Quién fué y qué escribió Antoine de Saint Exupéry?
La Argentina parece conocerlo por su gran obra "El principito", ese
libro que dedicó a los niños que aún viven en nosotros. Sin embargo, su
obra más madura tal vez sea "Tierra de hombres", donde el autor
desarrolla, a partir de sus vivencias en la aviación, una tesis sobre la
humanidad. La profunda, trabajada, visión humanista de su texto se
emparenta, cómo no, con la postura existencialista mejor desarrollada
años más tarde por Camus y Sartre.
Antoine de Saint Exupéry (se pronuncia "antuán de sen exuperí" o algo
bastante parecido) nació el 29 de junio de 1900 en Lyon. Su nombre
completo era Antoine Jean Baptiste Marie Roger de Saint Exupéry. A los
doce años, en julio de 1912, voló por primera vez. Luego escribió,
recordando aquél día
«...Las alas
temblaban bajo el soplo del atardecer,
El motor con su canto mecía el alma adormecida,
Y el sol nos rozaba con su luz lívida...»
Es Imposible aprehender la vivencia de Saint Exupéry si no se
experimenta, al menos una vez, la magia del vuelo. Recomiendo,
prescribo, un vuelo de bautismo cuanto antes al lector. Hágase un par de
horas de tiempo, váyase hasta el aeródromo más cercano y hable con uno
de esos personajes, los pilotos. Pídale que lo lleve a volar. En el peor
de los casos, tendrá que pagar la tarifa del vuelo, no mata a nadie.
Cuando esté allá arriba, mire la tierra, sembrada de casas, surcos,
antenas, luces, humos de fogatas.., verá la cara de un planeta donde la
humanidad labra su huella. Vea, imagine cada una de esas casas anidando
las familias de los hombres. Imagine esas fábricas repletas de camaradas
que trabajan juntos, bromeando, maldiciendo tal vez. Mire la lejana
lombriz de un tren que atraviesa los campos y piense en los pasajeros,
el centenar de historias de vida que conviven en ese instante, a bordo
de un vagón. Y piense también que esa costura en el planeta, la vía;
alguna vez fue solamente un dibujo en la mesa de trabajo de un
proyectista que quizá nunca vió su plano hecho realidad. Usted lo verá.
Piense en ello. Ésa es la experiencia del vuelo, no la aventura estúpida
de los buscadores de adrenalina. De estas cosas, del hombre y de la
humanidad, nos habla Saint Exupéry cuando vuela y nos invita a volar
junto a él.
En junio de 1914, al final del curso, recibió el premio de narrativa
de su clase por su relato: ODISEA DE UN SOMBRERO DE COPA.
En el mismo mes, su tío Roger
de Saint-Exupéry, murió en combate al frente de su batallón, en Maissin.
En 1918 Conoció entonces a la que seriá su novia: Louise
de Vilmorin.
En 1919, durante quince meses, Antoine siguió,
como auditor libre, las clases de la Escuela
de Bellas Artes de París,
sección arquitectura. Paralelamente, atraviesa dificultades económicas
que tiene que desempeñar varios pequeños empleos como este que le lleva
a actuar como figurante, con su amigo Henry
de Ségogne, en la ópera de Jean
Noguès: QUO VADIS.
El 2 de abril, ingresó en el 2º
Regimiento de Aviación de Caza, en Neuhof,
cerca de Estrasburgo.
Aprendió a pilotar con el monitor Robert
Aeby, piloto de la Cia.
Transaérea del Este.
En junio, realizó sus primeros vuelos con monitor en un FARMAN
F-40 y, el 9 de julio,
voló por primera vez en solitario sobre elSOPWITH F-CTEE. El día
en que un piloto vuela solo por priera vez queda grabado para siempre en
la memoria. Ese el día más importante y en ese momento se inicia el
verdadero romance con las nubes.
El mismo mes de julio de 1921, embarcó rumbo a Casablanca,
en Marruecos, para
integrarse a su nueva unidad, el 37º
Regimiento de Aviación de Caza.
El día 23 de enero de 1922, se encontraba en Istres,
como cadete; piloteando aviones CAUDRON
G-3.
El 5 de febrero, recibió los galones de cabo. Seguidamente, consiguió su
licencia de piloto militar.
En abril, fue enviado a la base de Avord,
cerca de Bourges, para
seguir un cursillo de observador aéreo.
El 10 de octubre, recibió el grado de alferez, e ingresó en el 34º
Regimiento de Aviación, en Le
Bourget, cerca de Paris.
En 1923 se anunció oficialmente su compromiso matrimonial con Louise
de Vilmorin.
En la primavera, sufrió su primer accidente de aviación en Le
Bourget, cerca de París, del
que salió con una fractura de craneo, con lo cual terminó su servicio
militar.
En septiembre, Louise de
Vilmorin rompió su
compromiso matrimonial...
El día 1 de abril de 1926, publicó L'AVIATEUR (EL
AVIADOR), su primer trabajo impreso, en el Navire
d'Argent (El Barco de
Plata), una revista dirigida por Adrienne
Monnier.
Consiguió su título de piloto de transporte y, el 11 de octubre, ingresó
como piloto en la "Compagnie
Latécoère", que aseguraba el transporte aereo del correo entre Toulouse
(Francia) y Dakar
(Africa).
1927
El 10 de octubre, lo destinaron, como jefe de aeroplaza en Cabo
Juby, en el antiguo Río
de Oro, territorio del Sahara
Español.
El primer vuelo nocturno tuvo lugar el 16 de abril de 1928 en la linea Rio
de Janeiro-Buenos Aires.
Mientras tanto, en Marruecos,
el 20 de junio, los pilotos Reine y Serre caían
en manos de las kabilas disidentes moras. El 17 de septiembre, Saint-Exupéry intentó
rescatarlos con su avión, pero no lo consiguió y quedaron cautivos 117
días. El 19 de de octubre, un avión español cayó en el territorio de los
disidentes, debido a una avería. Saint-Exupéry salió
en su búsqueda, y consiguió traerse al teniente y a su intérprete,
heridos los dos.
En noviembre, nuevo salvamento excitoso del piloto Vidal y
de su intérprete moro Lahoucine.
1929
Junto con los también míticos pilotos Jean
Mermoz y Henri
Guillaumet, Antoine de Saint-Exupéry voló
con destino a América del
Sur para estudiar, sobre
el terreno, la posibilidad de crear nuevas lineas aereas regulares.
El 12 de octubre, llegaron a Buenos
Aires dónde Antoine tomó
posesión de su cargo de Director de la Compañía "Aeropostal
Argentina".
En los meses que siguen, crearon la linea de Patagonia que
unió, en adelante, las ciudades de Buenos
Aires y Punta
Arenas.
Se editó su nuevo libro COURRIER
SUD (CORREO DEL SUR).
1930
El 7 de abril de ese año, recibió la dignidad de Caballero
de la Legión de Honor francesa,
por su labor en la aeronautica civil.
El 13 de junio, su compañero y amigo Guillaumet desapareció
en vuelo en los Andes,
a bordo del Laguna
Diamante. Cuando apareció, luego de varios días de búsqueda, Antoine
le escucha decir las palabras que luego harían uno de los mas hermoso
capítulos de su literatura. Guillaumet, el hombre, desfalleciente pero
triunfante, extenuado luego de la larga caminata en busca de la
salvación, le dice a su camarada, refiríendose a la hazaña de
sobrevivir: "Lo que
hice, te lo juro, no lo hubiera hecho ningún animal."
En marzo de 1931, contrajo matrimonio con Consuelo
Suncin.
Desde mayo a diciembre, Antoine realizó
varios vuelos nocturnos en la línea Casablanca-Port
Etienne.
En diciembre, recibió el premio literario Femina-Vie
Heureuse por su obra VOL
DE NUIT (VUELO
NOCTURNO), que consiguió un gran éxito en librerías.
En febrero de 1932, volvió a pilotar - esta vez hidroaviones- en la
linea Marsella-Argel.
Saint-Exupéry es, en
1933, piloto de pruebas en la empresa "Société
de Constructions Latécoère" y,
al poco tiempo, piloto encargado de la recepción de las aeronaves.
Sufrió un nuevo accidente a bordo de un hidroavión Laté,
en el mar, frente a la localidad francesa de Saint-Raphaël.
En abril, "Air France" requirió
sus servicios para unas misiones, en Francia y
en el extranjero.
Así, el 12 de julio salió de Marsella hacia Saïgon,
en el sureste asiático.
Sufrió un nuevo percance con un hidroavión, y tuvo que realizar un
amerizaje forzoso en la desembocadura del rio Mekong,
cuando volaba hacia Angkor.
En diciembre de 1935, protagoniza un nuevo "raid" París-Saïgon,
a bordo del CAUDRON SIMOUN
F-ANRY que acababa de
comprar.
El domingo 29, fue el vuelo
fatal: despegaron de Benghazi a
las 23 horas.
Cuatro horas mas tarde, su avión chocó, a 260 km/h con la cumbre de una
meseta, en el desierto de Libia,
y fue arrastrado unos 200 m sin volcar.
Se les consideró como desaparecidos.
El día 1 de enero de 1936, a las 18 horas, se les localizó por fín. De
esta época data el accidente que cuenta en Tierra de Hombres (que
transcribimos parcialmente en un fragmento más abajo)
Volvió a Paris donde
publicó el relato de su aventura en L'Intransigeant y
grabó, para la radio, ATERRIZAJE
FORZOSO EN EL DESIERTO. Pocos meses después estalló la
Guerra-Civil en España y,
en agosto, Saint-Exupéry voló
a Barcelona, por
cuenta del periódico parisino L'intransigeant,
para realizar un reportaje sobre el frente de Lerida.
El 8 de diciembre, su amigo Jean
Mermoz desapareció a
bordo de su avión en el Atlántico Sur.
Saint-Exupéry le
consagró varios artículos en la prensa y emisiones en la radio.
En junio de 1937, el periódico "Paris-Soir" le
requirió de nuevo para un reportaje, esta vez en Madrid.
En febrero de 1938, intentó realizar una nueva proeza volando desde Nueva
York a Tierra
de Fuego. En Guatemala,
sufrió otro accidente: debido a una sobrecarga de las reservas de
carburante, el avión se estrelló al final de la pista. Herido de
gravedad, volvió el 28 de marzo a Nueva
York dónde permaneció
convalescente durante unos meses, en casa del General Donovan.
En 1939 fue elevado a la dignidad de Oficial
de la Legión de Honor.
Su nuevo libro TERRE
DES HOMMES (TIERRA DE
LOS HOMBRES) salió en febrero.
El 29 de mayo, se encuentra en Parentis-en-Born,
con Guillaumet, para
dar los últimos toques al avión Lieutenant-de-Vaisseau
Pariscon el que va a intentar cruzar el Atlántico
Norte, en un viaje de ida y vuelta, proeza que realizó con exito
entre los días 7 y 14 de julio.
En agosto, pasó otra temporada en Nueva
York y, el 26, se embarcó
de vuelta para Francia en
el Ile-de-France.
El 2 de septiembre, se declaró la guerra.
El 4 de septiembre, Antoine fue enviado a Toulouse donde
se encargó de la formación de nuevos pilotos en el aerodromo de
Montaudran.
La autoridad militar lo declaró "no apto" para realizar misiones de
guerra, debido a su mal estado físico, por los numerosos accidentes
sufridos.
El 3 de noviembre, se incorporó al grupo de reconocimiento aereo 2/33.
Con aviones Potez 63/7 y Potez
63/11, realiza misiones de reconocimiento aéreo sobre Alemania y
sobre la ciudad de Arras que
le valdrán una mención del Ejercito del Aire y la adjudicación de la Medalla
de Guerra. De las vivencias de esta época se nutre su libro"PILOTO
DE GUERRA"
En diciembre, recibió el Gran
Premio de la Academia Francesa por
su libro TIERRA DE
HOMBRES y el National
Book Award deEstados
Unidos por su versión en
inglés: WIND, SAND AND
STARS.
El 29 de marzo de 1940, realizó su primera misión de guerra al mando de
un Bloch 174. Poco
tiempo después fue desmoviliazdo a causa de la derrota de Francia
En el verano, se embarcó en Lisboa en
el Siboney; realizó el
viaje con el cineasta francés Jean
Renoir.
El 27 de noviembre, su otro gran amigo Guillaumet fue
ametrallado y abatido con su avión cuando sobrevolaba el Mediterraneo.
En diciembre, Saint-Exupéry salió
para Nueva york.
1942
Su nuevo libro PILOTE
DE GUERRE (PILOTO DE
GUERRA), salió el 20 de febrero.
Del 1 al 5 de mayo, viajó a Canada,
dónde dió varias conferencias.
El 29 de noviembre, publicó en el "New
York Times Magazine" y en
el "Canada", de Montréal: "AN
OPEN LETTER TO FRENCHMEN EVERYWHERE" (CARTA
ABIERTA A LOS FRANCESES DE TODAS PARTES); el título original en francés
de este texto es algo distinto: "VOULEZ-VOUS,
FRANÇAIS, VOUS RECONCILIER?"(DESEAIS, FRANCESES,
RECONCILIAROS?)...
1943
En febrero, publicó "LETTRE
A UN OTAGE" (CARTA A
UN REHEN).
El 6 de abril, salió la que posiblemente sea su obra más divulgada: "LE
PETIT PRINCE" (EL
PEQUEÑO PRINCIPE, generalmente titulado, de forma poco acertada, EL
PRINCIPITO por la editoriales españolas).
Multiplicó sus solicitudes para volver al servicio activo y por fín, el
4 de julio, integró como capitán el "7º
Ejercito Americano".
El 21 de junio, realizó su primera misión sobre la Francia ocupada
al mando de un Lightning P38
Fue ascendido a comandante el 25 de junio.
El 12 de agosto, vuelvió otra vez a la reserva.
1944
Ante su insistencia para volver, fue enviado de nueva a su escuadrilla,
a la que se incorporó, el mismo dia, en su base de l'Alghero,
en Cerdeña.
Escribió para la revista Life su Carta
a los jovenes americanos a
instancia del reportero John
Philips, que hace las últimas fotos deSaint-Exupéry en
la pista y en su avión, hoy en día las más celebres.
El 14 de junio, realizó su primera misión desde su vuelta.
El 29 d julio, el coronel Chassin se
encuentró con él en Argel y
le aconsejó que lo deje ya: lo puede hacer, con todos los honores, ya
que el solo ha realizado mas misiones de reconocimiento fotográfico
sobre Francia que
cualquiera de sus compañeros, mas jóvenes, en un año.
"Es imposible, le contestó Saint-Exupéry,
me quedaré con mis compañeros hasta el final..."
El 31 de julio, es su última misión de reconocimiento sobre Grenoble y Annecy:
su avión despegó a las 8 h. 45. Dispone de carburante para 6 horas de
vuelo.
A las 14 h. 45, no había regresado...
El 3 de noviembre, a título postumo, recibe los mayores honores del
ejército.
Fragmentos de "Tierra de Hombres", un libro imprescindible,
maravilloso.
Antoine de Saint Exupery, él, él mismo, el piloto escritor, se ha
quedado varado en medio del desierto
de Libia. Él y su compañero enfrentan la muerte, a la sombra de un avión
averiado. No hay desierto tan seco y caluroso. Y tan lejos están de toda
tierra habitada...
Eligen caminar hacia el este, en busca de la costa. Esta historia
real finaliza cuando un par de días después, un beduino los encuentra,
ya desfallecientes y le ofrece su agua. Las palabras que Saint Exupery
le dedica a este hombre salvador son una declaración de humanismo
existencialista.
"En cuanto a ti que nos salvas, beduino de Libia, te
borrarás, sin embargo, para siempre de mi memoria. No me acordaré nunca
de tu rostro. Tú eres el Hombre y te me apareces con la cara de todos
los hombres a la vez. Nunca fijaste la mirada para examinarnos, y nos
has reconocido. Eres el hermano bien amado. Y, a mi vez, yo te
reconoceré en todos los hombres.
Te me apareces bañado de nobleza y benevolencia, gran señor
que tienes el poder de dar de beber. Todos mis amigos, todos mis
enemigos, en ti marchan hacia mí, y no tengo ya un solo enemigo en el
mundo."
Antoine de Saint Exupery. "Tierra de hombres".
Aquí se dirige a un pequeño burgués, compañero de la aerolínea.
Palabras de Antoine de Saint Exupery a un hombre poco digno de su
humanidad:
"Viejo burócrata, camarada aquí presente, nadie te ha
permitido evadirte y de ello no eres responsable. Has construido tu paz
a fuerza de bloquear con cemento, como la hacen las termitas, todas las
salidas hacia la luz. Has rodado como una bola tu seguridad burguesa; en
tus rutinas, en los mitos asfixiantes de tu vida provinciana, has alzado
esa humilde muralla contra los vientos y las mareas y las estrellas. No
quieres inquietarte con los graves problemas, bastante trabajo has
tenido con olvidar tu condición de hombre. No eres el habitante de un
planeta errante. No planteas preguntas sin respuesta, eres un pequeño
burgués de Toulouse. Nadie te ha sacudido por los hombros cuando aún era
tiempo. Ahora la arcilla con la cual estás hecho se ha secado y
endurecido y nada en ti podría, en adelante, despertar al músico, o al
poeta, o al astrónomo que quizá te habitaban al principio."
Antoine de Saint Exupery. "Tierra de hombres"
Palabras de Saint Exupery sobre la muerte, aquella que tantas fintas,
tantos gambitos terribles jugó con él. FInalmente, se referirá al
sentido de la vida.
"Cierta vez he estado junto a tres campesinos, ante el lecho
de muerte de su madre. Y en verdad que era doloroso. Por segunda vez se
cortaba el cordón umbilical. Por segunda vez se deshacía el nudo: el que
liga una generación con la otra. Estos tres hijos se hallaban, de
pronto, solos, teniendo que aprenderlo todo, privados de una mesa
familiar donde reunirse los dias de fiesta, prIvados del polo donde se
encontraban todos. Pero descubrí, también, en esa ruptura, que la vida
puede ser dada por segunda vez. Esos hijos, también ellos, a su vez, se
harían cabezas de fila, puntos de reunión y patriarcas, hasta el momento
en que les llegase el turno de transmitir el mando a la camada de
pequeños que jugaban en el patio.
Miraba a la madre, a esa vieja campesina de apacible y duro
rostro, de labios apretados, su rostro convertido en máscara de piedra.
Y reconocía en ella el rostro de sus hijos. Esa máscara había servido
para imprimir la de ellos. Aquel cuerpo había servido para imprimir
estos cuerpos, estos hermosos ejemplares de hombres. Ella reposaba rota,
pero como una ganga de la que se ha sacado el fruto. A su vez, hijos e
hijas de su carne, imprimirían pequeños hombres. No se muere en la
granja. La madre ha muerto, ¡viva la madre!
Dolorosa, sí, pero tan simple esta imagen del linaje,
abandonando uno tras otro, sobre su camino, los hermosos despojos de
cabellos blancos, marchando hacia vaya a saber uno qué verdad, a través
de su metamorfosis.
Por ello, esa misma noche, la campana de los muertos de la
aldea me pareció cargada, no de desesperación, sino de una alegría
discreta y tierna. Ella que celebraba con la misma voz los entierros y
los bautismos, anunciaba una vez más el paso de una generación a otra. Y
solo se experimentaba una gran paz al oír cantar los esponsales de una
pobre vieja con la tierra."
Lo que se transmitía así, de generación en generación, con el
lento progreso de un crecimiento de árbol, era la vida, pero era también
la conciencia. ¡Qué misteriosa ascención! De una lava en fusión, de una
pasta de estrella, de una célula viva germinada por milagro hemos
brotado, y, poco a poco, nos hemos elevado hasta escribir cantatas y
pesar vías lácteas.
La madre no había transmitido solo la vida: ella había
enseñado un lenguaje. Había confiado a sus hijos el caudal tan
lentamente acumulado en el curso de los siglos, el patrimonio
espiritual que ella misma había recibido en depósito, ese pequeño lote
de tradiciones, de conceptos y de mitos que constituye toda la
diferencia que separa a Newton o Shakespeare del bruto de la cavernas.
Lo que sentimos cuando tenemos hambre, esa hambre que
impulsaba a los soldados de España bajo los disparos hacia la lección de
botánica, que impulsó a Mermoz hacia el Atlántico Sur, que impulsaba a
alguien hacia su poema, es que el Génesis no está acabado y que
necesitamos alcanzar conciencia de nosotros mismos y del universo.
Tenemos que tender pasarelas en la noche. Esto lo ignoran sólo aquellos
que forman su sabiduría en una indiferencia que creen egoísta. ¡Pero
todo desmiente a esa sabiduría! Camaradas, camaradas míos, yo os tomo
por testigos: ¿Cuándo nos hemos sentido felices?"
Antoine de Saint Exupery. "Tierra de hombres".
Por favor, leete esta denuncia de la condición humana. Saint Exupery
viaja en un tren cuya tercera clase va repleta de obreros polacos
deportados de Francia. Retrata un paisaje terrible, de gente embrutecida
por los años y la adversidad, de pronto, algo le llama la atención entre
el pasaje.
"Me senté frente a una pareja. Entre el hombre y la mujer, el
niño bien o mal había hecho un hueco y dormía. Pero se dió vuelta en
sueños y su cara se mostró bajo la lamparilla. ¡Ah, Qué niño adorable!
Había nacido de esa pareja una especie de fruto dorado. había nacido de
esa tosca manada este logro de encanto y de gracia. Me incliné sobre
esta frente lisa, sobre este dulce ademán de los labios y me dije: he
aquí un rostro de músico, he aquí a Mozart niño, he aquí una hermosa
promesa de vida. Los principitos de leyenda no eran diferentes a él:
protegido, rodeado, cultivado. ¡Qué no llegaría a ser! Cuando por
mutación nace en los jardines una nueva rosa, todos los jardineros se
conmueven. Se aísla la rosa, se la cultiva, se la favorece. Pero no hay
jardinero para los hombres. Mozart niño será marcado como los otros en
la máquina de troquelar. Mozart hará sus más altas alegrías de la música
podrida en la fetidez de los cafés cantantes. Mozart está condenado.
Y regresé a mi vagón. Me decía: esa gente apenas sufre de su
suerte. No es la caridad la que me atormenta. No se trata de
enternecerse sobre sobre una llaga eternamente reabierta. Los que la
llevan no la sienten. Es algo como la especie humana y no el individuo
lo que es herido aquí, el que es lesionado. Apenas creo en la piedad. Lo
que me atormenta es el punto de vista del jardinero. Lo que me atormenta
no es esta miseria en la cual, después de todo, uno se instala tan bien
como en la pereza. Generaciones de orientales viven en la mugre y se
complacen en ella. Lo que atormenta no lo curan las sopas populares. Lo
que me atormenta no son esos huecos, ni esos bultos, ni esa fealdad. Es,
en estos hombres, un poco, Mozart asesinado."
Siempre se admiró el valor de Saint Exupéry. No es para menos. Vivía
arriesgando su vida y cosas aún más delicadas todavía. ¿Pero qué opinaba
él mismo del valor?
"Acabo de realizar una pequeña hazaña: he pasado dos dias y
dos noches con once moros y un mecánico, para salvar un avión. Tuvimos
diversas y graves alarmas. Por primera vez, he oído silbar las balas
sobre mi cabeza. Conozco, por fin, lo que soy en esas circunstancias:
mucho más sereno que los moros. Pero he comprendido, al mismo tiempo, lo
que siempre me había sorprendido: por qué Platón, (¿o Aristóteles?)
sitúa al valor en la última categoría de las virtudes. Es que no está
formado por muy hermosos sentimientos: algo de rabia, algo de vanidad,
mucha testarudez y un vulgar placer deportivo. Sobre todo, la exaltación
de la propia fuerza física que, no obstante, no le atañe en nada.
Cruzamos los brazos sobre la camisa desabrochada, y respiramos fuerte.
Es más bien agradable. Cuando esto se produce durante la noche, se le
mezcla el sentimiento de haber hecho una inmensa tontería. Jamás volveré
a admirar un hombre que solo sea valeroso."
Links a otras páginas sobre Saint Exupéry y su obra
Página de Saint Exupéry del CIRCULO LITERARIO DEL ATENEO DE ALICANTE http://www.chez.com/deji/se_esp/seme_esp.htm con
abundante información, fotografías, documentos y datos biográficos. (de
allí se tomaron los que se dan en esta página)
Un hermoso poema dedicado a SaintEx por Juan Meneguín
www.fabiancasas.com.ar
Si querés comunicarte conmigo escribime a fabian@amautas.com |