SAN PABLO.- Los brasileños lograron la atención del mundo y la derogación del
aumento en las tarifas del transporte que había encendido su furia en un primer
momento. Pero ahora, dicen muchos, su verdadera tarea apenas comienza.
Los manifestantes creen que el desafío para los brasileños es mantener vivo el
espíritu político que se despertó en estos días, después de décadas de apatía.
Esperan que surjan líderes para encabezar un movimiento de masas ecléctico y
presentar reclamos concretos a los gobiernos nacionales y estatales.
En resumen, quienes salen a las calles dicen que es hora de organizarse en torno
a la oleada de quejas, que van desde acabar con la corrupción del gobierno a
mejorar la educación pública, la salud y la seguridad. "Creo que los líderes
surgirán, pero en grupos más pequeños'', dijo Juliane Furno, una secretaria que
marchaba anteanoche en San Pablo con un cartel que decía "Sólo luchar cambia la
vida"'.
"Todos estamos llevando las experiencias de la semana pasada a nuestras
universidades, comunidades y lugares de trabajo. Creo que las cosas se calmarán,
pero ahora hemos politizado a Brasil y no hay vuelta atrás. No vamos a volver al
Brasil de la semana pasada'', agregó Furno.
A pesar de tanto entusiasmo, los manifestantes de Brasil se enfrentan a un
dilema que acosa a los movimientos sociales modernos en América latina y otros
lugares. Si las protestas se concentran demasiado en cuestiones concretas como
las tarifas del transporte, se arriesgan a perder fuerza cuando el tema se
resuelve. Y si tienen un espectro demasiado amplio, entonces sus movimientos
pueden convertirse en algo indefinido que sirve para las quejas de todo el
mundo.
Occupy Wall Street, por ejemplo, no pudo convertir su indignación por la
corrupción en el mundo de las finanzas en una fuerza política. Los manifestantes
en Egipto lograron derrocar al dictador Hosni Mubarak, pero desde entonces
tienen problemas para mantenerse unidos.
Además, Brasil aún no tiene grupos cívicos nacionales fuertes capaces de
convertirse en líderes naturales de las protestas. Las marchas son frescas y aún
las impulsa la adrenalina. Sólo un grupo organizado mostró algún tipo de control
de las movilizaciones, el Movimiento Pase Libre, que lucha desde 2006 por un
transporte público gratuito en todo el país.
Pase Libre levantó una sola consigna y obtuvo su reclamo, al poner al frente a
líderes que podrían negociar con los gobiernos. Al resto de los manifestantes
sólo los une un descontento general por el estado lamentable de los servicios
públicos frente a los altos impuestos que pagan los ciudadanos, así como los
miles de millones de dólares gastados en estadios para la Copa del Mundo y los
Juegos Olímpicos.
Pero cuando se les pregunta cómo convertir la frustración y demandas dispares en
resultados concretos, pocos en las calles podrían describir un camino a seguir.
En Salvador, anteanoche, unos 5000 manifestantes no pudieron ponerse de acuerdo
ni siquiera sobre una sola ruta para la marcha, y en lugar de lograr un consenso
se dividieron en dos grupos.
A raíz de estos desvíos, el Movimiento Pase Libre anunció ayer el fin de las
convocatorias a manifestaciones, por entender que las protestas se contaminaron
por una agenda de sectores conservadores que objetan el sistema democrático, con
consignas "como el rechazo a los partidos políticos, no tan sólo los
oficialistas, o el reclamo para reducir a menos de 18 años la edad de
imputabilidad penal".
Ricardo Hammem, un abogado de 37 años que asistía a un marcha en San Pablo
vestido de traje y corbata, dijo que a pesar de la naturaleza amorfa de las
protestas y la falta de dirección a nivel nacional, ya se dio el paso más
importante. "Lleva mucho tiempo gestándose. Aquí todo el mundo está
insatisfecho, pero nadie se queja", señaló. "Todo el mundo espera a que otros
comiencen."
Leonardo Avritzer, profesor de ciencias políticas en la Universidad de Belo
Horizonte, dijo que quedaba poco tiempo para aprovechar el impulso de las
protestas. "Este movimiento es como una cebolla -dijo Avritzer-. En el centro
están estos grupos bien organizados y politizados alrededor de los cuales hay
muchas capas externas. Esas capas exteriores se van a dispersar rápidamente,
especialmente si el movimiento no encuentra una manera de convertir sus demandas
en una agenda de acciones concretas y sobre todo si mantienen este ritmo de
protestas diarias''.
Para el taxista Roberto Amorim, lo que los brasileños necesitan ahora es
paciencia y no perder la esperanza si las protestas se calman.
"Hay muchas caras y voces por aquí, ellos protestan a gritos contra el mismo
sufrimiento que la mayoría conoce en Brasil", dijo. "Nadie está esperando
profundos cambios hoy, mañana o la próxima semana."
Según una encuesta, la imagen de la gestión cayó del 57 al 30% en relación a los
sondeos que se habían hecho tres semanas antes del inicio de las
manifestaciones.
DETRÁS DEL ESTALLIDO, MUCHAS CAUSAS
Las masivas protestas sorprendieron al gobierno brasileño
1
El detonante
El alza de la tarifa del transporte público, que ya era caro en relación con los
sueldos y ofrecía un servicio de mala calidad, desató la primera protesta y
resultó ser apenas el síntoma de un malestar latente contra la marcha general
del país
2
Declive
Detrás de las luces de la nueva potencia mundial se ocultaba una desaceleración
de la economía de 7,5 a 0,9% en los últimos tres años y una inflación anual de
6,5%
3
La copa amarga
Al inseguro rumbo de la economía se sumaron los gastos para el Mundial de
fútbol, vistos en detrimento de la salud, la educación y la vivienda
4
ma
"traidora"
Para muchos brasileños, la presidenta Dilma Rousseff se distanció de los
sectores más humildes de la sociedad, de los que años atrás surgió como
militante y que decía representar, al igual que el Partido de los Trabajadores
al que pertenecen ella y su antecesor, Luiz Lula da Silva
5
Corruptos, afuera La sociedad se cansó de la corrupción estructural en las altas esferas del poder
y entabló una cruzada para dejar atrás esas prácticas que desvían miles de
millones de dólares -que deberían asignarse, entre otras cosas, a mejorar los
servicios públicos- a los bolsillos de los funcionarios
6
Más reflexión La clase media, que se fortaleció en los recientes años de esplendor, tomó
conciencia de las muchas grietas del modelo social y económico.
el problema de como dirigir a esta masa de gente, es la contradicciòn de su
fundamento en la protesta, y la contradicciòn de la base polìtica de sus
posibles lìderes, que tienen que surgir de una oposiciòn a un gobierno
progresista.La contradicciòn de su protesta, radica en que pregonando el reclamo
por derechos sociales, se pretendan soluciones conservadoras.(en nuestro paìs,
pretender ejercer el derecho a la compra de dòlares, en detrimento del
proteccionismo econòmico del estado).Por otro lado, los dirigentes que surgen de
un derecha atemporal y que demuestra una ineficacia explìcita en las potencias
mundiales, de donde es originaria, que todavìa no se da cuenta, que el
socialismo, llegò para quedarse.Aunque los medios de comunicaciòn pagados, sigan
confundiendo, malinformando a una minorìa influenciable de desprevenidos, que
actuaràn de manera anàrquica, en Latinoamèrica, hay un proceso socialista que no
tiene vuelta atràs.
En Chile gobernó Bachelet, los estudiantes nunca le pidieron reforma alguna, no
le hicieron marchas furiosas. Subió Piñera y comenzaron la marchas pidiéndole a
un gobierno de derecha lo que no le pedían al de izquierda, será porque saben
que es un imposible y quieren hacernos creer que la derecha es mala y la
izquierda es buena. Si gana Bachelet en la próximas elecciones me gustaría ver a
los estudiantes en las calles pidiendo por lo que consideran justo, de lo
contrario demostrarían su hipocresía. El socialismo solo funciona en los libros,
la verdad es que todos debemos tener derecho a trabajar, a estudiar y luego cada
uno será lo que deba ser en función su actitud y aptitud.
igual no te preocupes, hector. siempre vas a tener ezeiza abierto para irte con
tus nietos a venezuela o cuba para laburar de bloguero negador de la realidad.
pero en argentina no vas a conseguir laburo de eso en unos años.
puede que aparezca un proceso socialista real que de verdad busque mejorar la
vida de la gente pero
el final del proceso populista del chavismo es lo que no tiene vuelta atrás.con
un abominable fraude electoral apenas pudieron vencer a la oposición venezolana.
perdieron el apoyo de más de la mitad de venezuela después de tantos años el chavismo cada vez
pierde más seguidores.si fuera un proceso socialista exitoso no tendría sentido
que cada vez pierda más apoyo de la gente. el chavismo trató de infectar a
argentina. su sistema político que destruyó la república venezolana fue
rechazado por el pueblo argentino y la corte suprema de justicia. ahora en
brasil hay un proyecto dando vueltas que también trata de someter al poder
judicial. será rechazado también por el pueblo. los pueblos de sudamerica se
estan despertando al ver el desastre que dejó el chavismo en su propio país. no
quieren ese modelo que solo hace ricos a unos pocos políticos y no benefician en
nada a sus pueblos a largo plazo
Brasil: no se globaliza sólo el capital, también la protesta
La primera dimensión del impactante estallido popular en Brasil es global. El
gigante sudamericano se suma a un fenómeno que ha cruzado el mundo ensamblando
de otro modo a la democracia que parece organizarseya
no en torno a las instituciones sino a partir de la calle. Es una reacción
sanguínea contra formas de la república que han perdido espesor y diluido el
poder ciudadano con retrocesos impactantes -el caso europeo es paradigmático- en
el rol protector del Estado.
La otra dimensión, es la que surge de la propia cuestión nacional brasileña. El
furor se alimenta ahíen
la frustración de una extensa capa de clases mediasque,
pese a los números macro que muestra el país, han venido perdiendo espacio en el
reparto.
No es sencillo ver una sin observar a la otra. Estas dos grandes superficies, la
global y la doméstica, se conectan con una multiplicidad de puntos en común.
El movimiento planetario de indignados ha sido, para algunos observadores,la
emulación a ese nivel global de la toma de la plaza Tahrir en Egiptoque
fue la cabecera de una revolución popular que acabó con una dictadura de medio
siglo. Hubo en ese proceso elementos que se reiteraron en el otro extendido
fenómeno de protesta. Uno de ellos, el usode
las redes sociales a nivel asambleario y organizativo. Otro, la presencia de
vanguardias de sectores medios que si bien lograron la victoria gracias a las
huelgas de los grandes sindicatos obreros egipcios,estuvieron
al frente de la batalla con códigos nuevos.
Lo que buscaba, y aún pretende, la versión occidental de este fenómeno
participativo era mejorar la democracia enarbolando el derecho de la gente para
incidir en el reparto de la riqueza. El planteo aterrorizó al poderporque
puso en cuestión, desde una vereda imprevisible, la idea de cómo funcionan las
cosas, de ahí la feroz represión que se descarga sobre este activismo.
“No son los superfluos ni los excluidos, no es el proletariado: es la clase
media la que esta protestando en las plazas públicas. Eso le quita legitimidad y
estabilidad al sistema”, advirtió ya hace dos años desde Munich, el sociólogo
Ulrich Beck.
No se debe perder de vista que estos procesos, tanto los árabes como los
europeos y hasta el significativo Occupy Wall Street, han tenido el mismo
disparador en la gigantesca mutación que produjo la crisis iniciada en setiembre
de 2008 en su forma actual global o un año antes en el escenario nacional
estadounidense.
La idea de que ese crack universal fue consecuencia de un fracaso del modelo de
acumulación, se corrigió rápidamente al advertirse que lo que sobrevino fue una
aceleración sincronizada de la concentración, y el desmoronamiento de las bases
de los gobiernos a favor de una estricta receta de mercado. En Europa, eso se
tradujoen la demolición del Estado Benefactor
habilitando una oceánica transferencia de recursos públicos al sector privadoy
reducciones antes impensadas de la renta salarial, de los límites a los despidos
y la consolidación del lugar de los bancos, que han sido los centrales
beneficiarios de esta novedad.
En esa línea, es interesante notar que la rebelión en Brasil se produce sobre
las horas de la movilización que venía conmoviendo al mundo en Turquía. Lejos de
comparaciones forzadas, un factor común surge enesos
países: sus economías tuvieron
un auge notable a lo largo de la década pasadapero
ese rendimiento se revirtió en los primeros años de la actual.
En Turquía desde 2003 se triplicó el ingreso per cápita. Y en nuestro gigantesco
vecino, en los años de apogeo, se pasó de 29% de población de clase media en el
total nacional a un impactante 52 % a fines de la década. Semejante cambio se
produjo de la mano de un salto de hasta tres veces a 2,4 billones de dólares del
PBI nacional impulsado por el viento de cola del precio de los commodities
alimenticios y energéticos y una industria pujante. La economía deBrasil
subió a la altura de las potencias europeas. En Turquía un milagro similar,
aunque más acotado, se cortó con el desplome a 2,8% de la economía en 2012,
cuando doce meses antes tocaba 8,5%. Para Brasil el escalón fue igual de duro:
el PBI que era de 7,5% en 2010, pasó a 2,7% el año siguiente y menos del uno en
2012.
“De pronto las aspiraciones de las clases medias
colisionaron con la incapacidad de sus países para satisfacerlas”,sintetiza
el economista norteamericano-alemán Uwe Bott al comparar ambos escenarios. Es la
clave que señalaba Beck. Es notable, además, la presencia de no una sino de
diversas formas de clase media en estos procesos. En el inicio de las protestas
en Brasil, los regimientos de irritados se integraron con los sectores medios
que ya lo eran cuando el ex presidente Lula da Silva ampliaba de tal modo ese
sector en la economía brasileña. Son, en parte, grupos cuyo ingreso orada una
inflación que no cedey
que los obliga a reducir sus gastos completando el ciclo del estancamiento.
Pero también otros que tienen una pretención más ambiciosa para el país que la
que le han relatado. Ni antes ni ahora se ha resuelto la inequidad brutal que
marca al gigante brasileño.
Lula, un presidente, en verdad, mucho menos socialista que promercado pero que
entendió el valor de reducir la pobreza para ampliar el consumo y aliviar
tensiones, lideróun
proceso que se agotó después de 8 años.
Ese legado quebrado es el que le arde ahora en las manos a Dilma Rousseff, su
confidente y delfín. La gente que protestaen
las calles lo hace porque no logra conectar el enorme crecimiento del país con
su realidad cotidiana, ni resolver el divorcio del discurso político de sus
demandas de una mejor calidad de vida, educación, salud, seguridad y transporte.
El gobierno ha buscado administrar la coyuntura con recortes fiscales y
subsidios, pero acabó acelerando la inflación y la deuda pública.
La furia contra el mundial de fútbol del año próximo, cuando concluye el poder
de la mandataria,resume
a modo de símbolo ese malestar en un país fanático de ese deporte.
Dilma, que tenía un apoyo de 75% en marzo pasado, continuó un gigantesco plan de
obra pública alentado por Lula, que incluye US$ 13 mil millones para financiar
el campeonato y más fondos para los Olímpicos de 2016. Esa montaña de dinero
acabó siendo el contraste menos esperado -y más antipático- entre lo que hay y
lo que debería haber.
Copyright Clarín. 2013.
Brasil: ya son dos los muertos en las protestas
Es
una mujer que falleció de un paro cardíaco tras la explosión
de una bomba en Belem. Ayer, un joven murió atropellado
durante una marcha en San Pablo.
La presidenta Dilma Roussef
se encuentra reunida con los ministros de su Gabinete.
21/06/13 - 13:41
Lasmasivas
protestasregistradas
en Brasil, que anoche culminaron con violentos choques, se
cobraron susegunda
víctima fatal. Se trata de una
mujer de 54 años, que falleció de un paro cardíaco tras la
explosión de una bomba en una marcha en Belem, confirmaron
fuentes de la alcaldía local.
Ayer, ya se había informado de la muerte de un adolescente de 18
años, atropellado por un vehículo en una manifestación en San
Pablo.
Según aseguraron fuentes de la alcaldía de Belem a la agencia
AFP, la nueva víctima es una mujer de 54 años, hipertensa, que
trabajaba como
barrendera.
Anoche, realizaba tareas de limpieza junto a una cuadrilla
cuando una columna de manifestantes arrojó una bomba que la hizo
correr,
tras lo cual sufrió un paro cardíaco y murió.
Mientras tanto, la presidenta brasileña,Dilma
Roussef, mantiene una reunión con los ministros de su Gabineteen
el Palacio del Planalto, en
Brasilia. La mandataria y sus asesores evalúanposibles
medidas para atender a los reclamos de los manifestantesque
en los últimos días
protagonizaron gigantescas protestas en las principales ciudades
del país.
Trascendió que Roussef está reunida con el ministro de Justicia,
José Eduardo Cardoso; el ministro de Planeamiento, Miriam
Belchior; de Relaciones
Institucionales, Ideli Salvati; de la secretaría General de la
Presidencia, Gilberto Carvalho, y de la Micro y Pequeña Empresa,
Afif Domingos.
Ayer, las movilizaciones se extendieron en un centenar de
ciudades. La histórica jornada de protestas -se hablaba de 50
mil personas en Recife y 300
mil
en Río de Janeiro- terminó con fuertes choques e incidentes.
Intervino el Ejército y hubo represión en Río, Recife y
Brasilia, que (además de las
víctimas fatales) dejaron decenas de heridos. Los manifestantes se
expresaron contra el sistema político, por los excesivos
Hasta hace unos días, este pasquín y todo el gorilaje en
pleno, pedían que CRISTINA imitara a DILMA...También les
gustaría que CRISTINA reprima los cacerolazos, como
DILMA reprime estas marchas
de histéricos
indignados de que haya 60 millones menos de pobres en
Brasil???
Te respondo simio kk, la protesta no
solo son por "el aumento del boleto
"estúpido simio k, la Sra. Roussef
envió un proyecto de ley para que la
Corte de justicia de Brasil no
investigue las causas de
corrupción del poder ejecutivo,
que pasaría a manos de la policía
que justamente, controla el
ejecutivo, te resumo simio kk, es
como si a Boudou y a Baez lo
investigara la comisaría tercera de
Chivilcoy,
se pide que la imite porque Dilma
Dijo que a la voz de la calle hay
que escucharla (no se sabé si
cumplirá...).Tu dictadora no lo
hace, escudándose en lo de que somos
gorilas (argumento necio)...
Cuando empezaron las protestas en
pocas esquinas de BS AS con pocos
manifestantes, uds decían :"Son
pocos, eso indica que son
gorilas"...Pero cuando ya fuimos
millones...seguían uds con el mismo
argumento...Si hubiera
millones de gorilas, este gobierno o
el que fuera, no duraría ni medio
día más...Dejense de escudarse en el
gorilismo...No tienen excusas...Uds
son unos dominados al que el
poder Kk LES CREA UN ENEMIGO (EL
GORILA) PARA AGLUTINARLOS (LO MISMO
QUE HACEN LAS RELIGIONES CREANdo
DIOSES...Y DIABLOS)...
Vi um vídeo em que dezia que as últimas 3 copas do mundo
juntas custaram aproximadamente 25 bilhoes de dólares e
que só
a do Brasil vai custar aproximadamente 30 bilhoes de
dólares...
Super faturação das obras!! Esse é um dos motivos pelos
protestos no Brasil!!
todoslos politicos roban pero ese
gobierno es demasiado!!!!!!!
20/06/13
“Brasil, es hora de
acordar, un profesor vale más que Neymar”, decían las letras
negras sobre el fondo blanco del cartel que saltaba al compás de la multitud.
Fortaleza, como casi todo el país por estos días, anda con la bronca encendida.
Y la Copa Confederaciones se ha transformado en la vidriera ideal para exhibir
el descontento.
Hasta el propio Neymar, la joya del seleccionado brasileño, salió a decir ayer:
“La única forma que tengo de representar y defender a Brasil es dentro del campo
de juego. A partir de este momentosalgo
a jugar inspirado por las movilizaciones”.
Y vaya si lo hizo un rato después: marcó un gol y construyó una obra de arte
para que su compañero Jo sellara el triunfo. Claro, las quince mil personas que
le dieron forma a la manifestación antes del partido que Brasil le ganó 2-0 a
México en el estadio Castelao, en el corazón del nordeste brasileño, no hicieron
más queacercar
el malestar popular al equipo nacional.
Pero, a diferencia de la movilización básicamente pacífica que hubo el sábado en
Brasilia, ayer hubo desborde sobre la avenida Alberto Craveiro. Unos 40 mil
manifestantes atravesaron el primer cordón policial y al llegar al segundo, a
dos kilómetros del estadio, chocaron con los 500 integrantes de las fuerzas de
seguridad, que a último momento recibieron el apoyo de grupos de élite que
llegaron a la capital del estado de Ceará para contener semejante furia. Palos y
cascotes en manos de la gente, gases lacrimógenos y balas de goma en poder de la
policía. Y una nueva secuencia de los disturbios que entrelazan los reclamos por
el aumento en las tarifas de transporte y a favor de un mejor sistema de salud,
de seguridad y de educación, con la bronca por el enorme gasto público que
genera la organización de la Copa del Mundo 2014.
El coronel Joao Batista, vocero de la policía militar de Fortaleza, mostrando su
brazo averiado producto de un piedrazo, se apuró en indicar que hubo al menos 8
agentes de seguridad heridos, aunque no fueron pocos los manifestantes que la
pasaron mal. Incluso un puñado de periodistas fue agredido y amenazado por los
policías.
Los 30 grados de temperatura que gobernaron ayer en Fortaleza acompañaron el
arribo de los integrantes de la Fuerza Nacional de Seguridad enviada por el
gobierno a cinco de las seis ciudades en las que se desarrolla la Copa. Sólo
Recife, por ahora, no fue reforzada por estos agentes nacionales que asumen el
rol de policía militarizada en situaciones extremas.
Y en este sentido, la bronca popular seguirá acompañando a la pelota en su gira
constante a lo largo de este torneo que empezó el 15 en Brasilia y concluirá el
domingo 30 en el Maracaná. Aquí, en el templo carioca, esta tarde se enfrentarán
España y Tahití, y habrá reclamos antes del encuentro.
“Ey, FIFA, paga mi tarifa”, decía otro cartel
ayer en Fortaleza. Pero el presidente de la FIFA, Joseph Blatter, no está de
acuerdo: “Las obras dejarán un legado en el país. Y después de todo, nosotros no
le pedimos a Brasil que se haga cargo de la Copa del Mundo. Fue Brasil el que
pidió organizarla”, se quejó.
Mientas tanto, el secretario del ministerio de Deporte de Brasil, Luiz Fernandes,
confirmó que se llevan gastados 28 mil millones de reales (unos 13 mil millones
de dólares) con vistas al Mundial del año que viene. Pero sólo por ahora, claro.
En julio habrá otro informe con nuevas cifras.
Intentan incendiar la alcaldía de San Pablo y Dilma Rousseff viaja de
urgencia
Unos 50.000 manifestantes marchan por el centro de la ciudad en protesta por
el incremento en el transporte y los gastos para el Mundial 2014
SAN PABLO (AFP).- Unas 50.000 personas marcharon esta noche hasta la
alcaldía de San Pablo para expresar su reclamo por los excesivos gastos que
genera la Copa del Mundo de Fútbol 2014, además de laindignación
por el aumento en el precio del transporteefectuado
la semana última, lo que obligó a la presidenta Dilma Rousseff, a realizar
un viaje relámpago a la ciudad.
La violencia llegó hasta la puerta de la alcaldía local, donde varios
manifestantes incendiaron un coche de la televisora Récord y un quiosco.
También rompieron vidrios y pintaron grafitis en las paredes de la alcaldía
y sacudieron una camioneta de la televisión Globo, mientras en la avenida
Paulista, una de las principales de la ciudad, decenas de miles se
manifestaban pacíficamente.
Rousseff hizo un viaje relámpago a Sao Paulo esta noche para reunirse con su
padrino político, el ex presidente Luiz Inacio Lula da Silva (2003-2010),
informó la Presidencia.
Según el diario Folha de Sao Paulo, ambos se encontraron con el alcalde de
San Pablo, Fernando Haddad -también del izquierdista Partido de los
Trabajadores- en el aeropuerto de Congonhas para discutir una eventual
rebaja del boleto de bus, subte y tren en la ciudad, reivindicación que
desató el movimiento de protesta en Brasil.
Rousseff se comprometió a escuchar a los manifestantes luego de que más de
200.000 brasileños salieran a las calles el lunes contra el alza del
transporte y los altos costes del Mundial, en momentos en que se celebra en
seis ciudades de Brasil su ensayo general, la Copa Confederaciones.
"Mi gobierno está escuchando esas voces por el cambio. Mi gobierno está
empeñado y comprometido con la transformación social. Este mensaje directo
de las calles es de repudio a la corrupción y al uso indebido del dinero
público", afirmó la mandataria, que ha despedido de su gobierno a siete
ministros acusados de desvío de dineros públicos.
En San Pablo, unos 50.000 manifestantes, según el instituto de sondeos
Datafolha, y más de 10.000, según la policía, marcharon desde la catedral
hasta la alcaldía. "Estoy acá porque quiero reclamar por todo ese dinero
usado en los estadios. Quiero educación, hospitales, y al menos tener una
ciudad más limpia", dijo a la AFP la estudiante Alina Castro, de 18 años.
Los manifestantes, convocados a través de las redes sociales, son en su
mayoría jóvenes con educación superior y apolíticos. "No quiero que haya más
corrupción, ni que los brasileños tengan que pagar tan altos impuestos para
nada. Falta inversión en educación, salud, transporte", dijo otra joven
estudiante, Marina Santos.
Las protestas en Brasil tienen algo en común con las de Turquía o Egipto:
"Un trasfondo de profundo cambio social, de ascensión de una nueva clase
media", dijo a la AFP el economista André Perfeito, de la consultora Gradual
Investimentos. En la última década, 40 millones de personas ingresaron a la
clase media -que hoy abarca a más de la mitad de la población- y el país
vivió una explosión del consumo y un inédito acceso al crédito.
MÁS PROTESTAS
Otra manifestación reunía a 5000 participantes, según la prensa local, en
Sao Gonçalo, una pequeña ciudad cercana a Rio de Janeiro, también en contra
del aumento de la tarifa de autobuses.
El lunes, los manifestantes intentaron apoderarse de símbolos del gobierno:
en Brasilia se subieron pacíficamente al techo del Congreso nacional, en Rio
intentaron invadir con violencia la Asamblea Legislativa estatal y en Sao
Paulo y Curitiba buscaron ingresar a la fuerza en la sede del gobierno
estatal. Fueron las mayores protestas en Brasil desde las manifestaciones
contra la corrupción del gobierno de Fernando Collor de Mello en 1992, que
renunció durante su juicio político ante el Senado.
La mayoría de las protestas fueron pacíficas, aunque en algunas ciudades,
como en Rio, terminaron con violencia desatada por pequeños grupos, que
fueron dispersados por la policía con gases lacrimógenos, balas de goma y
tiros al aire.
Otras manifestaciones están convocadas para este jueves en varias ciudades
del país, incluida Rio de Janeiro, una de las seis ciudades sede de la Copa
Confederaciones.
Las protestas podrían afectar a los partidos de la Copa ese día, cuando se
enfrenten en el Maracaná de Río España y Tahití, y en Salvador Nigeria y
Uruguay. "Brasil nos pidió ser sede de la Copa. Nosotros no se lo
impusimos", dijo el presidente de la FIFA, Joseph Blatter.
El entrenador brasileño Luiz Felipe Scolari y varios jugadores de su 'seleçao'
manifestaron su apoyo a las manifestaciones pacíficas. "La selección es del
pueblo, somos del pueblo", aseguró Scolari, que desde que asumió la
selección a finales de 2012 busca reconquistar la confianza de la hinchada,
perdida en el mal desempeño del equipo.
El gobierno se asusta porque el pueblo brasilero raramente protesta de forma
masiva. Si protestan como ahora es porque están hartos en serio y no van a
parar hasta que consigan lo que quieren...
no lei la nota de majul llamando a la unidad opositora pero segun el en
brasil, chile y uruguay se gobierna con sencillez y sentido comun. lastima
que el sentido comun en politica lo que suele hacer es acentuar las
contradicciones de una sociedad, como ser que con un sueldo de 680 reales se
te vayan 120 como minimo en transporte. lo bueno es que se van cayendo los
espejitos, lo malo es que hay gente que se pone cada vez mas nerviosa.
A rede globo foi alvo de manifestações por parte da juventude. Firmaram
palavras de ordem contra a emissora. A revista veja também foi alvo de
ataques. Os estudantes não querem que a direita assuma o controle do
movimento. Tentaram, hoje, novamente, dirigir-se até onde está localizada a
sucursal paulistana da emissora, mas foram impedidos pela polícia. Gritavam
"o povo não é bobo, abaixo a rede globo. Parece que esse movimento quer uma
ruptura com as oligarquias e avançar com as conquistas sociais. Mais saúde
de qualidade. Mais segurança. Mais distribuição da renda. A direita tenta
direcionar o conflito para longe de seus interesses. Mas, parece que , se
houver uma ruptura com as oligarquias conservadoras, uma nova etapa de
prosperidade surgirá e propagar-se-á por toda a américa latina.
no pude evitar reirme con tu comentario y aunque te excedes , pienso mas o
menos lo mismo . Haria lo mismo con el congreso cuando hay sesion y esta
bien lleno ,pero seguro iriamos presos , los politicos son impunes , siempre
.
Pero qué tara.do que sos, en 1er lugar eso es una anarquía total, y en 2do
lugar los brasileros tendrían que imitarnos a nosotros, acá se protesta por
todo, ya te olvidaste del 8N? de la protesta de antes del 8N? los brasileros
no protestan ni la 5ta parte de lo que se protesta acá, y tienen sobrados
motivos para hacerlo.
Brasil nos lleva anios de ventaja politica y democratica, tanto el alcalde
de sp como dilma inmediaramente al otro dia se pusieron a escuchar el
reclamo a ver que pueden hacer mejor !! Encima algunos manif. De sp se
pusieron a barrer las calles al otro dia de la protesta, que tal ?
Disturbios
Brasil se estremece: violencia en el mayor día de protestas
Más de 1 millón de personas salieron a la calle pese a las concesiones del
gobierno; atacaron la cancillería y hubo saqueos en Río y Porto Alegre; un
muerto
Al caer la noche, las escenas de caos se repetíanen
distintos rincones del país. En Brasilia, la capital, una multitud intentó
invadir el Palacio de Itamaraty, sede de la cancillería, y terminó provocando un
incendio en sus puertas.
Batallas campales estallaron entre manifestantes y la policía en Río de Janeiro
y Porto Alegre, seguidas por asaltos a bares, saqueos de negocios, destrucción
de edificios públicos y vandalismo generalizado. Todo esto envuelto en gases
lacrimógenos y humo de fogatas, bajo una lluvia de balas de goma y piedras. Los
disturbios, que se repitieron en Belén, Vitoria y Campinas, dejaron centenares
de heridos y detenidos.
En el municipio paulista de Riberão Preto, tres personas fueron atropelladas por
un auto que intentó romper el bloqueo que manifestantes montaron en una avenida;
uno de los heridos murió.
Frente a la persistente turbulencia social, la presidenta Dilma Rousseff decidió
cancelar un viaje a Japón que tenía previsto para la semana próxima y hoy tendrá
una reunión de emergencia con su gabinete.
La oficina de prensa presidencial informó que la mandataria prefirió no
ausentarse del país y seguir de cerca los acontecimientos. De hecho, con la
situación tan inestable luego de la tentativa de invasión de Itamaraty, el
cercano Palacio del Planalto fue rodeado por unos 200 agentes que crearon un
escudo humano para proteger a la jefa de Estado allí adentro.
La convulsión nocturna estuvo en claro contraste con cómo había comenzado la
nueva jornada de manifestaciones.
"El gigante despertó. Estamos aquí para quedarnos"
Con consignas como ésa, más
de un millón de brasileños volvieron a tomar las calles para celebrar que las
autoridades habían cedido el día anterior en su polémico aumento de las tarifas
de transporte. Pero también dejaron en claro que aunque ganaron esta batalla la
lucha continuaría en contra de la corrupción y el despilfarro, y por mayores
inversiones en educación, salud y servicios públicos.
En el centro de Río de Janeiro, al final de la tarde, más de 300.000 personas
desbordaron la avenida Presidente Vargas. Gente de todas las edades, pero
principalmente jóvenes estudiantes o profesionales de clase media llegaron al
lugar con sus caras pintadas de verde y amarillo, ondeando banderas brasileñas,
disfrazados, haciendo sonar silbatos e instrumentos musicales en espontáneas
batucadas.
"No importa que hayan suspendido el alza en los boletos de transporte; ése fue
el catalizador de las protestas; apenas la punta de un iceberg. Estamos acá
porque tenemos que mantener la presión; demostrarle a la clase política que
estaremos vigilantes, atentos a lo que hacen con nuestro dinero. Tienen que
aprender que deben rendir cuentas a una sociedad que reclama mejores hospitales,
escuelas y transportes", comentó a LA NACION el chef Felipe Gouvea, de 26 años.
Entre música y bailes, entonaron cánticos en contra de los 15.000 millones de
dólares que se están invirtiendo en la actual Copa de Confederaciones, el
Mundial del próximo año y los Juegos Olímpicos de 2016. Y no faltaron las
referencias a los 20 centavos de aumento en las tarifas de transporte en San
Pablo, que a principios de mes disparó las revueltas, aunque ahora las
reivindicaciones se ampliaron a las más variadas cuestiones, desde los derechos
de los homosexuales hasta el calentamiento global.
El mismo ambiente reinó al comienzo de las congregaciones en San Pablo, donde
más 110.000 personas bloquearon la avenida Paulista; en Recife, que reunió a
unos 50.000 manifestantes; en Brasilia, la capital federal, que tuvo los
jardines del Congreso ocupados por 30.000 personas, y en otras grandes ciudades,
como Fortaleza, Manaus, Porto Alegre, Curitiba y Florianópolis. En total, hubo
marchas en un centenar de localidades, en una de las oleadas de manifestaciones
más masivas que se recuerden desde el regreso de la democracia, en 1985.
Tanto el gobierno como la clase política parecen perplejos ante esta
efervescencia de reclamos. El oficialista Partido de los Trabajadores (PT)
subestimó las primeras protestas y menospreció a los indignados. "No es contra
el PT, es contra todo el sistema político, contra la manera de hacer política
sin tener como prioridad a la gente. Queremos que todos entiendan el mensaje",
señaló a LA NACION la diseñadora carioca Cristiane Lamartine, de 37 años.
Interrogadas acerca de por qué los reclamos estallaron ahora, la mayoría de las
personas que participaron de las marchas ayer citaron la desproporcionada
represión policial el jueves de la semana pasada en una de las primeras
manifestaciones pacíficas, y también resaltaron la atención de los medios en
este momento con la Copa de Confederaciones.
"La Copa les dio visibilidad a las manifestaciones y ayudó a que se propagara el
espíritu de fastidio. Y cuando el mundo está mirando, nuestros gobernantes no
pueden simular como si nada sucediese; están obligados a reaccionar", indicó la
cosmetóloga Lelia Bello, de 53 años, mientras caminaba antes de que la situación
se fuera de control..
LAS CIFRAS DE LOS INDIGNADOS
100
Ciudades en marcha
Las manifestaciones de anoche se produjeron en cerca de un centenar de
ciudades de todo el país, con altos grados de participación popular
300.000
Cariocas
Esta vez no fue San Pablo, como los primeros días, sino Río de Janeiro la
ciudad que lideró la protesta en cantidad de manifestantes, con unas 300.000
personas lanzadas a las calles
15.000
Millones de dólares
Las marchas apuntan entre otras cosas contra los 15.000 millones de dólares
para la Copa de las Confederaciones y el Mundial
Martes 25 de junio de 2013 | Publicado en edición impresa
Editorial I LA NACION
El mensaje de los indignados de Brasil
Los hechos sucedidos en Brasil en los últimos días muestran cómo una sociedad
satisfecha en sus necesidades básicas puede exigir un mejor gobierno
Las estadísticas no siempre bastan para entender las razones de los pueblos
cuando éstos reaccionan ante lo que consideran una injusticia y salen a las
calles a manifestarse, como ha ocurrido en estos últimos días en Brasil.El
país vecino es hoy la quinta economía mundial,caracterizada
por un fuerte crecimiento económico y un vertiginoso proceso de movilidad social
en las dos últimas décadas, en lo que se ha constituidoen
un ejemplo de desarrollo.
Sin embargo, todo ese panorama, que tan alentador se veía desde afuera, acabó
prácticamente en una noche, cuando un simple hecho desató la convulsión social:
el detonador fue el aumento del valor del transporte público en San Pablo, que
subió de 3 a 3,2 reales. Inesperadamente, las manifestaciones ganaron las calles
y se extendieron a varias ciudades; como fueron duramente reprimidas -hubo
numerosos heridos graves-,se
hicieron más masivas al mismo tiempo que también crecían sus motivos: no se
trataba ya sólo del transporte, sino del resto de los servicios públicos,
caros y de baja calidad, y los altos impuestos, el encarecimiento del nivel
general de vida, el derroche identificado en los gastos del Mundial y las
Olimpíadas y, por sobre todo, la corrupción.
Los expertos internacionales han tratado de explicar este fenómeno -y otros
parecidos, como los ocurridos antes en Túnez, Chile y Turquía- justamente como
un resultado sorprendente pero esperable luego de las profundas transformaciones
sociales producidas en Brasil en muy poco tiempo, y en las expectativas que
provocan en quienes, habiendo satisfecho por primera vez sus necesidades básicas
y todavía más, sólo ahora comprenden mejor que están en condiciones de reclamar
por sus derechos como ciudadanos.
Según los datos aportados por organismos internacionales como el Banco Mundial o
la Cepal, entre 1992 y 2012, en Brasil el producto bruto interno por habitante
(medido en dólares y a precios del año 2012) pasó de 4500 dólares a 10.800; es
decir que se incrementó en un 140 por ciento, y la clase media, entendida como
las familias que viven con más de 10 dólares diarios por miembro del hogar, pasó
del 19,6% al 46,6% de la población total. Pero también la presión impositiva
general creció: pasó del 23% al 35% del PBI, es decir, creció en 12 puntos
porcentuales, casi un 50% en 20 años. Ésta es una realidad que nunca habían
experimentado los que ahora acceden a una escala social superior.
Como se mencionaba ayer en un artículo de Moisés Naím publicado en este diario,
estos contrastes tan marcados tienen su explicación en el hecho de que un
desarrollo económico y social tan rápido como el experimentado por la población
de Brasil implica también transformaciones rápidas en el seno de la sociedad, y
las demandas no sólo se multiplican, sino que exigen la misma rapidez en ser
resueltas. La forma de expresión adoptada por los reclamos (convocatorias
multitudinarias, a través de las redes sociales, y sin líderes políticos ni
sindicales ni empresarios que las encabecen) es también nueva.
Pero esta realidad brasileña no debería extrañarnos, por lo menos a los
argentinos. En nuestra experiencia hay por lo menos tres hechos en los que una
parte sustancial de la sociedad también salió a la calle a reclamar: el 13-S, el
8-N y el 18-A también hubo ciudadanos que quisieron demostrar vivamente su
preocupación ante la falta de respuestas del Estado en materias tan
fundamentales como la inseguridad, la corrupción (que alcanza al transporte
público y a los servicios) y la defensa de las instituciones republicanas. Como
en Brasil en estos días, se trata de ciudadanos argentinos que son castigados
con una presión impositiva cada vez mayor, a cambio de lo cual perciben que
reciben cada vez peores servicios del Estado.
Ahora, la presidenta Dilma Rousseff, que comprende cuán delicado es este momento
político y social de su país, en una reunión con gobernadores y alcaldes ha
propuesto celebrar un plebiscito para emprender una profunda reforma política,
en respuesta a la ola de protestas que han conmovido a su país. Rousseff, con
gran sentido práctico, ha comprendido que la misma fuerza que produce estas
turbulencias políticas puede ser transformada en una fuerza positiva que se
adapte a lo que la sociedad está reclamando.
En estas noches deben de haber estado prendidas muchas luces en América latina.
El mensaje del pueblo brasileño ha sido claro: o diálogo y decencia, o desenlace
y decadencia. Ese mensaje empieza a ser comprendido por las autoridades del país
vecino.
Como decíamos recientemente desde estas columnas, ningún país acosado por
divisiones, odios y resentimientos puede proponerse con serias posibilidades de
éxito objetivos superadores, porque sólo una fuerte voluntad política y social
por recrear mecanismos idóneos para el diálogo podrá conducirlo hacia un camino
de armonía y concordia. Aunque los procesos son diferentes, no podemos dejar de
mirar lo que ocurre en Brasil y reflexionar; también los argentinos esperamos de
parte de nuestros gobernantes una actitud de diálogo y de respeto, porque sólo
así puede crearse un auténtico progreso, basado en la búsqueda del bien común..