EL CIRCULO VIRTUOSO DEL DAR Y el RECIBIR

Como se podrá observar, la Asociación Mutual Empleados de Aduana AEANA, en extensos recorridos viene procurando acercarse a quienes menos tienen mediante el sistema de Puente Solidario, logrando algo muy importante y que demuestra que en su mayoría, el hecho de que el personal de la Aduana se muestre ampliamente participativo, califica a éste, no sólo en sumarse a una cruzada iniciada por la AEANA, también demuestra que posee principios humanísticos básicos que dignifican a la organización, más aun si en general se tiene una imagen devaluada, y es por esa circunstancia que no podemos dejar pasar por alto el altísimo grado de adhesiones recibidas para continuar con la sagrada batalla por conservar la condición humana que es lo único que nos permite articular una idea de futuro.

De ahí que entendemos que la cuestión de la ayuda al otro ser humano no radica sólo en la utilidad instrumental del objeto, sino en su eficacia simbólica. En lo que se da y en lo que se recibe se resume un vínculo solidario en el cual se perfila la visión que tiene quien dona de aquel que recibe, y en el acto de recibir se manifiesta el modo con el cual el don es concebido como reconocimiento y derecho. La asimetría que implica el dar y recibir no se torna humillante cuando quien ejerce la entrega sabe que está produciendo no un simple acto de misericordia sino un ejercicio de justicia, y quien recibe se supone acreedor de derecho a ser indemnizado por el mal sufrido. Toda donación que no contemple este hecho, toda entrega que no parta de la restitución del derecho de quien recibe a ser reconocido como despojado, corre el riesgo de ser vistA como ejerciendo un acto de soberbia, paradójicamente, una nueva forma de despojo.

Dos millones de niños en la miseria absoluta, nueve millones de niños sometidos a la pobreza no son sólo una montaña de huesitos devastados, de omóplatos hundidos o vientres hinchados. Son también niños que seguramente no tendrán la oportunidad de educarse, de ambientarse en todo aquello que nos da la vida moderna y corresponde a la ética más elemental sentir una profunda vergüenza por el usufructo a costa del sufrimiento del semejante. Es prioritario recomponer no sólo el derecho a la vida sino ofrecerles una representación de sí mismos que les permita sostenerse en la convicción de que no sólo tendrá alguna vez una vida digna de ser vivida, sino que esa vida tendrá significado en el marco de un proyecto para el cual están destinados más allá de los accidentes circunstanciales a los cuales la historia los haya sometido.

De ese concepto partimos, para que el esfuerzo que realizan los socios de la Mutual AEANA, sea un ejemplo para la sociedad, en no sólo mantener con vida a todos aquellos que nos necesitan sino que hay que ofrecerles una imagen que no los excluya definitivamente de la condición humana; esto también deja un claro mensaje: la pobreza y la exclusión no son un destino inexorable.

Dn. Guillermo Potenza

Presidente Asociación Mutual Empleados de Aduana - AEANA