EN CORDOBA, 100 ALUMNOS ESTUDIABAN HOMEOPATIA, MEDICINA AYURVEDICA Y TRADICIONAL CHINA

Polémica por cursos de medicina alternativa en una universidad

Luego de una fuerte crítica del filósofo Mario Bunge, se suspendieron.

 
Por: Lucas Cruzado
Fuente: CORDOBA. CORRESPONSALIA
 
Hubo acusaciones cruzadas de un lado y del otro. El tema que desató la polémica en Córdoba fue la incorporación de cursos en homeopatía, medicina ayurvédica y medicina tradicional china en la Universidad Nacional de Córdoba. "Advertimos que se incluían actividades teórico-prácticas que excedían los alcances de la idea central que se planteó. Ahora estamos reevaluando los programas", dijo a Clarín el Decano de la Facultad de Ciencias Médicas, Gustavo Irico, quien comentó, además, que "estos cursos se dan en la UBA, y también hay algo en la Universidad de Mar del Plata y en Tucumán".

El domingo pasado, el diario cordobés La Voz del Interior publicó una nota con el reconocido filósofo, epistemólogo y físico Mario Bunge bajo el título "No es posible que permitan este asalto a la modernidad". Allí, Bunge salió al cruce duramente sobre la incorporación de estas nuevas modalidades en la universidad cordobesa: "A partir de esto se debería revolucionar toda la universidad: la de Química cambiarla por la de alquimia y a la de Psicología por la de parapsicología. Deberían proclamar la contrarreforma y volver a la Edad Media explícitamente", expresó el filósofo al matutino.

Unos párrafos más abajo de la entrevista, Bunge señaló que "es mucho más fácil macanear que buscar la verdad y ponerla en práctica. Una persona sin estudios puede aprender todo ese macaneo en pocos días y no necesita estudiar diez años. Puede empezar a ganar dinero enseguida. La única motivación es comercial, no hay motivación intelectual".

Lo cierto es que luego de esta publicación, que levantó polémica en la provincia, unos cien alumnos que tuvieron su primer día de clases el pasado viernes, deberán aguardar para saber si se continúa o no con el dictado de clases.

Con cierto enojo, Gustavo Irico expresó a Clarín: "Es fácil desde la lejanía lastimar a una institución que está por cumplir 400 años de vida. Me parece que Bunge, a quien respeto mucho, se extralimitó en sus conceptos. Los temas deben ser instalados y generar conclusiones positivas para así salir del oscurantismo. Lo de Bunge me pareció una visión fundamentalista y bastante cerrada", concluyó. Conocida la suspensión temporaria del dictado de clases, desde el Ministerio de Salud de la provincia aplaudieron esta decisión.

Por la tarde y desde su despacho en la Universidad McGill de Montreal, Canadá, el filósofo argentino comentó estar "enormemente feliz" por lo que sucedió. Pero Mario Bunge fue más allá y apuntó hacia la Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires: "No hay nada de psicología en ella. Es todo superstición psicoanalítica, hay como 55 mil graduados, ninguno de los cuales se puede decir que es psicólogo. La población está inerme en manos de charlatanes. Se necesitan más estudios para ser pedicuro que para ser psicólogo", destacó.

Los cursos de medicina homeopática, ayurvédica y medicina tradicional china tenían una duración de 16 meses. El valor de la inscripción para los alumnos nacionales era de 100 pesos más la cuota mensual de 300; en tanto que para los extranjeros, la inscripción trepaba a 350 pesos y las cuotas eran de 1000 pesos por mes.
 

 

Crece la polémica por cursos de medicina no tradicional

El cónsul general de la India defendió al ayuverda y dijo que sí tiene método científico.

Se agudiza la polémica generada en torno a los cursos de "medicinas no tradicionales y ancestrales" que se disponía a dictar desde este año la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Córdoba y que el lunes fueron suspendidos por decisión de la casa de altos estudios.

Sergio Lais Suárez, cónsul general de la India, respondió a los polémicos dichos del filósofo Mario Bunge sobre la medicina ayurveda, al considerar que el filósofo "no tenía la información necesaria y suficiente para poder hablar de un sistema médico de otra nación con miles de años de tradición".

"Bunge aduce que no es una medicina basada en la evidencia. Está muy alejado de la verdad. Ayurveda cuenta con trabajos científicos innumerables de distintas universidades del mundo", aseguró Lais Suárez, quien negó que este sistema médico esté vinculado con la astrología, como dice Bunge, y aseguró que es una práctica que tiene más de tres mil años de tradición; más de la mitad de la República de la India se atiende sólo con esta medicina y hay 500 mil médicos ayurvédicos nucleados en un consejo avalado por el gobierno.

"Es un error pensar que ayurveda no tiene una estructura de enseñanza como la medicina occidental. En la India hay varias universidades que la enseñan. Por ejemplo, en Benares Hindú University (la más antigua de la India) se puede estudiar medicina moderna y la ayurveda, con la misma carga horaria", agregó.

Según el cónsul, la medida de suspender los cursos debe obedecer a aspectos reglamentarios. "Ofrecemos todo el apoyo que necesiten, como investigación científica, convenios con universidades de la India e intercambio de profesores, médicos y estudiantes", aseguró.

Por su parte, Guillermo Alonso, jefe del Servicio de Acupuntura del Hospital de Clínicas Nicolás Avellaneda, de Tucumán y encargado de dictar el primer módulo de esa práctica en los suspendidos cursos se mostró satisfecho con los dichos de Mario Bunge, porque, aunque aclaró que no comparte con las opiniones del filósofo, considera que la polémica "ha permitido que se empiece a discutir algo que estaba antes oculto".

Alonso, que fue becado por el Conicet para capacitarse en acupuntura en China, explicó que el servicio que dirige en Tucumán cuenta con otros tres profesionales, más otros rotativos y en capacitación y han obtenido "excelentes resultados en los pacientes atendidos"

Aclaración y convocatoria. Por otra parte, desde Alemania, el filósofo Ernesto Garzón Valdés aclaró sobre una referencia realizada por Bunge en el marco de esta polémica cuando mencionó su libro El velo de la ilusión para referirse a la situación de la Universidad Nacional de Córdoba en la década de 1950. Garzón Valdez dice que hay allí "una confusión de fechas que puede dar lugar a falsas interpretaciones".

Un grupo de médicos inscriptos en los cursos enviaron por correo electrónico una convocatoria para manifestarse en contra de la suspensión, mañana, a las 11.30, en el Pabellón Perú.

 

Otra dicotomía que no deja avanzar

La polémica desatada por los cursos de medicina no tradicionales. Jorge Londero.

 

La polémica desatada por los cursos de medicinas no tradicionales y ancestrales que había programado dictar la Universidad Nacional de Córdoba desde este año viene cargada, al menos desde el rincón de lo científico, con un defecto bien argentino que mantenemos desde hace dos siglos y que, en este caso, se manifiesta claro desde los dichos del filósofo Mario Bunge: la creación de una dicotomía en la que no hay puntos intermedios ni posibilidad de consenso. No se discute ni se intercambian ideas y pareceres; se desprestigia al que piensa distinto y punto. Lo que vale es lo que yo digo y nada más.

Bunge, como buen argentino casi centenario, desprestigia y agrede todo aquello que no sea científico; no discrimina, mete a todas las medicinas "no basadas en la evidencia" en la misma bolsa y las compara con la magia y la brujería, entre otras. En pocas palabras, ofende al que no opina como él y con ello cierra las puertas a un posible consenso.

La agresiva y dogmática postura de este experimentado y reconocido filósofo se afirma en la supuesta seguridad de una ciencia intocable, perfecta, incuestionable.

 

Es cierto que la humanidad le debe mucho a la ciencia, pero hay que recordar que es la misma que tortura y mata a los animales, la misma que crea armas mortales y de destrucción masiva, la misma que ha generado desarreglos irrecuperables en el equilibrio ecológico del planeta.

Al trazar esa terminante justificación de la supuesta seguridad y honorabilidad de la medicina con método científico en desmedro de las que para él "no están basadas en la evidencia", Bunge cita que los medicamentos, para su prescripción y comercialización, deben ser examinados y aprobados por organismos especializados, como la FDA (Administración de Drogas de los Estados Unidos).

Se olvida que esos organismos son los mismos que aprobaron la talidomida, por ejemplo, que sembró al mundo con niños con bracitos de 10 centímetros o manos de dos dedos que les salían desde la espalda, entre otros defectos, o el Vioxx (rofecoxib), el antiinflamatorio que, según la prestigiosa Lancet , puede haber causado entre 88 mil y 140 mil problemas cardíacos sólo en Estados Unidos, por citar apenas un par de ejemplos de tantas otras drogas que dejaron discapacidad, muerte y miles de juicios por mala praxis, en medio de escándalos mundiales que son evidencia de que el método científico también se equivoca. Y mal.

En países del Primer Mundo, como Inglaterra o Alemania, las medicinas que acá denominamos "no tradicionales" cuentan con financiamiento estatal o con amplia aceptación de la población. Si siempre los citamos como ejemplos por imitar, ¿es que en esto se equivocan?

En la Argentina, deberíamos dejar de polemizar y debatir en serio sobre las enfermedades y sus formas de curarlas, porque seguir la línea de Bunge es caer en el error de empantanarse en otra de esas improductivas dicotomías que nos impiden crecer

 

Bunge expresó su "enorme felicidad" por la suspensión de los cursos

El filósofo dijo que está "muy contento" con la decisión que tomó la Universidad de Córdoba.

 

El filósofo argentino Mario Bunge, que levantó una polvareda con sus recientes declaraciones sobre la incorporación de pseudociencias en la Universidad Nacional de Córdoba, llamó esta mañana desde su despacho en la Universidad McGill de Montreal, Canadá, para expresar su “enorme felicidad” por la suspensión de los cursos de posgrado.

Las declaraciones de Bunge sobre que la UNC “debería volver a la Edad Media” luego de avalar los cursos para graduados que comenzó a dictar la Facultad de Medicina, provocaron anoche la inmediata suspensión de las clases (Ver "No es posible que permitan este asalto a la modernidad", 18/04/2010).

“Me siento muy contento”, señaló el filósofo. “No es un triunfo mío, es un triunfo de La Voz del Interior, que demostró que sigue siendo un diario de prestigio y con peso en la opinión cordobesa. Felicitaciones a ustedes, estoy muy contento con la decisión que tomó la Universidad de Córdoba”.

Finalmente, la Facultad de Ciencias Médicas de la UNC dio marcha atrás y, al menos por el momento, suspendió el dictado en esa unidad académica de los cursos en medicina homeopática, medicina ayurvédica y medicina tradicional china (Ver Medicina alternativa: la UNC suspendió los cursos).

Bunge dijo que, luego de esta decisión de la UNC, espera que la Universidad de Buenos Aires tomé el mismo camino y cambie o cierre la Facultad de Psicología. “No  hay nada de psicología en ella. Es todo superstición psicoanalítica, hay como 55 mil graduados, ninguno de los cuales se pueda decir que es psicólogo. La población está inerme en manos de charlatanes. Se necesitan más estudios para ser pedicuro que para ser psicólogo”.

Psicólogos rechazan dichos de Bunge

El Colegio de Córdoba sostuvo que el filósofo tuvo una expresión "injuriosa" al comparar "la psicología con la parasicología”.

El Colegio de Psicólogos de la Provincia de Córdoba rechazó y repudió las expresiones del filósofo Mario Bunge que “propone eliminar la Facultad de Psicología porque se imparte enseñanzas de  ´seudociencia´” (Leé la entrevista completa a Bunge).

“Son las mismas razones y  los mismos argumentos utilizados por la dictadura militar de Onganía y su  trágica ´Noche de los Bastones Largos´ donde se intervino nuestra facultad, con la posterior detención y desaparición de profesores y estudiantes”, señala un comunicado.

Los dichos fueron vertidos en la edición de Perfil del 6 de abril y fueron retomados el mismo día en el programa “Hoy Domingo”, de Radio 10.
En el documento, el organismo rechazó también las opiniones de Bunge en una nota de ayer de La Voz del Interior.

 

El Colegio repudió “la injuriosa comparación” que “realiza” Bunge en este diario “al comparar la psicología con la parasicología”.

“Ésta es otra manifestación más de las que el ´científico´ nos tiene acostumbrados cuando ataca o cree atacar a la psicología y  / o al psicoanálisis”, asegura el texto.

“Muestra de supina ignorancia o de una gran necesidad de volverse una figura de consumo de cierto amarillismo mediático”, agrega el comunicado.

Además sostuvo que hay “un claro objetivo, la  instalación definitiva de una concepción de la salud biologista y mercantilista”.

Según la institución, “los psicólogos y sus organizaciones carecen de espacio para refutar injuriosas opiniones, quedando demostrado nuevamente, la necesidad de la vigencia plena de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, en pro de la salud mental de la población, en contra de los excesos mediáticos y donde los profesionales de la psicología tengan plena voz”.

 

Disparen contra el psicoanálisis

Julio César Moreno
Para LA NACION

Miércoles 5 de mayo de 2010 | Publicado en edición impresa 

EN la década de los 90, o sea, a fines del siglo XX, hubo grandes debates -particularmente en los Estados Unidos- entre el neoconservadurismo (los "neocon") y las corrientes liberales o progresistas. En la tradición intelectual norteamericana, no prevalece tanto la dicotomía derecha-izquierda, sino la que opone los términos conservative (conservador) y liberal (el primero más afín a los republicanos y el segundo a los demócratas).

Y aquellos debates incluyeron no sólo a la política, sino también a la cultura, y hubo quienes sintetizaron las conclusiones apelando a la vieja trilogía derecha-centro-izquierda, con la siguiente ecuación: la política para el centro, la economía para la derecha, la cultura para la izquierda, en una especie de salomónica división de jurisdicciones.

Sin embargo, en los últimos años la confrontación de ideas se acentuó en todos los planos -no sólo en los Estados Unidos, sino también en Europa y en América latina-, y nadie quiso ceder terreno a nadie.

¿La cultura para la izquierda? Está por verse, ya que los "neocon" no están dispuestos a entregarles a los liberal la primacía y menos hegemonía en la cultura. Por el contrario, el tema de los valores (aborto, eutanasia, parejas gay, relativismo ético, libertad sexual) ocupa un lugar central en los debates políticos y electorales, por eso en diversos estados norteamericanos se realizan referendos o consultas populares sobre estas cuestiones.

Pero las controversias llegan hasta el ámbito mismo de las ciencias, aparentemente más asépticas y neutrales, y a veces las oposiciones conservadores-liberales o derecha-izquierda no parecen adecuadas para entender lo que se discute.

El filósofo y epistemólogo argentino Mario Bunge, a quien nadie podría calificar de "neocon" o de derecha, sino más bien lo contrario, embistió recientemente y con fuerza contra una decisión de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Córdoba de abrir cursos informativos de posgrado de medicinas alternativas, que incluían la homeopatía, la ayurveda hindú, la acupuntura y las prácticas médicas chinas.

Bunge consideró la enseñanza de estas "seudociencias" (como las califica) como una rendición intelectual y un retorno a la Edad Media por parte de la Universidad de Córdoba, y dijo que la referida decisión de la Facultad de Medicina parecía dictada por José López Rega. El exabrupto fue rechazado por la mayoría de los universitarios, pero de todos modos los cursos sobre medicinas alternativas fueron provisoriamente suspendidos, hasta tanto se hiciera un estudio a fondo del tema.

Pero, en realidad, los ataques de Bunge no estaban dirigidos tanto contra la homeopatía o la ayurveda, sino contra el psicoanálisis, al que considera también una "seudociencia". Y dijo que en las facultades de psicología argentina priva la enseñanza de "los textos sagrados" de Sigmund Freud y sus sucesores, "en los que no hay experimentación ni contacto con la ciencias, sino psicología hablada, que no tiene nada que ver con el cerebro".

Se mostró, en cambio, un firme partidario de las llamadas "neurociencias" o de la "neurología cognitiva", tomando así abiertamente partido en el debate que hoy envuelve a la psicología contemporánea.

Pero no es un debate del todo nuevo, aunque en el pasado se haya planteado en términos distintos. Jacques Lacan dijo una vez que el psicoanálisis surgió de la tradición grecolatina y judeocristiana y en el marco de la democracia, y que, tal vez por ello, para al nazismo era una "ciencia judía" y para el totalitarismo soviético "una ciencia burguesa".

Hoy son las neurociencias las que embisten contra el psicoanálisis, al que considera una "psicología hablada", frase que quizá no disgustaría a Freud, ya que -en palabras de Jacques Alain Miller- "a partir del momento en que un analista se dirige a un paciente que sufre, no con remedios, no con consejos, sino con la idea de que hable, de que hable y repita su queja, y que algo en la repetición y la elaboración de la queja va a curarle de los motivos de ésta", está planteando dos grandes temas: la teoría del inconsciente y la definición del ser humano como sujeto parlante. El debate, pues, continúa.

© LA NACION

CULTURA | ENTREVISTA A GERMAN GARCIA, QUE ACABA DE PUBLICAR "EL PSICOANALISIS Y LOS DEBATES CULTURALES"
"Los psicoanalistas corren como niños detrás de pseudociencias"


García repasa, en su nuevo libro, la historia del psicoanálisis en la Argentina. No es neutral: va tomando posición en las polémicas de la disciplina.

Ariel Dilon. ESPECIAL PARA CLARIN

Tal vez sorprenda que una historia del psicoanálisis en la Argentina atraviese una galería de nombres propios heterogéneos: Hegel y Esteban Echeverría, Ramos Mejía y por su intermedio Rosas, Ingenieros, Roberto Arlt, Victoria Ocampo y el conde Keyserling, Ortega y Gasset el seductor, Alejandro Korn, Jorge Luis Borges y C.G. Jung, Arnaldo Rascovsky y Bernardo Verbitsky, Angel Garma y Béla Székely, Arminda Aberastury, Manuel Puig, Oscar Masotta. Y si sorprende, será porque la historia del psicoanálisis merecería ventilarse con más frecuencia, como lo hace Germán García en El Psicoanálisis y los Debates Culturales, un libro estimulante y algo caótico.

"Hacer historia del psicoanálisis es configurar el campo del psicoanálisis, no meramente describirlo", admite García, consciente de que su libro sobre los "debates culturales" y el psicoanálisis es una intervención en esos debates. Psicoanalista y escritor, García repite el cruce freudiano de racionalismo y cultura humanística: "Me propongo sacar al psicoanálisis del corralito. Llamar la atención sobre un montón de hilos y resonancias", dice.

Uno de esos "hilos" pasa por el romanticismo: en tanto que "emergencia de una sensibilidad, de la sensibilidad misma como algo digno de tenerse en cuenta", García sostiene que el romanticismo es la condición de posibilidad del psicoanálisis. "El intento de Freud consiste en ampliar la idea de razón para dar cabida en ella a las pasiones románticas."

A partir del eje ilustración/romanticismo, se configura una suerte de combate que García visita como un museo de sensibilidades en pugna. Allí donde Freud expandiera el campo de la conciencia para albergar la parte maldita, el positivismo contraataca con la criminología. Allí donde el psicoanálisis transforma la visión mecánica de la individualidad en un universo en claroscuro, la reflexología pavloviana viene a reponer los fundamentos biológicos del comportamiento. Allí donde un aval explícito de Freud incorpora a los no médicos a las instituciones y la práctica del psicoanálisis, la Sociedad Psicoanalítica de Nueva York, en 1925/26, modifica sus estatutos para excluir a Caroline Newton, una escritora que regresaba a los Estados Unidos después de analizarse con Freud y traducir al inglés las obras de Otto Rank. Esa Sociedad sería el modelo a partir del cual, en 1942, importando hasta su programa de estudios, Angel Garma fundaría la Asociación Psicoanalítica Argentina.

En los 40 tenemos, de un lado, a Garma y Cárcamo con la APA restringida a los médicos; del otro lado a Béla Székely, psicólogo húngaro que desembarcó en Buenos Aires a fines de los 30, dictó conferencias de didáctica del psicoanálisis y publicó varios libros de divulgación. Más o menos contemporáneos, el "Programa de Garma" y el "Programa de Székely", según los transcribe García, trasladan al interior de la disciplina el eje del debate.

Durante algún tiempo, los psicoanalistas estuvieron subordinados a los médicos. En los 70 Oscar Masotta, que no era médico ni psicoanalista, "buscaba la manera de volver a articular la naturaleza y la gracia, la determinación y la responsabilidad. Buscaba razones para explicar el sufrimiento". Fue Masotta, según García, quien devolvió al psicoanálisis en la Argentina el principio de su autonomía, regresando a la fuente, Freud, por conducto de Lacan.

El otro "hilo" conductor del libro es el eclecticismo, el conciliar doctrinas disímiles. Para García, el eclecticismo es un "suicidio de la inteligencia". Suicidio que en el campo psicoanalítico consiste en ir a buscar la razón en una autoridad más alta y alejada. Arminda Aberastury traduciendo la obra completa de Melanie Klein y Klein asumiendo hacia ella una actitud desdeñosa. El psicoanálisis refugiándose en la doctrina cristiana, sometiéndose a la medicina; parapetándose en la psicoterapia infantil. El psicoanálisis subsidiario de ciencias y pseudociencias como la criminología o la sexología.

Eclecticismo y avance del positivismo comportan para Germán García un mismo impulso de fuga. "Que los analistas corran como niños detrás de cualquiera que traiga una idea pseudocientífica se debe a que el suyo es un lugar un poco insoportable."