Duro mensaje de Bergoglio en la celebración de San Cayetano
Sábado 8 de agosto de 2009 | Publicado
en edición impresa
Una
multitud de
fieles sigue la homilía de Bergoglio y levanta las
espigas de trigo, símbolo del pan y del trabajo Foto: LA NACION /
Ricardo Pristupluk
Silvina Premat
LA NACION
Un día después de que el Papa llamara
a terminar con el escándalo de la pobreza, el cardenal Jorge Bergoglio afirmó ayer que la situación de injusticia social
y falta de trabajo que se vive en el país es porque "desde hace años la
Argentina no se hace cargo de la gente".
La percepción del máximo jefe de la
Iglesia en la Argentina pareció no estar en sintonía con la del ex presidente
Néstor Kirchner, quien señaló que durante su gestión y la de su esposa,
Cristina, la pobreza se redujo ostensiblemente.
"Algunos pueden decirme que
estoy hablando contra este gobierno. No es así. Hace 20 años que venimos así,
no es un problema de coyuntura política. Es un problema de pecado", dijo
el arzobispo de Buenos Aires y presidente del Episcopado argentino.
Bergoglio habló en esos términos en un día
plagado de reacciones de distintos sectores políticos, económicos y sociales,
vinculadas a la carta que envió a los católicos argentinos Benedicto XVI con
motivo de la colecta Más por Menos, que se hará en septiembre próximo.
Mientras el Gobierno se llamó a
silencio, Bergoglio aclaró que no está atacando a la
conducción política actual. Lo hizo ayer a la tarde en el marco de la
celebración de San Cayetano, en el barrio porteño de Liniers, a la que
concurrieron miles de peregrinos a pedir y agradecer por el "pan, la salud
y el trabajo".
Las expresiones del cardenal primado
de la Argentina -durante una entrevista concedida a la radio Pan y Trabajo, una
frecuencia del arzobispado porteño que difunde las actividad del santuario de
San Cayetano- fueron después de la homilía en la que dijo que en la ciudad de
Buenos Aires "hay gente que es dejada de lado como descarte, en verdaderos
volquetes existenciales".
Situaciones escandalosas
"Cuando digo que estamos
viviendo situaciones escandalosas de pobreza digo que los responsables de esto
somos todos. No sirve lavarse las manos y echarles la culpa a los
gobernantes", dijo Bergoglio.
Explicó que la injusticia y la
pobreza no son de ahora. "La Argentina vive desde hace varios años en
situación de pecado porque no se hace cargo de la gente" y la
responsabilidad por esto "es de todos. Es mía como obispo, de todos los
cristianos y del que gasta en frivolidades y lujos".
"En Puerto Madero hay 36
restaurantes. No sé cuánto sale una cena allí, pero ciertamente no debe costar
20 pesos. En la punta de Puerto Madero está la villa Rodrigo Bueno y, en el
otro extremo, la villa 31. Esto es por falta de conciencia", afirmó.
Quizá previendo alguna objeción desde
dentro de la Iglesia misma dijo: "Pueden decir que uno es comunista, pero
no es así. El Evangelio dice que seremos juzgados por esto". Recreó una
escena del Juicio Final descripta por el Evangelio. Dijo que a los que no son
solidarios Jesús les dirá: "Váyanse de acá porque tuve hambre y no me
dieron de comer, estaban echándole la culpa al Gobierno".
"No puede ser"
Durante el sermón había dicho que la
pobreza y las enfermedades, como la gripe y el dengue, "pegan más duro por
la falta de justicia". También dijo que "el mundo de hoy es
cruel" porque desecha a los pobres como material de descarte.
Avido lector de diarios y fiel seguidor de
las noticias, Bergoglio conoce al dedillo las
discusiones sobre las mediciones cuantitativas de la pobreza. Pero, como
siempre, intentó no quedar entrampado en controversias verbales. Se refirió a
su experiencia personal. "En nuestra ciudad vemos todos los días que hay
gente que tiene sitio, que tiene cabida, y gente que sobra y que son dejados de
lado como descarte en verdaderos volquetes existenciales", dijo.
Fuera del texto preparado y
distribuido a la prensa agregó: "¡Cuánta gente -cada día más- duerme en la
calle; en plena Plaza de Mayo, en pleno corazón de esta ciudad!".
Ante miles de peregrinos, muchas
familias con niños que con espigas de trigo en sus manos lo escuchaban con
atención, Bergoglio instó a buscar la justicia, el
pan y el trabajo sin "sed de venganza ni reivindicaciones".
Su última y categórica afirmación fue
aplaudida por los presentes. Dijo: "Es una injusticia que, en nuestra
patria bendita, a tantos les falte el trabajo y el pan. No puede ser". Y
les preguntó a los fieles: "¿Puede ser esto?", a lo que al unísono
los miles de presentes respondieron: "No".
Luego de la misa, como es su
costumbre, Bergoglio recorrió durante dos horas y
media las filas de fieles que esperaban entrar al santuario.
UNA
CARTA DEL PAPA DISPARÓ LAS CRÍTICAS DEL EPISCOPADO AL GOBIERNO
Cruzada contra los K por la pobreza
Benedicto XVI advirtió
sobre "el escándalo" de la inequidad en una carta enviada a la
Nunciatura Apostólica argentina en mayo. Andrés Fidanza.
Por Andrés Fidanza 07.08.2009
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hacerse mediante depósito, transferencia bancaria, por teléfono y con tarjeta
de crédito.
La tradicional colecta anual Más por Menos se convirtió en
un foco de conflicto entre el Gobierno y la Iglesia católica. El Papa Benedicto
XVI envió una misiva en la que pidió “reducir el escándalo de la pobreza y la
inequidad social” para “hacer posible una sociedad más justa y solidaria”. Se
trata de la misma frase que, en marzo pasado, pronunció el cardenal Jorge Bergoglio, titular de la Conferencia Episcopal Argentina,
durante su visita al Vaticano para describir la situación social argentina.
Desde la Iglesia local se potenció y aprovechó el mensaje del Papa para objetar
las mediciones oficiales sobre la pobreza. El Gobierno, en cambio, calculó una
respuesta moderada para no quedar enfrentado con el Vaticano. Hasta el ex presidente
Néstor Kirchner estuvo en sintonía y aseguró: “Yo comparto las declaraciones
del Santo Padre, siempre la pobreza es un escándalo”.
El jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, también esquivó la polémica con el Papa
y con la Iglesia argentina. Priorizó criticar la interpretación que, a lo largo
de la tarde de ayer, hicieron los medios sobre la palabra de Benedicto. El
ministro le pidió a la prensa que “no le haga decir al Papa lo que no dijo. La
pobreza nos duele a todos”. Antes, Fernández se había reunido con Cristina
Fernández. Ambos analizaron la estrategia a seguir. “Esperaban que saliéramos
con los tapones de punta y salimos con los escarpines”, reveló un asesor del
ministro.
El Episcopado decidió difundir ayer la carta que el Papa envió a la Nunciatura
Apostólica –el equivalente a la embajada del Vaticano en la Argentina–
como hace cada año en las vísperas de la colecta. El presidente de Cáritas y obispo de Merlo-Moreno, Fernando Bargalló, opinó ayer que “hay que ser necio para desconocer
la realidad lacerante de la pobreza”. Se animó, incluso, a discutirle al INDEC.
Sobre la disparidad de estadísticas entre Iglesia y Gobierno, el presidente de Cáritas (brazo de la Iglesia que organiza Más por Menos)
pronosticó que “la diversidad permanecerá hasta que se encuentren caminos para
alcanzar una medición creíble y objetiva”.
En la carta del Papa también influyeron las objeciones de la Iglesia, en
especial las del obispo efe Jorge Casaretto, a los
números oficiales sobre pobreza. Hace un mes, incluso, la Universidad Católica
estimó en un 40% la pobreza nacional, un 25% más de lo que calculó el INDEC. La
carta del Papa no incluyó ese último contrapunto, pero sí los acumulados desde
principios del 2008.
En la última visita episcopal al Vaticano, Bergoglio
le habló a Benedicto XVI sobre el “escándalo de la pobreza y de la exclusión
social” en la Argentina. En privado, durante esa misma gira, los obispos
argentinos dieron a los dirigentes de la segunda línea vaticana más detalles
críticos sobre la situación social nacional.
El vocero episcopal, Jorge Oesterheld, ayer repitió
que “según las cifras que manejamos, la pobreza alcanza el 40%”. Kirchner
discutió esa versión en base a que “en 2003, la pobreza llegó al 60% y en la
actualidad se encuentra en el 20, 22 o 23”. Pero enseguida, el ex presidente
diluyó el contrapunto con la Iglesia y le mostró su faceta más ecuménica: “Hay
que seguir trabajando juntos con monseñor Casaretto”.
TODOS TIENEN CIFRAS DISTINTAS. El proceso de “kirchnerización”
del INDEC volvió una incógnita el número real de la pobreza en la Argentina. El
Gobierno, la oposición y, ahora, la Iglesia manejan números propios, todos
dispares.
Según la última medición oficial, la del segundo semestre de 2008, la pobreza
es de un 15,3%, esto es, 6,1 millones de personas. Ayer, Néstor Kirchner
actualizó la estadística y admitió que hoy día “se encuentra en el 20, 22 o
23%”. Para la Iglesia católica, según la última medición del Observatorio
Social de la UCA, alcanzó el 40%, sobre los casi 40 millones de argentinos. Sin
instrumentos nacionales de medición, la oposición varió entre un 25% y un 35
por ciento. Según un informe del economista Claudio Lozano, de la CTA, la
pobreza alcanzó el 29,8%, unas 12 millones de personas. Para la Coalición
Cívica, es de 30% y para el macrismo, de un 34 por
ciento.
El economista y consultor laboralista, Ernesto Kritz,
calculó que el nivel de pobreza volvió al de 2001 y supera, en promedio, al
década del noventa: es decir, 32% para el país; un 37% en el Gran Buenos Aires,
y picos nacionales del 49 por ciento.