Elecciones 2013

El análisis                                                      Jueves 15 de agosto de 2013 | Publicado en edición impresa      

El golpe de las urnas

 

Cristina Kirchner dinamitó ayer el principio sobre el cual, en los últimos dos años, asentó sus iniciativas más relevantes. La idea de que ninguna posición pública merece respeto si no está convalidada por los votos.

En el segundo discurso posterior a las primarias del domingo pasado, la Presidenta explicó que quienes ganaron representan meros intereses. Sólo el Gobierno expresa la voluntad popular. Aun cuando pierde las elecciones.

La Presidenta propuso la clasificación habitual. De un lado está el oficialismo, es decir, la democracia. Del otro, los poderes fácticos. El cuadro no se modifica aunque los votantes cambien de preferencia. Si el que gana una elección no pertenece al Frente para la Victoria, seguirá siendo un delegado de "los dueños de la pelota". Un "suplente". Aunque se vuelva minoritario, el kirchnerismo seguirá siendo la voz del pueblo.

Esta concepción se sostiene en un axioma que la señora de Kirchner volvió a exponer ayer: los que no votan a sus candidatos son personas confundidas que advertirán el error cuando ya no haya remedio. En sus palabras: "La gente no tiene la culpa tampoco. Cuando se dan cuenta después, siempre es tarde. Se dieron cuenta cuando perdieron el laburo, cuando les bajaron el sueldo, pero ya es tarde".

Con estos argumentos, la Presidenta cruzó una delgada línea roja. Después de haber avanzado sobre los medios y sobre la Justicia con la bandera de la "democratización", postula que sólo existe un poder democrático: el de ella. No debería sorprender. En el año 2007, su llorado Hugo Chávez reconoció su derrota en un plebiscito diciendo que la de sus rivales había sido "una victoria de mierda". Y en 1973, muchos de sus actuales admiradores y funcionarios convalidaron la insurgencia de Montoneros contra Juan Perón, que venía de obtener el 61,85% de los votos. El asesinato de José Ignacio Rucci fue la manifestación más escandalosa de esa soberbia armada.

Aunque el oficialismo perdió votos en muchos distritos, la Presidenta aludía ayer a la victoria de Sergio Massa, a quien presentó como un títere de los industriales, los sindicatos y los bancos. Mencionó en especial a Jorge Brito, reconocido amigo de Massa, que se hizo célebre en WikiLeaks como "el banquero de Néstor". Más tarde, vía Twitter, explicó que el intendente prepara un "Plan Duhalde II. Con carita más joven. Si hasta tiene su «chiche». Yo me acuerdo. Era Senadora".

Corolario: Cristina Kirchner enhebró ayer insinuaciones y razonamientos para advertir que cualquiera que le gane las elecciones está dando, en realidad, un golpe, como el que Duhalde habría protagonizado en 2001 contra Fernando de la Rúa.

Esta presentación de los hechos profundiza alegatos más antiguos. Igual que cuando el sector agropecuario protestó contra las retenciones; igual que cuando Julio Cobos votó no positivo; igual que cuando los medios recurrieron a la Justicia para reclamar por sus derechos; e igual que cuando la Justicia reconoció los derechos de los medios, el Gobierno se presenta como víctima de un movimiento destituyente. La novedad es que ahora ese proceso lo lleva adelante el electorado en comicios impecables.

Además de estar viciado por el mesianismo, el guión de la Presidenta peca de inverosímil. Se podría polemizar sobre la densidad democrática de candidaturas que se sostienen sólo en la exposición mediática y en millonarias campañas de marketing. Pero Massa representa a un grupo de intendentes y sindicalistas que hasta anteayer formaban parte del Frente para la Victoria. Y ganó en un electorado que en las últimas elecciones votó por Cristina Kirchner.

Es evidente que muchos gremialistas, industriales y banqueros prefieren que triunfe Massa y no el Gobierno. Ese fenómeno debería interpelar a la Presidenta sobre la dificultad para convalidar su agenda ante segmentos muy importantes de la sociedad, que son cruciales en su arquitectura de poder. Por dar un ejemplo: el senador Marcelo Fuentes, abanderado de la "democratización" de la Justicia, salió tercero en Villa La Angostura, donde vive y todos lo conocen. Inexplicable victoria de los dueños de la pelota.

Sería incorrecto menospreciar las deformaciones conceptuales y políticas de la visión presidencial. La descalificación de un triunfo electoral ajeno vuelve más enigmática la oferta del general César Milani de convertir al Ejército en un engranaje del "proyecto nacional y popular".

Otra novedad relevante es que Cristina Kirchner no está dispuesta a brindar a sus propios seguidores una estrategia distinta ante una escenario que ha mutado. Los demacrados gobernadores que concurrieron a Tecnópolis con la expectativa de participar de una discusión política regresaron a sus provincias con la denuncia de un complot ya remanido y, para justificar el viaje, la llave de una camioneta.

La Presidenta, que ya se había encapsulado respecto de quienes no piensan como ella, ahora se aísla de quienes la sostienen. La derrota desató una divergencia con dirigentes que ignoran adónde los están llevando. Omar Viviani declaró ayer que la CGT oficial estará con el que gane las elecciones. Y el ex intendente de José C. Paz Mario Ishii se desahogó en una entrevista con el diario Ámbito Financiero que tal vez sea el preludio de un acuerdo inminente con Massa.

Para Ishii, que fue una pieza clave del entramado oficialista en el conurbano, "el problema fue darle el manejo de la campaña a La Cámpora, porque esos pibes nunca hicieron una elección". Otros responsables de la derrota fueron, según este caudillejo, "el jefe de Gabinete, la Casa Rosada, los ministros, todos los que dicen lo que hay que hacer, pero después no saben qué es lo que pasa porque nunca bajan al territorio".

Ishii se queja de un método de trabajo que es la derivación inexorable de una interpretación cesarista del liderazgo. La explicó una vez Gabriel Mariotto: "La única titular de los votos es la Presidenta". Los intendentes, los gobernadores, el partido, son aleatorios. Sólo se los tiene en cuenta si los votos no aparecen. Por ejemplo, desde el domingo la señora de Kirchner culpa a Julio De Vido porque el dinero derramado no rindió lo prometido.

Los resultados del domingo demuestran que muchos dirigentes despegaron del Gobierno al presentir una derrota. La diferencia entre los votos obtenidos por Massa y los que sacó la lista de diputados provinciales del kirchnerismo en el sur del Gran Buenos Aires no se explica sin un voluminoso corte de boleta preparado por intendentes oficialistas. Ese tijeretazo puede ser el anticipo de un corrimiento mayor, movilizado por el temor a que no sólo Francisco de Narváez sino también Martín Insaurralde obtenga menos votos en octubre que en las primarias.

La arenga de Tecnópolis desafió, además, las reglas del marketing. Los gurúes Martín Mercado y Carlos "Pucho" Mentasti habían recomendado a la Presidenta no referirse a Massa durante toda la campaña. Pero el amor es más fuerte. El acto de ayer fue contra Insaurralde.

La autoridad de Cristina Kirchner sobre el PJ está siendo amenazada. Además de desconfianza en la estrategia electoral, muchos gobernadores pagan el costo de una política económica agotada. El rechazo que se verificó en Mendoza, San Juan, Catamarca, La Rioja, Neuquén y Chubut a las boletas del oficialismo es el castigo a un programa que asfixia a las economías regionales. ¿Cuánto más durará la mansedumbre de los gobernadores afectados?

Massa pretende expresar ese fastidio: ya pidió la cabeza de Moreno. Ha sido en vano. La Afsca, que no dictaminó sobre ninguno de los expedientes de adecuación a la ley de medios que están en trámite -Supercanal, Telefé, Telecentro, etcétera-, se reunirá mañana para regularizar la FM que opera Moreno en el Mercado Central. Otro homenaje del derrotado Sabbatella a la pluralidad de voces.

El discurso de ayer de la Presidenta tiene una víctima principal: Daniel Scioli. Si el gobernador suponía que, a cambio de su abnegación proselitista, la señora de Kirchner reorientaría su gobierno y ayudaría a que su candidatura presidencial fuera más competitiva, deberá revisar ese prejuicio. Ella parece haber dictaminado que su derrota es irreversible, de modo que sería una quimera ceder identidad a la espera de votos que tal vez no vengan. Cristina Kirchner avisó ayer que se irá pareciendo cada vez más a sí misma. O, lo que es lo mismo, adelantó que llevará a su partido y al país hacia una nueva turbulencia..

COMENTARIOS DE LECTORES:

JorUSS1701

La mina ya no esta loca, le vino el retardo mental!!!!

Jbuceta

El tan temido final del ciclo ya se inició, nos falta lo peor y es su desenlace pues ya estamos viendo que la Sra Presidente está totalmente desquiciada, hasta ahora no veía o negaba la realidad, la que mostraban las protestas, la oposición y muchos de sus ex-colaboradores, hoy además las combate con denuedo y lenguaje chabacano y procaz, agrediendo a propios y extraños, y preparandose para una lucha que como bien anuncia Pagni solo anuncia conflictos y peleas que ojalá no lleguen a lo de Egipto,Es absolutamente inexplicable que una autoridad legitimada por el voto popular como es ella sólo dialogue con los dueños de la pelota, es decir las corporaciones que tanto destesta y desconoce a los verdaderos dueños de la pelota que somos los ciudadanos. Lastimoso y lo peor peligroso. Tomemos con la mayor calma posible los sucesos que se avecinan y obviamente votemos por otros.

aorclase47

Es verdad los asesinos de Rucci son funciónarios k,cambia el gobierno y en cana , junto a los conocidos milicos,al fin confeso esta k , revestida deperonista,q ellos fueron los q voltearon a de la rúa , o sea q además de ser fabricantes de pobres son voltea gobiernos.-

nelly2004

Yo tengo miedo por Octubre, ya estan avisados y prepararan todas las truchadas posibles, como siempre hacen los peronistas, mas acosarlo a Masita y hacerlo dar vuelta, Ojala lean esto los que lo votaron y reflexionen, pero son fanaticos y no dejan de votar al partido. De todos modos no pierdo la esperanza, votemos a la verdadera opo, y no dejemos de cacerolear, propongo un 24O? les parece?

hitaguira

A Kristina estos 2 años que le quedan van a ser su peor castigo. O cambia el rumbo de su economía y su manera agresiva de ser o va a terminar como Alfonsín y de la Rua dejando el poder antes de tiempo. Con el 75% de la opinión pública en contra va a tener que "comerse" la soberbia, escuchar a los que saben y sacarse de encima la lacra de inútiles aduladores. Caso contrario, después de Octubre las consecuencias serán irreversibles. El País necesita un cambio de rumbo urgente.

jhalf1

Que la KKtua sale volando, no me queda duda. Lo unico que me preocupa es que luego de perder en Octubre lo poco que le queda de dignidad, se haga la víctima y renuncie. En ese caso le dejaría el problema a otro que debería hacer el trabajo sucio. Que se quede hasta el 2015 y se haga cargo del desastre que armó !!

juca2006

Esta mujer- KK- tiene desde hace tiempo una grave perturbación mental no tratada y es muy peligroso que siga al comando de nuestro país destruyendonos sin que nadie tenga la sensatez de pararle la mano y hacer que la encierren por insanía y peligro contra la sociedad en un sanatorio neuropsiquiátrico .O no se dan cuenta de que no es normal todo lo que hace y provoca su estado cada vez más agudo!! Es de locos!!, Si es de loca que está para Villa Freud!!.

McGannas

Hacia el final de la II Guerra Mundial en Europa, Hitler, que no podía aceptar que estaba siendo derrotado en todos los frentes y desde su bunker movilizaba fuerzas que ya habían sido eliminadas, responsabilizó al pueblo Alemán. Los acusó de débiles, de cobardes y en castigo a su deslealtad mandó a morir al frente a los niños adolescentes, al futuro de la nación. Para él, si no estaban con él, no merecían vivir. Esta señora no va a aceptar ninguna derrota. Para ella, la causa ha sido traicionada y todos los que no la apoyamos seremos demonizados como traidores. No piensa entregarse mansamente y destruirá todo aquello que no pueda hacer propio. Tal vez comience ahora el principio del final. Serán dos años muy difíciles. ¡A abrocharse los cinturones! El camino de salida de este régimen será muy movido, arriesgado y lleno de baches. Pero no será eterno. Al final obtendremos la libertad si nos mantenemos firmes.

Albricias88

Si Hitler como los k subieron al poder por el voto o sea democraticamente, no acepto nunca que estab perdiendo hasta que los aliados lo cercaron y se ahorco en su bunker......no creo que la señora le siga en el ultimo ejemplo. Y eso que si miramos las peliculas de los discursos de Hitler, como se encolorizaba......es IGUALITO A ELLA. SE PARECEN MUCHISIMO. HASTA LA FORMA DE EXPRESARSE Y MANIPULAR LAS MANOS.

GringoSabio

Pagni, lúcido como siempre. Lástima que el gobierno ni tenga tu lucidez ni desee gobernar por el bien del país en vez del suyo propio.

nanomhb

Van a dejar tierra arrasada en 2015, y van a confirmar que desde el 25 de mayo de 2003 siempre fueron lo mismo.

Albricias88

YA SOMOS TIERRA ARRASADA, AYER SE FESTEJARON 87 AÑOS QUE SALIO DEL PUERTO DE BUENOS AIRES LA PRIMERA EXPORTACION DE TRIGO.....AHORA TENEMOS QUE IMPORTAR TRIGO.. ERAMOS EL GRANERO DEL MUNDO.....AHORA SOMOS ......TIERRA ARRASADA Y EMPOBRESIDA.....EL 27 DE OCTUBRE NECESITAREMOS MAS DE DIECIOCHO MIL FISCALES, PARA LLEGAR A LOS 60 MIL EN TODO EL PAIS. ES LA UNICA FORMA DE CUIDAR QUE NO NOS ROBEN EL FUTURO CUIDANDO LOS VOTOS. POR UN PAIS DEMOCRATICO Y FEDERAL ANOTATE PARA FISCAL EN ; la WEB de SERFISCAL

ghriva

A esta altura de las circunstancias el relato naufraga por su propia ineptitud, hablan de nacional y popular y viven en barrios privados o pisos de puerto madero como el mejor de los burgueses, hablan en contra de USA, ponderando las estatizaciones del estado y firman un acuerdo con Chevron al cual le entregan prácticamente el manejo de la empresa, hablan que el dolar no es un problema y lanzan un blanqueo sin precedentes para poder captar todo billete verde que ande dando vuelta, jejeje. Bla, Bla Bla, solo para la popu, pan y circo para la reina. jajaja. Cristina Argentina es una república no un reinado, chau chau chau.

 

 

Después de la paliza, la Presidenta no tiene opción

¿Para qué lado disparará la Presidenta después de semejante derrota? ¿Será capaz, por ejemplo, de pedirle o aceptar la renuncia del ineficaz y prepotente Guillermo Moreno? ¿Cometerá la audacia de solicitar al vicepresidente, atrapado entre denuncias y acusaciones de corrupción, que se tome una licencia, hasta que se aclare su situación en la Justicia? ¿Instruiría a su ministro de Economía, a la presidenta del Banco Central y al jefe de la AFIP para ir levantando, de manera paulatina, el cepo cambiario? ¿Llamará a un diálogo político sincero o trucho, como lo hizo cuando perdió en junio de 2009? No son preguntas retóricas. De su respuesta depende el futuro inmediato de la Argentina.

El impacto político del domingo es enorme, aunque el oficialismo lo quiera minimizar. La pérdida de casi la mitad del caudal electoral no se produjo sólo en la provincia de Buenos Aires sino en todo el país. La mesa que ganó el oficialismo en la Antártida o en la comunidad qom tiene la misma importancia nacional que la de Necochea que reivindicaron los hermanos Rodríguez Saá o las de Perico que destacó Carlos Menem. Ella sufrió más que un voto castigo. Es una fortísima demanda de cambio y, si Cristina Fernández no es capaz de empezar a escuchar, el FPV no sólo será derrotado el próximo 27 de octubre con un resultado todavía más contundente; además, la gran pérdida de poder político le podría quitar margen de maniobra para tomar decisiones en cualquier dirección. Cancelada la posibilidad de imponer la reforma judicial que pretendía la jefa del Estado, a partir de ahora los fiscales y los jueces irán más a fondo todavía, y los funcionarios sospechados desfilarán por Comodoro Py tal como sucedió con los ministros y funcionarios de Menem. Pero ése, en todo caso, será un problema para Amado Boudou, Ricardo Jaime, Lázaro Báez y una decena de figurones más. A lo sumo, podría llegar a ser un problema para la misma Presidenta, a medida que se acerque la fecha de vencimiento de su mandato. Lo grave sería que, terca como parece, Cristina vuelva a doblar la apuesta, les haga caso a Carlos Zannini, a Carlos Kunkel, al inefable Moreno y a Ricardo Echegaray, y apriete más a empresarios y particulares para conseguir dólares de prepo y a cualquier precio.

Al Frente para la Victoria le propinaron una dura derrota no tanto por lo que no quiso o no pudo hacer, sino por lo que hizo desde que la Presidenta ganó con el histórico 54% de los votos. Esto es: la aplicación del cepo cambiario, el no hacerse cargo de la tragedia de Once, el ninguneo del grave problema de la inseguridad, la necedad con la que pretendió ignorar los reclamos callejeros de los indignados argentinos y su silencio cómplice frente a los hechos de corrupción. Sin embargo, lo que más hizo, sobre todo, fue recalentar la inflación con emisión monetaria que durante un tiempo mantuvo el ritmo del consumo, pero que ahora se "come" los ingresos de casi todos, sin distinción de clase social. Para ponerlo en términos más sencillos: Cristina perdió porque el kilo de pan sale más de 20 pesos y no se puede tomar un café por menos de ese dinero. Y también perdió porque la dispersión y el descalabro de precios es tal que ni el reciente aumento a los jubilados ni el quite de ganancias en el aguinaldo de algunos trabajadores alcanzaron para modificar el clima de escepticismo que se vive desde principios de 2012.

Los voceros del oficialismo pueden seguir repitiendo que el FPV todavía es la primera minoría. O que se trató nada más que del ensayo de una elección legislativa donde no estuvo en juego la figura de la presidenta de la Nación. Pero la verdad es que la que eligió a Martín Insaurralde a dedo fue Ella. Y que la pérdida de votos en las provincias donde los gobernadores se transformaron en meros delegados de la Presidenta fue más notable todavía. Por otra parte, todos los que analizamos la política desde la restauración democrática de 1983 sabemos cómo funciona esa máquina de poder denominada peronismo. Tarde o temprano sus dirigentes, casi sin excepción, irán detrás del nuevo macho alfa y encontrarán la manera de argumentar por qué saltaron la pared. Sergio Massa, el gran ganador de estas PASO, ya lo está empezando a experimentar con cierto gozo. Primero lo llamaron los intendentes. Después algunos diputados nacionales que hasta el domingo respondían a Cristina Eterna. El miércoles de la semana pasada, incluso, recibió una sorpresiva oferta de dinero para la campaña de un empresario k que hace funcionar sus radios y su señal de cable al compás de las llamadas del jefe de gabinete, Juan Manuel Abal Medina. A este ritmo de panquequismo desembozado, ¿cuánto de su inmenso poder conservaría Cristina después de las elecciones legislativas de octubre? Los analistas pacatos que recuerdan cómo Néstor Kirchner se levantó del subsuelo después de la derrota de 2009 ignoran o subestiman dos datos cruciales. Uno: el llamado "proyecto nacional y popular" no parece tener heredero ni sucesor. Es decir: está más rengo que la metáfora del pato rengo que se usa en los Estados Unidos. Dos: no se espera, de acá a 2015, un repunte de la economía como el que la Argentina experimentó entre fines de 2009 y fines de 2011.

¿Deberíamos tomar como un indicio para saber lo que hará la Presidenta el discurso que dio inmediatamente después de la derrota o el que pronunció ayer en Tecnópolis? Prefiero pensar que sus primeras declaraciones, en las que presentó como una victoria la impresionante fuga de votos que sufrió, corresponden a la clásica negación, el primero de los cinco pasos del duelo. ¿Tendríamos que recordar el antecedente de aquella madrugada de furia, después de la derrota de la 125, cuando Kirchner y la Presidenta analizaron juntos la posibilidad de abandonar el poder, abrumados por el voto no positivo de Julio Cobos? Tampoco creo que sea del todo justo. En aquella ocasión pesó la tensión, el cansancio físico y psicológico y la muerte de uno de los mejores amigos de Néstor en aquellas horas dramáticas.

Faltan 847 días para que Cristina Fernández le entregue la banda y el bastón a su sucesor. En la Argentina contemporánea esto se puede percibir como un tiempo demasiado corto o como una eternidad. Escuchar el mensaje de las urnas para llegar con el mínimo poder necesario hasta el final del mandato es una manera de gobernar con responsabilidad. Lo contrario es lanzarse a una aventura demasiado peligrosa. Ella debería mirarse en el espejo de Raúl Alfonsín. E incluso en el de Fernando de la Rúa. No para repetir la experiencia. Sólo para encontrar la manera de que el poder no se le diluya de un día para el otro.

© LA NACION.

Una derrota que puede convertirse en catástrofe

Según el gran doctrinario del arte militar, Karl von Clausewitz, en la guerra pueden darse dos situaciones aparentemente similares que son, sin embargo, profundamente distintas: la derrota y la catástrofe. Es imperioso que el conductor sepa distinguir entre ellas. La derrota es un percance adverso que, bien manejado, puede revertirse porque, si bien se puede perder una batalla, esta derrota no equivale necesariamente a perder la guerra. La catástrofe, en cambio, es el fin de la guerra. Por eso Clausewitz elogia la firmeza como el principal rasgo de carácter del jefe militar experimentado, que no debe envanecerse con las batallas que gana ni deprimirse con las batallas que pierde. Esta volatilidad de carácter lo convertiría, eventualmente, en una hoja en la tormenta. ¿Cuándo se da el pase entre estas dos situaciones? Perder una batalla puede ser, para el jefe derrotado, una ocasión para el aprendizaje; irá a la próxima batalla, por consiguiente, mejor preparado. Si se envanece sólo por haber ganado una batalla, al contrario, el jefe volátil bajará la guardia en la próxima ocasión.

La derrota en una batalla puede no ser definitiva, pero es peligrosa porque es capaz de alterar el ánimo del conductor, induciéndolo a un pesimismo autodestructivo o, en la otra punta, a un triunfalismo injustificado por el cual se convence de que ganó cuando en verdad perdió. El riesgo mayor de un conductor reside, por lo visto, en el autoengaño. Si perdió, lo más peligroso es convencerse de que ganó, porque, en tal caso, rechazará las enmiendas que podrían salvarlo. El autoengaño es, en un caso como éste, su principal enemigo.

Después de la paliza electoral que recibió el último domingo, el autoengaño es la tentación principal de Cristina. Como conduce además a un grupo de adherentes incondicionales, en cuyo seno está prohibido dudar porque a la Presidenta no se la cuestiona, sólo se la escucha para recibir instrucciones, el resultado de este curioso método de deliberación es que, a menos que a la Presidenta se le ocurra algo, a nadie se le ocurrirá nada que implique, de un modo o de otro, enmendarle la plana. La resultante de este método es la tendencia a "profundizar el modelo", tanto en el acierto como en el error y, cuando este último sea el caso, a distanciarse cada día más de una realidad que puede ser favorable o desfavorable, pero que en ningún caso perdona. Maquiavelo observa, en este sentido, que al príncipe al que siempre le ha ido bien le es muy difícil cambiar de estrategia. ¿Por qué habría de cambiar si hasta allí siempre le fue bien? Para un político, "irle bien" significa, por lo pronto, ganar las elecciones. Es lo que les ocurrió, por diez años, a los Kirchner. Pero ya no más. ¿Qué va a hacer, por lo tanto, Cristina a partir de ahora?

Tiene dos opciones. Puede empecinarse para "profundizar el modelo" o puede consultar con los vencedores del domingo, reconociendo implícitamente que ellos tenían razón. Las dos opciones, se nos dirá, conducen a lo mismo: a abdicar. Es cierto, pero hay distintas maneras de abdicar. Cristina fue, durante estos últimos años, una reina absoluta que aspiraba a prolongar su poder más allá de 2015 mediante sucesivas re-reelecciones. Esto, aunque no le guste, ya no podrá ser. Pero la inevitable abdicación de Cristina puede darse según dos versiones. Una de ellas, suave y semirrepublicana, es girar en dirección de la república que los Kirchner habían ignorado. Otra, al contrario, es insistir en dirección del empecinamiento autoritario. Esta última, sí, sería una catástrofe porque la sociedad la repudiaría en toda la línea, aunque para la Presidenta y su coro más fanático de seguidores tuviera el sabor del heroísmo. A Cristina sólo le queda elegir entre dos finales: uno moderado, a la espera de la república que ella nunca respetó, y otro crispado, lleno de tensiones, que dañaría sin dudas al resto de los argentinos.

Pero el último domingo no sólo dibujó dos finales alternativos para el ciclo presidencial de los Kirchner; esbozó, asimismo, un comienzo posible para el próximo ciclo. Aventado el peligro del hegemonismo autoritario que quedó sepultado en las urnas el domingo pasado, digamos por lo pronto que en 2015 va a nacer un ciclo republicano en cuyo interior ya no reinará una soberbia exclusivista sino que competirán diversas vocaciones republicanas. Recién entonces la Argentina será, al igual que Chile, Brasil o Uruguay, una república democrática capaz de desplegar sus incomparables posibilidades económicas y de remediar sus inquietantes desigualdades sociales.

¿Podrá Sergio Massa dar el puntapié inicial de esta incitante aventura? Si el principal capital de un país consiste en el aprendizaje de sus errores, Massa, con sus cuarenta años recién cumplidos, recibe de la generación que lo antecede el más valioso de los legados: la lista casi interminable de todo lo que ya no hay que intentar.

© LA NACION.

 

Psicología y política en la encrucijada presidencial

 

Por   | Para LA NACION

La respuesta presidencial ante la derrota en las PASO constituyó un repertorio de negación y subestimación de la realidad. Además, como muchos analistas han destacado,incluyó un claro menosprecio a la decisión de la mayoría del electorado, que optó por restarle su apoyo. En un discurso desafortunado, la Presidenta concluyó que la gente está mal informada por los medios y advierte tarde la pérdida de sus beneficios, dando a entender que se equivocó al votar. Sin verdadera voluntad de cambio, desafió a empresarios y sindicalistas a debatir cara a cara. Los llamó "los dueños de la pelota", relegando a la categoría de "suplentes" a los dirigentes que ganaron las elecciones.

A espaldas de la Presidenta, apenas un poco más allá de su círculo íntimo, cunde el estupor. Los funcionarios saben que el argumento de Cristina no hará más que aumentar las dificultades de un Gobierno desgastado, con una economía en problemas y un creciente rechazo popular. Pero nadie puede detenerla o hacerla reflexionar. Ella cree tener razón y cualquier contradicción es sospechosa de ser una conspiración contra la gesta que encabeza. La asiste la razón y quien considere una alternativa está en el error. La mística y el dogma ocupan el lugar del juicio. Ante la impotencia del entorno, las explicaciones trascienden la política para internarse en la psicología.

La psicología de los líderes no ha sido una materia relevante en la Argentina. Se habla, en off y despectivamente, de los avatares de la cordura presidencial, pero no se estudian las consecuencias que pueden tener en la marcha del Estado. Hemos escuchado innumerables historias acerca de depresiones, enojos histéricos, veleidades narcisistas, manías obsesivas y otras neurosis de nuestros presidentes, sin saber nunca si eran ciertas y cómo influían en las decisiones políticas del más alto nivel.

El desprecio nacional por el estado mental de nuestros máximos líderes contrasta con antecedentes extranjeros sobre el tema. Un intento clásico de explicar el vínculo causal entre psicología y política lo constituye el estudio que Sigmund Freud y el embajador William Bullitt le dedicaron al presidente Wilson. Publicado originalmente en 1966, bajo el título de Thomas Woodrow Wilson, Twenty-Eighth President of the United States. A Psychological Study , el libro se editó en Buenos Aires en 1973.

Tal vez justifique esta mención la referencia a un defecto característico de los liderazgos presidenciales, señalado por Freud y abundantemente respaldado por la casuística: la negación de la realidad, la imposibilidad de aceptar los acontecimientos, en particular si son desfavorables, y actuar en consecuencia. A propósito, escribió Freud sobre Wilson: "Declaraba reiteradamente que los meros hechos no tenían ningún significado para él. [?] Como resultado de esta actitud, era natural para su manera de pensar ignorar los hechos del mundo exterior, aun hasta el punto de negar que existieran si estaban en conflicto con sus esperanzas y deseos. Por lo tanto, no tenía ningún motivo para reducir su ignorancia enterándose de los hechos. Nada importaba salvo las buenas intenciones".

En otro registro, el experto en técnicas de gobierno Carlos Matus, dice en su libro El líder sin Estado Mayor que la autocrítica es casi imposible para un presidente. Éste, según el especialista, "tiene una particular ceguera para comprender la importancia de la baja calidad de gobierno y atribuye siempre sus deficiencias a otros, a la oposición implacable, a los medios de comunicación, a alguna conspiración imaginaria, a los mandos medios y bajos o a los condicionantes externos". La ceguera de los líderes es también una persistente metáfora de Shakespeare, de Macbeth a Edipo.

En la mitología de los presidentes argentinos la intolerancia a los hechos adversos torna indispensable un recurso para aliviar la frustración del jefe. Es lo que se conoce como "el diario de Yrigoyen", un tópico y una leyenda -en rigor, nunca existió- que escenifican a un entorno de cortesanos editando una realidad paralela, rosada y favorable al gusto presidencial. Decir que un presidente necesita ese subterfugio equivale a aceptar que se internó en la niebla de la sinrazón.

Esperemos que en este caso prevalezca la lucidez. Cuando remitan las pasiones, la crítica histórica podrá construir un juicio más equilibrado sobre Cristina Kirchner. Aflorarán allí sus innegables logros y sus profundos desaciertos. Así en la política como en la vida, ni más ni menos. Pero aún no llegó ese momento. En la actualidad ella se enfrenta a un hecho natural: el desgaste y los límites temporales de su gestión. Encara, por así decirlo, su crepúsculo administrativo, no necesariamente el final de su carrera.

Los indicios de que la Presidenta podría no aceptar ese destino con sensatez ubican su encrucijada entre la psicología y la política, abriéndonos a una incertidumbre de la que Shakespeare y Freud ya nos advirtieron.

© LA NACION.

 

Nelson Castro: "Señora Presidenta, sus médicos están preocupados por su estado emocional"

El periodista Nelson Castro dijo anoche en su programa de TN, El juego limpio, que los médicos de la presidenta Cristina Kirchner "están preocupados" por su "momento emocional".

"Sus médicos están muy preocupados por su estado emocional. Se preocuparon el domingo por la noche, el lunes, el martes y hoy. Sépalo, sea conciente, escúchelos. Es importante que su salud emocional sea perfecta", sostuvo Castro.

Ahondó: "Usted tiene que tomar decisiones que nos afectan a todos, necesitamos que esté muy bien para que actúe con sabiduría. Sus médicos están preocupados, no la han visto bien estos días".

Castro, que además de periodista es médico, sostuvo que la Presidenta "necesita recuperar la calma y el equilibrio frente a la adversidad".

"Es difícil y sobre todo cuando alguien padece como es su caso, el sindrome de Hubris, que es la enfermedad del poder y que usted está padeciendo", agregó.

Al referirse al síndrome de Hubris, Castro explicó que "es una entidad médica política que describe las caracteristicas del hombre y la mujer del poder, [quien] siente que es único en la historia, que siente que la historia lo está mirando".

VER VIDEO
https://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=pTnH80Tzcz8  

El conductor de El juego limpio añadió que "como consecuencia" del síndrome de Hubris, la Presidenta "piensa que es única y casi el centro del universo, que sabe todo, que la realidad es la que ella cree que es, y no la que es".

"Piensa que los otros no saben nada y, como tal, los desprecia", agregó. "Piensa que nadie comprende lo que está pasando y como consecuencia de esa autosuficiencia, hay un comportamiento soberbio y por ende, no se dialoga con nadie, si total todos los otros están equivocados", sostuvo.

Castro dijo que Cristina Kirchner "cree que es imprescindible, que sin ella no hay presente y tampoco futuro".

"Señora Presidenta, es lo que usted está padeciendo. Deseo que usted pueda recuperarse, de corazón. Esa enfermedad de poder que está sufriendo la padecemos todos nosotros", concluyó.

 

COMENTARIOS DE LECTORES:

 

Pablo y Hugo Moyano: "El conflicto todavía es Montoneros vs. sindicalismo"

Antes de pasar al plano personal, ¿hay algo de todo lo que rueda que no sea de ustedes?

Pablo: (se ríe) -Creo que no, y si encontrás, avisanos, que vamos a buscarlo.

La entrevista con Pablo tenía lugar en su oficina del Sindicato de Camioneros, en la calle San José al 1700, en Capital. Pero a los 46 minutos entró Hugo y se quedó. Lo que sigue es lo mejor de la imprevista sesión compartida con Moyano padre e hijo.

(A solas con Pablo) -Hablemos de su personalidad. ¿En qué se siente parecido a su padre?

-En el carácter no muy simpático (risas). Yo, si hay un conflicto, capaz voy al choque. Mi viejo dice: "Pará, vamos a ver". A la hora de enfrentar a un empresario yo soy más frontal.

-La sensación es que usted tiene más acelerador que freno.

(se ríe) -El que mete el freno es Hugo.

-Usted en Camioneros es adjunto. Uno podría pensar que lo que heredó de...

(interrumpe) -Yo no heredé nada, acá el número uno sigue siendo Hugo y está para 50 años más. Yo laburé en Expreso Escobar, fui laburante.

- No digo que no, pero alguno puede decir: "Pablito es laburante, pero además, el hecho de ser hijo."

(interrumpe, firme, con una sonrisa) -¡Pablito las bolas! Laburé, fui delegado, en la carrera gremial hice desde jardín de infantes hasta terciario.

-¿Cómo logran que sus trabajadores ganen $ 2000 o $ 3000 más que otros gremios?

(sonríe, orgulloso) -Preguntales a los empresarios. Muchos dicen: "Mirá este hijo de puta de Moyano cómo consigue", pero no es que se empezó ayer a discutir salarios. Tanto con Menem, con Alfonsín, Hugo estuvo siempre peleando, no es que en la época de Kirchner apareció Camioneros.

- Pero Camioneros creció mucho con los Kirchner. Algún oficialista hasta diría que ustedes deberían ser más agradecidos.

(despectivo) -¡Ellos tendrían que agradecernos a nosotros! Todos los que nos critican ahora, Anibaúl Fernández, Kunkel, todos esos bocones, tienen que agradecernos por lo del campo. ¡Ellos se borraron todos! Llamaban y decían: "Por favor, Hugo, no nos dejés, tenemos que movilizar". Cuando todo parecía que explotaba, todos ellos te llamaban pidiendo ayuda. Y él también (señala una foto y apoya el dedo sobre Néstor).

-¿Durante el conflicto con el campo su padre estuvo negociando entre las dos partes?

-Sí, el quilombo del campo afectó un montón a los camioneros. Hubo un principio de acuerdo para destrabar, pero cuando Hugo hizo un llamado, la negociación hizo "crack".

-¿A quién fue el llamado?

(Vuelve a señalar la foto de Néstor).

-¿Él bajó el pulgar?

-Claro, ya está. Ya fue.

- ¿Por qué cree que de Olivos bajaron el pulgar a negociar?

-Viste cómo son, como ahora. En vez de reconocer la derrota van hasta el fondo, no escuchan.

-¿Por qué se rompe el vínculo entre ustedes y el Gobierno?

-Creo que el Gobierno, o directamente la Presidenta, detesta al movimiento obrero. No se olvidan de que Perón los echó de la Plaza y se quedó con el gremialismo, y la bronca de esa época la siguen manteniendo.

-El conflicto de fondo todavía es Montoneros vs.

-Sí, versus sindicalismo, por supuesto. Fijate el desprecio que tienen y lo que han hecho con el sindicalismo, lo han dividido todo y a los que quedaron en la CGT oficial no les han dado ningún puesto en las listas.

-Ellos le podrían decir: ¿cuántos convenios de trabajo, cuántas mejoras y cuántas paritarias hubo con nosotros?

-¡Entre 2003 y 2007, en el primer gobierno! En el segundo, cuando no empezó a haber respuesta, empezó el alejamiento.

-El Gobierno los acusa de arreglar con Magnetto.

(chista, despectivo) -Ésas son cosas que no cree nadie, la gente ya está re podrida, se ve en la calle. Fijate la paliza que se comieron el domingo.

(En ese momento se abre la puerta de la oficina y entra Hugo a "saludar")

-Qué sorpresa. Mucho gusto, Hugo. Estábamos hablando con su hijo sobre qué pasará en octubre.

Pablo: -Le decía que después de los discursos, más bronca.

Hugo: -No sólo por lo que dice la Presidenta, también por lo que dijo "Anibaúl". Él es un provocador permanente. Se habrá puesto nervioso cuando dije que se va a sentir el olor a cala.

-Pegó fuerte eso. ¿Ustedes no creen en la capacidad de recuperación del Gobierno? ¿Y si baja Ganancias?

H: -Sería una medida electoral, la gente se da cuenta.

-En su discurso, Cristina dijo que está dispuesta a hablar con los titulares. Ustedes son titulares.

H: -De los diarios somos titulares [risas]. Que nos invite, yo voy a ir.

-Y si la tuviera acá, enfrente, ¿qué le plantearía?

H: -Las reestatizaciones ¿Por qué no reestatizan el Banco Hipotecario? El BH les da crédito a las viviendas de los trabajadores. Ahí empieza la dignidad de una familia, en la vivienda.

-Señores Moyano, ¿ustedes para quién van a jugar en octubre?

H: -Generamos nuestro propio espacio político.

-Les recuerdo que no les fue del todo bien ahora en agosto.

H: -Debutamos en política con nuestro partido, un mes antes no teníamos partido y él se demoraba. Yo tenía muy buena relación con Massa.

-¿Por qué no cerró con Massa?

H: -Porque no se definía.

-¿Cuál era la duda de él sobre ustedes?

H: -¡Qué se yo! Nosotros teníamos que debutar con nuestro partido y lo hicimos con un hombre que, más allá de que hayamos tenido malas relaciones, siempre levantó la bandera del peronismo.

-Cuando cerró Casa Tía echó a 5000.

H: -¡Pero los indemnizó a todos! ¡Eso lo averigüé, lo investigué para matarlo! Pero les pagó.

-Ahora el panorama para ustedes.

H: -(interrumpe, con el índice en alto) Fui el único que dijo que los trabajadores íbamos a replantear nuestro voto. Nunca dije a quién había que votar, ¡pero sí a quién no había que votar! Este resultado tiene mucho que ver con eso. (sonríe)

-¿Scioli o Massa?

H: -¿Para qué?

-Para ser el 9 de Independiente.

[Risas] Pablo: -Uno es un amargo que no le hace un gol a nadie.

(Foto de Massa) -¿Qué les falta a los Moyano para ser massistas?

(Risas) -Ir al Tigre, pero no. Ya he ido a comer asados.

-Cuando muere Néstor, se dice que a Cristina le sugieren que se aleje de usted, además, por una supuesta cercanía suya al peronismo de derecha en los 70. Hasta se lo acusa de haber "marcado" a militantes de izquierda.

(Indignado) -¡Pero por favor! Se han dicho tantas estupideces. Yo tengo una formación en la Iglesia Evangélica, nosotros pensamos que el hombre puede zafar de la justicia del hombre, ¿pero te pensás que podría vivir tranquilo habiendo cometido una cosa de ésas? Yo nunca salí a matar a nadie (levanta el índice) como salieron algunos.

-A ustedes se les objeta que, a veces, tienen métodos bravos. Un ejemplo es lo que pasó con Madonna Quiroz.

-¡Si Madonna no tira esos tiros al aire, nos mataban a todos! ¡No sabés cómo estaba esa gente! (de la Uocra). Estaban todos pasados de vuelta, no sabés el desastre que hicieron adentro.

-Se vieron informes periodísticos donde mostraban que ustedes tenían mansiones. ¿De dónde salió tanto dinero?

H: -Yo trabajé toda mi vida, mi mujer trabaja, todos mis hijos trabajan. ¿Es injusto tener una casa a los 70 años para ir a descansar? Hay mucha gente que tiene esa vida y como no es dirigente gremial no se le dice nada.

P: -Claro, como esos zurdos que andan con los pantalones gastados.

H: -Lo que sí podemos asegurar es que no vamos a permitir que se toque un centavo de los trabajadores.

-Alguien puede ser querido, pero a la vez haberse enriquecido.

H: -¿Tener una casa para ir a descansar es enriquecerse?

-¿Qué es lo más caro que tienen?

H: -No sé, tengo una estancia.

P: (Ironiza) -Tenés la empresa de Covelia, la estancia de Carlitos, tenés un montón de cosas. ¡Andá a buscarlo a Jaime y a todos esos chorros!

-Si fuera De Narváez y tiene el 10% de los votos. ¿Dónde los juega?

P: -Muero con la nuestra.

H: -Claro, nosotros morimos con la nuestra. Se puede mejorar ese 10%.

-Si se quedan con De Narváez con estos números. ¿En octubre las calas no son para ustedes?

H: -¿Te pensás que voy a perder la fidelidad de mis trabajadores, que es lo que más me interesa? Mientras ellos sigan creyendo en mí.. Yo puedo tener un montón de defectos, pero traicionar no traiciono. No me van a ver a mí saltando el cerco.

-Cristina los cita y les dice: "Yo entiendo lo que ustedes piden, somos el gobierno que más hizo, pero no hay más plata".

P: -¿Y yo y los trabajadores, tenemos que pagar mil millones para Fútbol para Todos? ¿Para eso sí hay plata?

-¿Cortarían el fútbol para todos?

H: -El trabajador, con eso que le sacan, podría tener cable y muchas otras cosas. ¿Quién paga el Fútbol para Todos? El laburante.

-Ahora soy Cristina: "Caballeros, acá tienen la tijera. A ver, ¿qué más recortarían?

H: -¿Sabés cuánto hay para recortar? Yo me pregunto para qué nos sirve Tecnópolis. ¿Sabés la guita que se gastaron ahí? ¿La cantidad de viviendas que se podrían haber hecho? Más de mil viviendas.

-Supongamos que pueden volver a hablar con Néstor. ¿Qué le dirían?

-P: (riéndose) ¿Por qué "Mínimo" nos mandó a la B (A Independiente)?

(pregunta Julián Busso, colaborador y desgrabador de las notas) -¿Máximo mandó a la B a Independiente?

P: -Presionó a la AFA para que nos mande a la B.

Última: -¿Cómo lo ve de sucesor a Pablo? ¿Aprendió?

-Sí, aprendió. Este es un gremio muy disciplinado y él es un reflejo.

-Si les parece, dejamos acá.

HISTORIA CLÍNICA

Pablo Moyano

Edad: 43

Ocupación

Secretario adjunto de Camioneros

Observaciones

Muy amable en persona, frontal, prefiere el gremio a la política. Muy admirador de su padre, lo tiene tatuado en su pecho

Hugo Antonio Moyano

Edad: 60

Ocupación

Secretario general de la CGT Azopardo y secretario general de Camioneros

Observaciones

Confía y delega en su hijo, pero a la vez supervisa y define