Artículo de
síntesis del diálogo «Parlamento de
las religiones» 7 – 13 Julio Fòrum Universal de les Cultures
– Barcelona 2004 Gestió de Coneixement IV Parlamento de las Religiones
del Mundo El Fórum
Universal de las Culturas se transformó, entre los días 7 y 13 de julio, en el Fórum
Universal de las Religiones. En él, los líderes de más de cien creencias alcanzaron una
conclusión firme: más allá de las diferencias que existen entre ellas, todas
tienen un principio fundamental que las une: la paz universal y el respeto hacia el
otro. Todos se comprometieron a renovar el espíritu para que el diálogo,
la tolerancia y el cumplimiento de los derechos humanos dejen de ser
una utopía demasiado lejana en un mundo fragmentado y desigual. Las religiones elevando la voz
para aportar su trabajo y restablecer el diálogo en un mundo fragmentado,
intolerante y desequilibrado. Las religiones y la búsqueda de una sociedad justa. Las
religiones proclamando sus principios para superar el fundamentalismo
intolerante, para poner fin a las guerras, especialmente a las que se libran en nombre
de Dios. El Fórum Universal de las Culturas de Barcelona se
transformó entre los días 7 y 13 de julio en el Fórum Universal de las Religiones. Durante una semana, los
líderes religiosos y los creyentes de
75 países y más de cien creencias que congregaron a diez mil personas
se reunieron y dialogaron para alcanzar una conclusión firme e irrevocable,
más allá de las diferencias que existen entre ellas, todas manifestaron tener
un principio fundamental que las une y por el cual deben luchar: la paz
universal y el respeto hacia el otro. El origen del Parlamento de las
Religiones del Mundo se remonta a más de un siglo cuando, en 1893, se
realizó en Chicago con el objetivo de iniciar un proceso de diálogo entre religiones.
Pasaron 100 años para que tuviera lugar el segundo, otra vez en Chicago,
en 1993 y cinco años más tarde se realizó en Ciudad del Cabo. Barcelona
apostó por esta tradición, siendo ésta la primera vez que se ha celebrado en Europa.
Ha sido, pues, el cuarto encuentro, organizado por el Consejo para
un Parlamento de las Religiones del Mundo, conjuntamente con el Fórum Universal de las Culturas y el Centro UNESCO de Cataluña. En los días previos al inicio
del IV Parlamento, se realizó en la abadía de Montserrat, con la presencia de
más de 400 líderes religiosos, la Asamblea del mismo Parlamento. En ella se trabajó
para que los presentes se comprometieran a impulsar en
sus comunidades actos simples y profundos que faciliten la superación de
aspectos fundamentales para el avance hacia un mundo mejor. Los temas tratados en
ese encuentro fueron: 1.– El apoyo a los refugiados y
sus circunstancias. 2.– Vencer la violencia motivada
por la religión. 3.– Cooperar para conseguir la
eliminación de la deuda de los países pobres. 4.– Facilitar el acceso al agua
potable. «No queremos prometer, pero sí
proponer que el compromiso de todos los líderes aquí presentes es el de
tomar contacto con la realidad para que las respuestas no obedezcan a los
libros ni a los principios, sino al conocimiento que nace del acercamiento», afirmó
Josep Maria Soler, abad de Montserrat. Finalizada la asamblea en
Montserrat, el IV Parlamento de las Religiones tomó vida en Barcelona. Entre el 7 y el
13 de julio, el Fórum Universal de las Culturas convirtió la ciudad en
un espacio para la espiritualidad y el debate. Fue un encuentro donde todas
las religiones tuvieron su lugar para orar, para exponer sus ideas,
debatir y compartir experiencias concretas que demostraron que la integración y el
diálogo interreligioso son posibles. El director ejecutivo del
Parlamento, Dirk Ficca,
habló sobre el significado y el objetivo del mismo, objetivo
que dividió en tres puntos: 1.– Compartir y enseñar las
identidades religiosas. 2.– Establecer el diálogo entre
las religiones para buscar el entendimiento, expresar las
diferencias y constatar tradiciones mediante la palabra. 3.– Reflexionar de forma
colectiva sobre las religiones y la contribución que las mismas pueden hacer para
conseguir un mundo mejor. Con el firme compromiso de
trabajar para encontrar los caminos hacia un mundo más pacífico y justo, en
el que se reconozca la humanidad de todos los pueblos, el Fórum
hizo que la ciudad viviera jornadas inolvidables. Así, cada día del Parlamento estuvo
dividido en tres tipos de sesiones principales: Intrarreligiosas: donde se dio la posibilidad de
aprender sobre las enseñanzas, las prácticas y las
dinámicas de una gran variedad de comunidades religiosas. Interreligiosas: diálogos y mesas redondas de
una gran variedad de perspectivas religiosas y espirituales. Participativas: se presentaron proyectos
concretos e iniciativas que están siendo aplicadas en distintas
partes del mundo con resultados más que alentadores. Bajo esta estructura el
Parlamento se presentó a personas llegadas de todos los rincones del mundo que dieron
al recinto un colorido único. Todas las mañanas el Fórum
se despertó con un manto de oraciones, músicas y plegarias que abarcaba todas las
religiones presentes. Meditación jainista, judía, oraciones cristianas,
prácticas zoroástricas, celebraciones taoístas, sufistas, espiritualidad
budista, meditaciones por la paz, cantos tibetanos, celebraciones mayas, yoga,
etc., han sido algunas de las tantas celebraciones que se realizaron. Tras los rezos y las prácticas
matutinas, se daba paso a las sesiones de diálogos. Durante el día se realizaron
unas 60 que incluyeron a todas las religiones presentes y
abordaron las distintas problemáticas de la sociedad desde la perspectiva de las mismas
religiones. Así, todas las salas del Centro de Convenciones Internacional
de Barcelona, como el Auditorio, fueron ocupadas por los presentes con
el objetivo de aprender, intercambiar opiniones y encontrar soluciones. Con la misma intención de
escuchar para conocer, de mostrar las diferentes tradiciones de cada religión,
los componentes del Parlamento brindaron también eventos musicales, como
el multitudinario encuentro que se celebró en la Sagrada Familia. Hubo también
otras manifestaciones solidarias, como el comedor Sij. Unos 350 practicantes de esta
religión ofrecieron en este comedor, diariamente y de forma
gratuita, sus comidas típicas a todos los que quisieran probarlas, en
conmemoración del 400 aniversario del Adi
Granth, su libro sagrado. El Parlamento se convirtió en
un cúmulo de ideas y acciones que cada religión aportó con la voluntad
de conseguir el gran objetivo de encontrar los caminos para construir un
mundo en paz. Autocrítica y transformación. No a la violencia en nombre
de Dios. Durantes las sesiones se
remarcó la necesidad de que las religiones realicen una profunda autocrítica con el
objetivo de lograr una transformación para renovar el espíritu. En este sentido,
se hizo una condena a todos los líderes que utilizaron y utilizan el
nombre de Dios para justificar las guerras y las violaciones de los derechos humanos. «El terror, la violencia, las
torturas, la humillación, son inaceptables en cualquier sociedad. Los que, con la
excusa de pertenecer a una cultura, ignoran la democracia y los
derechos humanos son déspotas que, bajo la máscara de su cultura, cubren
su identidad dictatorial», afirmó la premio Nobel de la Paz 2003, Shirin Ebadi. El filósofo y reverendo catalán
de origen indio, Raimon Panikkar,
sostuvo que se han librado siempre guerras en
nombre de Dios. Que las religiones no tienen una historia nada limpia
y por eso es importante una transformación que no signifique ruptura, sino
todo lo contrario: que suponga una renovación de los principios religiosos que se centren en
la palabra, en recuperar la espiritualidad. Otra de las voces que se
levantaron para condenar a los líderes que tergiversan la palabra de Dios
fue la de Sri Mata Amritanandamayi Devi, conocida como Amma o, más popularmente, como el amor divino en forma humana. Condenó a los que tergiversan
las palabras de los profetas y explotan las mentes débiles,
influenciables y debilitadas por la pobreza y el hambre, que es la causa de que millones de
personas maten, roben y desemboquen en el terrorismo. «Estas son personas
mentalmente influenciables y susceptibles de ser infectadas por el veneno
terrorista», sostuvo. El Diálogo para una ética
universal en un nuevo orden internacional. Todas las religiones presentes
en el Parlamento dejaron una sentencia firme: más allá de las diferencias que
cada religión posee con respecto de la otra, hay un principio básico que las une
y es el respeto y la tolerancia hacia el otro que promueve la palabra de Dios. «Para que esto ocurra es
imprescindible la recuperación del diálogo», sostuvo Raimon Panikkar. Por eso todos
los participantes se comprometieron
a fomentar esta ética global basada en el diálogo que se practicó durante
todas las jornadas del Fórum, en una acción concreta al retornar a sus comunidades. En ese sentido, la postura de
las religiones fue tajante: el respeto y la tolerancia son comunes a todas y es
necesario encontrar un estado de ágora permanente para que estos
principios universales y comunes se impongan en la sociedad global. Las religiones deben fomentar
el respeto por las demás religiones y, desde ese respeto y conocimiento del
otro, se pueden extraer cuestiones muy positivas para lograr el camino hacia la paz.
El diálogo es la única forma de acabar con los malentendidos espirituales
que están en la base de todo conflicto, afirmó Ela Gandhi. Se necesita un pacto entre
religiones que promueva un nuevo orden internacional. «Las convicciones que
comparten el cristianismo, el judaísmo, el islamismo, el budismo y las
religiones chinas deberían resaltarse, puesto que pueden contribuir mucho a la
hora de crear un nuevo modelo de relaciones internacionales», afirmó el
teólogo católico Hans Küng,
quien llamó a todas las religiones a situarse dentro
del debate político social y a rebelarse, si es necesario, contra los poderes políticos.
«No habrá un mejor orden internacional sin una ética global», sostuvo. Este modelo de ética global,
común a todos los seres humanos, se alcanzará a través de un conocimiento de
las religiones propias y extrañas y de la convivencia de estas creencias. Los representantes de la
religión musulmana, religión que está en el punto de mira de Occidente desde los
atentados del 11–S y tras los ataques del presidente de Estados Unidos George W. Bush, sostuvieron que
la mejor forma de combatir la desconfianza es
explicando a la gente los principios del islam. En ese sentido, el intelectual
musulmán Tariq Ramadan,
afirmó que una convivencia entre cristianismo
e islamismo es posible y el punto de partida consiste en aceptar la complejidad del
otro. Durante varias jornadas se
debatió sobre las diferencias entre el islamismo y el cristianismo con el objetivo de encontrar
los puntos en común. Los líderes religiosos musulmanes
coincidieron en afirmar que, en el islam, el
individuo debe, desde su creación,
cumplir una responsabilidad intrínseca que lo involucra a él y al resto de los
componentes de la sociedad. Visto así, el respeto a las personas y
sociedades deben ser asuntos prioritarios para el ser humano al tener que ser
responsable de sus actos ante su ser supremo y ante los prójimos. En este sentido, la teología de
la liberación tiene puntos en común y une a los cristianos y musulmanes. En el islam, Dios quiere al ser humano responsable y libre. «La misión de los profetas es
la liberación de la humanidad, que implica la eliminación de la corrupción,
del despotismo, de la tiranía, de las imposiciones», afirmó Tuba Kemari, doctora en filosofía y teóloga musulmana. Sobre esto, el sacerdote y
teólogo chileno, Diego Irrazabal, dijo que Dios no
es neutral. La preferencia de Dios es la
humanidad pobre y marginada. A su vez, Juan José Tamayo,
director de la cátedra de Teología y Estudios Religiosos de la Universidad
Carlos III de Madrid, sostuvo que el contenido ético de la teología se
fundamenta principalmente en la ética de la liberación y en la ética de la paz, que es
inseparable de la justicia. Y precisamente las religiones comparten dichos valores. Integrar el fundamentalismo al
diálogo interreligioso. Si bien en el Parlamento se
condenó el uso de la religión para justificar las guerras, en esta nueva
transformación del espíritu que se propuso también se planteó la necesidad de un
nuevo paradigma pluralista que permita integrar el fundamentalismo al diálogo. Peter Huff,
teólogo del Centenary College
de Lousiana, en Estados Unidos, sostuvo que el futuro del
diálogo interreligioso es poder integrar a los movimientos fundamentalistas,
dado que el fundamentalismo representa la reacción contra el secularismo
post ilustrado y, por lo tanto, es necesario incluirlo en los debates de estos
tiempos. En ese sentido, el rabino
Michael Lerner afirmó que no nos damos cuenta de que en el mundo hay dos
fundamentalismos en conflicto y uno se llama modernidad, y que el camino de
la persona religiosa es encontrar una espiritualidad alternativa a esta modernidad
y a este fundamentalismo. A su vez, Rashid
Omar, imán de Ciudad del Cabo, señaló que los críticos del fundamentalismo deberían intentar comprenderlo
analizando su propio entorno. Acciones religiosas para el
desarrollo y la sostenibilidad del planeta. Desde las distintas teorías
religiosas se llegó a la conclusión de la necesidad de aplicar acciones concretas
para acabar con la pobreza y los millones de individuos que están
sufriendo como consecuencia de una globalización hegemónica. En ese sentido, los líderes
se comprometieron a ser los interlocutores que
permitan que se condone la deuda de los países pobres. Los debates fueron más allá y
las acciones se ampliaron a la solución de otros graves problemas como la
situación de los refugiados, la violencia diaria que impera en las
sociedades, la propagación del sida, el papel de la mujer, la necesidad
imperiosa de agua potable en todos los lugares del mundo como un derecho humano
universal y la destrucción paulatina y sin pausa a la que día a día se
somete el planeta. En este sentido, tampoco se olvidó el peligro latente
que significa la existencia de las armas nucleares, por lo que se condenó la
existencia de las mismas y surgió el compromiso de actuar para que se respete el tratado
de no proliferación nuclear. Desde los diversos rincones del mundo se
escucharon y debatieron propuestas y se mostraron ejemplos de acciones
concretas que permitieron ver que el cambio hacia una sociedad justa e
igualitaria es posible. El Parlamento se comprometió a
ser el mecanismo para que la sociedad logre un cambio de rumbo
radical ante un poder político ausente o condicionado por los intereses de los
países poderosos. «Hay que lograr el cambio de
tal forma que todos los pueblos de la tierra tengan un espacio. Hay que lograr el
cambio para que las causas de la miseria, la explotación y exclusión
social, que son el caldo de cultivo de la violencia, se terminen y se comience a
vislumbrar el mundo de la paz», afirmó a modo de síntesis Federico Mayor
Zaragoza en la sesión que cerró el encuentro mundial de las religiones. Conclusión Las religiones vivieron en
Barcelona jornadas marcadas por el diálogo interreligioso y con el objetivo de conocerse
y aprender. Dejaron en claro que todas abogan por un mismo ideal más
allá de las diferencias. Y es por este ideal que comparten por lo que
deben seguir el camino del diálogo y el de las acciones comunes. Desde las distintas creencias
se debatió sobre la pobreza, el hambre y la fragmentación que impone un
sistema global injusto, la violencia y las guerras amparadas en nombre de las
religiones o la existencia de una espiritualidad doblegada por la razón
hegemónica e insensible, el fundamentalismo, la escasez de agua potable, el
incumplimiento de los derechos humanos universales y la destrucción del entorno
natural del planeta. Pero no sólo se debatió, sino que además se
escucharon muchas propuestas y se mostraron ejemplos concretos en los que el cambio
es posible. Los líderes se comprometieron a
seguir el camino marcado en Barcelona y el Parlamento se encargará de
seguir el curso de esas acciones. El objetivo es lograr una renovación del
espíritu y que, con el aporte de acciones, se logren cambios en las medidas
medioambientales, políticas, sociales, culturales, económicas y morales. El Parlamento de las Religiones
del Mundo es un movimiento global con centros en distintas ciudades
del mundo, en los que se analizan y se debaten constantemente las acciones que se están
llevando a cabo. En este sentido, a partir de 2005 se creará un
Consejo de la Religión y la Diversidad Cultural que, con carácter internacional, tendrá
la sede en Barcelona. |
REPORTAJE DIRK
FICCA: «ESTE PARLAMENTO DE LAS RELIGIONES HA SIDO MÁS PRÁCTICO QUE ANALÍTICO
Y HEMOS ALCANZADO 500 COMPROMISOS CON LA SOCIEDAD» El pastor
presbiteriano y director ejecutivo, desde 1998, del Parlamento de las
Religiones del Mundo, el reverendo Dirk Ficca, ha manifestado que «los objetivos globales del
Parlamento de las Religiones se han alcanzado, no sólo por la diversidad de
representación de los 85 países participantes, sino, y aún más importante,
por los 500 compromisos conseguidos, aunque a veces los programas no han
tenido toda la profundidad deseada». |