(CAPITULO  IV)

se repite Preámbulo e Indice

 
RELECTURA DEL SISTEMA PREVENTIVO DESDE LA OPTICA DE LA RECIPROCIDAD

 

 

 

“Yo por vosotros estudio, por vosotros trabajo, por vosotros vivo,

por vosotros estoy dispuesto incluso a dar mi vida” Don Bosco.

(Rufino Domingo, Crónica del Oratorio. ASC 110, ms, 5,10)

 

 

 

 

PREAMBULO

 

Desde 1994 la Familia salesiana camina hacia una mayor sintonía con la solución de los problemas humanos de los jóvenes del continente americano, desde su carisma, recogido inicialmente por Don Bosco y enriquecido por hombres y mujeres fieles al llamado del Señor Jesús. Como punto de partida en este camino está la realización del Primer encuentro de Cumbayá - “Proceso educativo salesiano y culturas emergentes” - del 15 al 25 de Mayo de 1994 y su proceso posterior.

 

Cumbayá se articula a los planes del ámbito de la Pastoral Juvenil de las FMA y del DPGS de los SDB para los años 1996-2001, lo que conlleva una orientación específica para un trabajo conjunto. Por eso en el año 1997 las FMA fortalecieron la Comisión Continental de Educación (encuentro en Santa fé de Bogotá) y las comisiones (CICSAL,CIB,CIANDES,CIMAC,USA). Los SDB constituyeron los Grupos Regionales Norteamérica, Mesoamérica, Andino, Brasil, Sepsur y realizan sus primeros encuentros en Guatemala y en Santa Fé de Bogotá.

 

En Santa Fé de Bogotá, el 22 de Septiembre de 1997, se realiza el Primer encuentro, se ratifica esta orientación, se precisa la finalidad, y se definen los criterios para ir construyendo progresivamente este camino conjunto, dentro de la autonomía y la reciprocidad; de allí, se derivó el grupo Andino de los SDB y las comisiones CIC, CIANDES, que después se unirán formando la comisión CINAB de las FMA.

 

A NIVEL ANDINO CINAB

 

En 1998 en Cumbayá Ecuador, del 12 al 14 de Agosto se llevó a cabo el primer encuentro con la participación de FMA, SDB, y laicos, en el que se analizaron los compromisos del grupo Andino asumidos en 1997.

Se profundizó el tema de fondo “La identidad de las Escuelas y Centros Profesionales salesianos, en vista de una relectura del carisma, a partir de las culturas emergentes: realidad juvenil, cultura del trabajo, inculturación, para una mayor incidencia en la realidad de marginación.” Las conclusiones más sobresalientes de la reflexión fueron:

 

-El trabajo conjunto exige cultivar actitudes de fondo: fraternidad, autonomía, esfuerzo por leer juntos la realidad juvenil y popular, colaboración y corresponsabilidad, flexibilidad, capacidad para compartir un proyecto común, complementariedad y subsidiariedad, respeto y equidad.

-Se concretó mejor el camino a seguir juntos(as) SDB – FMA – laicos - otros grupos de la Familia Salesiana.

-A partir de la lectura y análisis de la Carta de Comunión del Rector Mayor y la Madre General, se definieron criterios y núcleos de atención conjunta y se decidió involucrar los otros grupos de la Familia Salesiana que están presentes en las escuelas y Centros Profesionales.

 

En 1999 nuevamente en Cumbayá, Ecuador, del 22 al 24 de Agosto, se realizó el Segundo Encuentro con participación de FMA, SDB, HHSSCC, Laicos. Allí se revisaron los compromisos del encuentro de1998. Se estudiaron las conclusiones del Congreso de la CIEC 99 ( realizado en Lima Perú ) y las orientaciones de Chaclacayo 99, y se definió la manera de asumirlas, especialmente en lo relacionado con el  tema para Cumbayá II.

Tema de fondo: “La visión femenina del Sistema Preventivo”.

En las conclusiones, entre otros aspectos, quedó clara la inquietud por hacer una Relectura del Sistema Preventivo.

 

Con base en las cuatro prioridades de Chaclacayo, Cumbayá II se ubica en la prioridad sobre el Carisma Salesiano que se propone “Como Familia salesiana hacer una relectura del Sistema Preventivo desde la realidad latinoamericana”. Se precisa la temática así: “Relectura del Sistema Preventivo de Don Bosco desde una antropología de la reciprocidad”.

Se decide que, con base en una guía orientadora, cada Equipo Nacional de la Familia Salesiana de la Región Andina prepararía un estudio sobre el tema. Fue elegida Bolivia como sede del siguiente encuentro.

 

En Cochabamba (Bolivia), entre el 27 y 29 de Agosto de 2000, se realiza el Cuarto Encuentro ANDINO - CINAB. Allí se reafirma como tema central del Encuentro de Cumbayá 2001 el RELANZAMIENTO DE LA ESCUELA SALESIANA EN EL CONTINENTE AMERICANO PARA UNA CULTURA DE LA SOLIDARIDAD

 

El presente trabajo es, pues, la reflexión hecha por el Grupo ANDINO - CINAB de la Familia Salesiana como aporte al Encuentro Continental Cumbayá II.

CONTENIDO

 

 

TEMA                                                                                                             PAGINA

 

PREÁMBULO                                                                                                 2

 

INTRODUCCION                                                                                              6

 

Capítulo I.

 

1.       MARCO SITUACIONAL.                                                                             9

 

Capítulo II.

 

2.       HACIA UNA COMPRENSIÓN DEL TERMINO                                              13

2.1.  ITER HISTORICO DEL TERMINO.                                                  13

2.1.1.        Del diccionario al sentido común.                                                          14

2.1.2. De la vida cotidiana a las obras educativas.                                              16

2.2. Fundamentos interdisciplinarios de la Reciprocidad.                                     17

2.2.1. Antropología, Sociología y Reciprocidad.                                                  17

2.2.2. Filosofía y Reciprocidad.                                                                         20

2.2.2.1. Enfoque Filosófico de la Reciprocidad desde la Lógica Andina.                21

2.2.3. Psicología y Reciprocidad.                                                                      25

2.2.4. Pedagogía y Reciprocidad.                                                                      27

2.2.5..   Biblia, Teología y Reciprocidad                                                             32

 

Capítulo III.

 

3. CARISMA SALESIANO: UNA VOCACION A LA RECIPROCIDAD.                  35

3.1. María Mazzarello: una experiencia de Reciprocidad en el Sistema Preven

tivo.                                                                                                                43

3.2. El Padre Luis Variara, al abrir el siglo XX, resignifica la Reciprocidad

salesiana en la expresión del carisma victimal.                                                  47

3.3. De la escuela de Don Bosco a la escuela salesiana de hoy.                         50

3.4. Escuela y Obras Educativas a la luz del nuevo Sistema Preventivo.   54

3.5. La Preventividad y los principios del Sistema Preventivo.                              55

3.5.1. Razón.                                                                                                  56

3.5.2. Religión.                                                                                                57

3.5.3. La Amorevolezza.                                                                                   59

3.6. La Reciprocidad en la praxis del Sistema Preventivo.                                   63

3.6.1. En diálogo con las diferencias.                                                                66

3.6.2. Formación al diálogo recíproco.                                                               67

 

Capítulo IV

 

4. la reciprocidad en el tercer siglo del sistema preventivo será familiari

dad.                                                                                                               70

 

CONCLUSIONES.                                                                                           78

 

Líneas operativas para el relanzamiento de la escuela salesiana en Améri

ca.                                                                                                                 78

 

CITAS.                                                                                                           80

 

 

 

 

 

Capítulo IV

 

4. LA RECIPROCIDAD EN EL TERCER SIGLO DEL SISTEMA PREVENTIVO SERÁ “FAMILIARIDAD”

 

 

El espíritu salesiano que circuló en parte del siglo XIX fue marcado por la idea y realidad educativa del oratorio y la educación popular; durante el siglo XX se expandió y formalizó en un sistema pedagógico, conocido como el Sistema Preventivo. Y en el siglo XXI, que se barrunta, hay indicios que confirman el valor de la FAMILIARIDAD como el predominante en la familia Salesiana y su entorno de influencia.

Con este se vuelve la mirada a las fuentes y al mismo tiempo, con un claro sentido prospectivo, se responde al mundo de la complejidad. En efecto, la familiaridad que para el DRAE (Diccionario Real Academia Española) en su primera acepción es “llaneza, sencillez y confianza en el trato”, en la vida diaria tiene que ver con hacer familiar o común una cosa. Sus sinónimos, que le agregan valor, son: intimidad, amistad, compañerismo. Don Bosco con sentido común y, además, sobrenatural había propuesto ésta como el hilo conductor de su puesta en escena educativa: Valdocco se organizó y funcionó como una familia con una madre, mamá Margarita (aunque María Auxiliadora también funge como tal pero sin límite en el tiempo), un padre, Don Bosco; y después de él sus hijos, los salesianos y la pléyade de jóvenes que habrán de crecer allí y convertirse en personas. Como en toda familia, las cosas no están suficientemente hechas y por eso hay que porfiar en la construcción diaria de la misma. Don Bosco ya lo había previsto al decirle a alguno de sus colaboradores: “vosotros completaréis la obra que yo comienzo, yo hago el esbozo, vosotros le pondréis los colores.” La familia y, su derivado, la familiaridad se constituyen en tarea. La familia será, pues, el conjunto de adultos/as significativos que ayudan al niño y a la niña y al joven y a la joven en su proceso de convertirse en personas completas: en buenos cristianos/as y ciudadanos/as. Allí caben padres y madres biológicos, más tíos y tías, abuelos y abuelas, vecinos y vecinas concernidos, maestros y maestras, en fin, todos aquellos que asuman el compromiso de hacer ofertas formativas mediadas por el amor de cercanía.

 

La consigna, para los tiempos que corren, en América será, entonces: RELANZAR LA FAMILIA Y LA FAMILIARIDAD SALESIANAS HACIA EL TERCER MILENIO POR MEDIO DEL SISTEMA PREVENTIVO EN LA EDUCACIÓN Y LAS ESCUELAS.

 

Esta consigna funciona en consonancia con la idea de pensar globalmente y actuar localmente. Sentir con todo el mundo desde la realidad primigenia de la casa. Las primeras comunidades de la Familia Salesiana están formadas por rostros diversos, por historias diferenciadas con un patrimonio de gozo y de dolor, de marginación y de libertad, de debilidad y de fuerza. Se encuentran en ella una pluralidad de funciones, de personalidades, de caracteres que no sin dificultad tratan de hallar la convergencia y la capacidad de compartir.

 

Ellos, ayer, salieron al encuentro de los excluídos: los jóvenes encarcelados, los aborígenes de América, los leprosos y hoy los niños, y niñas de la calle, drogadictos, víctimas del sida, los desplazados por la violencia etc y con propuestas educativas se integran en comunidades que se constituyen en espacios de crecimiento y formación.

 

El estilo comunitario salesiano, donde viene puesto en práctica con fidelidad creativa, promueve el espíritu de familia y de fraternidad, pero no nivela ni masifica, sino que favorece la expresión de la riqueza personal en la participación y en la corresponsabilidad. La diversidad de funciones y de obligaciones es esencial para la armonía comunitaria. El espíritu de Valdocco, Mornese o Agua de Dios, y tantos otros escenarios de la salesianidad da origen, por su naturaleza, a una serie de lazos interpersonales diferenciados en cuanto a la edad, la formación, la función, las expectativas, la sensibilidad...

 

El don más precioso que podemos hacer a los demás es el de ayudarlos a ser cada vez más ellos/as mismos/as...

 

Es misión del Espíritu generar en nosotros la capacidad de comunión, pero El se sirve de nuestra humanidad para actuar. Por esto las relaciones cotidianas son el mejor taller de santidad, una continua Escuela de amor... Valdocco, Mornese, Agua de Dios, por la calidad de su vida y de sus relaciones recíprocas es casa - madre, ambiente rico en fecundidad generativa por la exquisita finura humana y cristiana que lo llena. Por esto se convierte en seno fecundo de futura vitalidad de la Familia Salesiana.[1]

 

Ayer se hablaba de compartir, de delegar, de interactuar… Hoy se habla de “empoderamiento”, es decir, compartir el poder a todo nivel, lo que hace posible la aplicación y la vivencia de sus propios roles de liderazgo, el aporte de lo mejor de las propias capacidades para bien de todos/as, y el implicar realmente a cada uno en la marcha de todo.

 

Parece que nuestros fundadores, un siglo antes, hubieran tenido ya la filosofía del empoderamiento. Esto lo dice el ambiente que se respiraba en nuestras casas, donde la participación, la creatividad y el sentido de pertenencia hablaban del clima de reciprocidad aplicado en la sencillez del auténtico “espíritu de familia” propio de nuestro carisma.

 

Nadie más que Don Bosco implicó certera y audazmente a sus muchachos: codo a codo trabajó con ellos, los acompañó, los orientó y los responsabilizó, les dejó amplio espacio para innovar; cada uno de ellos imprimió a la obra su estilo. Por eso hoy la Familia Salesiana tiene solidez y sigue causando impacto social, después de un largo siglo de existencia.

 

Igualmente, la Madre Mazzarello supo hacer esto realidad con las hermanas y jóvenes: ninguna pasaba desapercibida, cada una sentía que su aporte era necesario en la marcha de la casa, unas en la huerta, otras con las niñas que llegaban, otras desde las clases y otras desde el servicio de autoridad: todas sentían que todo era de todas, se contaba con la realidad de una reciprocidad viva y comprometedora.

 

Por esto la vivencia del implicar a todos en Don Bosco, en la Madre Mazzarello, en el Padre Luis Variara y muchos otros miembros de la Familia salesiana fue garantía de visiones y de grandes sueños; de maravillosas creaciones, que les dieron la posibilidad de vislumbrar el futuro y de lanzarse con audacia en su realización. A cada uno de sus hijos e hijas les dieron alas para volar, les permitieron ser ellos y ellas mismos y vieron en cada uno un líder capaz de llevar adelante las Obras en que se empeñaban. Nuestros fundadores nunca trabajaron solos: siempre creyeron en las capacidades y en las energías de sus hijos e hijas.

 

Su mayor empeño estuvo en favorecer las condiciones necesarias para que cada quien aportara y viera el impacto positivo que provocaba con lo que realizaba. Nuestros santos estimularon la autoestima, dieron seguridad a sus muchachos y muchachas, los lanzaron confiando en ellos y en ellas, dejaron que cada uno (a) se demostrara a sí mismo(a) las propias capacidades.

 

Su actitud nos demuestra una vez más que el poder, el auténtico poder, está en saber delegar, en permitir ser. Sólo así el otro se siente corresponsable y las obras crecen. Basta volver a mirar el ambiente de Valdocco, de Mornese y de Agua de Dios, en fin, para intuír cómo se vivía ya el auténtico liderazgo: aquellos líderes que no excluyen sino que incluyen y estimulan, que favorecen el surgir de nuevos líderes con energía y con creatividad que, reconociendo la responsabilidad y el compromiso, se implicaban con verdadera pasión en el sueño de todos.

 

El ambiente educativo salesiano, por lo tanto, está fuertemente influenciado por la calidad de las relaciones entre educadores/as y educandos/as; cuando éstas son recíprocas, el ambiente entero se beneficia, se logra el inconfundible clima de familia, donde el acto educativo es, ante todo, el acompañamiento individual de la persona dentro de un colectivo que llega a ser FAMILIA.

 

Para Don Bosco en primera instancia la familiaridad se constituye sobre las bases mínimas de unas normas de convivencia o más claramente sobre la estricta observancia del reglamento de la casa. Aquí y ahora la legalidad es construída por todos los interesados, recíprocamente. El acatamiento de la ley  tiene que convertirse en una manera natural de vivir cotidianamente. Su aprendizaje ha de lograrse desde las primeras fases de la vida, con la familia, es decir, con el conjunto de adultos significativos que pululan en torno a los niños. Entre ellos están esa suerte de padres sustitutos que son los maestros/as. No se trata de llenarse de leyes, de normas. Pocas y claras son suficientes. Más aún, corresponde a los adultos/as constituirse en modelos irreprochables.

 

En la actualidad, el procedimiento por excelencia de la modernidad es el diálogo público y libre. La conversación, la vía argumentativa apoyada en la razón. Como bien dice Don Bosco en un horizonte de máximos, con un valor incalculable a futuro: “pongámonos, pues, todos de acuerdo: la caridad de los que ejercen la autoridad y la caridad de los que obedecen, hagan reinar entre todos el espíritu de San Francisco de Sales”.[2]

La familiaridad se concreta en la contemporaneidad en afecto y amistad. Este es el ámbito más productivo y proclive a la formación de nuevas generaciones de latinoamericanos solidarios y participativos desde lo local hasta lo global porque son la realización gradual de la persona que se convierte en aquel “buen cristiano y honesto ciudadano” soñado por Don Bosco, reclamado por la sociedad de todos los tiempos y razón de ser de nuestro carisma.

 

No podemos desconocer, entonces, la importancia de la comunicación y de las relaciones en el acto educativo, como espacio propicio para crecer, madurar y ser uno mismo.

 

Hoy, cuando pensamos en el relanzamiento de la escuela para América, nos toca interiorizar, ahondar aún más en las implicaciones de unas relaciones más humanizantes y enriquecedoras por el arte de quienes en la escuela tenemos el compromiso de ayudar a nuestros alumnos(as) a crecer y a desarrollar armónicamente su personalidad: Para ser en la sociedad los ciudadanos honestos y útiles en la transformación de la historia de hoy. Sólo así, seremos fieles a nuestro Sistema Preventivo y a nuestro carisma; sólo así podremos hacer presentes a nuestros fundadores, sólo así podremos entrar con vigencia, validez y significatividad en este nuevo milenio que espera nuestra respuesta.

 

A la conformación de este discurso han aportado sucesivas generaciones de miembros de la Familia Salesiana. Los salesianos de esta hora, ante la inquietud acerca de la forma de concebir a Don Bosco en la perspectiva del nuevo milenio, a la pregunta: ¿de qué forma los salesianos del 2000 podrán ser educadores según el corazón de Don Bosco? respondieron así y han dejado unas pistas para continuar el camino, en la fidelidad creativa:[3]

 

·         En consonancia con el corazón de Don Bosco, que es:

- Abierto a todo cambio e innovación; a toda persona sin fijarse en su piel, posición social, sexo o inteligencia.

- Incondicional de los pequeños.

- Observador de los acontecimientos del mundo y que elige para sus muchachos no sólo lo necesario, sino lo mejor.

- Es decir, ser un educador que encarna de modo ejemplar el camino del amor de Jesús por los jóvenes, especialmente por los más necesitados.

 

·         Para ser educadores en el nuevo milenio debemos renovar nuestra decisión de ser de Dios y para Dios, con toda la riqueza y la fragilidad de nuestra humanidad. También estar con los jóvenes, superar el miedo de estar con ellos, con los de hoy, tan diversos a nosotros y a nuestros modelos educativos. Volver al patio, para estar físicamente con ellos, captar cómo piensan, cómo razonan, dialogar y sobre todo para quererlos.

 

·         Nuestra Congregación ha realizado esfuerzos para traducir la experiencia personal de Don Bosco a cada época y a cada contexto, para comprender la educación con estilo salesiano desde el Sistema Preventivo. Todas ellas tienen un denominador común: la fidelidad dinámica. Esto significa:

- La presencia entre los/las jóvenes.

-          La tensión educativa – pastoral, caracterizada fundamentalmente por la caridad pastoral.

-          La prioridad de la Evangelización: tendremos futuro en la medida en que seamos fieles a la educación en la fe de los jóvenes

-          La vigilancia sobre las nuevas pobrezas juveniles: Don Bosco nos interpela siempre sobre los/las jóvenes más pobres.

 

·         La frase de Don Bosco “hazte amar más que temer”, conserva toda su actualidad. El amor sigue siendo el fundamento del sistema educativo salesiano. ¿Cómo amar educativamente a esta generación? Este amor tiene cinco características:

- Un amor que exige la presencia física: la inserción en el mundo juvenil, el ESTAR CON que permite conocer, comprender ese mundo y descubrir sus necesidades. Para el/la joven es la certeza de que cuenta con nuestra ayuda sobre todo en los momentos delicados y difíciles.

- Un amor creativo que inventa, propone, reformula actividades significativas, para ayudar a los/las jóvenes a formarse una escala de valores testimoniados por la propia vida del salesiano.

- Un amor evangélico que es capaz de crear solidaridad y justicia.

- Un amor exigente que ayude a crecer en la responsabilidad, haga pensar, favorezca el diálogo y sea capaz de construir el Reino de Dios.

- Un amor santo que lleve a los/las jóvenes a experimentar el amor paterno – materno de Dios.

 

·         “Tiene que ser astuto como serpiente y sencillo como paloma” (Mt 10, 16), esto lo debió pensar Don Bosco para el ser “buen cristiano y honrado ciudadano.”

- Sencillo en el trato con Dios y en la relación con los otros, cordialidad, amabilidad, rostro alegre, corazón en la mano, he ahí un salesiano/a, pero “astuto” con fundamentos profundos y disciplina razonada, en el crear condiciones estructurales y la elección de personas sin caer en favoritismos afectivos y donde el criterio sea regido por la justicia. ¿Cómo será posible esto? Preguntó Juanito. “Yo te daré la maestra” le respondió.

 

·         Hoy la educación va alrededor de la persona; debe comenzar en la familia, nos encontramos con una auténtica crisis, los hijos abandonados, es aquí donde entra el papel del educador/a salesiano/a. Su presencia debe ser una acogedora y positiva presencia de amistad. Deberá ser un padre, practicando la pedagogía de la paciencia generosa; debe ofrecer confianza y un ambiente de compartir basado en el amor.

 

En la Familia salesiana todo esto remite a una vivencia de la reciprocidad en la vida diaria de las comunidades teniendo en cuenta que:

 

1.       La reciprocidad nace cuando se cultivan relaciones de igualdad y de respeto, relaciones que brotan por la fuerza del Espíritu cuando en una comunidad se aspira a tener “un solo corazón y un alma sola” (Hech. 4,32).

 

2.       Los consensos comunitarios son posibles cuando se experimenta el amor recíproco y se tiende a la unidad que no significa uniformidad, sino comunión y apertura a la universalidad.

 

3.       La reciprocidad en las relaciones empieza cuando se permite que cada uno sea él mismo, cuando se da amplio espacio a la creatividad, al diálogo y a la confrontación de criterios; cuando se descubre en los otros la cuerda que vibra y se ponen en condiciones de tocar la melodía.

 

4.       El carisma salesiano es una llamada a la reciprocidad, por la cual se tejen relaciones de fraternidad, que induce a superar barreras, fragmentaciones y desentonos en la familia salesiana y en su misión educativa.

 

5.       Tejer redes de reciprocidad en el seno de la familia salesiana es asegurar a las generaciones del 2000 que somos una familia abierta, seno fecundo y nido donde nos formamos, donde crecemos unos junto a los otros y se nos permite alzar el vuelo para cruzar los amplios espacios de la educación reconociendo que en lejanos y desconocidos lugares, se sigue viviendo y actuando el mismo espíritu de Valdocco y de Mornese.

 

6.       El Sistema Preventivo es esencialmente  reciprocidad en las relaciones que brotan del espíritu de familia, del potencial educativo de la amabilidad salesiana y se expresan en la sencillez del trato interpersonal y comunitario.

 

7.       La fecundidad educativa de nuestra misión apostólica sigue la trayectoria de la comunión a la comunidad y a la evangelización; por eso el individualismo no cabe pues atenta contra la fraternidad evangélica.

 

8.       La reciprocidad en la misión educativa salesiana no nivela ni masifica, sino que favorece la expresión de la riqueza personal en la participación y en la corresponsabilidad.

 

9.       El encuentro con los jóvenes “uno por uno” como lo concibió Don Bosco invita a la familia salesiana a volver al patio; aquel espacio en donde la libre expresión, la jovialidad, la alegría y el juego, se convierten en el lugar privilegiado para esa relación educativa que permite al joven sentirse amado, escuchado y acogido.

10.   La Escuela Salesiana no puede ser otra cosa que la Palestra de la Reciprocidad. De otra manera está traicionando un carisma surgido de un trabajar a medias y de aquella preciosa idea de María Mazzarello:”... abriremos juntas un pequeño taller, recibiremos en él a las chicas... pondremos en común lo que ganemos y podremos emplear toda nuestra vida en el bien de las jóvenes.”[4]

 

 

CONCLUSIONES

 

LÍNEAS OPERATIVAS PARA EL RELANZAMIENTO DE LA ESCUELA SALESIANA EN AMERICA

 

 

1. - Ante una Escuela “instruccionista” y academicista... la Escuela Salesiana en América se propone ser:

·         “Espacio Educativo para aprender a convivir”, lo cual hace que la escuela salesiana sea CASA que acoge, hogar de convivencia, familia que forma comunidad. Al mismo tiempo es el ambiente que construye identidad en un proyecto de ciudadanía activa y solidaria...

·         “Espacio Educativo para aprender a creer”, lo cual convierte a la escuela salesiana en “PARROQUIA” que evangeliza en un clima de valores, ética y compromiso cristiano...

·         “Espacio Educativo para aprender a aprender”, que hace de la casa salesiana una “ESCUELA” en la que se favorece el desarrollo armónico, libre y original de las potencialidades personales del joven desde un proyecto de calidad.

·         “Espacio Educativo para aprender a ser” que, en términos salesianos se vive típicamente en el PATIO, como ambiente que privilegia y desarrolla la reciprocidad en el “encuentro”, la “amistad”, la “cercanía”...

·         “Espacio Educativo para aprender a hacer”, que en la Escuela Salesiana se expresa particularmente en el TALLER. Allí se aprende la espiritualidad del trabajo y se desarrollan las habilidades para una tecnología de avanzada....

 

2. - Ante una sociedad que privilegia el mercado, el lucro y la competencia capitalista... la Escuela Salesiana en América se compromete – desde la PREVENTIVIDAD – a formar en la cultura de la solidaridad en un modelo de desarrollo sostenible a escala humana.

 

4. - Ante a los nuevos tipos de familia y de relaciones humanas y sociales... la Escuela Salesiana en América resignifica la “FAMILIARIDAD” como la expresión contemporánea de la reciprocidad en el Sistema Preventivo.

 

5. – Ante el creciente individualismo, incertidumbre e indiferencia de la posmodernidad, la Escuela Salesiana en América se propone fortalecer la experiencia de comunidad educativa pastoral en la cual se naturalicen los roles de liderazgo, pertenencia y empoderamiento.

 

6. Ante la tendencia al tecnicismo y profesionalismo contemporáneos, la Escuela Salesiana en América requiere educadores que desde la identidad pedagógica del Sistema Preventivo garanticen la calidad de la formación y la calidad de la presencia.

8. - Ante un mundo de múltiples culturas... la Escuela Salesiana en América se propone formar en el respeto a las diferencias de cultura, de raza, de grupos étnicos... en torno a los valores de la vida y la paz...

 

9. - Ante al desarrollo científico y técnico ... la Escuela Salesiana en América forma en y para el trabajo, abierto a la investigación científica y a las nuevas tecnologías.

 

 

CITAS:



[1] Cavaglia, Piera. De Jerusalén a Mornese y a todo el mundo, Pags. 234-251

[2] Idem.,Pag.60

[3] ANS MAG, No.46 del 15 de diciembre de 1999

[4] Maccono, F. Santa María Dominga Mazzarello. Pag. 86.