"Tres cosas terminarán con esta condición de gran riqueza y extrema pobreza, la superabundante alimentación de unos pocos y el hambre de los muchos, además de la centralización del producto del mundo controlado por un puñado de personas en cada país. Estas son: primero, el reconocimiento de que hay suficientes alimentos, combustibles, petróleo y minerales en el mundo para satisfacer la necesidad de toda la población. En consecuencia, el problema es básicamente de distribución. Segundo, esta premisa de provisión adecuada, manipulada por la correcta distribución, debe ser aceptada y las provisiones esenciales para la salud, la seguridad y la felicidad del género humano, deben estar disponibles. Tercero, que todo el problema económico y la institución de reglas necesarias y agencias distribuidoras, deberían ser manejadas por una liga económica de naciones, en la cual todas las naciones tendrán cabida; conocerán sus necesidades nacionales (basadas en la población y los recursos internos, etc.) y sabrán también con qué pueden contribuir a la familia de naciones; todas estarán animadas por la voluntad al bien general -voluntad al bien que probablemente se basará, ante todo, en la conveniencia y la necesidad nacionales, pero será constructiva en su acción.

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Se necesitarán hombres de visión, bien conceptuados, con conocimiento técnico e interés cosmopolita, los cuales deben tener también la confianza del pueblo, reunirse y establecer las reglas por las cuales el mundo se alimente adecuadamente; determinar la naturaleza y la extensión de la contribución que cada nación debe hacer; establecer la naturaleza y la extensión de las provisiones que deberán entregarse a cada nación; así se crearán esas condiciones que mantendrán circulando equitativamente los recursos del mundo y prepararán esas medidas preventivas que contrarrestarán el egoísmo y la codicia humanos.

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No consideraré los detalles de estos futuros ajustes. Deben ser forjados por los hombres y mujeres de buena voluntad, en el crisol de la experiencia y del experimento. Sólo un desastre universal podría llevar a los hombres a un estado mental en el cual tales proposiciones y soluciones pudieran ser presentadas. Es muy valioso el reconocimiento general de que el viejo orden lamentablemente ha fracasado."

 

Extractos del libro "La Exteriorización de la Jerarquía"  de Alice Ann Bailey (y El Tibetano)  Pág.166 a 169.

 

Stiglitz recomienda a la ONU una transformación de arquitectura económica global