Las "Damas de Blanco", familiares de
disidentes cubanos encarcelados en 2003, fueron
nuevamente hostigadas por partidarios del Gobierno, que
las acorralaron e insultaron en la calle para impedir su
habitual marcha de los domingos.
El incidente, que acabó con el desalojo forzoso de las
mujeres, se produjo a la salida de la iglesia Santa
Rita, en la Habana. Allí, nueve miembros del grupo
acudieron a la misa dominical para iniciar después su
marcha con la que piden la libertad de sus familiares.
La policía les ordenó retirarse del lugar por no haber
solicitado permiso para realizar esa actividad, a lo que
las mujeres se negaron y exigieron una orden por
escrito.
"Cuando exista una ley en Cuba que diga que hay que
pedir permiso para caminar por las calles, entonces
nosotras lo vamos a hacer. Pero también cuando nos
reconozcan como movimiento, como organización, como
grupo", dijo Berta Soler, portavoz del grupo, según
informa la agencia de noticias EFE.
Finalmente, obligaron el desalojo de las mujeres, a las
que subieron a un colectivo. Loyda Valdés, una de las
fundadoras del grupo disidente femenino, relató a EFE
que fueron conducidas hasta las cercanías de la vivienda
de Laura Pollán, líder del grupo, y una vez allí otro
grupo de manifestantes continuaron gritando consignas
revolucionarias.
Las Damas de Blanco, que se identifican por vestir de
este color como símbolo de paz, realizan reuniones,
protestas y marchas en las calles de La Habana con
gladiolos en las manos para reclamar la liberación de
sus familiares, condenados a penas de hasta 28 años de
cárcel.