,
el
ministro
de
Educación
porteño,
Esteban
Bullrich,
y los ex
mandatarios
porteños,
Jorge
Telerman,
Jorge
Domínguez
y
Enrique
Olivera,
además
del ex
vocero
presidencial
de Raúl
Alfonsín,
José
Ignacio
López.
Para Cobos, murió "un gran Presidente de la Nación"
27/10/10 - El vicepresidente se manifestó "acongojado e impactado" por la noticia. "Mis palabras son de pesar y acompaño en el dolor a Cristina", añadió
Desde su casa en Mendoza, el vicepresidente Julio Cobos se manifestó "obviamente acongojado e impactado por la noticia" de la muerte del ex presidente Néstor Kirchner, fallecido esta mañana en un hospital de El Calafate tras sufrir un paro cardiorrespiratorio. Y consideró que murió "un gran Presidente de la Nación". "Quiero acompañar en el dolor a su esposa y sus hijos", expresó Cobos en su provincia. Y agregó que estaba "a disposición de la Presidenta por esta situación de dolor". También recordó que Kirchner "era un puntal muy fuerte" para Cristina Fernández de Kirchner.
En declaraciones a TN, el mendocino aclaró que hasta el momento no había podido comunicarse con la Presidenta y que estaba intentando hacer contacto "con la gente del Gabinete".
El vicepresidente viajaba esta mañana a la ciudad de Buenos Aires, en un vuelo comercial, para ponerse a disposición de la Presidenta por la muerte del ex presidente, diputado nacional y titular de la Unasur. Y añadió al respecto que "será la Presidenta de la Nación la que tenga la última palabra respecto al velatorio".
Dijo que quiere recordar a Néstor Kirchner en los años en que tuvo una buena relación y lo acompañó en su proyecto de poner al país en crecimiento.
Sobre la figura del ex mandatario, dijo que era "un hombre con convicciones, un luchador". Y planteó que "ponía por encima de su salud, su deseo de ejercer la política".
"No son momentos para palabras sino para acompañar", resumió y agregó: "Fue un buen presidente de la Nación y deseamos sobrellevar esta situación de la mejor manera".
Repercusiones en todo el arco opositor con solidaridad y apoyo a la Presidenta
27/10/10 -
“Mi apoyo es a Cristina, como Presidenta y como esposa”. Roberto Lavagna a Clarín.com
El ex ministro de Economía de Néstor Kirchner, Roberto Lavagna, lamentó el fallecimiento del ex presidente y dijo que “mi sensación es mi solidaridad y de apoyo a la Presidenta, como Presidenta y como esposa. Y a toda su familia”, indicó. “Lo que cabe decir hoy es básicamente eso”, señaló Lavagna en diálogo con Clarín.com.
Por su parte, el diputado Francisco de Narváez dijo a Clarín.com: “Lamento el fallecimiento de Néstor Kirchner y hago públicas mis condolencias a toda su familia, empezando por la Señora Presidenta Cristina Fernandez y sus hijos Máximo y Florencia”, indicó el legislador opositor.
De Narváez, quien se enfrentó al ex presidente en las elecciones de junio de 2009 aseguró que “es un momento de dolor para los argentinos porque se ha ido un ex presidente”, indicó en diálogo con Clarín.com.
La Unión Cívica Radical señaló en un comunicado que “expresa su profundo pesar por el fallecimiento del ex Presidente, Néstor Carlos Kirchner, y acompaña a la señora Presidente de la Nación y su familia en este momento de dolor”, con la firma de Ernesto Sanz, como presidente del Comité Nacional de la UCR
Por su parte, la Mesa Nacional de la Coalición Cívica y sus diputados y senadores señalaron que “hacen llegar sus condolencias a la Señora Presidenta Cristina Fernández de Kirchner a sus hijos, su familia y a sus compañeros de militancia en este difícil momento”, indicaron.
A través de su diputado nacional Adrián Pérez expresó esta mañana sus "respetos a la Presidenta de la Nación" tras el fallecimiento del ex jefe de Estado.
El gobernador de Chubut, Mario Das Neves, se manifestó “consternado por la triste noticia del fallecimiento del ex presidente Néstor Kirchner, en mi nombre y en el de todo el pueblo de Chubut, hacemos llegar nuestras condolencias a su familia”, dijo el mandatario peronista.
“Toda desaparición es lamentable y más cuando se trata de alguien que ha
revestido la investidura de Primer Mandatario” por lo que “en este momento queremos manifestar nuestra solidaridad y apoyo a la señora Presidenta”, señaló el gobernador Das Neves.
“Ante el dolor, respeto”, expresó el gobernador de San Luis, Alberto Rodríguez Saá, acerca del fallecimiento del ex presidente Néstor Kirchner.
El mandatario puntano manifestó también sus condolencias para la familia y para la Sra. Presidenta Cristina Fernández y además, a través de un decreto fue declarado duelo en toda la provincia de San Luis.
El senador Carlos Reutemann expresó: "Desde que conocí a Néstor Kirchner como gobernador, en 1991, siempre vi a un luchador, con sus ideales, defendiendo sus convicciones, y creo que lo hizo de esta forma hasta el último momento”, indicó.
A través de un comunicado, Reutemann señaló que “la muerte de un ser humano siempre es un hecho de profundo dolor, por eso quiero expresar mis más sinceras condolencias a la Presidente y toda la familia Kirchner", indicó el ex gobernador de Santa Fe.
Otro gobernador, el mandatario de Córdoba Juan Schiaretti señaló: “Me siento shockeado y compungido por la muerte del ex presidente Néstor Kirchner”, indicó.
Schiaretti expresó “mi más sincera condolencia y solidaridad con la presidenta Cristina Fernández quien pierde al padre de sus hijos y al compañero de toda la vida”, dijo el gobernador cordobés.
Además, la Defensoría del Pueblo de la Nación también expresó su “hondo pesar” por el fallecimiento del ex Presidente de la Nación.
La Defensoría Nacional “manifiesta sus mas sinceras condolencias a la presidenta Cristina Fernández por la muerte de quien tuvo una destacada trayectoria política en la vida de la República Argentina como Jefe de Estado, Gobernador, Legislador, Presidente del Partido Justicialista y Secretario General de la Unión de Naciones Suramericanas”, manifestó en una declaración pública.
Solanas: “A Kirchner la política le
pasaba por el cuerpo”
27/10/10 - 12:39
Para el líder de Proyecto Sur, el caso de
Mariano Ferreyra “lo tiene que haber
sacudido muy fuerte”. Reconoció a Kirchner
como “uno de los grandes políticos” y dijo
que era un hombre “visceral y apasionado”.
PorPablo de
León
Audio “Es un momento de
duelo. Ha muerto un gran
presidente”. Pino Solanas a
Clarín.com
Fernando “Pino” Solanas se sumó a las
condolencias, reconoció a Néstor Kirchner
como “un gran Presidente” y señaló que
algunos políticos “la política le pasaba por
el cuerpo” ya que era un hombre visceral y
apasionado. Según Solanas, “es un momento
de duelo. Ha muerto un gran presidente que
ha tenido el país”, dijo a
Clarín.com.
El diputado de Proyecto Sur definió a
Kirchner como “un hombre que tuvo grandes
aciertos, sobre todo en su primer mandato.
Su política con respecto al ALCA, su
integración latinoamericana, los derechos
humanos”, detalló.
Y señaló que cree tener la autoridad
para decirlo porque “le he reconocido
públicamente todas esas cosas. He sido un
opositor con argumento a lo que he entendido
que han sido grandes desaciertos”, indicó el
diputado nacional.
“Todavía estoy tocado, es un momento de
duelo y se necesita ser solidarios” dijo
Solanas quien reclamó “acabar con la
pequeñez en la política”. Y analizó que “a
algunos la política no los toca en sus
cuerpos y engordan toda la vida. Y a otros
se los lleva la política. Kirchner era uno
de los que la política le pasaba por el
cuerpo. Un hombre visceral, apasionado”,
definió Pino en diálogo con
Clarín.com.
Solanas lo definió al ex jefe de Estado
como “un político de raza, uno de los
grandes políticos; alguien que no ha sido
insensible. Y me imagino que los
acontecimientos de esta última semana se lo
llevaron también a él. Me imagino que eso lo
tiene que haber sacudido de manera muy
fuerte”, señaló el líder de la agrupación
Proyecto Sur.
Moyano: "Los trabajadores no lo vamos a olvidar"
En un acto en Azopardo, el jefe de la CGT dijo que "después de Perón y Evita", Kirchner fue quien más hizo por la clase obrera; además, convocó una concentración para mañana al mediodía
Miércoles 27 de octubre de 2010 |
Hugo Moyano lamentó la muerte de Néstor Kirchner y aseguró que, después de Juan y Eva Perón el ex presidente es "quien más hizo" por los trabajadores".
Además, prometió "apoyar con todas sus fuerzas" la gestión de la presidenta Cristina Kirchner.
"Hoy sufrimos la pérdida de un hombre que va a ser reconocido como uno de los que trascendió en la política argentina", comenzó el secretario general de la CGT durante el acto que encabezó en la sede de la central obrera en Azopardo 802.
Encaró entonces un repaso de la gestión de Kirchner, elogió su "tenacidad, convicción y fortaleza" y destacó medidas como la reestructuración de la deuda externa, la derogación de la reforma laboral y la política de acumulación de reservas.
En este punto, llegó la comparación con Perón. "Después de Perón y Evita, nadie hizo tanto por los trabajadores como Kirchner" y completó: "Nos devolvió la dignidad. Nos devolvió las herramientas para luchar. Los trabajadores no nos vamos a olvidar jamás de Néstor Kirchner".
Antes del
final,
Moyano envió
un claro
mensaje a la
Cristina
Kirchner.
"Vamos a
apoyar con
toda nuestra
fuerza a la
Presidenta.
Es algo que
henos
decidido.
Pondremos
toda nuestra
fuerza para
que siga
profundizando
el modelo
que dio
fuerza a los
trabajkadores".
No terminó
allí. "Tiene
que tener la
absoluta
confianza de
que hay
millones de
trabajadores
que la van a
apoyar y van
a estar al
lado de ella
para
acompañarla",
concluyó.
Acompañaron
a Moyano al
frente del
acto el
líder del
sindicato de
los
taxistas,
Omar
Viviani, el
secretario
general de
la UOM,
Antonio
Caló, el
jefe de UPCN,
Andrés
Rodríguez,
el judicial
Julio
Piumato y el
intendente
de José C.
Paz, Mario
Ishii.
Concentración.
Por otra
parte,
Moyano
convocó a
los
trabajadores
a
concentrarse
mañana a las
12 en la
Plaza de
Mayo para
acompañar el
velatorio de
Kirchner,
que
comenzará a
las 10 en la
Casa Rosada,
para
"despedir a
uno de los
grandes
hombres del
país".
Obama, Lula y Chávez expresaron sus condolencias a la Presidenta
El deceso del secretario general de la Unasur despertó repercusiones en la comunidad internacional; "Viva Kirchner para siempre!!", dijo el presidente venezolano
Miércoles 27 de octubre de 2010 | 11:38 (actualizado a las 15:59)
Dos horas después de conocida la muerte del ex presidente Néstor Kichner, el presidente Barack Obama hizo llegar su mensaje de condolencia para "el pueblo argentino" y para la presidenta Cristina Fernández, en el que reconoció el "significativo papel" del extinto en la vida política de nuestro país.
"En nombre del pueblo estadounidense, ofrezco mi sentido pésame al pueblo argentino y a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner por el fallecimiento de Néstor Kirchner, ex Presidente de Argentina y secretario general de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur)", dice el mensaje de Obama.
"Néstor Kirchner desempeñó un papel significativo en la vida política de Argentina y se había embarcado en un nuevo e importante proyecto con Unasur. La Presidenta Kirchner y sus hijos estarán en los pensamientos y oraciones de Michelle y los míos", finalizó.
Chávez, uno de los primeros en expresarse. Las repercusiones por la muerte de Néstor Kirchner, secretario general de la Unasur, también llegaron desde la comunidad internacional. Hugo Chávez envío esta mañana sus condolencias a Cristina Kirchner vía Twitter.
"@CFKArgentina Ay mi querida Cristina...Cuánto dolor! Qué gran pérdida sufre la Argentina y Nuestra América!", escribió el presidente de Venezuela en su cuenta oficial @chavezcandanga. Y culminó: "Viva Kirchner para siempre!!".
Luiz Inacio Lula da Silva afirmó: "Acabamos de recibir una noticia triste. El embajador nuestro en la Argentina nos comunicó que acaba de fallecer el ex presidente Nestor Kircher", informó la agencia AFP.
"Amigo y compañero". En tanto, el presidente paraguayo, Fernando Lugo, lamentó la muerte de Kirchner, al que consideró como "un amigo y compañero en la construcción de una América latina sin exclusiones".
Lugo resaltó el papel de Kirchner al frente de la Unasur. "Cumplió un rol fundamental en los procesos de integración en la región", indicó el mandatario. La Presidencia de Paraguay informó que Lugo ya se puso en contacto con la Cancillería para coordinar la presencia de las autoridades de ese país en los actos de homenaje y despedida a Néstor Kirchner.
En tanto, la candidata oficialista del Partido de los Trabajadores (PT) a la Presidencia de Brasil, Dilma Rousseff, afirmó hoy que "América Latina y el mundo están de luto" por la muerte del ex gobernante argentino Néstor Kirchner.
"Es un momento muy triste" pues "falleció un amigo de Brasil", declaró Rousseff a periodistas tras un acto político celebrado en Brasilia, de cara a las elecciones presidenciales del próximo domingo.
"Gran pérdida". También el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, lamentó el fallecimiento. "Es una gran pérdida para Argentina y una gran pérdida para el continente", expresó el mandatario a través de un comunicado reproducido por Telesur.
El mandatario chileno Sebastián Piñera, dijo en el blog oficial del país trasandino que la partida del ex presidente "representa una gran pérdida para la República Argentina y para todos las naciones de América del Sur".
Por su parte, el ex presidente colombiano Álvaro Uribe también eligió publicar en 140 caracteres su mensaje de condolencias. "Sentido pésame a la Presidenta Cristina Kirchner por el fallecimiento de su esposo, ex Presidente Néstor Kirchner".
El presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, aseguró estar "conmocionado" por la muerte de Kirchner. "Aún profundamente conmocionado por la triste noticia del fallecimiento del ex presidente Kirchner, quiero transmitirte, en nombre del gobierno español y del mío propio, mi más sincero pésame", dijo Zapatero, refiriéndose a Cristina.
"Recibe, querida Presidenta, y amiga Cristina, el cariño de todo el pueblo español que te acompaña en estos momentos de profundo dolor", le envió. Por su parte, el ex presidente español, José María Aznar, contó que con Kirchner mantuvo "una relación como la que corresponde a personas amigas y países amigos", indicó la agencia estatal Télam.
Pésame uruguayo. "La vida continúa pero (la muerte de Kirchner) es un llamado de atención para todos. ¡Cómo se nos va la vida en un santiamén! Si valdrá la pena vivirla", dijo el presidente del Uruguay, José Mujica en su primera reflexión sobre la noticia que acapara la atención de este país y desplazó del interés público a otros asuntos.
Gobierno y oposición en Uruguay enviaron sus condolencias a la Argentina por el fallecimiento del ex presidente Néstor Kirchner. La noticia cayó en Uruguay como un balde y Mujica no ocultó su dolor por el fallecimiento del esposo de la presidenta Cristina Fernández.
Mujica había tenido contactos directos con el matrimonio peronista y en base a esa amistad, había tejido la recomposición de relaciones políticas con el gobierno argentino por el conflicto sobre las plantas de celulosa. Agregó que Kirchner ya "había tenido algunos preanuncios" de problemas de salud, y dijo que enviaba un saludo al país vecino "al pueblo argentino y particularmente a la señora presidente toda la solidaridad posible de nuestro gobierno y nuestra sociedad".
Italia. El presidente, Giorgio Napolitano, expresó hoy "consternación" por la "repentina" muerte de Néstor Kirchner, en un mensaje de condolencias que envió a la presidenta argentina en nombre de todo el pueblo italiano.
"Con el presidente Kirchner se va un reconocido protagonista de la vida democrática de la Argentina, que supo guiar en el curso de su presidencia en circunstancias difíciles", indicó el jefe de Estado italiano en una misiva. "Terminado su mandato, él tuvo un rol de relieve también a nivel regional, ejercitando con autoridad las funciones de secretario general de la Unasur", agregó.
También el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, envió un mensaje de pésame a Cristina Kirchner. "Me enteré con profundo pesar de la muerte de su marido. Deseo hacerle llegar, también en nombre del pueblo italiano, los sentimientos de nuestro pésame a usted y a todo el amigo pueblo argentino", indicó el Cavaliere
También Correa. Rafael Correa expresó sus condolencias desde el sitio web oficial de la presidencia de Ecuador y desde el perfil de Twitter, que reprodujo las declaraciones del mandatario durante una ceremonia castrense. "No pido un minuto de silencio, sino un aplauso porque así lo habría querido este gran hombre argentino por su forma de ver la vida", dijo el mandatario del país andino.
Desde Rusia. El presidente de Rusia, Dmitri Medvédev, lamentó hoy la muerte de Kirchner, al que calificó de "político clarividente" y "amigo de Rusia". "Político clarividente y sabio, en el cargo de Presidente de Argentina hizo una gran contribución a la estabilidad económica y social del país", señaló Medvédev en su mensaje de condolencias, según informa el Kremlin.
Medvédev considera que Kirchner también contribuyó en gran medida "al fortalecimiento de la posición internacional de Argentina".
"Activo partidario de la integración regional, Kirchner en no poco medida allanó el camino para la unión de los países latinoamericanos en aras de la paz y el florecimiento de América Latina", indicó. El líder ruso aseguró que "con el nombre de Kirchner está vinculada una importante etapa en el desarrollo de las relaciones ruso-argentinas". "En gran medida gracias a sus esfuerzos personales, las relaciones pasaron a un nivel de cooperación estratégica", dijo.
Condolencias europeas. Bernard Kouchner, ministro de Relaciones Exteriores y Europeas escribió una carta a la Presidenta expresando su pesar :"Con profunda tristeza acabamos de enterarnos del deceso brutal de Néstor Kirchner. Argentina pierde un hombre de Estado que supo contribuir al desarrollo de su país, reactivar su economía y aumentar su prestigio internacional.
Fue uno de los artesanos de la integración regional en América Latina en el seno de la Unasur, de la cual era su secretario general particularmente activo y escuchado. Mostró su apego al fortalecimiento de los lazos históricos entre su país y Francia con un espíritu de diálogo y de confianza, en particular en el terreno de los derechos humanos. Néstor Kirchner dejará el recuerdo de un hombre de acción y de convicción.
Desde la ONU y la OEA. El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, afirmó que Kirchner fue un "líder nacional e internacional que creyó en el multilateralismo" y que además fue "amigo de las Naciones Unidas". En un comunicado, manifestó su "su gran tristeza" ante el fallecimiento prematuro y "súbito" del ex presidente argentino. "Amigo de Naciones Unidas, Kirchner fue un líder nacional e internacional que creyó en el multilateralismo", dijo Ban, quien se encuentra de viaje en Asia.
El secretario general de la ONU extendió sus "condolencias más sinceras y sus respetos" a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner y al pueblo argentino.
El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, envió sus condolencias a la presidenta Cristina Fernández y subrayó el reconocimiento a la tarea política desarrollada Kirchner. Expresó que el ex presidente "será recordado por siempre como el presidente argentino que condujo nuevamente (al país) por un camino de crecimiento económico y estabilidad política", afirmó Insulza.
En la carta de condolencias enviada a Cristina Fernandez, el titular de organismo interamericano sostuvo que el ex mandatario será recordado también por haber enfrentado "con valentía un período difícil en la historia de su país" y por haberlo conducido "nuevamente por un camino de crecimiento económico y estabilidad política".
Con la colaboración de Elisabetta Piqué, Silvia Pisani, Luisa Corradini y Nélson Fernández
A Kirchner lo mató el miedo (y Moyano le dio el tiro de gracia)
Las personalidades como Néstor Kirchner no se enferman por la acción, las peleas, las intrigas, las crispaciones cotidianas y la hiperactividad. Al contrario, disfrutan cuando humillan y someten a los demás, aplastan a sus enemigos y consiguen sus objetivos. Lo que los enferma es el fracaso, la caída, la derrota inesperada, la debilidad del poder, el morder el polvo una y otra vez.
Mientras Néstor Kirchner logró materializar sus ambiciones, someter a la incondicionalidad a sus adláteres y atropellar con éxito a sus adversarios y enemigos, vendió salud, fue feliz y se notaba que disfrutaba de su posición dominante.
Obligó al comandante del Ejercito a descolgar un cuadro, echó al obispo castrense sin consultar al Papa, mandó a encarcelar a cientos de oficiales sin derecho al arresto domiciliario por edad avanzada o enfermedad, aumentó una y otra vez las jubilaciones mínimas mientras postergaba arbitraria e injustamente las escalas superiores, sometió a gobernadores e intendentes, transformó en poderosas empresarias a las madres de Plaza de Mayo y entregó las calles a piqueteros y movimientos sociales subvencionados con dinero público. Pero por sobre todo supo multiplicar milagrosamente su propia fortuna personal.
Todo le salía bien. Hasta el extremo de idear una manera de burlar la Constitución poniendo a su esposa como sucesora para poder ocupar varios turnos presidenciales mediante esa alternancia artificial. No tuvo escrúpulos al ordenar la adulteración de las estadísticas del INDEC, no tuvo freno al meter la mano en las reservas del Banco Central, ni al manotear los recursos de la Anses ni al provocar una inflación que empobrece día a día a los pobres y arrastra a muchos a la indigencia. Hizo lo que se le dio la gana.
Pero un día las cosas comenzaron a salirle mal. El primer aviso fue aquella inesperada manifestación masiva convocada por Juan Carlos Blumberg contra la inseguridad de la que ni él ni su esposa jamás se preocuparon. Después vino la valiente resistencia de los ruralistas contra el intento de aumentar abusivamente las retenciones, los cacerolazos en los centros urbanos, el rechazo popular al discurso enervante que planteaba el conflicto permanente y se negaba al diálogo negociador, y, finalmente, el demoledor voto no positivo del vicepresidente Cobos, una verdadera catástrofe.
Y a partir de ese traspié, una catarata de fiascos y frustraciones: el enfrentamiento con la Iglesia, que le costó el alejamiento de vastos sectores católicos; el conflicto con Uruguay, que terminó con una sentencia internacional contraria a la Argentina; la derrota electoral de 2008 con el oprobio de las listas testimoniales; la valija venezolana, las denuncias de Graciela Ocaña sobre la mafia de los medicamentos (mafia tolerada por el gobierno, por eso se tuvo que ir la ministra), la guerra contra el periodismo independiente que publicaba tapas, investigaciones, denuncias y opiniones que disgustaban al matrimonio, guerra que epilogó con el papelón increíble de la falsa denuncia contra la empresa Papel Prensa, y por último, la frustrada arremetida contra la Justicia “delivery”, los jueces “cautelares” y la Corte Suprema de Justicia (que había sido nombrada “para otra cosa”, según reconoció el Secretario Legal y Técnico de la presidencia), Corte Suprema cuyos dignos y probos ministros, a pesar de los insultos, las presiones y las amenazas, fallaron como tenían que fallar en tres causas fundamentales (tres puñaladas para el corazón sensible de Néstor): la extradición del terrorista chileno Apablaza, la reposición del procurador echado por Kirchner en Santa Cruz y la confirmación de la suspensión del artículo de “desinversión” de la Ley de Medios (hecho a medida para fulminar a Clarín).
A todo esto, las encuestas alambicadas de los analistas más complacientes le daban una caída libre en la intención de voto de la gente, le advertían la virtual imposibilidad de llegar al 40% en la primera vuelta en un proceso considerado irreversible, y por lo tanto la imposibilidad de la reelección de Cristina o la elección de Néstor en el 2011.
Scioli, oportunista y ventajero (pero no cobarde), lo culpó solapadamente de la inseguridad en la provincia haciendo trascender que tenía las manos atadas. “¿Quién le ata las manos, gobernador?”, bramó Kirchner fuera de sí en una tribuna mirándolo a Scioli con la cara contraída por el descontrol y la furia.
Y esa afrenta le permitió al “sangre de horchata” dar señales de vaporosa independencia, poner condiciones a su asistencia al último acto en Santa Cruz y hasta admitir públicamente que podría ser candidato a presidente. Varios intendentes se soliviantaron y algunos gobernadores se atrevieron a hablar “del futuro del Justicialismo” nada menos que con Duhalde.
Ahí Kirchner tuvo su anteúltimo episodio vascular.
Se produjo el asesinato del joven militante del PO, y cuando el gobierno intentó tirarle el muerto a Duhalde apareció en los odiados diarios la foto del presunto asesino abrazado con los ministros Boudou y Sileone, en una peña exclusiva y rigurosamente kirchnerista.
Pero mientras estas atroces derrotas se producían y debilitaban su menguante poder, los jueces federales movían parsimoniosamente los expedientes de incontables denuncias de corrupción que acorralan a los más cercanos colaboradores de los Kirchner. Néstor sabía que cuando ya no estuviera en el poder tendría que afrontar serias consecuencias penales. No sólo él, también su esposa y posiblemente su hijo, que es el administrador de la fortuna familiar y como tal debe de saber mucho sobre el arte de comprar terrenos fiscales baratos y venderlos caros. El horizonte se le puso muy negro, no tenía escapatoria. Por eso fantaseó con presentarse como candidato a gobernador por Santa Cruz, y dicen (esto no está probado aún) que había comenzado a urdir como última escapatoria un pacto de impunidad con Scioli a cambio de designarlo su heredero.
Cuando el ex presidente llegó a Calafate, ya se estaba muriendo. Su poder sin límites, sus proyectos hegemónicos, su “revolución” social, su “modelo” económico de acumulación y "distribución del ingreso", su capitalismo de amigos disfrazado de Justicia Social, todo, absolutamente todo, se estaba derrumbando. Hasta la composición del Concejo de la Magistratura, que utilizó como amenaza contra algunos jueces vulnerables, cambiaría próximamente dejándolo sin el temible poder de veto.
Ya estaba muriendo, pero le faltaba el tiro de gracia.
Y se lo dio Moyano. El día anterior a su fallecimiento el camionero, exaltado porque también se sabe en peligro, habló con Kirchner por lo menos tres veces y le recriminó en duros términos haberle vaciado la reunión del Consejo Justicialista de la Provincia, a la que pegaron el faltazo los principales dirigentes aparentemente por orden de Kirchner. Claro, Kirchner también comprobó que Moyano era otro de sus terribles fracasos e intentaba esmerilarlo antes de que levantara demasiado vuelo. Pero ya era tarde.
Los que le cargaron a Moyano este sambenito (que le va a resultar difícil quitarse) aseguran que la discusión fue feroz: Moyano lo amenazó, le recordó que él era el dueño de la calle y que ya estaba harto de soportar sus maniobras arteras y su autoritarismo. A la mañana siguiente Kirchner estaba muerto.
No murió por patriota ni por ser un gladiador que dio su vida por sus ideales en beneficio del pueblo argentino. No fue un mártir, que prefirió la muerte antes que renunciar a sus convicciones, aunque mucha gente, en el marco de la necrofilia argentina, hoy así lo crea. Fue un ambicioso desmesurado de poder y de dinero, un político sin escrúpulos, sin ética, sin remordimientos, que usó la política y el poder en su propio beneficio. Y como suele ocurrir con todas las personas como él, que además están solas y aisladas porque desconfían hasta de sus sombras y no aceptan consejos ni opiniones que contradigan sus caprichos y sus locuras, un día la torre que edificó se le empezó a venir abajo.
Cuando Néstor tuvo la certeza de que el piso se le ab ría bajo sus pies y los de su familia, su corazón no lo soportó.
En síntesis: a Kirchner lo enfermó la seguidilla de fracasos sin retorno, y lo mató el miedo a las consecuencias penales que lo estaban acechando. Y fue Hugo Moyano quien tuvo el dudoso honor de darle el tiro de gracia.
Cuenta con nosotros
Por Martín
Sabbatella *
La muerte de Néstor Kirchner nos invade
de dolor. Se fue dejando un inmenso vacío, tan profundo como
la huella que deja su paso por nuestra historia; esa
historia que recorrió con protagonismo transformador, con el
compromiso militante de los hombres y mujeres que no sólo
merecen el recuerdo de sus contemporáneos, sino que
trascienden en la memoria popular durante décadas por su
lucha a favor de una sociedad de derechos para todos y
todas.
Hay al menos dos formas de dimensionar el aporte de este
gran dirigente a nuestra historia. La primera es a través
del repaso de la etapa inaugurada el 25 de mayo de 2003, que
puso fin al reinado del paradigma neoliberal, cuando asumió
la Presidencia de la Nación luego de la crisis económica,
social, política e institucional. Desde entonces, con los
pliegues e imperfecciones de cualquier proceso
transformador, la agenda instalada por Kirchner fue
rupturista, rompió el molde y puso a Argentina de cara a un
horizonte de mayor igualdad y justicia.
Sin pretender abarcar todas las características de esta
etapa, y soslayando adrede las observaciones que hicimos en
diversas ocasiones, no tengo dudas de que Kirchner entra en
las páginas importantes de nuestra historia, entre otros
aspectos, por la política de derechos humanos, de
recuperación de la memoria colectiva y de juicio y castigo a
los responsables del terrorismo de Estado; por el impulso a
la integración regional desde una perspectiva
latinoamericana y popular, poniendo el acento tanto en las
posibilidades de crecimiento equitativo de las naciones del
Cono Sur como en los valores de solidaridad, de
afianzamiento cultural, de justicia social y de defensa de
la soberanía de los pueblos; por la integración de la Corte
Suprema con jueces de reconocida trayectoria, capacidad e
independencia, electos con procedimientos absolutamente
transparentes; por el cierre de una era de intervención
promiscua y perjudicial de los organismos financieros
internacionales sobre las políticas económicas de la Nación,
mediante la generación de equilibrio fiscal sin ajuste y a
través de acciones de desendeudamiento; por la estatización
y la extensión del sistema jubilatorio a casi dos millones y
medio de personas más y el establecimiento de un mecanismo
de actualización semestral; por la vuelta del Consejo del
Salario y la apertura de paritarias para fijar los haberes
de los trabajadores y trabajadoras; por la implementación de
la asignación que incorpora a millones de niños y niñas como
sujetos de un derecho que sólo alcanzaba a los hijos e hijas
de trabajadores en blanco; por el desarrollo de obra pública
en salud, educación, caminos e infraestructura de servicios
en territorios históricamente postergados, incluyendo una
política de urbanización de villas y barrios donde residen
familias de escasos ingresos; y, sin dudas, por la
democratización de la palabra, a través del impulso de la
Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, que vino a
saldar una deuda histórica arrastrada desde principios de la
dictadura militar y que había derivado en la consolidación
de poderosos multimedios informativos y el cercenamiento de
la libertad de cientos de miles de opiniones. Estas y muchas
otras medidas que se impulsaron desde 2003 dan cuenta del
inicio de una etapa histórica cuyas contradicciones no
opacan la evidente voluntad de Néstor Kirchner por orientar
el país en un nuevo camino, enfrentando las políticas
neoliberales que durante décadas hundieron a Argentina y la
región en la más profunda desigualdad.
La otra forma en la que, creo, se puede dimensionar el
aporte de Kirchner y su ingreso en las páginas más
importantes de nuestra historia es en los rostros de quienes
expresaron su dolor durante esta última semana, de los miles
y miles que caminaron durante horas para pasar unos minutos
frente al féretro a darle el último adiós a Néstor y alentar
a Cristina; de los muchos y las muchas que salieron a la
calle, que se juntaron en Plaza de Mayo y en decenas de
espacios públicos de todo el país; en quienes formaron
verdaderos ríos de amor y lágrimas junto al recorrido que
hizo el cortejo hasta su destino último en Santa Cruz. En el
llanto de las mujeres, de los niños, de los jóvenes, de los
trabajadores, de los estudiantes; en la angustia plural y
masiva que estalló ante la noticia o en el canto y el
compromiso solidario de cientos de miles que intentaron
abrazar a la presidenta de la Nación en este momento
difícil.
Kirchner fue un dirigente que marcó un rumbo distinto en
nuestro país, que hizo mucho por recuperar el valor de la
política, que se esforzó en correr el límite de lo posible.
Fue un gran hombre y un político que va a ser recordado por
su militancia, por su compromiso, por su voluntad
transformadora. Un dirigente que con enorme coraje y
valentía puso el cuerpo hasta sus últimos días luchando por
un país más justo y solidario.
Por todo ello, además de expresar la gran conmoción que
nos produjo su muerte, desde el Encuentro queremos reafirmar
nuestro compromiso y nuestro apoyo a la presidenta Cristina
Fernández de Kirchner. Es más que el abrazo imprescindible
en este momento doloroso. Es la ratificación del compromiso
político con la defensa y la profundización de ese rumbo, y
con la construcción de una fuerza política nacional y
popular que continúe trabajando por edificar la Patria más
justa, democrática, para todos y todas.
Seguiremos siendo parte de esta tarea. Queremos decirle a
la Presidenta que cuenta con nosotros.
* Diputado nacional, presidente del bloque Nuevo
Encuentro.
La
muerte y la
resurrección
de Néstor
Kirchner
Por
Mariano
Grondona
Domingo 31
de octubre
de 2010 |
Publicado en
edición
impresa
Nestor
Kirchner
falleció el
último
miércoles en
El Calafate
y fue
enterrado al
cabo de un
imponente
funeral que
conmovió a
los
argentinos
durante tres
días tanto
en Buenos
Aires como
en Río
Gallegos,
poniendo a
sus exequias
en el nivel
de las
grandes
manifestaciones
populares
que
despidieron
a Hipólito
Yrigoyen,
Eva Duarte
de Perón,
Juan Domingo
Perón y Raúl
Alfonsín en
el pasado.
Teniendo en
cuenta que
Kirchner,
mientras
vivió, fue
el promotor
y el
receptor de
grandes
cuestionamientos,
¿podría
decirse
entonces que
su imagen
resucitó,
sorpresivamente,
al tercer
día?
Desde el
momento en
que los
argentinos,
como
latinos,
somos
emocionales,
la muerte de
los
protagonistas
nos conmueve
más que a
otros
pueblos. En
1933, una
multitud
portó a
pulso el
féretro de
Yrigoyen,
desafiando
al régimen
conservador
que lo había
desplazado.
En 1952,
otra
multitud aun
más
impresionante
rodeó el
cadáver de
Evita,
aunque esta
vez su
entierro
rodeó al
viudo, el
general
Perón, con
el
acompañamiento
compulsivo
del propio
Estado en
una
Argentina
amargamente
escindida
entre
peronistas y
antiperonistas.
Cuando
Perón murió
en 1974, en
cambio,
todos los
argentinos
le rindieron
homenaje
porque él y
Balbín
acababan de
presidir la
reconciliación
entre los
dos bandos
en pugna. En
2009, fuera
del poder
como
Yrigoyen
pero
unánimemente
exaltado por
los
ciudadanos
como el
último
Perón,
Alfonsín nos
dejó. Los
grandes
entierros
que
precedieron
al de este
fin de
semana
expresaron,
por lo visto
cada cual a
su turno, la
unión o la
desunión de
nuestro
pueblo. ¿En
cuál de
estas dos
categorías
habría que
alojar la
inhumación
de Néstor
Kirchner?
La
respuesta a
esta
pregunta
tendría que
ser mixta
porque el
pueblo que
despidió a
Kirchner
pertenecía a
dos clases.
El fervor de
una de ellas
fue
espontáneo,
ya que no
respondía a
movilizaciones
ni consignas
planificadas.
El fervor de
la otra
correspondió,
al
contrario, a
la
militancia
kirchnerista,
con sus
pancartas y
sus ómnibus,
y también
con su
rencor hacia
los
opositores
encarnados,
en este
caso, por el
vicepresidente
Cobos. Entre
los
manifestantes
se alineó un
núcleo
militante
compuesto
por
organizaciones
como La
Cámpora, que
lidera
Máximo
Kirchner, y
una masa de
concurrentes
espontáneos,
en cierto
modo
inocentes de
las
directivas
ideológicas.
Pero la
decisión
final acerca
del
kirchnerismo
que
tendremos a
partir de
ahora ya no
corresponderá
a Néstor
sino a
Cristina
Kirchner.
¿Hacia dónde
dirigirá sus
pasos la
Presidenta?
¿Hacia la
confrontación
o hacia el
apaciguamiento?
De Néstor a
Cristina
Las
primeras
señales que
dio la viuda
de Kirchner
no fueron,
en este
sentido,
halagüeñas.
Empezó
por decidir
que el
funeral de
su marido no
se realizara
en el
Congreso,
como es
costumbre,
sino en la
Casa Rosada,
privando así
a los
opositores
de un
escenario
que podrían
haber
compartido
con el
oficialismo
a pesar de
que ellos
estaban
dispuestos a
acompañarla
en su dolor.
El círculo
de los
homenajes
potenciales
al recién
fallecido,
de esta
manera, se
redujo
drásticamente.
A Cobos y a
Duhalde se
les aconsejó
que no
concurrieran
a la
ceremonia
del adiós,
mientras que
ninguno de
los
restantes
opositores
que se
presentaron
para saludar
a la
Presidenta
pudo ni
siquiera
acercarse a
ella. Sólo
Elisa Carrió,
que estuvo
ausente de
la
ceremonia,
eludió la
humillación.
Estas
primeras
señales,
¿son
transitorias,
producto de
la lógica
exaltación
de los
primeros
momentos, o,
al
contrario,
permiten
prever que
la sucesora
de Kirchner
insistirá en
la agresiva
estrategia
que le legó
su marido?
Esta
pregunta es
significativa
porque, si
bien el
clima
subjetivo,
emocional,
de estas
horas,
parece
favorecer la
confrontación
en beneficio
del
Gobierno, un
análisis
objetivo de
las
relaciones
de poder
apunta en
dirección
contraria.
Para
ilustrar
esta
impresión
podríamos
acudir a la
politicometría,
esa rama de
la ciencia
política
que, al
igual que la
"econometría"
en el campo
económico,
procura
introducir
las
matemáticas
en el campo
político.
Podría
sostenerse
en este
sentido que
el poder
real de
Cristina
Kirchner se
ha dividido
por tres.
Mientras
vivía
Kirchner, el
poder que
acumulaban
entre él y
su esposa
llegaba a
tres
unidades
macropolíticas.
Una,
naturalmente,
el poder de
la propia
Cristina.
Otra, la
acción
infatigable
de su
esposo. La
tercera, la
coordinación
de ambos en
función de
una división
de tareas
según la
cual, en
tanto Néstor
"decidía",
Cristina
"comunicaba".
De estos
tres
elementos
que
potenciaban
el poder de
la pareja
Néstor-Cristina,
hoy sólo
queda uno en
pie. Es
verdad que,
gracias a la
emoción que
hoy embarga
a tantos
argentinos,
Cristina
subirá sin
duda en las
encuestas.
¿Pero cuánto
durará este
clima
favorable?
¿Algunas
semanas?
Probablamente.
¿Un año?
Difícilmente.
Lo más
sensato
sería
entonces
aconsejar a
la
Presidenta
para que,
aprovechando
el calor de
la simpatía
popular que
ahora la
rodea,
cimiente
gradualmente
su menor
poder
mediante un
diálogo
constructivo
con los
opositores.
¿O puede
olvidarse
acaso que,
en las
elecciones
del año
pasado, tres
de cada
cuatro
argentinos
le dieron la
espalda al
kirchnerismo?
La
encrucijada
El
destino, o
la
Providencia,
le está
tendiendo no
una sino dos
manos a la
Argentina.
La primera
es el hecho
de que los
famosos
términos del
intercambio,
es decir, la
relación
entre el
precio de
nuestras
exportaciones
y el precio
de nuestras
importaciones
que desde
1930 nos
había
desfavorecido,
en la última
década ha
pasado a
favorecernos.
¿Quién no
recuerda la
tesis de
Prebisch
sobre "el
deterioro de
los términos
del
intercambio",
que
perjudicaba
sistemáticamente
a la
Argentina?
Pero esta
fatal
ecuación
económica,
ahora, es
inversa
gracias al
famoso
"viento de
cola".
A esta
circunstancia
económica
acaba de
sumarse una
segunda
circunstancia,
esta vez
política,
que apunta
hacia la
consolidación
de la
república
democrática.
Es que el
obstáculo
que se
interponía
entre
nosotros y
la república
democrática
de la que ya
gozan otros
países
latinoamericanos
como Brasil,
Chile,
Uruguay y
Colombia,
era la
pretensión
de lograr
reelecciones
indefinidas
que
albergaban
los Kirchner
a través del
mecanismo
dinástico de
la
alternancia
conyugal. La
muerte de
Néstor
Kirchner ha
trabado este
mecanismo
porque
Cristina
Kirchner,
aun de ser
reelegida en
2011, ya no
tendría por
delante más
que otros
cuatro años,
según la
Constitución.
Este
horizonte,
que anuncia
desde ahora
la
instalación
de un
mecanismo
republicano
en nuestra
presidencia,
no podría
alterarse
sino en
virtud de
dos sucesos
francamente
improbables:
uno, que
Cristina
lograra
tanto
consenso
como para
modificar la
Constitución;
la otra, que
el ánimo
dinástico la
llevara a
transferir a
su hijo
Máximo las
esperanzas
reeleccionistas
de su
esposo.
Como van
las cosas,
es probable
que la
heredera de
Néstor
Kirchner
quede de
aquí a un
año, cuando
pase el
clima
actual, en
minoría.
Pero aun de
no ser así,
su horizonte
de poder se
acortaría
decisivamente
entre 2011 y
2015, como
manda la
Constitución.
La viuda
de Kirchner
se halla, de
este modo,
en una
encrucijada.
Ya sin las
fuerzas que
tenía la
pareja del
poder, puede
reintentar
subir sola
la cuesta
arriba del
monopolio
político.
Ateniéndose
sobriamente
a la nueva
situación
que ha
creado la
muerte de
Néstor,
Cristina
podría
recorrer, en
cambio, el
camino que
cavaron
Perón y
Balbín, con
la esperanza
nada
desdeñable
de terminar
su mandato a
su debido
tiempo, como
lo hizo la
chilena
Michelle
Bachelet
para lograr,
como ella,
el
reconocimiento
universal de
sus
compatriotas.
La mirada de los columnistas de LA NACION
Reconocidos periodistas y políticos recuerdan al ex
presidente Néstor Kirchner y analizan el impacto de su muerte en
la política actual ; escriben Joaquín Morales Solá, Beatriz
Sarlo, Carlos Pagni, Pablo Sirvén, Santiago Kovadloff y Alberto
Fernández
Jueves 28 de octubre de 2010 | 03:05 (actualizado a las
03:21)
A continuación, el listado de artículos en donde encontrará
vertidas las miradas de los especialistas:
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Las relaciones
tormentosas
Las tensiones
entre la presidencia de Néstor Kirchner y la jerarquía católica:
de la connivencia eclesiástica con la dictadura al caso Baseotto.
Las coincidencias en torno de políticas sociales. La apertura al
diálogo de CFK y las escasas perspectivas de cambios.
Por Washington
Uranga
Opinión
En muchos sentidos, Néstor
Kirchner reunía en su personalidad y en su modo de ser
características que son propias de muchos argentinos y
argentinas. También en lo que tiene que ver con su relación
con la religión. Se consideraba católico de la misma manera
que la mayoría de los argentinos. Pero al igual que ellos
descreía de la institución eclesiástica y no le ahorró
críticas a la jerarquía. Fue bautizado, se casó por la
Iglesia y, a la hora de morir, recibió los sacramentos
propios de ese momento. Pero difícilmente pisaba un templo.
Lo mismo que hace gran parte de los argentinos “promedio”
que se autodefinen católicos.
Su disputa con la jerarquía
de la Iglesia se enmarcó en el escenario de la lucha con las
corporaciones que buscaban recortarle el poder. En el 2003,
a poco de asumir la Presidencia, se reunió con los obispos y
les dijo que “la Iglesia” era “rectora” de sus pensamientos.
No mintió. Pero es evidente que el Presidente y los miembros
de la jerarquía hablaban ya desde entonces lenguajes
diferentes. Para muchos obispos, que la Iglesia sea
“rectora” implica la sujeción del poder político a los
criterios y las determinaciones eclesiásticas, aunque en sus
homilías insistan en la autonomía entre ambos. Kirchner, en
cambio, se estaba refiriendo a un dato también aceptado por
la mayoría de los argentinos: el pensamiento humanista y
social cristiano atraviesa la cultura política de la
Argentina y es inspirador de muchas acciones de sus
dirigentes. Pero ello no implica subordinación de la
política al poder eclesiástico.
En su intento por recuperar
el valor de la institución presidencial, Kirchner tropezó
con la postura eclesiástica que insiste en la idea de que la
Iglesia es “preexistente” al Estado argentino y que, por
esta misma razón, sus valores, principios y criterios están
por encima de las leyes que ordenan el funcionamiento
institucional del país. Aunque nunca se haya formulado en
estos términos, ésta fue su principal diferencia y fruto de
las tensiones con el cardenal Jorge Bergoglio. Cuando a
partir de 2005 las relaciones entre Kirchner y la jerarquía
católica entraron en uno de sus momentos más tensos a raíz
de la disputa entre el entonces ministro de Salud, Ginés
González García, y el obispo castrense Antonio Baseotto,
hubo múltiples gestiones para generar un encuentro privado
entre Kirchner y Bergoglio. En varias ocasiones, el cardenal
porteño insinuó que aceptaría el encuentro –que sería
absolutamente reservado– siempre y cuando Kirchner cruzara
la Plaza de Mayo desde la Rosada para encontrarse a solas
con el cardenal en su oficina de la curia metropolitana, una
condición que el Presidente nunca aceptó.
De la misma manera que
rechazó en forma sistemática que desde el púlpito algunos
obispos, en particular Bergoglio pero también Héctor Aguer,
el muy conservador arzobispo de La Plata, intentaran
dictarle cátedra sobre cuál era el camino a seguir. Esta fue
la razón fundamental por la cual, cada 25 de mayo y cada 9
de julio, Kirchner dejó de asistir a los Tedéum en la
Catedral y decidió rotar por el país. El mismo motivo por el
cual Cristina Fernández terminó este año celebrando en la
Basílica de Luján el acto de acción de gracias ecuménico por
el Bicentenario.
Mucha más cercanía hubo –y
continúa actualmente– entre el gobierno de Néstor Kirchner y
la jerarquía de la Iglesia en temas sociales. Los diálogos
entre Jorge Casaretto –primero en Cáritas y luego en
Pastoral Social– y Alicia Kirchner han sido fluidos y
frecuentes. La colaboración entre Cáritas (ahora conducida
por el obispo Fernando Bargalló) y el Gobierno ha sido
estrecha y permanente. No es casual que Casaretto,
acompañado de Justo Laguna, hayan sido los únicos obispos
que se acercaron a la Rosada para orar junto a la
Presidenta. Néstor Kirchner reconocía también que la Iglesia
Católica cuenta con canales que le permiten llegar de manera
eficaz con la asistencia social a los sectores más
desprotegidos y excluidos de la población. Pero cada vez que
los obispos se pronunciaron públicamente denunciando la
persistencia de la pobreza, Kirchner leyó en esos mensajes
una conspiración y un alineamiento episcopal con las
posturas de la oposición. No faltaron quienes –desde las
filas de la propia Iglesia pero cercanos también al
Gobierno– trataron de hacerle entender que el tema de los
pobres fue, es y seguirá siendo recurrente en la prédica
eclesiástica y en la doctrina social de la Iglesia,
independientemente de quién ejerza el poder. Nunca lo
entendió así, y casi siempre leyó cada párrafo de los
documentos episcopales sobre este tema como un ataque casi
personal. Nadie pudo convencerlo de lo contrario. “Critican
pero no reconocen lo hecho”, solía repetir.
Sus propias convicciones
respecto de la connivencia entre la jerarquía católica y la
dictadura militar, y la alianza que Kirchner construyó con
las agrupaciones defensoras de los derechos humanos
fuertemente críticas de los obispos, fueron otro de los
obstáculos para una relación que por momentos alcanzó picos
de mucha tensión, aunque ambas partes intentaran en público
bajarle el perfil a la controversia. Más de una vez los
obispos pronunciaron la palabra “reconciliación” para
referirse al tema de los derechos humanos y de los juicios
de los responsables de los delitos de lesa humanidad. El
término es por lo menos polivalente. En la más auténtica
tradición católica significa justicia, arrepentimiento y
reparación del daño. Pero muchos desde la Iglesia lo usaron
como sinónimo de olvido e impunidad. Kirchner sólo lo
entendió en este último sentido y siempre estuvo convencido
de que los obispos que así se expresaban lo hacían, en
realidad, como voceros de personeros de la dictadura y
sectores de derecha.
Como en
tantos otros temas, la pregunta que hoy se plantea es si
desaparecido Kirchner la relación de Cristina Fernández con
la jerarquía católica sufrirá cambios sustanciales. Nada
parece indicarlo así. La Presidenta ha tenido su propia
postura frente a los obispos: abierta al diálogo pero
inflexible en cuanto a sus convicciones y posiciones. Un
tema que continúa trabando la relación institucional es el
referido al obispado castrense. Desde el desconocimiento que
Kirchner hizo del obispo Antonio Baseotto y la posterior
renuncia de éste, el obispado castrense está virtualmente
“congelado”, en condición de “sede vacante” y a cargo de un
sacerdote, Pedro Candia, como administrador apostólico. El
Vaticano y la jerarquía local pretenden nombrar un nuevo
obispo castrense para “regularizar” la situación. El
gobierno de Cristina Fernández insiste en que, previo a
ello, es necesario renegociar el tratado entre la Santa Sede
y la Argentina y, por esa vía, eliminar la institución de
las capellanías militares. En este punto, ninguna de las
partes dará un paso atrás. Fuera de escena la disputa
personal entre dos personalidades fuertes como Kirchner y
Bergoglio, algunos progresos podrán hacerse para dialogar
sobre otros temas. Pero ningún cambio debería esperarse en
cuanto a las cuestiones sustanciales. Cristina, como Néstor,
es una católica “promedio”: tan firme en su fe como en su
incredulidad respecto de la institución y de la jerarquía.
“Kirchner fue un populista a medias”
29/10/10 Desde
Inglaterra, el intelectual argentino más
influyente en los círculos del poder dio su
visión sobre la era política que marcó el ex
presidente y respaldó a la mandataria
Cristina Fernández.
PorMatilde
Sánchez
Antes de Kirchner, era la noche. Yo recuerdo
a la Argentina arrodillada”, dijo el
presidente venezolano Hugo Chávez al pisar
el país para asistir al sepelio de su amigo,
el ex presidente argentino. Uno de los
intelectuales que pensó los nuevos
liderazgos nacionalistas en la región con un
enfoque postmarxista, es decir no liberal,
es el argentino Ernesto Laclau. Residente en
Essex desde hace décadas, él ha sido el
teórico de la esfera internacional cercano a
Carta Abierta, el grupo de intelectuales en
apoyo oficial, y su paso por el Congreso
Internacional de Ciencias Políticas,
realizado este año en San Juan, lo tuvo como
ponente magistral y visitante mimado junto a
su esposa, la politóloga de origen belga
Chantal Mouffe. Se espera que en enero
grabará una programa de conversaciones para
la televisión estatal, en el que participará
la presidenta Cristina Fernández.
Sin embargo, Laclau niega que su obra
sustente el andamiaje conceptual del
matrimonio Kirchner, sobre todo su
formulación de las democracias radicales,
formas híbridas de gobierno en las que el
antagonismo y el rol del adversario juegan
un papel dinámico. “Eso fue un invento de
Joaquín Morales Solá, Mariano Grondona y
Beatriz Sarlo”, rechaza. Aunque en la
conversación no se privó de ironías sobre
este diario, respondió con gentileza y se
mostró apenado por la muerte de Néstor
Kirchner, con quien sólo se reunió una vez y
a quien llamó “un gran tipo”. “Fue él quien
puso fin al ciclo menemista y dio un futuro
a Argentina. Kirchner cambió el imaginario
político del país, en el sentido de que la
gente empezó a ver un futuro con un signo
radicalmente diferente. Dio la impronta de
la época.”
- ¿Qué diferencias ve usted entre
las dos presidencias?
Ninguna. Ambas se engarzaron, de hecho.
- En el primer año de gobierno de
Cristina Fernández, algunos veían al ex
presidente como un lastre para que ella
hiciera un mandato espectacular tras el
cierre exultante de Néstor. Se mencionaba la
herencia de Julio De Vido, entre otras.
No sé si eso es verdad, no creo que
Néstor la opacara o limitara en modo alguno.
Tengo mucha confianza en ella.
- ¿Y cómo imagina el futuro, en
continuidad o ruptura? No conocemos una
presidencia de Cristina Fernández sin su
esposo.
Tampoco lo sé yo. Pero indudablemente el
país se ha remozado con todo lo que pasó a
partir de 2003 y seguirá avanzando en esa
dirección.
- Algunos de los mayores méritos
de la gestión de Kirchner fueron corroídos
por el paso del tiempo. Pensemos en uno muy
propio: reconfiguró el Poder Judicial tras
la corruptela menemista pero este año
sostuvo una fuerte confrontación con la
Corte Suprema.
Sí, no sabemos cómo continuará esa
confrontación. Pero convengamos que es en
los medios donde está planteado uno de los
principales dilemas de poder, me refiero a
la política de medios. Ocupa un lugar
central en la dinámica argentina actual.
- ¿Qué hace que, a su juicio,
resulte prioritario, anterior a deudas mucho
más acuciantes, tan luego, demandas
insatisfechas urgentes de grandes grupos
mayoritarios? Hasta podemos ironizar que la
apertura de medios oficialistas y la
promoción del fútbol son la obra pública que
Kirchner lega a la nación.
El deporte gratuito ha representado un
cambio en la forma en que se viven ciertas
cosas. Creo que el tema de los medios está
en el centro de la discusión política
actual. Qué pasará con el grupo Clarín en
términos de la ley de medios tiene que ver
en profundidad con las opciones políticas de
Argentina en el futuro. Estas discusiones
van a ligarse a otros temas y jugarán a
fondo el año próximo.
- Es sabida la influencia que
ejercieron sus postulados sobre el populismo
en el matrimonio Kirchner.
Ellos nunca dijeron nada de eso; eso son
invenciones de Joaquín Morales Solá, Mariano
Grondona y Beatriz Sarlo. Por cierto, yo
tuve varias conversaciones con Cristina
Fernández de tipo muy general, hablamos de
la situación argentina, problemas del país y
de América latina. Pero ellos nunca trataron
de obtener de mí un esquema conceptual que
sirviera a su política.
- Usted pensó el populismo en
nuevos términos, lo desdemonizó y leyó como
consustancial a la política. Esos criterios
no terminan de ajustarse a lo que han sido
estas dos presidencias.
Hay populismo cuando encontramos una
serie de demandas insatisfechas que un
régimen es incapaz de abarcar en su
mediación institucional. Estas demandas
necesitan ser expresadas por algún otro
mecanismo no institucional del Estado. Tome
el sistema tradicional de los punteros: allí
había demandas y su satisfacción era
controlada por el Estado. Pero cuando éstas
ya no pueden ser absorbidas, aparece alguien
por fuera del Estado que empieza a
interpelar a esas fuerzas y las aglutina. Se
puede tener populismo de derecha o de
izquierda, pero siempre hay una interrupción
del sistema institucional del poder.
- ¿Cómo se ubican las prácticas
clientelistas en este modelo?
El clientelismo es por definición
antipopulista, por ser gestionado dentro
mismo del sistema de poder. El populismo es
una identificación masiva con alguien fuera
de él. Perón es el caso más clásico; o
Chávez.
- Entonces, Kirchner no guarda
relación con el líder populista en absoluto.
Carecía de esa exterioridad.
Al comienzo de la era kirchnerista creo
que comenzó a funcionar pero no llegó a
plasmarse. No sé si se daba la situación
para un populismo maduro; pensémoslo como un
populista a medias.
¿No era suficientemente exterior
o carecía del carisma necesario?
Mire, honestamente, la idea de carisma,
ya imagina usted por donde... No se trata de
carisma sino de poder integrar las demandas
de las masas.
¿Le parece un detalle el
personalismo en los casos de Perón y Chávez,
le negaría toda incidencia en esa capacidad
de absorción?
El carisma es una forma exterior de
expresión de un proceso que debemos definir
en otros términos. Si se piensa en el
carisma de Chávez, muy bien, pero éste se
construye a partir de toda una proliferación
de luchas individuales que van creando la
posibilidad de una representación distinta.
Eso se evidencia en un todo que algunos
llaman carisma. Pero no creo que ese factor
defina nada.
Trataba de pensar en aquellas
características que justificarían su
“populismo a medias”.
Kirchner estaba al borde de ese carisma
que usted menciona. Y a Cristina la veo como
una líder potencialmente muy fuerte.
¿Cómo cree que jugará, en el
contexto cultural latinoamericano, el hecho
de que sea mujer? Deberá cursar presiones y
acechanzas de sectores tan distintos como el
PJ bonaerense, el poder sindical, el apremio
de los gobernadores, todos ellos con una
tradición fuerte de marca sexista.
No creo que eso influya. Cristina tiene
una polenta que pocos varones tienen. La
conozco bastante y creo en su capacidad de
llevar las cosas adelante. Los factores que
usted señala tienen que ver con las formas
en que la política se define. Pero tiene
toda la fuerza para ser una líder de
envergadura.
Comprensiva, Hilda "Chiche" Duhalde justificó el sonoro cachetazo que Graciela Camaño le pegó ayer a Carlos Kunkel en pleno debate en la comisión de Asuntos Constitucionales. "Ella sintió que las palabras no podían mediar. La comprendo absolutamente ", dijo la senadora. (18 Noviembre 2010)En una entrevista con lanacion.com, la dirigente bonaerense sugirió que "seguramente" habría actuado del mismo modo "ante las permanentes ofensas" del diputado kirchnerista. "No era el mismo hombre cuando [Luis] Barrionuevo estaba en el Congreso. A partir de que él se va, Kunkel comienza a agredir a Camaño permanentemente", afirmó.
- ¿Qué opina del episodio que involucró ayer a Camaño y a Kunkel?
- Un Gobierno que viene con actitudes patoteriles desde su inicio, que tiene provocadores profesionales que buscan la reacción de forma sistemática, después no se puede sorprender de lo que le sucedió a Camaño. Ella tuvo un actitud que muchas veces le falta a los hombres para enfrentar situaciones de ofensa permanente. Su actitud fue producto de un año muy doloroso y pesado para ella. La comprendo absolutamente.
- Si hubiera estado en el mismo lugar ¿hubiese actuado de la misma manera?
- Seguramente. Hay que encontrarse en esas circunstancias. Pero si la ofensa es permanente, como me comentaron todos y ella misma me lo dijo. Estuvo un año seguido provocándola, atacando a su familia, no haciendo una valoración de su persona...
- ¿Lo de "provocador" lo dice por Kunkel?
- Sí. Lamentablemente lo conozco bastante bien. Es un provocador que trabaja de eso. Kunkel no era el mismo hombre cuando Barrionuevo estaba en el Congreso. A partir de que él se va, Kunkel comienza a agredir a Camaño permanentemente. Y llega un momento en que ella lógicamente tiene una reacción, que seguramente no era la deseada, pero que es producto del hartazgo. Kunkel es una de las personas que el Gobierno manda a provocar.
- ¿Estás actitudes son buscadas por el Gobierno?
- Ellos tienen una serie de personas que son provocadores profesionales porque todo lo miden en términos bélicos y entonces plantean los temas a matar o morir. Después la Presidenta se pone en víctima, cuando permanentemente tanto ella como su marido han tenido una actitud de provocación que va tiñiendo hacia abajo a todos los estamentos.
- ¿Quiénes serían los otros provocadores?
- Otras personas que acompañan al Gobierno, como Luis D'Elía o Hebe de Bonafini. Se dedican a provocar. Frente a esas actitudes, llega un momento en que no quedan muchos caminos. Evidentemente, Camaño sintió que las palabras ya no podían mediar.
- ¿Debería haber alguna sanción para Camaño?
- No, en absoluto. Hay que tener un poco de tino en estas cuestiones. La Presidenta debería, en vez de ponerse en víctima, decirle a las personas que la acompañan que eviten la provocación, porque el país necesita dirigentes trabajando, no haciendo una "tinelización" de la política.
- ¿La cuestionan por ser la esposa de Duhalde?
- Hubo algunos atisbos cuando Cristina Kirchner era senadora, que la observé maltratando al vicepresidente de entonces que era [Daniel] Scioli y ha querido provocarme hablando de los votos que ella había obtenido en la elección en la que competimos como senadoras. Pero no continuó, sino seguramente hubiera tenido una respuesta.
Chiche Duhalde admitió que el alejamiento de Carlos Reutemann del Peronismo Federal la "sorprendió" y cuestionó sus formas al afirmar que "a veces es necesario hablar, explicar por qué se toman las decisiones".
- ¿Cómo tomó el alejamiento de Carlos Reutemann del Peronismo Federal?
- Con sorpresa, porque había estado con él un rato antes en el Senado y en el camino del Congreso a mi casa escuché la noticia. Reutemann es un hombre de muy pocas palabras, pero a veces hace falta hablar, dialogar y explicar a los que están en un mismo espacio cuáles son las decisiones que se toman y por qué se toman. Eso nos haría muy bien. Pero bueno, es parte de su personalidad.
- ¿A qué aduce su decisión?
- Es parte de su personalidad. Todo queda en la nebulosa. Nunca es claro. «No acepté por tal cosa.» Entonces hay que entenderlo así y seguir trabajando.
- Se especula con un acercamiento al kirchnerismo.
- El kirchnerismo tiene sus propios problemas por solucionar. Tienen que ocuparse de que al país le vaya mejor. El duelo lo han hecho muy corto. Deberían tener más sensatez. No lo veo como un acercamiento, pero bueno, el tiempo dirá. Tampoco sé si será candidato en 2011.
- En algunas semanas Duhalde lanza su candidatura ¿Podrían surgir nuevas diferencias dentro del espacio por ese tema?
- Seguimos trabajando. Hay que darle para adelante y no detenerse porque el Gobierno quiere meternos en una confusión enorme. Pero yo no estoy confudida. La sociedad está esperando a los candidatos. Mientras los candidatos no estén claros eso también puede generar una gran confusión.
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