NO GLOBALIZAR EL CORAZÓN

(Recordemos al Dr.Favaloro)

La globalización del capitalismo salvaje, flamante lacra de la posmodernidad, se ha cobrado una nueva víctima: el Dr. René Favaloro. Tal vez no era un pobre estructural ignoto, un marginado y excluido sin relevancia económica, seguro sí una personalidad más notoria, más trascendente por su quehacer médico y social, pero víctima al fin.

Quienes le conocieron bien aseguran que era un hombre de pueblo, modesto y llano, humilde y sensible ante el sufrimiento del prójimo. En sus cartas postreras nos hace saber de su terrible preocupación por la asfixia económica ante deudas que no podía cobrar aunada al maltrato de oscuros burócratas de obras sociales, lo que le impedía ya prácticamente continuar con su obra médica solidaria a la que había dedicado su vida entera. Abandonado a su suerte, ignorado y maltratado por los poderes institucionales terminó trágicamente como ya parece un sino en todos los grandes precursores. No parece una metáfora la forma que adquirió su trágica determinación, quizás sólo hizo realidad lo que ya sentía interiormente hace tiempo: su corazón destrozado.

Para tratar de extraer alguna enseñanza positiva de tan nefasto suceso es menester ser claro de un principio: podemos entenderlo, pero no justificarlo. Entenderlo desde su soledad personal, viudo sin hijos y ya sin el hermano colega, con una formación científica empírica básicamente escéptica sin creencias espirituales o religiosas acendradas que le sostuvieran ante la adversidad o fortalecieran el sentido de su vida, cansado ya de luchar contra los molinos de viento y jaqueado por dificultades económicas reales pero sobredimensionadas al extremo de desencadenar un acting suicida. 

Al respecto es sin duda preocupante la grave situación mundial producida por el avance de lo que se conoce como globalización: en el plano económico con su capitalismo deshumanizado, brutal concentración de la riqueza en pocas manos, precarización laboral, pauperización salarial, desempleo y exclusión de grandes mayorías;  y en el plano espiritual con su vacío existencial, su huída de los límites sanos, de los verdaderos valores y tareas de la vida, de la responsabilidad personal y social, con su nihilismo, falta de fe y motivación trascendente que llevó al auge e incremento de la tríada neurótica de nuestro tiempo posmoderno: la violencia-agresión, la depresión-suicidio y las adicciones (drogas, alcohol, dinero, poder, sexo). 

Pero también debemos reconocer que existen antídotos ante tan devastadora situación, que en el plano económico inclusive destacados gurúes financieros como Soros alertan contra las inequidades del capitalismo salvaje y propugnan una reformulación humanizada de su desarrollo. En el plano religioso, destacados contemporáneos como la Madre Teresa con sus obras de servicio a la humanidad y Juan Pablo II con su inteligente aggiornamiento de la Iglesia que camina hacia Dios y su clara defensa de los humildes excluidos dan testimonio  que otro camino es deseable, posible y urgente de transitar. También en el plano psicológico espiritual el mundialmente reconocido Dr.Víctor Frankl, eminente médico, psicólogo y filósofo creador de la logoterapia que alguna vez visitó Argentina, propugna volver a recuperar la dimensión trascendente del hombre concebido como un ser integrado bio-psico-socio-espiritual, con una libertad responsable y orientado a realizar los valores de creación (obras), vivenciales (amor, belleza) y de actitud (afrontar las situaciones límite de sufrimiento, enfermedad, muerte). 

Inclusive otro argentino notorio, mi ilustre vecino de Santos Lugares el escritor Ernesto Sábato, ha ido moderando en los últimos años su primitivo tono escéptico para acercarse más a una visión trascendente del ser humano, diría gracias a Dios sin ironía, por su valía como ser humano y su  importancia como modelo ético para una juventud muy sana pero a veces desesperanzada, sin ideales y confundida por el consumismo y la caída de los valores tradicionales. 

Creo sinceramente que los hombres sólo pueden dividirse entre buenos y malos; más allá de toda otra distinción el problema del bien y del mal sigue siendo el fundamental, por eso es dable suponer que como etapa superadora de la actual posmodernidad con su  economicismo decadente y deshumanizado está lentamente alboreando la ultramodernidad como un nuevo proyecto de vida más espiritualizado y pleno de sentido, basado en la  buena voluntad y rectas relaciones humanas, y en el bien divino pletórico de auténticos  valores solidarios por los cuales luchar.                

En lenguaje sencillo esta postura significa que para salvarnos como seres humanos, para no suicidarnos como especie, debemos volver a las fuentes espirituales, al mensaje cristiano de amar al prójimo, volver a revalorizar la insustituíble contención afectiva de la familia más allá de los defectos que pueda tener; volver a sentir con el corazón a los seres queridos, las pequeñas cosas, el mate compartido, el bullicio de los niños, el cariño de los animalitos, el barrio, los vecinos, las plantas del jardín y las arboledas, la calesita y los amigos de la niñez, las calles y el potrero del parque fatigados cuando chicos, nuestros viejos poemas, el club que se lleva en el alma, los amaneceres, las puestas de sol y las noches estrelladas, volver a sentir el milagro de abrir los ojos cada día, volver a sentir que con cada latido participamos de la creación divina, nos abrimos a su amor y descubrimos el sentido a nuestra vida contribuyendo así con la evolución universal.

Tal vez éste, el de luchar por el bien y los humildes, el recuperar los sentimientos y el amor, y las lágrimas con que estoy terminando de escribir este artículo, sea el mejor legado que el Dr. Favaloro nos haya dejado y el mejor homenaje que él desearía y podemos hacerle hoy.                                                                                            

                                                     Licenciado en Psicología (UBA) Juan Martín Núñez

Desempeño en Consultorios Externos de Psicología Médica del Hospital de Clínicas José de San Martín

Docente de la Cátedra de Psicología Médica de la Facultad de Medicina (UBA)

Docente de la Cátedra de Orientación Psicológica de la Facultad de Psicología (UBA)

Participante en Jornadas, Seminarios, Conferencias y Cursos de Especialización

Estudios en Religiones Comparadas y Filosofía Oriental

Formación Logoterapeuta Bianual Fundación Argentina de Logoterapia

Posgrado Trianual en Logoterapia Universidad Católica Argentina

Cursante Doctorado en Psicología Universidad del Salvador

                                                                             Santos Lugares ,  31 Julio de 2000 

 

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