Intelectuales al servicio del poder

POR JORGE LANATA                25/05/13

“El intelectual cree en la libertad para sí mismo, pero se opone a la libertad para los otros. Piensa que debería haber una oficina de planificación central que estableciera las prioridades sociales” Milton Friedman 

El concepto de “intelectual” fue acuñado en Francia durante el affaire Dreyfus, a fines del siglo XIX y se usaba como un calificativo peyorativo que los antridreufistas usaban para denominar a los personajes de la ciencia, el arte y la cultura (Emile Zola, Anatole France, Octave Mirbeau) que apoyaban la liberación del capitán judío Alfred Dreyfus acusado de traición.

Si lo definimos desde el marxismo, en particular desde Gramsci, la labor de lo que la izquierda ortodoxa llamaría “intelectual orgánico” es justificar ideológicamente la superestructura político-ideológica existente, en beneficio del predominio social de las clases dominantes, o su crítica, en beneficio de las clases dominadas.

El intelectual orgánico bien podría protagonizar aquel viejo chiste sobre los periodistas: –Hay que escribir sobre Dios… –Ok, ¿a favor o en contra?

Se ha escrito y debatido mucho sobre el rol del intelectual en la sociedad. Durante Sócrates los intelectuales intentaban dominar la violencia mediante el uso del diálogo frente a las convicciones políticas. Sócrates hacía algo intrínseco a cualquier intelectual: invitaba a los atenienses a interrogarse, a abrirse ante la pluralidad humana. Hay quienes comparan la tarea del intelectual dialóguico con el hecho de que cada persona contiene –como escribió Walt Whitman en su “Canto a mí mismo”– “multitudes”, y un intelectual debe aceptar esas diferencias como elemento constitutivo del mundo. Cuando se pregunta si los intelectuales deben meterse en política, Umberto Eco señala que la Grecia clásica ofrece “tres modelos de intelectual. El primero es el de Ulises que, al menos en la Iliada, desarrolla funciones de intelectual orgánico según la vieja idea de los partidos de izquierda. Agamenón le pregunta cómo puede conquistar Troya y Ulises inventa la idea del caballo y, siendo como es un intelectual orgánico de su grupo, no se preocupa del final que puedan tener los hijos de Príamo. Después, como tantos intelectuales orgánicos que entran en crisis y se transforman en gurús o se ponen a trabajar en Mediaset (el grupo mediático de Berlusconi), Ulises se dedica a navegar y a sus propios asuntos. La segunda figura es la de Platón -sigue Eco-, que no sólo tiene una idea propia de la función oracular del intelectual sino que piensa que los filósofos pueden enseñar a gobernar. El experimento que pone en marcha junto al tirano de Siracusa no le sale bien, lo que quiere decir que hay que tener mucho cuidado con los filósofos que proponen un modelo concreto de buen gobierno. La tercera figura es la de Aristóteles que, como es de sobra conocido, fue el preceptor de un hombre de gobierno como Alejandro. Por lo que sabemos nunca le dio consejos precisos de que hacer en sus campañas”. “Hay una cuarta función del intelectual -termina Eco-. Sócrates desempeña su papel criticando a la ciudad en que vive y, después, acepta ser condenado a muerte para enseñarle a la gente a respetar las leyes. El intelectual que pienso tiene también ese deber: no debe hablar contra los enemigos de su grupo, sino contra su grupo. Debe ser la conciencia crítica de su grupo. Romper las convenciones. De hecho, en los casos más radicales, cuando un grupo llega al poder por medio de una revolución, el intelectual incómodo es el primero en ser guillotinado o fusilado (…) Deben aceptar la idea de que el grupo no les ame demasiado. Si les ama demasiado y les da palmaditas en la espalda, entonces es que son peores que los intelectuales orgánicos: son intelectuales del régimen”.

Esta semana la ofensiva emprendida por el aparato de propaganda estatal para desacreditar las investigaciones sobre lavado de dinero K incluyó un pronunciamiento del grupo de intelectuales orgánico “Carta Abierta”, su carta número 13, titulada “Los Justos”. La prosa mediocre e intrincada del texto permite adivinar con facilidad que fue escrito por Horacio González, y el texto llega con facilidad al paroxismo de ser más lazarista que el propio Lázaro. Me compara con Botana -junto a Jacobo Timerman, uno de los editores más importantes del siglo pasado- y traza un paralelo entre nuestra denuncia en PPT y las denuncias de corrupción que el diario Crítica utilizaba durante el golpe contra Hipólito Yrigoyen. “El programa de Lanata tiene elementos parecidos a las denuncias que él mismo hacía en la época de Menem, pero ahora le agrega elementos de music hall, de folletín gótico, de novela policial negra (…) eso no habla de la veracidad de las denuncias”. Para González (las bóvedas con dólares) “son indemostrables, elementos que requerirían la pluma de Edgar Allan Poe”.

La solicitud de pruebas, en términos casi judiciales, se alinea con el aparato de propaganda estatal: los cyber k, los periodistas oficialistas, los políticos, nos piden pruebas. La sensación es curiosa: tengo 52 años, soy periodista desde los 14, varias notas mías han hecho caer a funcionarios nacionales y nunca he tenido tantas pruebas que me apoyen como ahora. Pero me piden pruebas. Cuando publicamos la nota sobre la bolsa de Felisa Miceli en el baño no teníamos ni siquiera el acta de los bomberos, que intentamos, en vano, conseguir. Pero Néstor decidió que Miceli debía salir de su cargo e ir a juicio. Aquí hay pruebas documentales, testimoniales e, incluso, más de doscientas fotografías tomadas por quien ayudó a Lázaro Báez a desarmar la bóveda. Pero faltan pruebas. Sería más sincero que los intelectuales orgánicos como González y Forster reconocieran que, en el fondo, la corrupción no les interesa. Para ellos es un “daño colateral”, lo importante es la revolución que suponen estar haciendo.

“¡Qué carajo sé cómo hizo la plata Lázaro Báez!”, le gritó por radio Identidad Ricardo Forster al periodista Martín Pitton.

El día anterior Víctor Hugo Morales tuiteó una foto suya, sonriente, al lado de un locker y bromeó sobre las bóvedas. Hubiera sido un buen mensaje cínico si Víctor Hugo tuviera la inteligencia para sostenerlo. Pero no la tiene. Sólo fue una morisqueta.

Sin tomar en cuenta las pruebas periodísticas, aquí van las pruebas judiciales que la investigación promovió: El 3 de mayo el fiscal Marijuán imputó al empresario K Lázaro Báez, a uno de sus cuatro hijos y a Fabián Rossi, representante de la financiera SGI en Panamá.

El martes pasado Carrió denunció que Báez desmanteló la bóveda que tenía detrás de la cava en su chacra de Río Gallegos. Mañana mostraremos por la televisión más de doscientas fotos –incluida una de Lázaro en la escena del delito– tomadas por Triviño, una de las personas que lo ayudó en esa tarea durante más de una semana.

Hay una causa contra el titular de la Procuraduría Adjunta de Criminalidad Económica y Lavado de Activos (PROCELAC), Carlos Gonella, por omitir la imputación de Lázaro Báez al inicio de la causa cuando el organismo la tuvo a su cargo.

Hay una causa por las declaraciones de Miriam Quiroga, la ex secretaria de Néstor por la existencia de bolsos con dinero. Aún no declaró porque acaba de nombrarse al juez. Daniel Muñoz, a quien ella señaló como portador de los bolsos, fue imputado.

El 6 de mayo el fiscal uruguayo Juan Gómez hizo lugar a la presentación que hicieron los diputados Ocaña y Garrido por sociedades uruguayas de Lázaro.

La Justicia uruguaya también abrió una causa contra Pérez Gadín por la compra de un campo en 14 millones de dólares, lo que según Fariña había formado parte de la “ficción” que me vendió.

El Ministerio Público de Suiza abrió un procedimiento formal por el denominado “lazarogate”.

En actas de directorio de Austral Construcciones del 12 de junio de 2005 –mostrada por la televisión– se deja constancia de que Báez y Kirchner fueron socios en la construcción de una propiedad horizontal de diez departamentos en Río Gallegos.

Se publicaron fotos del Tango 10, avión presidencial, en el hangar de Lázaro en San Fernando.

La Justicia investiga los vuelos del “avión recaudador”. PPT proporcionó los números de matrícula y fecha de los viajes.

Se presentaron en PPT varios documentos de Teegan INC, una de las cincuenta empresas truchas en la ruta del dinero K; el certificado de la incorporación de la firma en Belice; la escritura del notario de Panamá con la factura del costo de inscripción; el resumen del Banco Lombard Odier en Suiza donde se depositaron 1,5 millón de dólares; el alquiler de la empresa South Aviation con la firma de Rossi.

Sólo nos falta que Lázaro se arrepienta, llore y confiese. Pero también a eso Carta Abierta le encontraría una justificación.

Investigación: JL/María Eugenia Dufard/Amelia Cole

 

¿Quién puede creer lo de la década ganada?

POR RICARDO ROA                25/05/13

Hay dos cosas que están cantadas. Una es que hoy el kirchnerismo, si es fiel a sí mismo, no reconocerá un solo error al festejar sus diez años en el poder. La otra es que puede desplegar una batería de argumentos y cifras pero muy pocas que puedan justificar el eslogan de década ganada.

Cristina va a mezclar todo para que le cierren mejor las cuentas, pero en el balance hay una parte de Néstor, otra de ella y una tercera que le pertenece a los dos. No son iguales y a veces son muy diferentes. En Néstor prevalecía la política sobre la ideología, con Cristina es lo contrario. Acaba de fracasar el congelamiento de precios y mandará a La Cámpora a escrachar a comerciantes: la rigidez como ausencia de política.

La matriz común y que aún se mantiene es la concentración de los recursos en el Estado Nacional, el manejo discrecional de esa caja yun verticalismo absoluto en la toma de decisiones. Alrededor de ese eje giró y gira todo: los dos Kirchner han gobernado siempre con superpoderes y emergencia económica. Y con ese combo pusieron de rodillas a gobernadores, al Congreso y al peronismo.

Crearon el mito de que la Argentina salió del subsuelo gracias a ellos, pero el terreno había sido limpiado antes. Esto es: la devaluación, la pesificación y el default. El ajuste había sido hecho, ellos cosecharon sin pagar ningún costo.

Cuando asumió Kirchner el país crecía al 8%, la inflación era del 2%, el tipo de cambio era competitivo, se habían alcanzado los superávits gemelos y la soja comenzaba a subir vertiginosamente. La bonanza se ha mantenido por un período excepcional que llega hasta hoy.

Los Kirchner registraron como propio el modelo pero el copyright no les pertenece.

Desde esa plataforma y sobre todo hasta el 2007 crecieron la economía y el empleo, hubo estabilidad y mejoró el salario. En el medio, Kirchner consiguió una fuerte quita en la deuda externa.

Después apareció la inflación y luego la manipulación de las estadísticas.

Una realidad que atraviesa todo es el desinterés por las reformas estructurales. Retrocedimos en energía: perdimos el autoabastecimiento y nos enredamos en una política de subsidios cada vez más altos.

En transportes la prueba está a la vista: nunca funcionaron peor y en educación gastamos más para conseguir menos. Caímos en todos los indicadores de calidad, hay más jóvenes que no estudian ni trabajan y expulsamos alumnos de la escuela estatal a la privada.

Las joyas de la corona K son la Asignación Universal por Hijo y la universalización también de las jubilaciones. Su mayor astucia fue apropiarse de la bandera de los derechos humanos y un error garrafal, ignorar el drama de la inseguridad.

La mancha negra de la década es la corrupción. Para taparla precisan colonizar a la Justicia y ponerle un toque de queda a la prensa.

 

Fin a una década de oportunidades perdidas

POR HERMES BINNER    ((Gobernador de la provincia de santa fe) argentina              25/05/13

Un ciclo está terminando. La parábola se cierra y deja al descubierto la verdadera cara del modelo kirchnerista. Analizando políticas y acciones se observa una lógica de saqueo, permanencia e impunidad.

La primera gran confusión que plantea el kirchnerismo es creer que el país empezó el día que ellos asumieron el gobierno y no se puede plantear impunemente una “década ganada” cuando el 26,9 % de la población está en situación de pobreza y el 38,8 % del total de los niños son pobres. Es un error histórico no haber aprovechado el extraordinario contexto internacional, que permitió el ingreso de miles de millones de dólares, para terminar con la pobreza y la desigualdad.

La intervención de la Justicia se convirtió de a poco en una costumbre. Primero fue la reforma del Consejo de la Magistratura, en 2006 para reducir el número de integrantes bajo el pretexto de “agilizar su funcionamiento”. Con el mismo argumento se quiere volver a incrementar el número de integrantes. Bajo el título de “democratizar la Justicia” no se hace otra cosa que partidizar la elección de sus miembros en franca contradicción con la Constitución. La República necesita la garantía de la independencia de la Justicia porque debe garantizar el cumplimiento de la Constitución La Argentina recuperó en estos años la noción del valor del Estado, devastado por el neoliberalismo. Sin embargo, el uso y abuso que el Gobierno hizo del poder desfiguró su esencia.

Para el kirchnerismo, Gobierno, Estado y partido son lo mismo. La corrupción, la impunidad y el desprecio por las instituciones determinan su matriz.

Este gobierno se encargó de destruir las instituciones de la República y el diálogo como instrumento de convivencia social. El Congreso fue transformado en un apéndice de las políticas del Ejecutivo.

El sistema federal de gobierno fue desmantelado por falta de planificación estratégica y coordinación de las políticas públicas con los diferentes niveles de gobierno. Las tragedias de Once y las inundaciones que afectaron a Buenos Aires y La Plata, son un triste ejemplo. También se evidencia con el ahogo financiero a las provincias que no son funcionales al Gobierno como el caso de Santa Fe.

La pretendida “democratización” de los medios, se transformó en una persecución a periodistas y empresas de comunicación que no adhieren al discurso único. La estatización de los fondos de jubilaciones y pensiones, que implicó retomar la solidaridad del sistema previsional, se convirtió en una caja que no atiende las necesidades de los jubilados sino las del gobierno.

En este mismo camino, la destrucción del INDEC no solo oculta la inflación real y los indicadores de pobreza, sino que compromete la confianza para los actores económicos.

No hay país que pueda planificar su futuro sin estadísticas públicas confiables. En tanto, en la década K se ha registrado un fuerte avance de la economía informal y del delito. Con la ley de blanqueo de dólares se favorece la industria del “lavado de activos” provenientes del narcotráfico, la trata de personas y otros delitos.

Estamos asistiendo al final de la década K. Para nosotros es la oportunidad generar un nuevo modelo de desarrollo basado en la producción, el trabajo decente y el cuidado del medioambiente, con salud y educación de calidad accesibles para todos. Inseguridad, inflación, pobreza, falta de vivienda e infraestructura social y económica, ocupación desigual del territorio son grandes problemas que debemos transformar con políticas de Estado que permitan proyectar a largo plazo, a pesar de los cambios de gobierno. Otros países lo han logrado, su gente puede pensar en el futuro y desarrollarse. Necesitamos trabajar intensamente para que la Argentina se convierta en el país normal que nos merecemos. Solo debemos animarnos a cambiar.

 

La Justicia como marca de época

POR MARGARITA STOLBIZER              25/05/13

El kirchner-cristinismo se apresta para fastuosos festejos de la década ganada. Ganada por los funcionarios que aumentaron de manera notable sus patrimonios; mientras que el resto de los ciudadanos tiene menos seguridad, menos certezas, menos ingresos, una educación y una salud de peor calidad, pocas posibilidades de ahorro para adquirir una vivienda, y viajan muy mal.

El 2003 tuvo la impronta del entonces Presidente que sembró la ilusión de una nueva Argentina.

Veníamos de la mayoría automática en la Corte, capaz de dar convalidación a todas las tropelías de aquellos tiempos. Y la sola decisión de autolimitar las atribuciones presidenciales para la designación de nuevos miembros, el establecimiento de un reglamento despertaron esa ilusión.

Que se iría desvaneciendo con las primeras sospechas, contradicciones, incumplimientos. Y con los primeros avances sobre la Justicia.

El papel de la Justicia ha sido clave en estos años. No en vano Néstor exhibía en su historial político, la concentración del poder y la domesticación de ese Poder en Santa Cruz. Los jueces (y fiscales) que antes figuraban en la servilleta se acomodaban a las novedades tecnológicas, pero el sistema de funcionalidad y complicidad no había variado. Resonantes denuncias de corrupción parecían correr por la vía muerta de una justicia paralizada frente al poder absoluto.

Como algo natural, el acceso a los derechos individuales y colectivos se fue tornando cada vez más complejo para una sociedad que comienza a reclamar, por supuesto, por Justicia.

Allí se fueron enrolando las Madres del Dolor, las de las víctimas de la violencia, de la represión policial, de la droga, del delito, de la trata, de la inseguridad vial, entre otras. También el reclamo de justicia es el que levantan todos los trabajadores para impedir la pérdida del valor de su salario por el efecto de una negada y creciente inflación. El reclamo de justicia pasó a ser un canto de una sociedad que recién sobre el final de esta década ganada, comienza a advertir los resultados de la concentración, la discrecionalidad y la falta de controles.

La década termina ahora, pero el período de gobierno concluirá dentro de dos. Y entonces la reforma judicial comienza a ser más necesaria para ordenar (hacia adentro y hacia afuera) y cumplir los objetivos del salvataje: a) preservar la capacidad disciplinadora que les ha dado el manejo del poder y del dinero; b) neutralizar la protesta y el reclamo, incluso a través de su represión o criminalización; c) asegurar la impunidad en los más altos niveles. Para que el fin de la década no se les lleve tanto capital acumulado.

La reforma judicial impulsada por la Presidenta CFK es la contracara de aquella ilusión al amanecer del gobierno de su esposo. No hay una sola medida dirigida a resolver los problemas reales de la justicia para dar respuesta a las demandas sociales por mayor accesibilidad, eficacia, agilidad, transparencia y credibilidad. Solo importa el Poder. Siempre vale la pena una buena fiesta. Sobre todo, de despedida.