"¡Yo tengo un sueño hoy!" cumple 50 años

Miles de personas se concentran este sábado 24/08 en Washington DC para conmemorar el 50 aniversario del histórico, extraordinario y conmovedor discurso ofrecido por Martin Luther King Jr., líder del movimiento por los derechos civiles, en el National Mall de la capital federal estadounidense. Numerosas organizaciones han convocado a una movilización nacional a “Reclamar el Sueño”, en honor al “I have a dream” que pronunció King en la escalinata del monumento a Abraham Lincoln y que ya han quedado grabadas en la memoria colectiva como reclamo de justicia e igualdad.

"Con esta fe seremos capaces de transformar las discordancias de nuestra nación en una hermosa sinfonía de hermandad. Con esta fe seremos capaces de trabajar juntos, de rezar juntos, de luchar juntos, de ir a prisión juntos, de luchar por nuestra libertad juntos, con la certeza de que un día seremos libres. Este será el día, este será el día en que todos los niños de Dios serán capaces de cantar con un nuevo significado: "Mi país, dulce tierra de libertad, sobre ti canto. Tierra donde mis padres murieron, tierra del orgullo del peregrino, desde cada ladera, dejen resonar la libertad". Y si Estados Unidos va a convertirse en una gran nación, esto debe convertirse en realidad." (Martin Luther King Jr., 28/08/1963).
“Yo tengo un sueño”, pronunció Martin Luther King Jr. flanqueado por la gigante escultura del presidente Lincoln. “Sueño que mis cuatro hijos vivan algún día en una nación donde no serán juzgados por el color de su piel sino el contenido de su carácter”. Su poderosa oratoria, forjada tras años de labor como pastor de la Iglesia Bautista, y después también como activista social, marcó el latido del discurso, interrumpido por los aplausos de los miles de asistentes. “Yo sueño con un día en el que allí en Alabama los niños negros y las niñas negras puedan unir sus manos con niños blancos y niñas blancas como hermanos y hermanas”...
 
Más de 250 000 personas de todas las etnias se reunieron el 28 de agosto de 1963 frente al Capitolio de los Estados Unidos, en lo que constituyó la manifestación más grande que haya tenido lugar en la capital estadounidense.
 
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I Have a Dream (subt. en español)   (VER EN YOU TUBE) y acá un poco más abajo, se puede leer el texto completo, es imperdible.
  
Está considerado frecuentemente como uno de los mejores discursos de la historia, N°1 entre los discursos del siglo 20, según los estudiosos de la retórica. El discurso de King se asemeja al estilo del sermón de un pastor cristiano. A través del instrumento retórico de la alusión, King hace uso de frases y lenguaje de importantes textos culturales para sus propósitos retóricos. 
 
Aquella marcha fue convocada en el centenario de la Proclamación de Emancipación que liberó a los esclavos. King, como los numerosos activistas que intervinieron antes que él, habían llegado a Washington sin embargo para contarle a la nación que su libertad no era completa. Estos días, 50 años después, numerosos eventos celebran los avances logrados hasta ahora, incluida la elección del primer presidente afroamericano de la historia de Estados Unidos, pero recuerdan también que el sueño no ha acabado de cumplirse.
 
Entre los participantes estarán los familiares de Trayvon Martin, el joven afroamericano que murió por el disparo de un vigilante, George Zimmerman, el año pasado. Defensores de los derechos civiles han reivindicado que este caso es un ejemplo de que el racismo, la discriminación y los prejuicios siguen presentes en la sociedad estadounidense. También hablarán descendientes de Emmett Till, un joven negro de 14 años que fue secuestrado y linchado por haberse dirigido a una mujer blanca en un restaurante.
 
La marcha, que seguirá el mismo recorrido que la que en 1963 congregó a más de 200.000 personas, contará con la presencia de los principales líderes de la lucha por los derechos civiles y representantes políticos, así como la participación del hijo mayor del reverendo, Martin Luther King III. El próximo miércoles, una concentración más pequeña pondrá fin a las celebraciones con la intervención del presidente estadounidense, Barack Obama, desde el mismo lugar desde el que King se dirigió a un mar de activistas que vieron en su discurso la reivindicación de un movimiento pacífico que dio una lección al mundo.
 
El 4 de abril de 1968 a las 18:01, Martin Luther King fue asesinado por un segregacionista blanco en el balcón del Lorraine Motel en Memphis (Tennessee). 
 
Acerca del discurso I Have a Dream (Yo tengo un sueño), la formación religiosa del orador se percibió ya que utilizó 3 veces la expresión "hijos de Dios", habló de que "la gloria de Dios será revelada, y se unirá todo el género humano", dió ánimo a su gente diciéndoles un mensaje cristiano "Continúen trabajando con la convicción de que el sufrimiento que no es merecido, es emancipador" y cerrando el discurso con ""¡Libres al fin! ¡Libres al fin! Gracias a Dios omnipotente, ¡somos libres al fin!".
 
Paralelismo, el uso de la misma fraseología inicial en una secuencia de afirmaciones o frases para agregar énfasis, orden, o climax a una idea, es una herramienta retórica empleada a través de todo el discurso. "Ahora es el momento..."fue repetida 4 veces en el 6to párrafo. El ejemplo más citado de paralelismo es encontrado en la frase "Yo tengo un sueño..." que es repetida 8 veces cuando King describe a su audiencia una imagen de un USA integrado y unido.

Nota del Faro de la Utopía : el discurso va ganando en emoción a medida que avanza, incluso se ve que al principio Luther King va leyendo algo que trae escrito, pero ya cerca de la mitad, empieza a hablar espontáneamente sin leer, construyéndolo desde su propia alma  y brindándonos un discurso de una profundidad espiritual superlativa, una pieza de oratoria monumental e insuperable, equiparable simbólicamente al Sermón de la Montaña, es la Voz de Dios misma apelando a la trascendencia del alma, imposible no lagrimear y no conmoverse ante tal grandiosidad indescriptible, sus palabras alcanzan la cumbre de la condición humana.

 

 (Ver en You Tube subtitulado en español): http://www.youtube.com/watch?v=CU0opfi2avM

Texto completo:

Tengo un sueño

Por Martin Luther King, Jr.

Discurso leído en las gradas del Lincoln Memorial durante la histórica Marcha sobre Washington

Estoy orgulloso de reunirme con ustedes hoy, en la que será ante la historia la mayor manifestación por la libertad en la historia de nuestro país.

Hace cien años, un gran estadounidense, cuya simbólica sombra nos cobija hoy, firmó la Proclama de la emancipación. Este trascendental decreto significó como un gran rayo de luz y de esperanza para millones de esclavos negros, chamuscados en las llamas de una marchita injusticia. Llegó como un precioso amanecer al final de una larga noche de cautiverio. Pero, cien años después, el negro aún no es libre; cien años después, la vida del negro es aún tristemente lacerada por las esposas de la segregación y las cadenas de la discriminación; cien años después, el negro vive en una isla solitaria en medio de un inmenso océano de prosperidad material; cien años después, el negro todavía languidece en las esquinas de la sociedad estadounidense y se encuentra desterrado en su propia tierra.

Por eso, hoy hemos venido aquí a dramatizar una condición vergonzosa. En cierto sentido, hemos venido a la capital de nuestro país, a cobrar un cheque. Cuando los arquitectos de nuestra república escribieron las magníficas palabras de la Constitución y de la Declaración de Independencia, firmaron un pagaré del que todo estadounidense habría de ser heredero. Este documento era la promesa de que a todos los hombres, les serían garantizados los inalienables derechos a la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad.

Es obvio hoy en día, que Estados Unidos ha incumplido ese pagaré en lo que concierne a sus ciudadanos negros. En lugar de honrar esta sagrada obligación, Estados Unidos ha dado a los negros un cheque sin fondos; un cheque que ha sido devuelto con el sello de "fondos insuficientes". Pero nos rehusamos a creer que el Banco de la Justicia haya quebrado. Rehusamos creer que no haya suficientes fondos en las grandes bóvedas de la oportunidad de este país. Por eso hemos venido a cobrar este cheque; el cheque que nos colmará de las riquezas de la libertad y de la seguridad de justicia.

También hemos venido a este lugar sagrado, para recordar a Estados Unidos de América la urgencia impetuosa del ahora. Este no es el momento de tener el lujo de enfriarse o de tomar tranquilizantes de gradualismo. Ahora es el momento de hacer realidad las promesas de democracia. Ahora es el momento de salir del oscuro y desolado valle de la segregación hacia el camino soleado de la justicia racial. Ahora es el momento de hacer de la justicia una realidad para todos los hijos de Dios. Ahora es el momento de sacar a nuestro país de las arenas movedizas de la injusticia racial hacia la roca sólida de la hermandad.

Sería fatal para la nación pasar por alto la urgencia del momento y no darle la importancia a la decisión de los negros. Este verano, ardiente por el legítimo descontento de los negros, no pasará hasta que no haya un otoño vigorizante de libertad e igualdad.

1963 no es un fin, sino el principio. Y quienes tenían la esperanza de que los negros necesitaban desahogarse y ya se sentirá contentos, tendrán un rudo despertar si el país retorna a lo mismo de siempre. No habrá ni descanso ni tranquilidad en Estados Unidos hasta que a los negros se les garanticen sus derechos de ciudadanía. Los remolinos de la rebelión continuarán sacudiendo los cimientos de nuestra nación hasta que surja el esplendoroso día de la justicia.

Pero hay algo que debo decir a mi gente que aguarda en el cálido umbral que conduce al palacio de la justicia. Debemos evitar cometer actos injustos en el proceso de obtener el lugar que por derecho nos corresponde. No busquemos satisfacer nuestra sed de libertad bebiendo de la copa de la amargura y el odio. Debemos conducir para siempre nuestra lucha por el camino elevado de la dignidad y la disciplina. No debemos permitir que nuestra protesta creativa degenere en violencia física. Una y otra vez debemos elevarnos a las majestuosas alturas donde se encuentre la fuerza física con la fuerza del alma. La maravillosa nueva militancia que ha envuelto a la comunidad negra, no debe conducirnos a la desconfianza de toda la gente blanca, porque muchos de nuestros hermanos blancos, como lo evidencia su presencia aquí hoy, han llegado a comprender que su destino está unido al nuestro y su libertad está inextricablemente ligada a la nuestra. No podemos caminar solos. Y al hablar, debemos hacer la promesa de marchar siempre hacia adelante. No podemos volver atrás.

Hay quienes preguntan a los partidarios de los derechos civiles, "¿Cuándo quedarán satisfechos?"

Nunca podremos quedar satisfechos mientras nuestros cuerpos, fatigados de tanto viajar, no puedan alojarse en los moteles de las carreteras y en los hoteles de las ciudades. No podremos quedar satisfechos, mientras los negros sólo podamos trasladarnos de un gueto pequeño a un gueto más grande. Nunca podremos quedar satisfechos, mientras un negro de Misisipí no pueda votar y un negro de Nueva York considere que no hay por qué votar. No, no; no estamos satisfechos y no quedaremos satisfechos hasta que "la justicia ruede como el agua y la rectitud como una poderosa corriente".

Sé que algunos de ustedes han venido hasta aquí debido a grandes pruebas y tribulaciones. Algunos han llegado recién salidos de angostas celdas. Algunos de ustedes han llegado de sitios donde en su búsqueda de la libertad, han sido golpeados por las tormentas de la persecución y derribados por los vientos de la brutalidad policíaca. Ustedes son los veteranos del sufrimiento creativo. Continúen trabajando con la convicción de que el sufrimiento que no es merecido, es emancipador.

Regresen a Misisipí, regresen a Alabama, regresen a Georgia, regresen a Louisiana, regresen a los barrios bajos y a los guetos de nuestras ciudades del Norte, sabiendo que de alguna manera esta situación puede y será cambiada. No nos revolquemos en el valle de la desesperanza.

Hoy les digo a ustedes, amigos míos, que a pesar de las dificultades del momento, yo aún tengo un sueño. Es un sueño profundamente arraigado en el sueño "americano".

Sueño que un día esta nación se levantará y vivirá el verdadero significado de su credo: "Afirmamos que estas verdades son evidentes: que todos los hombres son creados iguales".

Sueño que un día, en las rojas colinas de Georgia, los hijos de los antiguos esclavos y los hijos de los antiguos dueños de esclavos, se puedan sentar juntos a la mesa de la hermandad.

Sueño que un día, incluso el estado de Misisipí, un estado que se sofoca con el calor de la injusticia y de la opresión, se convertirá en un oasis de libertad y justicia.

Sueño que mis cuatro hijos vivirán un día en un país en el cual no serán juzgados por el color de su piel, sino por los rasgos de su personalidad.

¡Hoy tengo un sueño!

Sueño que un día, el estado de Alabama cuyo gobernador escupe frases de interposición entre las razas y anulación de los negros, se convierta en un sitio donde los niños y niñas negras, puedan unir sus manos con las de los niños y niñas blancas y caminar unidos, como hermanos y hermanas.

¡Hoy tengo un sueño!

Sueño que algún día los valles serán cumbres, y las colinas y montañas serán llanos, los sitios más escarpados serán nivelados y los torcidos serán enderezados, y la gloria de Dios será revelada, y se unirá todo el género humano.

Esta es nuestra esperanza. Esta es la fe con la cual regreso al Sur. Con esta fe podremos esculpir de la montaña de la desesperanza una piedra de esperanza. Con esta fe podremos trasformar el sonido discordante de nuestra nación, en una hermosa sinfonía de fraternidad. Con esta fe podremos trabajar juntos, rezar juntos, luchar juntos, ir a la cárcel juntos, defender la libertad juntos, sabiendo que algún día seremos libres.

Ese será el día cuando todos los hijos de Dios podrán cantar el himno con un nuevo significado, "Mi país es tuyo. Dulce tierra de libertad, a tí te canto. Tierra de libertad donde mis antecesores murieron, tierra orgullo de los peregrinos, de cada costado de la montaña, que repique la libertad". Y si Estados Unidos ha de ser grande, esto tendrá que hacerse realidad.

Por eso, ¡que repique la libertad desde la cúspide de los montes prodigiosos de Nueva Hampshire! ¡Que repique la libertad desde las poderosas montañas de Nueva York! ¡Que repique la libertad desde las alturas de las Alleghenies de Pensilvania! ¡Que repique la libertad desde las Rocosas cubiertas de nieve en Colorado! ¡Que repique la libertad desde las sinuosas pendientes de California! Pero no sólo eso: ! ¡Que repique la libertad desde la Montaña de Piedra de Georgia! ¡Que repique la libertad desde la Montaña Lookout de Tennesse! ¡Que repique la libertad desde cada pequeña colina y montaña de Misisipí! "De cada costado de la montaña, que repique la libertad".

Cuando repique la libertad y la dejemos repicar en cada aldea y en cada caserío, en cada estado y en cada ciudad, podremos acelerar la llegada del día cuando todos los hijos de Dios, negros y blancos, judíos y cristianos, protestantes y católicos, puedan unir sus manos y cantar las palabras del viejo espiritual negro: "¡Libres al fin! ¡Libres al fin! Gracias a Dios omnipotente, ¡somos libres al fin!"



Washington, DC
28 de agosto de 1963

 

A 50 años del discurso de Martin Luther King, el racismo sigue en EE.UU.

POR ANA BARON

Los afroamericanos son discriminados económica y penalmente. La candidatura de Obama desató expresiones de intolerancia.

 

WASHINGTON. CORRESPONSAL - 25/08/13

La marcha que tuvo lugar ayer en Washington para conmemorar el 50° aniversario del discurso de Martin Luther King conocido como “I have a Dream ” se desarrolló en un ambiente muy diferente al que imperaba en aquellos años de segregación y violencia.

En efecto, entonces los afroamericanos no podían ir a las mismas escuelas que los blancos, tampoco podían utilizar los mismos baños públicos ni beber de las mismas fuentes de agua. En los ómnibus debían sentarse en la parte de atrás. El Ku Klux Klan seguía amenazándolos con sus linchamientos y quemando sus iglesias. La policía reprimía con saña cualquier manifestación cuyo reclamo fuese cambiar esa terrible situación.

Nada de eso existe actualmente. Pero, pese a que una serie de leyes claves protegen los derechos civiles de los afroamericanos y han contribuido enormemente a la integración racial, el racismo continúa.

“Este no es el momento de una conmemoración nostálgica’’, afirmó ayer Martin Luther King III, el hijo mayor del famoso líder afroamericano, frente a lo que se calcula fueron 100.000 personas. “Ni tampoco es el momento de una celebración autocongratulatoria. La tarea no está terminada. El viaje no ha terminado. Podemos y debemos hacer más’’.

La elección de Barack Obama provocó tantas ilusiones como las que causó el discurso en el que Martin Luther King hace 50 años invitó a sus conciudadanos a compartir su sueño de “que algún día los hijos de los antiguos esclavos y los hijos de los antiguos dueños podrán sentarse juntos en la mesa de la fraternidad”.

Pero desde el momento en que Obama anunció su candidatura a presidente, pudieron observarse expresiones de un racismo recalcitrante que no se había visto en años. Obama fue acusado de no ser estadounidense. Militantes de la ultraderecha se disfrazaron de monos con una careta de Obama en su rostro.

Si bien la lucha contra el racismo no fue una de sus prioridades, Obama adoptó una política inclusiva. Su elección y reelección se debieron al apoyo de una coalición de blanco-hispanos y afroamericanos, y actualmente está presionando al Congreso para que adopte una reforma migratoria. Además con Obama, la clase media afroamericana logró un espacio en la Casa Blanca, y en otros ámbitos de toma de decisiones muchos más grandes de los que tenía antes.

La situación económica de los afroamericanos, sin embargo, no es mejor hoy que hace 50 años. En efecto, entonces la tasa de desocupación era de 5 por ciento entre los blancos y más del doble, el 10,9% entre los afroamericanos. Hoy es de 6,6% entre los blancos y del 12,6 % entre los afroamericanos. De acuerdo a las estadísticas oficiales, en los últimos 30 años el 13 por ciento de los blancos no tuvo seguro médico mientras que la proporción de afroamericanos fue del 21%.

Consciente de este hecho, Obama piensa dedicar el discurso que pronunciará el miércoles, en honor a Martin Luther King, fundamentalmente al problema económico de los afroamericanos. “No hay ninguna contradicción entre la lucha por la igualdad racial y la lucha para colmar las diferencias entre las condiciones de vida”, manifestó una de sus más cercanas asesoras, Valerie Jarret.

La discriminación racial, sin embargo no es solo de tipo económico. También se ve cuando los policías tienen un gatillo mucho más fácil con los afroamericanos y las sentencias de los afroamericanos son mucho más severas que las de los blancos.

Más aún, ayer el representante demócrata John Lewis, el único orador sobreviviente de la Marcha a Washington de 1963, criticó duramente una decisión de la Corte Suprema que eliminó un artículo antidiscriminatorio de la Ley sobre el Derecho al Voto.

Lewis fue un líder de la marcha que en 1965 tuvo lugar en Selma para exigir el acceso a los centros de votación. La represión de la policía ese día fue sangrienta.

“Derramé un poquito de sangre en ese puente por el derecho a votar’’, dijo Lewis ayer . “No voy a quedarme de brazos cruzados y dejar que la Corte Suprema nos arrebate el derecho al voto. Ustedes no pueden quedarse sentados. Tenemos que ponernos de pie y hacer oír nuestra voz’’.

El comentario gubernamental en el blog oficial de la Casa Blanca (en inglés):

http://www.whitehouse.gov/blog/2013/08/24/50-years-later-our-march-goes?utm_source=snapshot&utm_medium=email&utm_content=082613-blog