El guerrero de la luz

 


En un extraordinario y valioso documento generado por el diario Clarín, de Argentina, con motivo de la muerte de Su Santidad Juan Pablo II, se desarrollan los siguientes temas que podrás encontrar aquí a continuación de estos títulos enunciados.

 

PRIMER PAPA NO ITALIANO EN 455 AÑOS
Karol Wojtyla, el orgullo polaco en el Vaticano
El espíritu de su patria, la más católica de los países eslavos, marcó a fondo su pontificado. Durante 26 años de reinado exaltó su acción misionera, combatió el comunismo y realizó más de cien viajes alrededor del mundo. Aplicó el puño disciplinario a quienes consideró que se apartaban de la ortodoxia.
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EL VATICANO Y SU PODER POLITICO
Un moderno cruzado en lucha contra los regímenes comunistas

Fue su objetivo político durante los años 80. Con un viaje a Varsovia en 1979 aceleró la debacle del gobierno polaco. Tras la caída del Muro, criticó al "capitalismo salvaje" y se opuso a la guerra en Irak.
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DOS DISPAROS QUE CONMOCIONARON AL MUNDO
El atentado de Alí Agca
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LOS VIAJES DEL PAPA
Recorrió un millón de kilómetros durante más de un cuarto de siglo
Sus giras por los 5 continentes fueron la característica más espectacular de su pontificado. Viajó más que todos sus predecesores juntos. Y congregó multitudes como ninguna otra personalidad mundial.
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EL CONCLAVE EN SAN PEDRO
Cómo será elegido el sucesor de Juan Pablo II
Debe ser votado por dos tercios de los cardenales reunidos en la Capilla Sixtina.
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UNA INTERACCION PERMANENTE CON LOS MOVIMIENTOS CATOLICOS
El lazo con la juventud, una clave
El Papa Juan Pablo II puso especial énfasis en el diálogo con los sectores juveniles del catolicismo. Depositó en ellos su esperanza para que el nuevo milenio encontrara al cristianismo fortalecido.
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EL PORTAVOZ MAS FAMOSO DE LA HISTORIA DEL VATICANO
Navarro Valls: el periodista que fue la sombra del Papa
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DESDE VIDELA HASTA KIRCHNER
Luces y sombras en su relación con los presidentes de Argentina
Criticó a Videla por violar los derechos humanos. Chocó con Alfonsín por el divorcio, pero lo elogió por el Beagle. Tuvo roces por el ajuste con Menem, pero lo condecoró. Con Kirchner el vínculo era distante.
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GESTIONES DE PAZ
Una intervención decisiva por el canal de Beagle y las Malvinas
El Papa envió al cardenal Antonio Samoré a mediar en el conflicto con los chilenos y viajó a la Argentina durante la guerra con los ingleses. Ante dos millones de personas ofició una misa por la paz.
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EL PONTIFICE EVITO UNA GUERRA EN EL CONO SUR
La mediación del Papa que llegó en el momento justo
En 1979, Argentina y Chile le pidieron su intervención y en 1984 pactaron la paz.
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LAS IDEAS DOCTRINARIAS DE JUAN PABLO II
Un implacable luchador contra el aborto y los anticonceptivos
Lo planteó en sus documentos papales. En su encíclica "Laborem exercens" Juan Pablo II criticó al "economismo materialista" que considera al trabajador sólo como un instrumento de producción.

Sus puntos de vista

La congoja mundial

Juan Pablo II, en el conmovido recuerdo del metafísico Rubén Cedeño

TESTAMENTO: comentario y VERSION COMPLETA

El teólogo Kung pide elijan un Papa que no discrimine a la mujer y permita a los sacerdotes casarse. 

Bergoglio, su figura y posición.

Fieles piden se lo declare santo ya.

 

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EL PRIMER PAPA NO ITALIANO EN 455 AÑOS

Karol Wojtyla, el orgullo polaco en el Vaticano

El espíritu de su patria, la más católica de los países eslavos, marcó a fondo su pontificado. Durante 26 años de reinado exaltó su acción misionera, combatió el comunismo y realizó más de cien viajes alrededor del mundo. Aplicó el puño disciplinario a quienes consideró que se apartaban de la ortodoxia.

Julio Algañaraz. CIUDAD DEL VATICANO. CORRESPONSAL
jalganaraz@clarin.com
Aunque dijo, apenas lo eligieron, que desde ese momento su nacionalidad importaba poco, Karol Josef Wojtyla, nacido en Wadowice, cerca de Cracovia, el 18 de mayo de 1920, fue siempre un polaco de los pies a la cabeza y, sobre todo, dentro de la cabeza. Su visión y sus perspectivas universales como Sumo Pontífice de la Iglesia Católica que cuenta con 1.100 millones de fieles en todo el mundo, estuvieron marcadas por las tradiciones, la cultura, los acontecimientos políticos y los vastos sufrimientos históricos de su patria polaca.
Juan Pablo II se impuso un vasto programa en su largo pontificado: ser el misionero de la Iglesia en camino, el gran comunicador que anticipó el mundo de la globalización, el misionero que hizo más de un centenar de viajes fuera de Italia a los cinco continentes para "confirmar a los hermanos en la fe" y llevarles a casa la sede de Pedro (Donde está Pedro, o su sucesor, está la Iglesia). Pero el 264ø obispo de Roma, fue también un férreo tradicionalista doctrinario que mantuvo firme con las riendas de la centralización a la Iglesia y aplicó el puño de hierro disciplinario a todos los que pensó que se apartaban de la ortodoxia.
Sus críticos dicen que un epitafio apócrifo dirá: "Viajó mucho, gobernó poco y no cambió nada", pero sería injusto no darle a su reinado la dimensión de un pontificado histórico, que la posteridad recordará por los viajes apostólicos incansables, sus continuos baños de multitud que lo convirtieron en el Papa de las masas del siglo XX, pero también porque fue decisiva su acción contra el comunismo que imperaba en Polonia y en el resto del Este europeo y que bajo su impulso se derrumbó estrepitosamente cuando concluía la década de los años 80.
La actividad doctrinaria y disciplinaria de su pontificado fue enorme. Nueve Constituciones Apostólicas, 14 encíclicas, 13 Exhortaciones Apostólicas, 9 documentos jubilares, 58 cartas y cartas apostólicas.
Además, en los 23 años que permaneció junto al Papa como guardián de la "buena doctrina", el cardenal alemán Josef Ratzinger, el teólogo de hierro del Vaticano, aprobó decenas de documentos que caracterizaron el cuarto de siglo del pontificado. Con la aprobación del Papa, naturalmente, se recuerdan los documentos contra la unión legal de los homosexuales; el "Dominus Jesús" que enfatiza la unicidad y universalidad de Cristo en la misión salvífica de la Iglesia, que reitera el primado del catolicismo, y que fuera muy mal recibido en 2000 por las otras confesiones cristianas; la condena definitiva de las mujeres para ser sacerdotes; las "Consideraciones acerca de la Teología de la Liberación", de 1984, que dictaron la sentencia de muerte para aquel movimiento eclesiástico latinoamericano.
El cardenal Ratzinger condenó también con el apoyo del Papa muchas herejías y desviaciones doctrinarias, lo que ayudó a consolidar la centralización triunfal de Roma sobre la periferia.
Karol Wojtyla ha sido un hombre extraordinario, con un sentido del deber en forma heroica, muy a la polaca, una gran disciplina personal y un físico de atleta privilegiado gracias al cual pudo sobrevivir a tantas pruebas y operaciones, desde el atentado que casi le hizo perder la vida el 13 de mayo de 1981.
Los argentinos no deben olvidar que el primer gran problema con el que chocó el joven Papa de 58 años, que estaba aún instalándose en el Palacio Apostólico vaticano, fue la inminente guerra que estaba por estallar entre Argentina y Chile. La dictadura militar de nuestro país había decidido cruzar la cordillera y atacar al país hermano, regido por el dictador Augusto Pinochet, después que un arbitraje internacional que la misma Argentina había promovido (en épocas de otro gobierno militar, el del general Lanusse), le había concedido a Chile tres islas en disputa al sur del canal de Beagle.
Gracias a la intervención de Juan Pablo II y de su delegado, el cardenal Antonio Samoré, la guerra pudo ser evitada en medio de peripecias enormes y se inició así el camino para que los dos países resolvieran pacíficamente todas sus disputas fronterizas.
De los viajes del Papa, vale la pena recordar algunos. En enero de 1979 viajó a México para participar de la Conferencia de Puebla de los obispos latinoamericanos. En junio fue la primera de sus nueve visitas a su querida Polonia, su gira apostólica probablemente más importante de todo el pontificado. Millones de polacos lo aclamaron como padre de la nación. Pocos meses después nació el sindicato libre "Solidaridad" y el proceso de liberación del este europeo que permitió liquidar a las dictaduras comunistas casi sin derramamiento de sangre.
México y Polonia, aquellos dos viajes, marcaron a fuego las características del pontificado de Wojtyla. El catolicismo popular mexicano y la reivindicación nacional de libertad de los polacos tuvieron una gran importancia para el Papa.
Por otro lado, la lucha contra el comunismo hizo también que el Papa adoptara una posición dura contra los movimientos tercermundistas, especialmente en América Latina. Como el silencioso Paulo VI, tampoco Juan Pablo II denunció concretamente a las dictaduras militares "cristianas" con la misma indignación con que justamente denunciaba los males del comunismo.
Esto no le impidió visitar la Cuba de Fidel Castro en enero de 1998, que fue la realización de uno de sus "viajes imposibles". Pero hay otros dos que fueron definitivamente imposibles: China y Rusia.
Si con los chinos existió un duro forcejeo con las autoridades comunistas que imponen una Iglesia Patriótica autocéfala, separada de la comunión con Roma, con la Rusia poscomunista de Vladimir Putin es la Iglesia Ortodoxa de Alejo II la que se opuso a una visita del Papa de los católicos. Unir en una sola Iglesia universal a las dos Europas cristianas, la del este y la del oeste, fue una de las mayores aspiraciones de Juan Pablo II, que se vieron frustradas por la acusación de proselitismo de los ortodoxos, temerosos de que Roma terminara sometiéndolos.
El soplo del Espíritu Ecuménico que prometió el Papa en los comienzos de su pontificado ha avanzado muy pero muy poco. Con los anglicanos y los ortodoxos los problemas se mantienen y los protestantes ven con recelo la continua reiteración del primado de la Iglesia Católica y del Papa que Wojtyla y Ratzinger han hecho en varios momentos del pontificado.
"Lolek" (Carlitos) era hijo de un suboficial del ejército que recibió desde niño una rigurosa educación católica y una formación patriótica que a los polacos de entonces les regía el carácter: intransigencia, orgullo, idealismo. La patria de Chopin había sido en los siglos mutilada, ocupada, vejada por los grandes vecinos. Y siempre la identidad nacional se había identificado en la Iglesia, que nunca traicionó los ideales de la nación.
"Totus tuus", dicen con devoción los polacos a la Virgen Negra del santuario de Chestokowa. Y Karol Wojtyla tuvo siempre una gran vocación mariana.
A los 20 años, Karol Wojtyla se había trasladado hacía ya tiempo a Cracovia para estudiar en la Universidad. A esa edad estaba ya completamente solo: a los seis años había perdido a Emilia, su madre, y cuatro años después falleció de escarlatina su hermano mayor Edmund, médico, que "Lolek" adoraba, mientras atendía a las víctimas de una epidemia. Más tarde murió su padre, con quien rezaba varias veces por día.
El joven Wojtyla era muy admirado por las chicas y las leyendas le asignaron dos novias juveniles: Halina y Danuta. Con ellas participaba en los conjuntos teatrales. Era un buen actor y años más tarde demostró también ser un buen autor teatral y un interesante poeta.
Karol tenía muchos amigos judíos, con los que jugaba al fútbol. "Era un buen arquero", dijo su amigo hebreo Jerzy Kluger, quien vive hoy en Roma.
Esta relación personal ayudó a que el después papa Juan Pablo II cambiara la historia de las relaciones entre la Iglesia Católica, por siglos contaminada de antisemitismo, con el pueblo de Israel. En abril de 1986 "Lolek" fue el primer pontífice de la historia que visitó una sinagoga desde las épocas de San Pedro (que se llamaba Simón), y llamó a los judíos "nuestros hermanos mayores". Después impulsó las relaciones diplomáticas entre Israel y la Santa Sede. Este gesto histórico se completó en marzo de 2000 con el "viaje de los viajes" de Juan Pablo II a Jerusalén.
Vino la guerra y Karol Wojtyla trabajó como obrero en la Soda Solvay de Cracovia mientras asistía al seminario clandestino. El 1° de noviembre de 1946 fue ordenado sacerdote y fue a estudiar a Roma. El 4 de julio de 1958 fue consagrado obispo auxiliar de Cracovia. Tenía 38 años. Se destacó en su participación en el Concilio Vaticano II como joven asesor y en los Sínodos que convocó Paulo VI, que lo creó cardenal.
El 16 de octubre de 1978, 111 cardenales lo eligieron en la Capilla Sixtina como el primer Papa no italiano en 455 años.

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EL VATICANO Y SU PODER POLITICO
Un moderno cruzado en lucha contra los regímenes comunistas
Fue su objetivo político durante los años 80. Con un viaje a Varsovia en 1979 aceleró la debacle del gobierno polaco. Tras la caída del Muro, criticó al "capitalismo salvaje" y se opuso a la guerra en Irak.

CON WALESA. SU VIAJE A POLONIA, EN 1979, ABRIO EL CAMINO PARA EL NACIMIENTO DEL SINDICATO SOLIDARIDAD.

Julio Algañaraz.
jalganaraz@clarin.com

Juan Pablo II fue en un sentido el Papa más moderno y, en otro, uno de los más conservadores. Con esta dualidad de acción, proyectó su figura y su mensaje espiritual a escala planetaria y convirtió al Vaticano en un verdadero centro de poder terrenal, acorde con la era de profundo cambio histórico que signó al mundo en su papado.

Desde Roma combatió al comunismo y lo vio caer. Y vislumbró la llegada de una nueva era con la desaparición del mundo bipolar y la inminencia del Tercer Milenio del cristianismo.

Predicó la fe y condenó infinitamente la injusticia y la pobreza en largos viajes en los que, como un auténtico misionero de fines de siglo, no desechó un uso intensivo de sofisticados medios de comunicación, incluida la Internet. Pero su mensaje fue siempre severo: no se movió ni un milímetro en el tema del divorcio, dijo no al sacerdocio femenino y no aceptó derogar el celibato de los sacerdotes.

Karol Wojtyla, fascinado desde joven con los grandes místicos españoles como San Juan de la Cruz (objeto de su tesis doctoral), fue un pontífice mesiánico que sostenía la necesidad de un "incesante espíritu misionero" de la Iglesia. "El signo de la contradicción" fue una de sus mejores obras intelectuales y la contradicción es la clave para interpretar su papado.

El Papa era un profundo europeo que logró su objetivo de "hacer respirar a Europa con sus dos pulmones", ayudando a liberar del comunismo a Polonia, y al este del continente. Esta fue una lucha que lo empeñó a fondo durante los años 80.

Casi no hubo hecho de importancia en la vida política internacional sobre el cual no haya fijado posición y, en ocasiones, intervenido directa o indirectamente. Pero su peso político le deparó en ocasiones amargos momentos: el atentado del turco Alí Mehmet Agca confirmó al Papa el signo apocalíptico de la época.

No obstante, el Papa sintió siempre la necesidad de continuar con su estilo heroico, muy polaco, de arriesgarse hasta el sacrificio, porque sostenía que Pedro y sus sucesores son los que primero deben dar el ejemplo del martirologio de la fe.

La epopeya anticomunista comenzó quizá como programa en el mismo cónclave que lo eligió, en octubre de 1978, y tuvo su primera manifestación en el viaje a Polonia en junio de 1979. Aquellos fueron 10 días que tuvieron en vilo al mundo.

Un año después nació en Gdansk el sindicato libre Solidaridad, liderado por el electricista Lech Walesa. La acción política principal del Papa de ahí en más fue el trabajo denodado para liquidar al comunismo europeo.

Wojtyla estaba convencido, mucho antes de ser elegido Papa, de la fragilidad sustancial del sistema soviético y el de sus países satélites. A fin de 1989, con el derrumbe del Muro de Berlín, llegó su hora más gloriosa. Después vinieron las sorpresas y amarguras de la era poscomunista.

Los años del poscomunismo han creado en el Este grandes injusticias sociales que visiblemente lo desilusionaron. El Papa se lanzó contra el "nuevo ídolo", el capitalismo salvaje y la ideología de la globalización de los mercados, en defensa de los valores cristianos de solidaridad y de la dimensión social de la doctrina católica, que Juan Pablo II explicó en tres distintas encíclicas durante su pontificado.

Polonia, que debía ser el ejemplo concreto de la alternativa al comunismo y al capitalismo salvaje, terminó votando mayoritariamente a los poscomunistas. Para colmo, en setiembre de 1996 fue reimplantado el aborto. "Se ve que no hemos sufrido bastante", dijo el Papa.

Contra lo que Juan Pablo II esperaba, la Europa que debía respirar a dos pulmones, finalmente libre, albergaba otros muros más profundos. El angustioso empeño del Papa en favor de la unidad con las otras religiones cristianas pasaba, en primer lugar, por el proceso de rápido acercamiento a los ortodoxos, separados de Roma desde 1054.

Recelo de los ortodoxos
Los viajes de Juan Pablo II por el Este y el entusiasmo católico en las regiones eslavas liberadas del comunismo despertaron un creciente recelo en los patriarcados ortodoxos, sobre todo en el más importante: el de Moscú.

Alexis II, el gran patriarca, rechazó las invitaciones para un encuentro histórico. El Jubileo Extraordinario del año 2000, que debía culminar con un abrazo ecuménico entre los cristianos en Jerusalén, se convirtió en un sueño imposible. Sin embargo, el Papa fue un firme defensor de un diálogo entre palestinos y judíos en Oriente Medio y se convirtió, tras la invasión de EE.UU. en Irak, en uno de los más fervientes opositores a la guerra en el Golfo.

Fueron muchas las intuiciones del primer Papa eslavo de la historia, que buscó reconciliar a Oriente con Occidente y al Norte rico, egoísta y cada vez más indiferente al llamado religioso, con el sur del mundo, pobre y tan ansioso de valores como de bienestar. Karol Wojtyla sabía que en el Tercer Milenio el centro de gravedad de la Iglesia se moverá hacia el sur y el este del planeta.

La mayor parte de los católicos se encuentra en las naciones pobres del sur. La mitad, en el continente americano.

Las giras apostólicas de Juan Pablo II sirvieron, en el plano interno de la Iglesia, para enfatizar sobre la disciplina y, según los adversarios, para orientar en sentido conservador la doctrina del Concilio Vaticano II.

Papa pastoral más que teológico, de hechos, de gestos y de imagen —ha sido el líder mundial con más presencia en los medios de comunicación—, Juan Pablo II tuvo siempre la convicción de que la acción de "misionero del mundo" exigía disciplina interna en la Iglesia e ideas claras para no confundir a la gente.

En materia moral, el Papa ratificó las ideas tradicionales sobre divorcio, aborto, anticonceptivos y sacerdocio femenino. Su guardián de la ortodoxia, el cardenal Josef Ratzinger, prefecto del ex Santo Oficio, emitió un documento en el que, por única vez en el pontificado wojtyliano, se aclaró que en esta materia el Papa había pontificado en forma "infalible". Esta ratificación tajante abrió un abismo con los anglicanos, que aceptaron el sacerdocio ejercido por mujeres.

El torniquete disciplinario se abatió en los católicos tercermundistas de América latina. La Teología de la Liberación, al menos "en algunos de sus aspectos", fue condenada por filomarxismo en 1984 desde la Santa Sede.

Karol Wojtyla dejó un mundo con mil millones de bautizados en el inicio de un nuevo milenio cargado de dudas y acechanzas. No logró todo lo que se propuso. Pero jugó con pasión hasta el final —y en una dimensión hasta ahora desconocida— un papel para nada fácil: el de jefe espiritual y político de la Iglesia y del Estado Vaticano.
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El histórico viaje a la Cuba de Fidel


"Que Cuba se abra al mundo y el mundo se abra a Cuba", fue la frase más célebre que definió la visita de Juan Pablo II a la isla caribeña de Fidel Castro, considerado uno de los "viajes imposibles" de su pontificado.

La gira apostólica de cinco días del Papa (del 21 al 25 de enero de 1998) fue lógicamente calificada de histórica y Karol Wojtyla, al hacer el balance del periplo cubano dijo claramente que éste le había recordado su visita a Polonia en 1979, un acontecimiento al que muchos le atribuyen el comienzo de la caída del imperio soviético.

La visita tuvo un extraordinario éxito de masas. En Santa Clara, donde se encuentra el monumento con los restos del Che Guevara, se agolparon en la misa 150 mil fieles, que fueron 350 mil en Santiago de Cuba y casi 600 mil en la celebración final en La Habana.

El Papa condenó al marxismo y criticó el neoliberalismo capitalista. También reiteró su rechazo al embargo de 35 años al que EE.UU. ha sometido a Cuba. Cuando un periodista estadounidense le preguntó que debía hacer Washington con Cuba, respondió: "Cambiar".

Como se esperaba, la gira papal no sirvió para "ablandar" al régimen comunista, pero si estableció un diálogo difícil entre Castro y la Iglesia que prosigue hasta hoy.

 

Hitos de un pastor

Karol Wojtyla nació el 18 de mayo de 1920 en la ciudad de Wadowice, en el sur de Polonia.

La cultura y el espíritu polacos influyeron su pontificado. A los 22 años, en plena guerra, ingresó en un seminario clandestino. Cuatro años más tarde, una vez ordenado sacerdote, partió hacia Roma.

A los 38 años fue promovido a arzobispo y, tres años después, a cardenal.

El 16 de octubre de 1978 fue elegido como el Papa número 264. Fue el primer Sumo Pontífice eslavo en la historia de la Iglesia. Y el primero de origen no italiano en 455 años.

 

Es elegido Papa el 16 de Octubre de 1978.

Vida y pasión del primer Papa eslavo

·  Contra el comunismo. El objetivo político primordial de su papado fue combatir al comunismo, un sistema que criticó duramente por sus abusos y persecución a la religión.

·  El atentado. El 13 de mayo de 1981, el terrorista turco de extrema derecha Alí Mehmet Agca hirió de gravedad a Juan Pablo II en la Plaza de San Pedro. El ataque minó gravemente su salud para el resto del pontificado.

·  El viajero. Durante sus 26 años de papado peregrinó por los 5 continentes.

·  El cónclave. Dentro de 15 o 20 días se reunirá en la Capilla Sixtina el cónclave de cardenales para elegir al nuevo Papa. Debe ser aprobado por 2/3 de los purpurados.

·  La Santa Sede. Infografía sobre el Vaticano, la casa del Papa.

·  Juventud. Los jóvenes siempre fueron una fuente de energía para el Papa.

·  Con la Argentina. La relación de Juan Pablo II con la Argentina conoció todos los altibajos posibles. Criticó a la Junta encabezada por Videla por violar los derechos humanos; con Alfonsín se enfrentó por la aprobación de la ley de divorcio, pero elogió el fin del conflicto por el Beagle, y con Menem tuvo roces por el ajuste económico.

·  Beagle y Malvinas. Su primera visita a la Argentina, en 1982, estuvo enmarcada por la guerra con Gran Bretaña. "Hagan con sus manos una cadena de unión más fuerte que las cadenas de la guerra", imploró en Palermo.

·  Mediación. No había cumplido un año como papa cuando la amenaza de guerra entre Argentina y Chile lo llevó a realizar una de las mediaciones más exitosas en la historia de la Iglesia.

·  Defensa de la vida. Desaparecido el comunismo en Europa, se lanzó contra el capitalismo salvaje, en defensa de los valores cristianos de la solidaridad y justicia social. Su encíclica Centesimus annus, de 1991, establece la posición de la Iglesia frente a la nueva realidad política. Además hizo eje de sus prédicas la "defensa de la vida", contra el aborto y la anticoncepción.

·  Con los judíos. Fue el Papa que más hizo por la reconciliación entre el pueblo católico y el judío y el primero, desde la época de San Pedro, que entró en una sinagoga. En abril de 1986, en el gran templo judío de Roma llamó a los judíos "nuestros hermanos mayores".

·  Vigilia final. El mundo entero oró por Juan Pablo II.

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DOS DISPAROS QUE CONMOCIONARON AL MUNDO
El atentado de Alí Agca

 



A las 17.19 del miércoles 13 de mayo de 1981, en la plaza San Pedro del Vaticano, el terrorista turco de extrema derecha Alí Mehmet Agca alzó el brazo armado por encima de la cabeza y sin hacer demasiada puntería, pero a sólo tres metros de distancia, disparó contra Juan Pablo II.

Con el hábito blanco manchado de sangre, Karol Wojtyla cayó lentamente dentro del jeep donde estaba parado y que le servía para dar una larga vuelta por la plaza durante la audiencia general de los miércoles.

Agca alcanzó a disparar dos veces antes de enfundar la pistola y huir a la carrera. No fue muy lejos: una monja valiente se le tiró encima y un policía lo inmovilizó ayudado por otros fieles.

El Papa fue cargado en una ambulancia. En el trayecto de quince minutos hasta el policlínico Gemelli, el secretario papal, monseñor Stanislao Dziwisz, tomó la confesión a Juan Pablo II y juntos rezaron todo el tiempo en polaco. "Me di cuenta de que iba a salvarme", contó años después Juan Pablo II a un periodista.

El cirujano Francesco Crucitti encontró una situación difícil. El Papa había perdido mucha sangre, "casi tres litros", y fue sometido de inmediato a una masiva transfusión. En la operación que le realizaron le extirparon más de un metro de intestinos.

El atentado fue de inmediato atribuido a una conspiración. Hasta ahora la Justicia italiana mantiene abierta una causa "contra desconocidos" porque las sospechas más lógicas descartan que Agca haya obrado como un criminal solitario.

Transcurridos unos años después del atentado, el Papa visitó a Agca en su celda y no dudó en perdonarlo. Desde el 2000, Agca cumple su cadena perpetua en una cárcel turca.

El cuadro internacional, por otra parte, hizo pensar en que los mandantes del atentado estaban en el Este y que la punta de la conspiración se encontraba en Moscú; probablemente en la célebre sede de la KGB.

Pero las confesiones de Alí Agca, que fue condenado rápidamente a cadena perpetua, orientaron las investigaciones hacia la llamada "pista búlgara". Fueron involucrados varios diplomáticos de la Embajada de Bulgaria en Roma, pero todos ellos resultaron absueltos. También fueron absueltos tres dirigentes de la organización ultraderechista islámica de los "Lobos grises", a la que pertenecía Alí Agca.

La pista búlgara era coherente porque el DS, los servicios secretos del gobierno comunista de Sofía, se encargaba por cuenta de la KGB de hacer trabajos sucios en los que no querían comprometerse los rusos en persona. Con su anticomunismo, el Papa era visto como una amenaza.

Extrañamente, dos horas después del atentado, partió hacia Sofía desde la Embajada búlgara en Roma un camión para el que —única vez en el año— se había pedido el permiso de tránsito diplomático. Una hipótesis es que ese camión debía servir para facilitar la huida de Agca. Lo cierto es que los mandantes del atentado siguen en la sombra.

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LOS VIAJES DEL PAPA
Recorrió un millón de kilómetros durante más de un cuarto de siglo




Sus giras por los 5 continentes fueron la característica más espectacular de su pontificado. Viajó más que todos sus predecesores juntos. Y congregó multitudes como ninguna otra personalidad mundial.

Julio Algañaraz.
jalganaraz@clarin.com

El Papa llevaba recorridos un total de 1.246.000 kilómetros, algo suficiente como para ir y venir a la Luna varias veces. Un cálculo más preciso indica que el Pontífice dio 30 veces la vuelta el mundo, en 104 viajes apostólicos fuera de Italia desde que en 1978 fuera consagrado como vicario de Cristo.

Las peregrinaciones de Juan Pablo II por 133 países de los cinco continentes "para evangelizar a los pueblos del mundo", como él decía, han sido la característica más espectacular de su paso como jefe de la Iglesia católica.

El Papa misionero —como lo bautizó una parte de la prensa europea— se había convencido de que peregrinar por la Tierra era una prioridad esencial de su programa. Esa característica de su gobierno al frente de la Santa Sede ya quedó en evidencia al visitar México en enero de 1979, en su primera gira apostólica.

El entusiasmo de los mexicanos, la exhibición de una fe popular y un afecto multitudinario que aumentó en los otros cuatro viajes que realizó a México, fue un hito de gran importancia personal para Wojtyla.

En 1979, Juan Pablo II realizó otro viaje que marcó su pontificado: la primera visita de un pontífice a Polonia. Del 2 al 10 de junio, Wojtyla recorrió varias ciudades y culminó la gira en Cracovia, la ciudad de la que había sido cardenal arzobispo hasta su elección como Papa. Sus discursos fueron un mensaje de esperanza y de rebelión que pocos meses después alentaron la creación, en los fríos astilleros de Gdansk, del sindicato Solidaridad.

Aquella visita del Papa a Polonia marcó el principio del fin del comunismo, que en Europa comenzó a derrumbarse en 1989 a partir de Polonia, y el fin del muro de Berlín.

El viajero Juan Pablo II afrontó todo tipo de situaciones en sus viajes. En Fátima, Portugal, en mayo de 1982, mientras se acercaba a la imagen de la virgen para agradecerle que lo había salvado del atentado de un año atrás sus custodios lo salvaron de la agresión, con una bayoneta, de un cura español tradicionalista y con la mente desquiciada.

No hubo otros atentados durante los viajes, pero sí algunos intentos abortados, como el que ocurrió en Sarajevo el 12 de abril de 1997. Este era uno de los "viajes imposibles" que finalmente realizó, con gran coraje, Juan Pablo II. Una carga de explosivos había sido colocada bajo un puente por donde debía pasar el Papa, pero la policía la descubrió unas horas antes de su llegada.

Es muy difícil hacer una evaluación de las dificultades que afrontó el Papa polaco: el calor abrumador en los países tropicales, que lo llevaron casi al desvanecimiento. En 1991, en el Matto Grosso brasileño, el calor infernal y la humedad muy alta fueron la prueba física más dura, pero Juan Pablo II ofició igual la misa en Cuibá.

De los "viajes imposibles" hay que recordar también la visita apostólica a Beirut el 10 y 11 de mayo de 1997. Como en el caso de Sarajevo, el Papa tuvo que suspender la visita dos veces a esas naciones con mayoría musulmana que habían sufrido una terrible guerra civil.

Durante este último cuarto de siglo pletórico de viajes, Juan Pablo II ha congregado multitudes como ninguna otra personalidad mundial. "¿Cuál fue la más grande concentración?". Todos están de acuerdo que los cinco millones de personas que se reunieron en la misa de celebración de la XII Jornada Mundial de la Juventud en Manila, capital de Filipinas, en enero de 1995, fueron "la mayor multitud jamás vista", según el diario vaticano L''Osservatore Romano.

Otra peregrinación que tuvo en vilo a la opinión pública fue la que hizo a la Cuba de Fidel Castro entre el 21 y el 25 de enero de 1998.

En los últimos años, ningún viaje causó tantas expectativas mundiales como la visita del Papa a la mítica Jerusalén, que realizó contra viento y marea en marzo de 2000. Lo llamaron "el viaje de los viajes" por la máxima importancia religiosa de esta gira apostólica a Tierra Santa.

Sus últimos grandes viajes fueron a Eslovaquia, en setiembre de 2003, y a Lourdes, en Francia, en agosto de 2004. En ambos casos, tuvo dramáticos problemas de salud.

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UNA INTERACCION PERMANENTE CON LOS MOVIMIENTOS CATOLICOS
El lazo con la juventud, una clave
El Papa Juan Pablo II puso especial énfasis en el diálogo con los sectores juveniles del catolicismo. Depositó en ellos su esperanza para que el nuevo milenio encontrara al cristianismo fortalecido.

CIUDAD DEL VATICANO. AFP
La comprensión y la complicidad que sentía con los jóvenes que lo seguían fueron una de las marcas sobresalientes del pontificado de Juan Pablo II, que estuvo dominado por un impulso de los movimientos católicos, que vivieron un verdadero renacimiento y ocuparon un lugar privilegiado en la Iglesia Católica en los últimas casi tres décadas.

El Papa demostró, siempre, una notable disponibilidad hacia los jóvenes católicos. Acostumbraba encontrarlos en las multitudinarias, y numerosas, manifestaciones organizadas durante sus viajes pastorales por todo el mundo. Con ellos también llegó a bromear y cantar.

Gracias a esa corriente de afinidades que estableció con la juventud, el Sumo Pontífice lograba hablar de sus ideas y principios, su posición contraria al aborto, la anticoncepción y la homosexualidad, inclusive después de jornadas maratónicas, como sucedió en ocasión de sus visitas a Sevilla (España) y a Ciudad de México.

Los jóvenes le cantaban serenatas bajo su ventana y él les dedicaba tiempo para escuchar sus problemas, sus angustias e interrogantes sobre la sociedad actual y la relación entre ellos y la iglesia.

Al inicio de su pontificado, en su residencia veraniega de Castelgandolfo, en las afueras de Roma, solía invitar a grupos de juveniles a pasar la velada frente a la chimenea, con los que cantaba cánticos polacos y recordaba historias de montañeros o de su época de deportista.

Un hito de ese diálogo permanente fue durante 1984, en ocasión del Jubileo, cuando el Papa organizó la Jornada Mundial de la Juventud, lo que le permitió afianzar el diálogo constante que mantuvo con miles de jóvenes de todo el mundo.

Las jornadas de Buenos Aires, Santiago de Compostela, Czestochowa (Polonia), Denver (Estados Unidos), Manila (Filipinas), París y Roma, representaron para Juan Pablo II, como él mismo decía, "una exhortación para permanecer joven" y despertaron el entusiasmo en sus participantes, que llegaron a algunas de esas capitales a pie, en bicicleta e inclusive a caballo.

El máximo jefe de la Iglesia católica jamás escondió, al contrario, que contaba con los jóvenes para que lo acompañaran al umbral del tercer milenio del cristianismo, y para que afrontaran los desafíos por venir: "Ustedes son la esperanza de la iglesia y del mundo. Ustedes son mi esperanza", declaró al inicio de su pontificado, al anunciar su misión como pastor de la Iglesia.

"Les toca a ustedes —les manifestó— la misión de defender valores tales como la libertad religiosa, el respeto de la persona, la protección del derecho a la vida, la promoción de la familia, la valorización de las diversidades culturales en favor del enriquecimiento mutuo, la salvaguardia del equilibrio ecológico amenazado", insistió en su viaje a Czestochowa.

"Ustedes deberán tener claro que el futuro de la paz, y por lo tanto el futuro de la humanidad, dependen de sus decisiones", repitió el pontífice al inaugurar el tercer milenio.

EL PORTAVOZ MAS FAMOSO DE LA HISTORIA DEL VATICANO
Navarro Valls: el periodista que fue la sombra del Papa

ROMA. LA REPUBBLICA


No creo que a alguien le importe saber qué siento dentro de mí ahora". Así respondió esta semana una pregunta periodística el portavoz del Vaticano, Joaquín Navarro Valls, quien estuvo a la sombra de Juan Pablo II por más de dos décadas.

Español, hoy de 68 años, un día de 1984 recibió un llamado telefónico esperado. El Papa había decidido confiarle la comunicación externa de la Santa Sede.

Venía de una larga trayectoria periodística: titular de la Asociación de Diarios Extranjeros en Italia, fundador de la revista Diagonal, de Barcelona, y corresponsal de ABC de España. También fue premiado varias veces.

"Nunca le pregunté al Papa por qué me eligió, ni él me lo ha dicho, pero siempre se lo he agradecido", recuerda este hombre que tiene montones de historias con el Santo Padre. Una, evocó hace poco, era su entrevista con el ex líder soviético Mijail Gorbachov. "Hablaron una hora y media y anunciaron que la URSS aprobaba una ley sobre libertad de conciencia, y Gorbachov invitó a Juan Pablo II a visitar Moscú".

Navarro Valls acompañó al Papa en todos sus viajes. Incluido aquel tan simbólico a Jerusalén, cuando el Sumo Pontífice colocó improvisadamente un papel en el Muro de los Lamentos, que inmediatamente fue llevado como recuerdo al Museo del Holocausto. Y hasta se le adelantó tres meses a su viaje a La Habana, para revisar con el líder cubano Fidel Castro "cualquier detalle o cuestión" a convenir con el Papa antes de su viaje a la isla.

Miembro del Opus Dei y también médico, Navarro fue con Juan Pablo II el rostro más visible del Vaticano, aunque su poder fue escaso y cumplió órdenes directas del cardenal

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DESDE VIDELA HASTA KIRCHNER
Luces y sombras en su relación con los presidentes de Argentina

Criticó a Videla por violar los derechos humanos. Chocó con Alfonsín por el divorcio, pero lo elogió por el Beagle. Tuvo roces por el ajuste con Menem, pero lo condecoró. Con Kirchner el vínculo era distante.

María Luisa Mac Kay.
mlmackay@clarin.com

La relación del papado de Juan Pablo II con la Argentina conoció todos los altibajos posibles. Debió atravesar el cuasi naufragio de una mediación vaticana por el diferendo con Chile por el canal de Beagle, superar una visita papal en medio de la Guerra de las Malvinas y sacudirse con la aprobación de la ley de divorcio o las críticas del Papa a los rigores del plan económico del menemismo, la corrupción y la impunidad.

El primer funcionario argentino que obtuvo una audiencia con Karol Wojtyla recién convertido en Papa, en octubre de 1978, fue Oscar Montes, canciller de la dictadura militar de Jorge Rafael Videla. En la entrevista con Montes, el Papa le envió a la Argentina "los mejores deseos de paz" y le dijo al funcionario que tanto para él como para su antecesor había tres puntos de capital importancia: "La justicia social, la paz y los derechos humanos".

En diciembre, la Santa Sede nombraba al cardenal Antonio Samoré como mediador entre Argentina y Chile por el Beagle.

En noviembre de 1978, Juan Pablo II fue más a fondo en el tema de los derechos humanos y dijo que en el Vaticano "aparece a menudo el drama de las personas desaparecidas", en particular en la Argentina y Chile.

Pero no fue sino hasta julio de 1980 cuando, en un viaje al Brasil, el Papa se reunió por primera vez con un grupo de madres, viudas y hermanas de desaparecidos. Las Madres de Plaza de Mayo fueron presentadas al Papa por el arzobispo Vicente Scherer.

En octubre de 1981 L''Osservatore Romano, órgano de la prensa vaticana, lanzó una dura crítica al comunicado de la Junta militar que daba por muertos a los desaparecidos y por cerrada la cuestión. "No existe ya, pues, margen oficial para un ulterior esfuerzo en orden a indagar la verdad", denunciaba L''Osservatore en un amplio artículo que fue leído como una condena directa del Papa a la dictadura militar.

Luego llegaron la democracia a la Argentina y las mieles del acuerdo definitivo sobre la cuestión del Beagle, impulsado en gran medida por el radicalismo, y los roces con el mismo gobierno por la ley de divorcio.

En medio de ambas cuestiones se realizó la segunda visita del Pontífice a la Argentina.

En una demostración callejera en contra de la ley de divorcio, aprobada en junio de 1987, marchaba a la cabeza el entonces gobernador riojano, Carlos Saúl Menem. Pero cuando llegó a ocupar la presidencia, Menem debió aprender, sin embargo, a digerir los reclamos que hizo el Papa por su propio ajuste neoliberal.

Juan Pablo II comenzó a referirse a la falta de equidad en el ajuste y el entonces Presidente reaccionó diciendo que, quizás, "al Papa Juan Pablo II no lo informan bien sobre la Argentina".

Para recomponer la delicada situación viajó al Vaticano con una carta especial de Menem el entonces secretario de la Función Pública, Gustavo Beliz. Las gestiones dieron sus frutos y seis meses después, el 8 de octubre de 1992, Menem y el Papa se encontraron en el Vaticano. "Esta reunión no es un bálsamo, ni hace falta, porque no hay heridas", dijo Menem, categórico.

Pese a estos chisporroteos verbales, poco comunes en las relaciones bilaterales con el Vaticano, el 16 de diciembre de 1993 el Papa condecoró a Menem con el Gran Collar de la Orden Piana.

Y es que para entonces, y pese al rigor de la crisis económica, el presidente argentino ya se había convertido en un aliado del Vaticano en la condena del aborto. Fue sostenida como estandarte por Argentina en la Cumbre de la Mujer en Pekín en 1995.

Con la llegada de Fernando de la Rúa a la presidencia, la relación de la Casa Rosada con el Vaticano dejó de tener la intensidad de los tiempos de Menem. Y procuró imprimir sobriedad a su relación con el Vaticano. Pero la prolongación de la crisis económica provocó que, en su primera visita, en abril de 2001, Juan Pablo II insistiera con lo mismo que pidió a Menem: medidas a favor de la equidad social.

También Eduardo Duhalde mostró sintonía con el pensamiento social del Papa. En 1999, durante la campaña presidencial que lo enfrentaba a Menem, lo visitó en el Vaticano y subrayó su doctrina de la deuda externa.

Néstor Kirchner es el primer mandatario democrático que no llegó a reunirse con el Papa. Las relaciones fueron más bien distantes. Un episodio que tensó el vínculo fue cuando Kirchner postuló para la Corte a la jurista Carmen Argibay, quien se declaró a favor de la despenalización del aborto. Otro, más reciente, cuando le retiró el aval como obispo castrense a monseñor Antonio Baseotto. Con todo, la cancillería venía tramitando una audiencia de Kirchner con Juan Pablo II. La fecha se venía demorando.
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GESTIONES DE PAZ
Una intervención decisiva por el canal de Beagle y las Malvinas

El Papa envió al cardenal Antonio Samoré a mediar en el conflicto con los chilenos y viajó a la Argentina durante la guerra con los ingleses. Ante dos millones de personas ofició una misa por la paz.
Alejandra Pataro.
apataro@clarin.com

El papa Juan Pablo II dejó sus huellas en dos momentos críticos de la historia reciente de la Argentina.

El conflicto con Chile por el canal de Beagle lo llamó como mediador, en enero de 1979. Tres años más tarde, el oscuro capítulo de la Guerra de las Malvinas reclamó su presencia, ya no como mediador, sino como portador de un mensaje de paz.

Mientras en el archipiélago austral se sucedían los combates, Juan Pablo II llegó a Buenos Aires pocos minutos antes de las 9 de la mañana del 11 de junio de 1982.

A diferencia de otros viajes, su fugaz visita de 31 horas sólo demandó dos semanas de organización. Existieron presiones para que así fuera. Una visita a Gran Bretaña de "estricto carácter apostólico", prevista para el 28 de mayo de ese año, y una posterior audiencia con el principal aliado británico en la guerra, el entonces presidente estadounidense Ronald Reagan, en Roma, prometían teñir de parcialidad la imagen del Papa ante la opinión pública argentina.

Para evitar esa posibilidad y dejar bien en claro su papel neutral en el conflicto bélico, Juan Pablo II anunció inesperadamente, a pocos días de viajar a Gran Bretaña, que también iba a visitar la Argentina, un país que por primera vez en el siglo se encontraba inmerso en la pesadilla de la guerra.

El anuncio de la visita papal desató reacciones diversas entre los argentinos. Mientras las adhesiones de distintos sectores se hacían públicas en los medios de comunicación, en los despachos oficiales circulaban volantes anónimos en los que se acusaba al Pontífice de haber "entregado el Beagle y de querer entregar las Malvinas al enemigo".

Las organizaciones defensoras de los derechos humanos, en tanto, se apresuraron a solicitar una audiencia con el Papa polaco. Pero la Nunciatura y el Episcopado local excluyeron esa posibilidad "en razón de la brevedad de la visita".

El Vaticano dejó en claro desde un principio que la estadía del Papa encerraba sólo "el deseo de orar con el pueblo argentino por la paz y cese del conflicto bélico en el Atlántico Sur". Pero si bien la visita fue reiteradamente calificada como "eminentemente pastoral", al jefe de la Iglesia Católica le resultaría difícil no incursionar en las preocupaciones domésticas de un pueblo que le exigiría sin duda alguna referencia concreta.

Misa en Luján

En el primer día de visita, cerca de 700.000 personas inundaron Luján bajo una lluvia intensa hasta desbordar el amplio espacio abierto ubicado frente a la Basílica de la Virgen, para ver y escuchar al Pontífice.

Al día siguiente lo esperaba la concentración más numerosa de la historia del país. Dos millones de personas enfervorizadas, en su mayoría jóvenes menores de 30 años, rodearon el altar erigido en el Monumento de los Españoles, en Palermo, desde donde Juan Pablo II ofreció, cerca del mediodía, una misa que se extendió durante dos horas y media. La jornada fue apoteósica.

Los tres comandantes en jefe, Leopoldo Galtieri, Jorge Anaya y Basilio Lami Dozo y las máximas autoridades del gobierno de facto también se hicieron presentes durante la misa.

En Luján llegó a pronunciar la palabra "paz" en 14 ocasiones. Ocurre que procurar la paz fue el eje de su misión. El Papa polaco vino a la Argentina a rezar y a enhebrar un enérgico alegato contra la guerra, a la que calificó de "un absurdo y siempre injusto fenómeno". Obviamente, no tuvo la intención de mediación política ni de ensayar una negociación. Tampoco tenía previsto incursionar en la problemática interna argentina.

Pero, quizá reconociendo que no podía sobrevolar a tanta altura esas preocupaciones, Juan Pablo II hizo finalmente una breve referencia. Y en la Catedral metropolitana habló "de las tensiones y heridas que han dejado sus huellas, agravadas por recientes acontecimientos, en la sociedad argentina" e hizo una exhortación para superarlas "lo antes posible".

Fue en Palermo donde el Papa puso fin a su fugaz visita al país. Con "una palabra especial a los jóvenes", a quienes instó a fortalecer la paz, se despidió de los argentinos.

Pero su último mensaje lo dio en el aeropuerto de Ezeiza, pocos minutos antes de partir rumbo al Vaticano. Fue cuando, bajo la atención de todos, instó a las partes para que encontraran "una solución honorable" a las circunstancias bélicas en el Atlántico Sur, que ya se adivinaban adversas para las tropas argentinas.

Ese mismo día regresó a Roma. Volvería a Buenos Aires el 9 de abril de 1987, durante el gobierno del presidente Raúl Alfonsín. Pero para ese entonces ya no había olor a pólvora en el aire.

Antecedentes

Entre 1978 y 1984, el Vaticano puso en marcha su maquinaria diplomática en el marco de dos conflictos: la disputa por el Beagle y la Guerra de las Malvinas.

·  En diciembre de 1978 el cardenal Antonio Samoré llegó a Bs. As. en medio de la máxima tensión entre Chile y Argentina por el Beagle.

·  En enero de 1979 Santiago y Buenos Aires pidieron formalmente la mediación papal.

·  En diciembre de 1980 Juan Pablo II propuso su plan de paz. El régimen militar argentino objetó la propuesta.

·  Durante la Guerra de las Malvinas, el Papa llegó al país en junio de 1982. Procurar la paz fue el eje de su misión.

·  El 29 de noviembre de 1984 Argentina y Chile firmaron el Tratado de Paz y Amistad.

 

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EL PONTIFICE EVITO UNA GUERRA EN EL CONO SUR
La mediación del Papa que llegó en el momento justo
En 1979, Argentina y Chile le pidieron su intervención y en 1984 pactaron la paz.

Fue en la Navidad de 1978. El gobierno de facto encabezado por el general Jorge Rafael Videla desconoció el fallo de la corona británica favorable a Chile en la disputa sobre el canal Beagle y los dos países se aprestaban a dirimir la cuestión por las armas.

En el momento de máxima tensión militar, cuando ya se habían movilizado tropas hacia la frontera, Juan Pablo II tuvo el gesto histórico de ofrecer una misión de paz entre los dos países "para buscar juntos las posibilidades de una honorable solución pacífica del problema".

A partir de allí comenzó una de las gestiones de mediación diplomática más exitosas en la historia de la Iglesia.

En un primer momento, el Pontífice dejó en claro que no aspiraba a "mediar" ni a ofrecer su propio "laudo arbitral". Sólo deseaba interiorizarse sobre las diferentes posiciones. Con esa misión viajó a Buenos Aires y luego a Chile el cardenal Antonio Samoré, hasta entonces el máximo experto del Vaticano en cuestiones vinculadas con América latina, que a partir de aquel momento se convirtió en el prototipo del mediador para el imaginario popular argentino.

"Soy consciente de que la misión que tengo es muy delicada", dijo el cardenal a poco de llegar a la Argentina, el 26 de diciembre de 1978.

Sólo dos semanas más tarde, el 8 de enero del año siguiente, Chile y la Argentina pidieron formalmente en Montevideo la mediación papal.

"Se ve una lucecita", dijo Samoré con un optimismo que sólo él y el Pontífice compartían.

Los resultados de la mediación no fueron los que esperaba la Argentina. Cuando en diciembre de 1980 el Papa entregó en el Vaticano al canciller chileno y al argentino su propuesta de paz, las reacciones fueron dispares.

Aunque no se dio a conocer públicamente el texto, que en síntesis concedía a Chile la soberanía sobre las islas ubicadas al sur del canal Beagle y a la Argentina el mar, el gobierno chileno envió al Vaticano su aceptación tres semanas después, mientras el régimen militar argentino objetó la propuesta.

Luego vinieron años de estancamiento en los que Juan Pablo II y su enviado continuaron con la diplomacia sigilosa.

Durante el conflicto por las islas Malvinas, en 1982, las tensiones entre los países fronterizos resurgieron. La Argentina había denunciado a comienzos de ese año el tratado suscripto en 1972 entre ambos, y durante la guerra entre argentinos y británicos arreciaron las denuncias sobre la colaboración entre Santiago y Londres.

Pacto de no agresión

Alertado sobre los peligros de una generalización de la guerra, el Papa exhortó a fines de abril de ese año a Chile y la Argentina a acelerar el paso para concluir el proceso mediador y pidió la firma de un pacto de no agresión entre ambas naciones.

La democratización argentina trajo luego nuevos aires al proceso mediador. Ante la imposibilidad de esperar nuevos arbitrajes más favorables, el gobierno de Raúl Alfonsín propuso aceptar la propuesta papal, una iniciativa que recibió el respaldo del 82 por ciento de los argentinos en un plebiscito.

El 29 de noviembre de 1984 los cancilleres Dante Caputo y Jaime del Valle pusieron fin a la centenaria disputa con la firma en el Vaticano del Tratado de Paz y Amistad, lo que marcó el final de seis años de mediación.

"Si en estos años siempre han sido gratos y motivo de esperanza mis encuentros con ustedes, hoy deseo manifestarles la profunda satisfacción con la que los recibo", confesó Juan Pablo II ante los dos cancilleres.

"Démosle gracias a Dios porque la realidad de hoy compensa con creces los temores de 1978", concluyó el Papa en un gesto espontáneo de alegría al elogiar el acuerdo.
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LAS IDEAS DOCTRINARIAS DE JUAN PABLO II
Un implacable luchador contra el aborto y los anticonceptivos
Lo planteó en sus documentos papales. En su encíclica "Laborem exercens" Juan Pablo II criticó al "economismo materialista" que considera al trabajador sólo como un instrumento de producción.
Julio Algañaraz.
jalganaraz@clarin.com

Las encíclicas y las cartas apostólicas constituyen los momentos más importantes de un pontificado, porque resumen sus ideas doctrinarias y apostólicas. Juan Pablo II se enfrentó con la necesidad de actualizar a la Iglesia con el mundo contemporáneo, en una serie de documentos que pueden ser agrupados por temas:

El Tercer Milenio cristiano

Como conclusión del Jubileo extraordinario del Año Santo de 2000, el Papa firmó la carta apostólica Novo Millenio Ineunde, sobre el advenimiento del Tercer Milenio cristiano. En ella estimula a los católicos de todo el mundo a que "caminemos con esperanza". Un nuevo milenio "se abre ante la Iglesia como un océano inmenso en el que hay que aventurarse, con la ayuda de Cristo". Y reclama: "nuestra andadura debe ser más rápida" en la evangelización.

La última encíclica del siglo XX y el Segundo Milenio puso el acento en los desafíos del ecumenismo. Firmada por Juan Pablo II en mayo de 1995, se llamó "Et Unum Sint!", que recuerda la exhortación final del Concilio Vaticano II en favor de la unidad de los cristianos. Allí el Papa aclara que es una condición necesaria para la unidad la comunión de todas las Iglesias particulares con la Iglesia de Roma, pero afirma que la primacía del Papa debe ser entendida "como un servicio y no como un privilegio".

A fines de setiembre de 1993 se conoció "Fede et Ratio", la encíclica filosófica del pontífice, destinada a armonizar la fe y la razón. "La filosofía es una ayuda indispensable para la inteligencia de la fe y para comunicar la verdad del Evangelio a cuantos aún no lo conocen".

La redención del hombre

La dignidad del ser humano, las amenazas que sufre y sus derechos forman el "enorme fresco" de su primera encíclica, la "Redemptor hominis", anunciada en marzo de 1979.

Dividida en cuatro directrices, pone su pontificado en continuidad con el magisterio del Concilio Vaticano II y de las enseñanzas y doctrinas de Juan XXIII.

Según "Redemptor hominis", Cristo es el único redentor y el hombre no puede ser recuperado si prescinde de la Iglesia.

En continuidad con la "Redemptor hominis" la segunda encíclica, "Dives in misericordia", publicada el 30 de noviembre de 1980, pone de relieve el valor de la misericordia en el difícil camino del hombre.

Tres encíclicas destacan la importancia que Juan Pablo II dio en su largo pontificado a la condición humana.

La doctrina social

El 14 de setiembre de 1981 se publica la "Laborem exercens", celebración del trabajo humano en el 90° aniversario de la histórica encíclica "Rerum novarum" de León XIII. El hombre que trabaja es el tema único de esta encíclica, en la que el Papa desarrolla una dura crítica al "economismo materialista" que considera el trabajo como una mercadería y al hombre como un instrumento de producción.

"Sollicitudo rei socialis", publicada el 30 de diciembre de 1987, tuvo como tema central el desarrollo. Juan Pablo II escribe "a partir de los pobres" y en favor de un desarrollo armónico de los pueblos. La Iglesia "no propone sistemas o programas económicos y políticos, pero es llamada proféticamente a destacar las exigencias de la justicia social y del respeto debido a la dignidad de todos los hombres".

El 1° de mayo de 1991, Juan Pablo II publica la encíclica "Centesimus annus", en celebración del centenario de la "Rerum Novarum" del papa León XIII. Ataca en ella la contraposición de doctrinas del materialismo dirigista y del liberalismo individualista, elaborando las problemáticas del trabajo y el desarrollo en los países industrializados y del Tercer Mundo.

La Iglesia reclama que el concepto de propiedad privada sea ligado a la función social que la misma debe asegurar. El libre mercado y los beneficios son legítimos, pero sólo si garantizan la promoción del ciudadano-trabajador, que siempre corre el riesgo de ser considerado como una mercancía.

La teología moral

Juan Pablo II ha seguido una línea tradicional, básicamente ausente de innovaciones, en esta materia que es una de las más controvertidas dentro y fuera del mundo católico.

Su doctrina cristalizó en dos encíclicas: "Veritatis splendor" (6 de agosto de 1993) y "Evangelium vitae" (30 marzo de 1995).

En la primera, "Esplendor de la verdad", se definen los cánones de la teología moral, en un esfuerzo por dar una línea clara y enérgica con respecto a las enseñanzas morales de la Iglesia.

La primera parte del documento destaca el deber del cristiano de observar los Mandamientos y de practicar las beatas perfecciones. En la segunda parte se establecen las fronteras entre la doctrina de la Iglesia y algunas tendencias de la teología moral contemporánea.

La segunda, "Evangelio de la vida," abarca la bioética, la eutanasia, la pena de muerte, los anticonceptivos y el aborto. El propio Papa la definió como "una meditación acerca de la vida" ante la difusión "de una preocupante cultura de muerte" a la que se asiste no sólo en las guerras sino también en el atentado a la vida ya concebida (aborto) como a la vida de los enfermos terminales y los ancianos (eutanasia). La encíclica reitera la posición tradicional que mantiene la Iglesia en todos estos temas.


Las cifras del papado

·  Juan Pablo II viajó más que todos sus predecesores juntos en los dos mil años de existencia de la Iglesia. Recorrió más de un millón de kilómetros, 30 veces la vuelta al mundo.

·  Durante su cuarto siglo de pontificado proclamó nada menos que 1.321 beatos y 473 santos, mientras que sus predecesores, desde 1594 en que se creó la Congregación para la causa de los Santos, sólo proclamaron 808 beatos y 296 santos.

·  Los bautizados católicos en el mundo superaron en 1996 los mil millones de fieles, el 18% de la población total del planeta. Juan Pablo II no reforzó el porcentaje con relación a 1978, el año de comienzo de su pontificado, pero impidió una decadencia que lucía alarmante a mediados de los años 70. En 2004 los católicos en el mundo eran más de 1.110 millones de almas.

·  América es el continente más católico, con el 63,4 por ciento de la población, contra el 40,7 por ciento de Europa. En Asia, sólo el 2,8 por ciento de sus habitantes han sido bautizados.

·  La Argentina se ha convertido en el décimo país católico del mundo, con un poco más de 30 millones de bautizados y el 90,73 por ciento de católicos. Brasil es el primero, con 133 millones de bautizados.

·  La "Armada del Papa", que se ocupa de los 1.110 millones de bautizados y de la evangelización de los no católicos, no llega a los dos millones de personas, incluyendo a medio millón de catequistas y laicos misioneros. Los obispos son 4.257, los sacerdotes 404.461 y las monjas 848.000.

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Sus Puntos de vista

Comunismo y capitalismo

"Lo que llamamos comunismo tiene su historia: es la historia de la protesta frente la injusticia, como he recordado en la encíclica 'Laborem exercens'. Una protesta del amplio mundo de los hombres del trabajo que se convirtió en una ideología. Está demostrado que el comunismo como sistema se ha caído solo. Se ha caído como consecuencia de sus propios errores y abusos. Ha demostrado ser una medicina que ha causado más daño que la enfermedad misma. No ha llevado a cabo una verdadera reforma social, a pesar de haberse convertido para todo el mundo en una poderosa amenaza y en un reto."
"El libre mercado y los beneficios son legítimos, pero sólo si garantizan la promoción del ciudadano trabajador, que se enfrenta permanentemente con el riesgo de ser tratado como una simple mercancía."

Anticonceptivos

"Es cierto que anticoncepción y aborto, desde el punto de vista moral, son males específicamente distintos pero muy a menudo están íntimamente relacionados como frutos de una misma planta. En muchísimos casos estas prácticas tienen sus raíces en una mentalidad hedonista e irresponsable respecto de la sexualidad y presuponen un concepto egoísta de libertad que ve en la procreación un obstáculo al desarrollo de la propia personalidad".

Aborto y eutanasia

"Entre los delitos que el hombre puede cometer contra la vida, el aborto procurado presenta características que lo hacen particularmente grave e ignominioso. La gravedad moral del aborto procurado se manifiesta en toda su verdad si se reconoce que se trata de un homicidio calificado."
"La eutanasia es una grave violación de la Ley de Dios, en cuanto eliminación deliberada y moralmente inaceptable de una persona humana. Debe ser considerada como una falsa piedad. La verdadera compasión es hacerse solidario con el dolor de los demás y no eliminar a la persona cuyo sufrimiento no se puede soportar."
"Propongo una meditación acerca de la vida ante la difusión de una preocupante cultura de la muerte".

Divorciados

"La Iglesia se preocupa por quienes están separados, divorciados y por los divorciados que se han vuelto a casar. Ellos siguen siendo miembros de la comunidad cristiana y pueden participar en su vida, al mismo tiempo que acojan en la fe la verdad de la Iglesia en su disciplina del matrimonio."

Suicidio

"Es siempre moralmente inaceptable, al igual que el homicidio. Se trata de un acto gravemente inmoral porque comporta el rechazo del amor a sí mismo y la renuncia a los deberes de justicia y de caridad para con el prójimo. En su realidad más profunda, constituye un abierto rechazo de la soberanía absoluta de Dios sobre la vida y sobre la muerte."

Judíos

"Los católicos hemos desarrollado relaciones con el judaísmo como no tenemos con ninguna otra religión. De alguna manera se podría decir que son nuestros hermanos predilectos, que son nuestros hermanos mayores."
"Deploro los odios, las persecuciones y todas las manifestaciones de antisemitismo dirigidas contra los hebreos en todo tiempo y por quien quiera que fuera."

La violencia

"Es una ofensa a Dios. No hay ningún objetivo religioso que pueda justificar el empleo de la violencia de los seres humanos contra los seres humanos".
"No se puede olvidar que la marginación (social) y el sometimiento (político) son a menudo las raíces de la violencia y el terror".

Curas abusadores

"Son traidores a su misión. A los ojos de Dios cometen un pecado terrible".
"Estoy profundamente afligido porque sacerdotes y religiosos cuya misión es la de ayudar a las personas a vivir una vida santa, han causado tanto sufrimiento y escándalo".
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EL CONCLAVE EN SAN PEDRO
Cómo será elegido el sucesor de Juan Pablo II
Debe ser votado por dos tercios de los cardenales reunidos en la Capilla Sixtina.

Julio Algañaraz.
jalganaraz@clarin.com

Pasarán entre quince y veinte días antes de que los cardenales electores entren en procesión a la Capilla Sixtina, cantando el Veni Creator para elegir al 265°, Sumo Pontífice del catolicismo.

Un nuevo cónclave deliberará y votará en secreto en la capilla con frescos de Miguel Angel, hasta que el nombre del sucesor de Juan Pablo II sea indicado por una mayoría de por lo menos dos tercios de los cardenales.

Casi todos los papas de este siglo emitieron disposiciones que actualizaron el mecanismo de la elección papal y Juan Pablo II fue uno de ellos.

Fue en 1271 cuando nació el término cónclave, que quiere decir "con llave". Ese año, durante meses no se ponían de acuerdo los 18 cardenales reunidos en Viterbo. En medio de tumultos populares, los príncipes de la Iglesia fueron encerrados en el palacio y puestos a pan y agua. Como las diferencias persistían, el pueblo quitó el techo del palacio obligando a los aterrorizados cardenales a elegir, finalmente, al archidiácono italiano Tebaldo Visconti como Gregorio X.

Desde entonces, el aislamiento y el secreto presiden las votaciones, que deben ser inspiradas por el Espíritu Santo. Hasta octubre de 1978, cuando fue elegido Juan Pablo II, el área del cónclave comprendía la Capilla Sixtina y el Palacio Apostólico vaticano.

Los cardenales debían residir durante el cónclave en los incómodos departamentos improvisados en el Palacio Apostólico, con pocos baños individuales y un calor agravado por el cierre hermético de las puertas y ventanas que dan al exterior.

Karol Wojtyla, que soportó los dos cónclaves de setiembre-octubre de 1978, ordenó construir 120 departamentos en la Casa de Santa Marta, un pensionado que dentro de los muros vaticanos aloja a funcionarios de la Santa Sede y a obispos de visita.

Los departamentos fueron inaugurados poco después de que en 1996 Juan Pablo II anunció con la Constitución Apostólica Universi Domini Gregis las nuevas reglas del cónclave.

Ahora los cardenales serán trasladados desde la Casa de Santa Marta a la Capilla Sixtina en ómnibus especiales, en los que el chofer estará rigurosamente aislado tras un vidrio blindado.

Otra novedad es que entre los "conclavistas" habrá técnicos que vigilarán que no haya ninguna clase de microespías, grabadores u otros ingenios electrónicos que puedan violar el riguroso secreto del cónclave. Se tendrá especial cuidado en impedir cualquier posibilidad de que ingresen teléfonos celulares, cámaras y minitelevisores.

Tras la muerte del Papa se ha iniciado el período de la sede vacante, en el que el cardenal camerlengo, el español Eduardo Martínez Somalo, será el encargado de coordinar los asuntos ordinarios de la Iglesia.

Otro prelado importante es el decano del Sacro Colegio, el cardenal africano Bernardin Gantin. Pero nadie puede tomar ninguna decisión que afecte las prerrogativas del próximo Papa.

Iniciado el cónclave, los cardenales votarán dos veces por la mañana y dos por la tarde, introduciendo en la urna la papeleta con el nombre del elegido. Tras cada votación serán reunidas las boletas y quemadas en una estufa especial, agregándole material que indicará con un color el resultado a los que están esperando fuera. La fumata (humareda) será negra hasta que un humo blanco anuncie la elección.

Si después del tercer día ningún candidato ha logrado el mínimo de dos tercios, la Constitución del papa establece una pausa de veinticuatro horas, que será dedicada "a la oración, al coloquio entre los votantes y a una breve exhortación espiritual".

Si se producen otras siete votaciones inútiles, se hará otra pausa de un día. Tras otras siete votaciones negativas los cardenales deberán decidir un nuevo procedimiento: o la elección del Papa por mayoría absoluta o un ballottage entre los dos más votados.

El último acto del cónclave es la pregunta hecha al elegido por tres cardenales: "¿Aceptas tu elección a Sumo Pontífice?". A la respuesta afirmativa seguirá otro interrogante: "¿Cómo quieres ser llamado?".

El sucesor de Juan Pablo II, tras ser congratulado por los cardenales, irá hasta una habitación vecina donde lo esperan tres hábitos papales (pequeño, mediano y grande) y se vestirá con el que mejor caiga a su medida. Poco después saldrá al balcón de la Basílica luego de que un cardenal anuncie al pueblo de fieles: ¡Habemus papam! y presente al nuevo obispo de Roma a la multitud reunida en la gigantesca plaza.

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Los no católicos también rindieron homenaje a Juan Pablo II  (La Nación)

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 Destacan el diálogo intercomunitario, la acción ecuménica y el acercamiento entre los pueblos

 Budistas, judíos, musulmanes o protestantes, los dignatarios anónimos de diferentes comunidades no católicas rindieron homenaje hoy a la excepcional figura del Papa Juan Pablo II, subrayando en particular sus esfuerzos para acercar a los pueblos y las confesiones.

En Jerusalén, El Cairo, Yakarta o Pekín abundan los testimonios de respeto provenientes de diferentes iglesias, organizaciones oficiales o privadas, así como de los gobiernos, pese a ser países en los que los católicos son ultraminoritarios.

Desde su exilio en Dharamshala, en India, el jefe espiritual de los budistas tibetanos, el Dalai Lama, saludó al "gran líder espiritual" que era Juan Pablo II y expresó su "profundo reconocimiento" por los esfuerzos de paz desplegados por el Papa, con el que se ha reunido ocho veces.

La mayoría de los no católicos destacan en sus homenajes el diálogo intercomunitario, la acción ecuménica y el acercamiento entre los pueblos.

"Un hombre de paz, un amigo del pueblo judío, que reconocía su singularidad y obraba por la reconciliación entre los pueblos", subrayó el primer ministro israelí Ariel Sharon, mientras que los dos grandes rabinos de Israel, el sefardí Sholomo Amar y el ashkenazi Yona Metzger, así como las comunidades judías de Estados Unidos o Europa, también le rendían homenaje.

Juan Pablo II era "un amigo del pueblo judío" que "denunciaba sin cesar el antisemitismo y condenaba el terrorismo", destacó el gran rabino Metzger.

Los israelíes conservan un emotivo recuerdo de la visita en marzo de 2000 a Jerusalén del Papa, quien estableció relaciones diplomáticas con el Estado hebreo en 1993.

"Perdimos una figura religiosa muy importante que dedicó su vida a la paz y a la justicia para todos", declaró el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abas.

Los dos principales canales de televisión árabes, Al Yazira y Al Arabiya, hicieron una cobertura casi continua de la agonía y muerte del Papa, provocando la ira de los islamistas.

En Yakarta, el presidente Susilo Bambang Yudhoyono, así como los principales líderes religiosos de Indonesia, el mayor país musulmán del mundo, lamentaron una "inmensa pérdida".

En el resto del mundo musulmán, también se multiplicaron los mensajes, desde el presidente afgano Hamid Karzai al paquistaní Pervez Musharraf.

En India, país mayoritariamente hindú que sólo cuenta con un 2% de cristianos, el gobierno decretó tres días de duelo nacional y el Japón budista y sintoísta saludó los esfuerzos del Papa por la paz.

En Alemania, la Iglesia protestante aseguró que compartía "la pena de (sus) hermanos y hermanas católicos".

El jefe de la iglesia ortodoxa griega, el patriarca Bartolomé I, saludó un "visionario" que obró para el acercamiento de las Iglesias.

Las únicas reservas provinieron de China y Rusia.

El gobierno chino presentó sus condolencias deseando que sus relaciones con el Vaticano mejoren en el futuro.

China y el Vaticano no mantienen relaciones diplomáticas, ya que la Santa Sede reconoce a Taiwán y apoya a los católicos chinos fieles al Papa que son víctimas de persecuciones.

Saludando la memoria del difunto, la Iglesia ortodoxa rusa, que denuncia el "proselitismo" de los misioneros católicos en Rusia, deseó una mejora de sus relaciones con la Católica.

 

El final de un pontificado histórico

 

Congoja mundial por la muerte de Juan Pablo II

 

Sin importar la nacionalidad o el credo, millones de fieles acudieron a iglesias y santuarios para homenajear al Santo Padre

 

 Tras la muerte de Juan Pablo II, millones de personas de todo el mundo acudieron a iglesias, santuarios y lugares sagrados del catolicismo para recordar al Santo Padre.

De un continente a otro, redoblaron las campanas haciéndose eco de las de Roma, donde más de 100.000 personas asistieron hoy a una misa al aire libre en la Plaza de San Pedro, en memoria del jefe de la Iglesia Católica.

En Buenos Aires , la catedral metropolitana ofreció una sucesión de servicios religiosos para recordar al Papa y desbordó de fieles que dejaron mensajes de condolencias y ofrendas florales bajo un retrato del fallecido pontífice.

La cantidad de personas que se acercaron hasta la principal iglesia católica de Capital Federal provocó que se programaran misas sucesivas durante todo el día, celebradas por obispos y párrocos de las diócesis.

La celebración central por las exequias del Papa Juan Pablo II en tanto, tendrá lugar mañana a las 18, presidida por el arzobispo y cardenal primado de la Argentina, Jorge Bergoglio.

Desde muy temprano, la Catedral metropolitana abrió las puertas a la feligresía y exhibió un gran retrato del Papa Juan Pablo II sobre el cual, los más devotos, dejaron sus caricias y miradas de congoja.

Las ofrendas florales ocuparon gran parte del acceso al templo cerca de un atril sobre el cual se depositó un cuaderno de hojas rayadas para que los visitantes dejaran sus mensajes de despedida.

Con paciencia, los más devotos hicieron fila para dejar un mensaje sobre el cuaderno espiralado, antes de ingresar al templo para escuchar las voces de los sacerdotes.

"El papa peregrino que se acaba de ir llegó a los confines del mundo", destacó el padre Jorge Herrera Gallo, quien destacó en Juan Pablo II "su amor y sacrificio".

El rector de la catedral, Juan Junot, señaló en tanto que "las puertas del cielo se abrieron de par en par a este magnífico sacerdote y magnífico sumo pontífice, que murió en su propia ley. Hombre firme en sus convicciones hasta el final".

"Su espíritu motivó su físico muy lastimado por sus enfermedades y por el peso de la cruz, el peso de la Iglesia durante 26 años. No le importó dar lástima en la ventana porque a Jesús no le importó dar lástima en la cruz", fue el recuerdo de Junot al pontífice fallecido.

Oración multitudinaria

En México , la Basílica de la Virgen de Guadalupe se convirtió desde poco después de conocerse la muerte del Papa en uno de los centros de peregrinación para cientos de católicos mexicanos, que se reunieron en ella para llorar la muerte de Juan Pablo II.

La estatua de bronce del Papa, junto a la Basílica Antigua de Guadalupe, se convirtió en el improvisado altar público ante el cual los fieles desfilaron entre sollozos y con ofrendas.

En Chile , el presidente, Ricardo Lagos, asistió a una multitudinaria misa en la plaza de Armas de Santiago, donde unos cuatro mil chilenos, con globos y pañuelos blancos, escucharon las palabras del cardenal Javier Errázuriz.

En este país se recordó la mediación papal entre Chile y Argentina en 1987 por la cuestión de delimitación fronteriza entre ambos países.

Tañidos de campanas en las iglesias y parroquias católicas de Cuba resuenan cada hora, mientras las banderas del único país comunista de Occidente ondean a media asta en un homenaje póstumo al Papa Juan Pablo II, considerado como "un amigo" por el gobierno de Fidel Castro.

En Portugal , miles de peregrinos llegados de los cuatro puntos del país y algunos incluso de la vecina España se reunieron en Fátima para asistir a la eucaristía en memoria del Papa, devoto de este santuario mariano.

Los peregrinos aprovecharon el buen tiempo reinante en la zona cercana a Fátima, tras una noche de intensa lluvia, para asistir a la misa dominical oficiada por el obispo de Leiría-Fátima, Serafim Ferreira e Silva, en la llamada Capilla de las Apariciones.

La oración y el recogimiento dominaban en el santuario, construido en el lugar conocido como Cova da Iría, donde se cree que la Virgen se apareció a tres niños pastores en 1917 y les hizo revelaciones conocidas como los "secretos de Fátima".

En Lourdes, Francia , cientos de peregrinos, muchos de ellos presentes ya en la noche de vigila, participaron en las distintas ceremonias organizadas en recuerdo del Papa, que efectuó su último viaje precisamente en peregrinación a este santuario mariano el pasado verano.

Procesiones, misas y actos de recogimiento se suceden en ese lugar del sur de Francia en espera de una "celebración especial antes o después de las exequias de Juan Pablo II" anunciada hoy por el arzobispo de Lourdes, Jacques Perrier.

En París, el propio presidente de la República, Jacques Chirac, y su primer ministro, Jean-Pierre Raffarin, participaron en la misa solemne celebrada en la Catedral de Notre de Dame, al mismo tiempo que doblaban las campanas de todas las iglesias de la capital en homenaje a Juan Pablo II.

Entre 10.000 y 12.000 personas acudieron a la celebración religiosa en memoria de Karol Wojtyla, que fue oficiada por el arzobispo de París, André Vingt-Trois.

La muerte de Juan Pablo II ha sido acogida con pesar en Francia, donde las banderas ondean hoy a media asta en homenaje al Pontífice.

En España , en Santiago de Compostela se dedicó la eucaristía al Papa y se hicieron tañer las campanas de la catedral, donde el arzobispo Julián Barrio recordó que Juan Pablo II "un día se hizo aquí peregrino".

En Tierra Santa numerosos peregrinos se congregaron en la basílica del Santo Sepulcro de Jerusalén para orar por el alma de Juan Pablo II.

Decenas de grupos de peregrinos recorrieron las estrechas calles de la ciudadela antigua de Jerusalén para acudir a rezar a la milenaria basílica donde, según la creencia cristiana, yació Jesucristo antes de resucitar.

La población de Cracovia interpretó la muerte de Karol Wojtyla como una llamada a peregrinar al Santuario de Lagiewniki, inaugurado por el Papa en el último viaje a Polonia para honrar a Santa Faustina Kowalska, inspiradora de la Divina Misericordia, festividad instituida por el propio Juan Pablo II hace apenas diez años.

Decenas de miles de personas siguieron en la explanada al aire libre del santuario la misa dominical, en la que se leyó con emoción el Angelus preparado por el fallecido Pontífice para hoy, segundo domingo de Pascua.

En el mismo lugar en 2002 el propio Karol Wojtyla celebró una misa ante más de un millón de personas.

Durante el día de hoy continuaron haciéndose públicos comunicados de condolencia por la muerte del Papa.

En Brasil , el país con más católicos del mundo, 125 millones según una encuesta oficial del año 2000, la Iglesia Católica movilizó a centenares de miles a de fieles a través de innumerables misas por el alma de Juan Pablo II.

El principal centro de concentración fue la ciudad de Aparecida, interior del Estado de Sao Paulo, 166 km al noreste de la capital, hasta donde llegaron cerca de 60.000 peregrinos para rezar por el Papa ante el Santuario Nacional de Nuestra Señora de Aparecida, la Virgen negra, patrona de Brasil.

Ese era el número de feligreses que la Iglesia y la alcaldía esperaban que llegaran para expresar su fidelidad a San Benito, patrón de la raza negra, en esta ciudad habituada a recibir una romería de 140.000 fieles por semana, unos siete millones por año.

En Rio de Janeiro, fieles de la colonia polaca se reunieron para celebrar una misa en ese idioma en honor a su compatriota. En la Catedral Metropolitana de Rio se realizó una misa solemne en honor de Juan Pablo II.

 

 JUAN PABLO II

Por el metafísico Rubén Cedeño

Madrid 1.04.2005

Estaba en España en la ciudad de Santiago de Compostela estudiando en el Colegio Mayor Francisco Franco cuando en un café donde me encontraba ví por primera vez el rostro de Juan Pablo II como nuevo Papa y me extrañó que no fuera italiano, era el primer Papa no italiano desde 1523.

La Jerarquía Espiritual de Shamballa comunicó que un Maestro ascendido caminaba a través del Papa Juan Pablo II.

Recién nombrado Juan Pablo II como Papa, Lucy Littlejhon se movilizo repentinamente a Republica Dominicana, y cuando llegó se encontró con los preparativos para recibir al Papa, y le comunicó a la persona encargada allá del Puente a la Libertad que tenía que ver físicamente al Papa. Casi todos vieron la imposibilidad de esto, pero metafísicos, al fin y al cabo, no se cerraron al hecho. Encendieron el automóvil y se dirigieron con Lucy al sitio donde el Papa daría la misa y como es lógico estaba congestionado de millones de personas y miles de autos. Avanzaron con Lucy dentro de un auto hasta donde les fue posible y cuando ya no pudieron avanzar mas, se tuvieron que bajar con Lucy, que ya era una anciana reverenda. Al descender del auto un policía, inesperadamente recibió a Lucy y la condujo hasta los asientos de una de las tarimas reservadas para los invitados especiales. Lucy digna y tranquilamente se sentó a esperar al Papa y cuando  llegó en su Papamóvil se detuvo al frente de ella, la saludo y se estuvieron mirando largo rato. Lucy después de esto se retiró y dijo que lo que tenia que hacer ya lo había realizado y comunicó que el Papa tenía una gran misión del Maestro Jesús como Ángel Micah de la Unidad para unificar todos los credos. Para entonces ni se sospechaba que el Papa Juan Pablo II  en La Porciúncula,  en el año 1986 se le iba a ocurrir reunir a los directores de las religiones de todos los movimientos espirituales.  Este evento fue inspirado desde los planos internos por el propio Maestro Jesús como Ángel Micah de la Unidad y el Maestro Koot Hoomi quien fuera en vidas anteriores San Francisco y que actualmente como Cristo de la Tierra es el que dirige espiritualmente las religiones del mundo entero. Por eso inspiró al Papa a que hiciera esto, bajo la égida y la radiación que Él mismo tiene en este lugar. Hay una placa conmemorativa de este acontecimiento a la entrada de la Basílica de la Porciúncula, que dice: “En este lugar, en La Porciúncula, en Amor a Cristo, diversos directores religiosos, en paz con Dios en el mundo entero, fueron convocados por Juan Pablo II, para una humanísima salutación y recibimiento, en octubre de 1986”.

 Las primeras gestiones ecuménicas del Papa Juan Pablo II se dirigieron hacia la iglesia Ortodoxa tanto griega como Rusa, el Anglicanismo y el protestantismo, pero la cumbre de su ecumenismo estuvo en su amistad con el XIV Dalai Lama, máxima autoridad del Buddhismo quien cree en la reencarnación en los planos de manifestación, los cuerpos sutiles, en Maitreya y casi en todo lo que sabemos los Metafísicos que existe mas allá de lo físico.

 El clímax del trabajo de Juan Pablo II como enclave del Ángel Micah de la Unidad estuvo marcado por el día 18 de Enero del año 2000, “Semana de Oración por la Unidad” donde abrió la Puerta Santa de la Basílica de San Pablo extramuros en Roma, junto a Atanasio delegado de Bartolomé I, el Patriarca de la Iglesia Ortodoxa de Constantinopla y Jorge Carey el Arzobispo de Canterbury  Jefe de la iglesia Anglicana y además de ellos representantes de 22 Iglesias mas. Allí Juan Pablo II pidió perdón a Cristo  por todas las acciones que hubiera hecho la Iglesia Católica en contra de la unidad con las demás religiones. Esto es muy importante saberse para que no se le de crédito a ningún sacerdote que contradiciendo al Juan Pablo II ataque la metafísica u otro grupo espiritual o religioso.

 El Papa Juan Pablo II como ser dentro de la égida de la Era del Perdón de la Llama Violeta del Maestro Saint Germain, pidió perdón por la Inquisición, las Cruzadas, los cismas, y la actitud de intolerancia tomada por la Iglesia Católica ante los judíos, las mujeres y los indígenas.

 Cuando el Papa Juan Pablo II visitó por primera vez Venezuela quise verlo de cerca y no hallaba como. Durante casi toda mi adolescencia pertenecí a la Schola Cantorum de Caracas, quien en 1974 ganara el Primer Premio como mejor coro del mundo en Arezzo en Italia y era el coro encargado de cantarle al Papa Juan Pablo II el himno a Polonia, en un acto con los polacos en el Teatro Tersa Carreño. Alberto Grau su director me dijo: “si quieres estúdiate el himno a Polonia y cantas con nosotros” Así lo hice y pude estar muy cerca del Papa cantándole, y aproveché la oportunidad para dedicarle uno  de mis libros y entregárselo. Fue una copia de la primera edición de  “La Humildad” que se había impreso en papel de bolsas y había bautizado precisamente el día que se había reunido el Papa en la Porciúncula con todos los directores religiosos del mundo.

En el año 2004 estando en Polonia me dirigí a Wadowice a la casa donde nació Juan Pablo II el 18 de Mayo de de 1920 bajo la radiación del signo Tauro regido por el Elohim Hércules del Primer Rayo Azul, que otorga fe, fuerza, coraje y poder, virtudes que sobresaltaron en el Papa Juan Pablo II. También estuvo regido por la radiación  de  Amor de la Señora Venus quien lo influencio tremendamente. Juan Pablo II como de un signo de tierra, domino este elemento, consagrando su vida a sus habitantes. Por ser su signo de género femenino era devoto de la Madre Maria y uso en su escudo la “M” de Maria. Como tal movió grandes emotividades, amor, apacibilidad, sentimientos profundos. Fue un  maestro en todo lo relacionado con la tierra y sobre todo amó Polonia su tierra natal que también es del signo de Tauro.

 Me encantó ver, que no por casualidad sino por causalidad, la casa natal de Juan Pablo II estaba detrás de la iglesia del pueblo. Luego me dirigí a ver el lugar donde lo bautizaron y la Virgen a la que le rezaba cuando joven y observé que ya siendo Papa, le había obsequiado una rosa de oro que se la tenían puesta a un lado del marco que la protegía.

 El 13 de Mayo de 1981 día que se conmemoraban las apariciones de Fátima, la Madre Maria lo protegió de un atentado, ye de no haber sido por Ella hubiera desencarnado, por la gravedad de las heridas que le propinaron, aplicándole hasta la extremaunción. Un gesto de inmenso perdón fue cuando después de su convalecencia, luego de días de gravedad en el hospital, fue a la cárcel a perdonar su agresor.

 Juan Pablo II fue un papa que actualizó y logró que la iglesia  diera pasos muy avanzados dentro de conceptos que nosotros manejamos muy bien en la metafísica. Dentro de eso estuvo la definición que hizo del cielo, muy parecido a lo que nosotros decimos, expresando que no era una abstracción,  ni un lugar físico dentro de las nubes, sino una relación viva y personal con Dios. Mas metafísico que esto no puede haber una definición del cielo. También se refirió al purgatorio como un estado provisional de purificación, que todos sabemos es el Plano Astral. El Papa acepto la Teoría de la Evolución de Darwin, lo que indirectamente hizo ver, que todo el asunto de Adán y Eva  era una hermosa alegoría simbólica del origen de la raza humana.

 Han sido muy criticadas las apariciones hechas por el Papa ante el publico, ya en supremo estado de gravedad y sin poder hablar. Lo que la gente no sabe, es que  Juan Pablo II como potencial canal de Energía Divina, ha tenido que impartir su radiación y bendición a la humanidad hasta en los últimos momentos de su vida.

 Juan Pablo II ha sido el Papa que más ha viajado y que ha canonizado más santos en la historia y no hay duda que pasará a la posteridad como Santo y Mártir del Cristianismo.

 Al igual que cuando eligieron a Juan Pablo II me encuentro en España siguiendo atentamente su agonía y desencarnación y me es imposible evitar las lagrimas ante la partida del plano físico de un verdadero Cristo Despierto con influencia masiva, de los que hay muy pocos encarnados en la tierra.

Dios recompensará dignamente con la gloria de los Planos Celestiales a Juan Pablo II, por toda su hermosa y santa labor por el bien del género humano.  Los metafísicos del mundo entero reconocemos  la inmensa labor que Juan Pablo II realizó en la tierra.

 

Testamento: comentario y Versión completa

 

Jueves 7 de abril, 1:55 PM

Testamento dice que el Papa consideró renunciar

CIUDAD DEL VATICANO (AP) - El papa Juan Pablo II dio a entender en su testamento que consideró la posibilidad de renunciar en el 2000, cuando ya estaba enfermo y la Iglesia entraba en un nuevo milenio, según el documento divulgado el jueves.

El testamento indica además que el fallecido pontífice no dejó bienes materiales y pidió que todas sus notas personales fueran incineradas. Menciona solamente a dos personas aún con vida: su secretario privado y el rabino principal de Roma, quien lo recibió en la sinagoga de Roma en 1986.

El Papa además consideró la posibilidad de que se le celebrara un funeral en Polonia, y pidió que los cardenales tuvieran en cuenta la opinión de los polacos en ese aspecto.

Tres años después, sin embargo, dijo que los cardenales no tenían obligación de escuchar la opinión de los polacos, pero podían hacerlo.

El papa Juan Pablo II, que falleció el sábado a los 84 años, será enterrado en la cripta de la Basílica de San Pedro el viernes, tras un funeral en esa plaza.

Juan Pablo II escribió su testamento a lo largo de sus 26 años de pontificado, comenzando en 1979, el año siguiente a su elección. Fue escrito en su polaco natal y traducido al italiano por funcionarios del Vaticano.

Cada vez que lo escribió lo hizo durante la Cuaresma, un período de reflexión que precede a la Pascua.

En sus escritos del 2000, cuando ya eran evidentes los efectos del mal de Parkinson que padecía, el Papa se manifestó atormentado y mencionó el atentado en su contra de 1981. Haber sobrevivido ese ataque, dijo, fue "un milagro".

Después de llegar a los 80 años, señaló que era hora de preguntarse sobre la frase bíblica que se refiere a Simeón que, después de bendecir a Cristo cuando era un niño, expresó: "ahora Maestro puedes dejar ir a tu servidor".

Juan Pablo expresó además que esperaba que el Señor "me ayude a reconocer por cuánto tiempo debo continuar con este servicio al que me llamó el día 16 de octubre de 1978".

Pero pareció responder sus dudas dejándoselas a Dios, que indicó lo había salvado después del intento de asesinato de 1981.

También oró en ese momento por tener la "fuerza necesaria" para continuar con su misión mientras se desempeñara como Papa.

En su testamento, Juan Pablo II sólo mencionó a dos personas: su secretario privado, el arzobispo Stanislaw Dziwisz, a quien agradeció efusivamente sus años de servicio. Y al recordar a varios cristianos y no cristianos para ofrecerle su agradecimiento, mencionó al "rabino de Roma", una referencia al ex rabino principal de Roma Elio Toaff, que recibió al Papa durante su histórica visita a la principal sinagoga de la capital italiana, en 1986.

Fue la primera oportunidad que un pontífice visitaba una sinagoga. Toaff visitó los restos de Juan Pablo II el lunes, levantando su brazo como un gesto de tributo.

Un portavoz de Toaff expresó el jueves que el rabino de 89 años está "gratamente sorprendido" y "honrado" por la mención.

El testamento incluyó también el deseo de Juan Pablo II de ser "enterrado en la tierra", un pedido que el Vaticano está honrando al colocarlo bajo la Basílica de San Pedro.

El Papa pidió que las reformas modernizadores del Segundo Concilio Vaticano continúen, llamándolas "el gran regalo".

"Estoy convencido de que las nuevas generaciones se referirán a las riquezas que este consejo del siglo XX nos ha otorgado", escribió.

John Paul le pidió a Dziwisz que dispusiera de sus bienes personales.

"No estoy dejando ninguna propiedad que requiera ser atendida", dijo. "Mis artículos cotidianos pueden ser entregados a quien se considere oportuno. Las notas personales deberían ser incineradas".

"Pido que Don Stanislaw supervise esto, y a él le agradezco la cooperación y su ayuda comprensiva de tantos años", escribió el Papa.

"Todos los otros agradecimientos los dejo en mi corazón ante el mismo Dios, porque es difícil expresarlos", sostuvo.

 

EL VIAJERO DE LA FE : DOCUMENTO HISTORICO


 

Juan Pablo II
El testamento del Papa  VERSION COMPLETA

Clarín ofrece la versión completa de la última voluntad del Pontífice. El testamento fue escrito en polaco desde 1979 hasta el año 2000. Karol Wojtyla no deja nada material y pide que se quemen sus apuntes privados

Testamento del 6.3.1979

(y añadidos sucesivos)

"Totus Tuus ego sum"


En el nombre de la Santísima Trinidad. Amén.

"Velad, pues, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor" (Cf. Mateo 24, 42). Estas palabras me recuerdan la última llamada que llegará en el momento en el que quiera el Señor. Deseo seguirle y deseo que todo lo que forma parte de mi vida terrena me prepare para este momento. No sé cuándo llegará, pero al igual que todo, pongo también este momento en las manos de la Madre de mi Maestro: "Totus Tuus". En estas mismas manos maternales dejo todo y a todos aquellos con los que me ha unido mi vida y mi vocación. En estas manos dejo sobre todo a la Iglesia, así como a mi nación y a toda la humanidad. Doy las gracias a todos. A todos les pido perdón. Pido también oraciones para que la Misericordia de Dios se muestre más grande que mi debilidad e indignidad.

Durante los ejercicios espirituales he releído el testamento del Santo Padre Pablo VI. Esta lectura me ha llevado a escribir este testamento.

No dejo tras de mí ninguna propiedad de la que sea necesario tomar disposiciones. Por lo que se refiere a las cosas de uso cotidiano que me servían, pido que se distribuyan como se considere oportuno. Que los apuntes personales sean quemados. Pido que vele sobre esto don Stanislaw, a quien agradezco su ayuda tan larga a través de los años y por haber sido tan comprensivo. Todos los demás agradecimientos los dejo en el corazón ante Dios, pues es difícil expresarlos.

Sobre el funeral, repito las mismas disposiciones que dejó el Santo Padre Pablo VI (aquí hay una nota al margen: el sepulcro en la tierra, no en un sarcófago, 13.3.92). "Apud Dominum misericordia et copiosa apud Eum redemptio"

Juan Pablo pp II

Roma, 6.III.1979


Tras la muerte, pido santas misas y oraciones

5.III.1990

Hoja sin fecha

Expreso mi más profunda confianza en que, a pesar de toda mi debilidad, el Señor me conceda toda gracia necesaria para afrontar, según su voluntad, cualquier tarea, prueba y sufrimiento que quiera pedir a su siervo, en el transcurso de la vida. Confío también en que no permita nunca que, a través de cualquier actitud mía —palabras, obras u omisiones—, pueda traicionar mis obligaciones en esta santa Sede de Pedro.

24.II - 1.III.1980

También durante estos ejercicios espirituales he reflexionado sobre la verdad del sacerdocio de Cristo en la perspectiva de ese tránsito que para cada uno de nosotros es el momento de la propia muerte. Del adiós a este mundo para nacer al otro, al mundo futuro, signo elocuente (arriba añade: decisivo) que es para nosotros la Resurrección de Cristo.

He leído, por tanto, el testamento registrado del último año, realizado también durante los ejercicios espirituales. Lo he comparado con el testamento de mi gran predecesor, el padre Pablo VI, con ese sublime testimonio de su muerte de cristiano y de Papa, y he renovado en mí la conciencia de las cuestiones a las que se refiere el testamento registrado del 6.III. 1979, preparado por mí (de manera más bien provisional).

Hoy quiero añadir sólo esto: que cada quien debe tener presente la perspectiva de la muerte. Y estar dispuesto a presentarse ante el Señor y Juez, y Redentor y Padre. Yo también tomo en consideración esto, confiando ese momento decisivo a la Madre de Dios y de la Iglesia, a la Madre de mi esperanza.

Los tiempos en los que vivimos son inenarrablemente difíciles e inquietos. Se ha hecho también difícil y tenso el camino de la Iglesia, prueba característica de estos tiempos, tanto para los fieles como para los pastores. En algunos países, como por ejemplo en uno sobre el que he leído informes durante los ejercicios espirituales, la Iglesia se encuentra en un período de persecución tal que no es inferior a la de los primeros siglos, es más, la supera por el nivel de crueldad y de odio. "Sanguis martyrum—semen christianorum". Además de esto, muchas personas desaparecen inocentemente, también en este país en el que vivimos

Deseo una vez más ponerme totalmente en manos de la gracia del Señor. «él mismo decidirá cuándo y cómo tengo que terminar mi vida terrena y el ministerio pastoral. En la vida y en la muerte "Totus tuus", mediante la Inmaculada. Aceptando ya desde ahora esta muerte, espero que Cristo me dé la gracia para el último paso, es decir, la Pascua. Espero que también la haga útil para esta causa más importante a la que trato de servir: la salvación de los hombres, la salvaguarda de la familia humana, y en ella de todas las naciones (entre ellas, me dirijo también de manera particular a mi Patria terrena); que sea útil para las personas que de manera particular me ha confiado, para la Iglesia, para la gloria del mismo Dios.

No deseo añadir nada a lo que ya escribí hace un año: sólo expresar esta disponibilidad y esta confianza, a la que me han predispuesto de nuevo estos ejercicios espirituales.

Juan Pablo II

Totus Tuus ego sum

5.III.1982


En los ejercicios espirituales de este año leí el texto del testamento del 6.III.1979. Si bien sigo considerándolo como provisional (no definitivo), lo dejo en la forma en la que existe. No cambio (por ahora) nada, ni siquiera añado nada a las disposiciones que contiene. El atentado contra mi vida, el 13.V.1981, en cierto sentido me ha confirmado la exactitud de las palabras escritas en el período de los ejercicios espirituales de 1980 (24.II - 1.III)

Siento cada vez más profundamente que me encuentro totalmente en las Manos de Dios y me pongo continuamente a disposición de mi Señor, encomendándome a El en su Inmaculada Madre (Totus Tuus).

Juan Pablo pp. II

5.III.82

En relación con la última frase de mi testamento del 6.III 1979 ("Sobre el lugar —es decir, el lugar del funeral— que decida el Colegio Cardenalicio y los compatriotas"). Aclaro que con esto pienso en el arzobispo metropolitano de Cracovia o en el Consejo General del Episcopado de Polonia. Mientras tanto, al Colegio Cardenalicio pido que responda en lo posible a los eventuales pedidos de los antes mencionados.

1.III.1985 (durante los ejercicios espirituales)

Vuelvo sobre la expresión "Colegio Cardenalicio y los compatriotas": el "Colegio Cardenalicio" no tiene obligación de consultar sobre este argumento a "los compatriotas"; puede hacerlo si, por algún motivo, lo considera justo.

JPII

Ejercicios espirituales del Jubileo del año 2000 (12-18.III)

1. Cuando en el día 16 de octubre de 1978 el cónclave de los cardenales escogió a Juan Pablo II, el primado de Polonia, el cardenal Stefan Wyszynski, me dijo: "La tarea del nuevo Papa consistirá en introducir a la Iglesia en el Tercer Milenio". No sé si repito exactamente la misma frase, pero al menos éste era el sentido de lo que escuché. Lo dijo el hombre que ha pasado a la historia como el primado del milenio. Un gran primado. Fui testigo de su misión, de su total entrega. De sus luchas: de su victoria. "La victoria, cuando llegue, será una victoria a través de María", solía repetir el primado del milenio estas palabras de su predecesor, el cardenal August Hlond.

De este modo, he sido preparado en cierto sentido para la tarea que el día 16 de octubre de 1978 se presentó ante mí. En el momento en el que escribo estas palabras, el Año jubilar de 2000, ya es una realidad en acto. La noche del 24 de diciembre de 1999, se abrió la simbólica Puerta del Gran Jubileo en la Basílica de San Pedro, después la de San Juan de Letrán y la de Santa María la Mayor —a final de año—, y el 19 de enero la Puerta de la Basílica de San Pablo Extramuros. Este último acontecimiento, a causa de su carácter ecuménico, ha quedado grabado en la memoria de manera particular.

2. A medida que avanza el Año Jubilar 2000, va quedando día a día a nuestras espaldas el siglo XX y se abre el siglo XXI. Según los designios de la Providencia, se me ha concedido vivir en el difícil siglo que está quedando en el pasado y ahora, en el año en que mi vida alcanza los ochenta años es necesario preguntarse si no ha llegado la hora de repetir con el bíblico Simeón: "Nunc dimittis" (Ahora renuncias).

En el día del 13 de mayo de 1981, el día de atentado contra el Papa durante la audiencia general en la plaza de San Pedro, la Divina Providencia me salvó milagrosamente de la muerte. El mismo único Señor de la vida y de la muerte me ha prolongado esta vida, en cierto sentido me la ha vuelto a dar de nuevo. A partir de este momento le pertenece aún más a El. Espero que me ayude a reconocer hasta cuándo tengo que continuar este servicio al que me llamó el día 16 de octubre de 1978. Le pido que me llame cuando El mismo quiera. "Si vivimos, para el Señor vivimos; y si morimos, para el Señor morimos del Señor somos" (Cf. Romanos 14, 8). Espero que hasta que pueda cumplir el servicio petrino en la Iglesia, la Misericordia de Dios me dé las fuerzas necesarias para este servicio.

3. Como en todos los años, durante los ejercicios espirituales he leído mi testamento del 6.III.1979. Sigo manteniendo las disposiciones que contiene. Lo que entonces, y durante los sucesivos ejercicios espirituales se ha añadido, refleja la difícil y tensa situación general que ha marcado los años ochenta. Desde el otoño del año 1989, esta situación ha cambiado. La última década del siglo pasado ha quedado libre de las precedentes tensiones; esto no significa que no haya traído consigo nuevos problemas y dificultades. Sea alabada la Providencia Divina de ma nera particular por el hecho de que el período de la así llamada "guerra fría" ha terminado sin el violento conflicto nuclear, peligro que se cernía sobre el mundo en el período precedente.

4. Al estar en el umbral del tercer milenio, "in medio Ecclesiae", deseo expresar gratitud al Espíritu Santo por el gran don del Concilio Vaticano II, al que junto con toda la Iglesia, y sobre todo con todo el episcopado, me siento en deuda. Estoy convencido de que durante mucho tiempo se les concederá a las nuevas generaciones recurrir a las riquezas que este Concilio del siglo XX nos ha ofrecido. Como obispo que participó en el acontecimiento conciliar desde el primero hasta el último día, deseo confiar este gran patrimonio a todos los que están y estarán llamados a realizarlo. Por mi parte, doy gracias al eterno Pastor que me permitió estar al servicio de esta grandísima causa en el curso de todo mi pontificado.

"In medio Ecclesiae" desde los primeros años del servicio episcopal —precisamente gracias al Concilio— se me permitió experimentar la fraterna comunión del episcopado. Como sacerdote de la archidiócesis de Cracovia, había experimentado lo que significaba la comunión fraterna del episcopado. El Concilio abrió una nueva dimensión de esta experiencia.

5. ¡Cuántas personas debería mencionar! Probablemente el Señor Dios ha llamado a su presencia a la mayoría de ellas. En referencia a quienes aún se hallan en esta parte, que las palabras de este testamento les recuerden, a todos y por doquier, allí donde se encuentren.

En los más de veinte años al servicio petrino "in medio Ecclesiae", experimenté la benevolente y fecunda colaboración de tantos cardenales, arzobispos, y obispos, de tantos sacerdotes, de personas consagradas —hermanos y hermanas— y, por último, de muchísimas personas laicas, en el ambiente de la Curia, en el vicariato de la diócesis de Roma, así como fuera de estos ambientes.

¡Cómo no abrazar con un agradecido recuerdo a todos los episcopados del mundo, con los que me encontré en las visitas "ad limina Apostolorum"! ¡Cómo no recordar también a tantos hermanos cristianos, no católicos! ¡Y al rabino de Roma y a tantos representantes de las religiones no cristianas! ¡Y a quienes representan al mundo de la cultura, de la ciencia, de la política, de los medios de comunicación social!

6. A medida que se acerca el final de mi vida terrena, vuelvo con la memoria a los inicios, a mis padres, a mi hermano y a mi hermana (a la que no conocí, pues murió antes de mi nacimiento), a la parroquia de Wadowice, donde fui bautizado, a esa ciudad de mi amor, a mis coetáneos, compañeras y compañeros de la escuela, del bachillerato, de la universidad, hasta los tiempos de la ocupación, cuando trabajé como obrero, y después a la parroquia de Niegowic, a la de San Florián en Cracovia, a la pastoral de los universitarios, al ambiente, a todos los ambientes a Cracovia y a Roma a las personas que el Señor me ha confiado de manera especial. A todos sólo les quiero decir una cosa: "Que Dios os dé la recompensa".

"In manus Tuas, Domine, commendo spiritum meum"

A.D. 17.III.2000


 

EL NUEVO PEREGRINO: LA CARTA DE KUNG A LOS CARDENALES QUE DESIGNARAN AL NUEVO PONTIFICE
 

Piden elegir un Papa que no discrimine a la mujer y permita a los curas casarse

Lo reclama el más prestigioso teólogo disidente de la Iglesia y pide más diálogo.

Hans Küng, teólogo. The NYTimes. Especial para Clarín

Junto con mi ex colega Joseph Ratzinger, probablemente sea el último teólogo del Concilio que sigue en plena actividad. Es por eso que espero poder compartir algunas reflexiones con ustedes.

¿Cómo están las cosas en el interior de la Iglesia? Habrán concluido que la situación es peor que hace treinta años. Se podía advertir una contradicción entre el compromiso del Papa con el mundo y una falta de compromiso con los derechos humanos, la paz y el diálogo en el interior de la comunidad eclesiástica.

La situación actual es seria: en la mayoría de los países hay una rápida declinación no sólo de la ordenación de sacerdotes, sino de la identificación de la generación más joven y de las mujeres con la Iglesia, y, en términos generales, de la influencia de la Iglesia en la gente. Nadie quiere volver a la época de la iglesia medieval, cuando un monarca papal que gobernaba de forma teocrática, consideraba que tenía un absoluto dominio ... y que podía dictar la moral de los gobiernos terrenales.

A pesar de sus palabras y sus viajes, el papa Wojtyla no logró imponer sus estrictos puntos de vista, sobre todo en lo relativo a la moral sexual y marital. Por el contrario, la campaña de "evangelización" generó nerviosismo respecto del imperialismo espiritual de Roma... Las filas de los sacerdotes van languideciendo y hay muy pocos ingresantes que llenen esos lugares. El clero célibe se extingue, y su credibilidad sufrió una verdadera conmoción por los escándalos de paidofilia que se extendieron desde los EE.UU. hasta Austria.

El primer gran pedido que les hago: elijan a un papa que no se aferre a las normas de la iglesia medieval, sino que esté a tono con el evangelio, que impulse la libertad, la misericordia y la bondad en el tratamiento de todos los problemas pendientes.

Dada su gran experiencia, ustedes saben que en décadas pasadas se obligó a los obispos a adherir a la línea del Vaticano en detrimento de su credibilidad ante su clero y su gente.

De ahí que mi segundo gran pedido sea: elijan un Papa que no piense la Iglesia de forma unilateral como un aparato de poder que excluya el diálogo y la verdadera democracia; que no espere obediencia ciega y sumisión.

Una Iglesia eficaz no puede tratar a la mitad de la humanidad, la mitad femenina, como una segunda categoría de la Iglesia... Hoy las mujeres cristianas crecieron y son ellas las que definen su papel, y no sólo en la Iglesia.

Wojtyla fue objeto de un enérgico repudio por millones de mujeres modernas. Eso se debió a que él sostenía que el hecho de que éstas usaran anticonceptivos las convertía en parte de la "cultura de la muerte" y a que declaró que su género hacía que no fueran aptas para tareas de mayor jerarquía.

Es por eso que el tercer pedido que les hago, es que elijan un Papa que rechace el sexismo; que evite emitir veredictos moralizantes sobre problemas complejos como la anticoncepción, el aborto y la sexualidad; que respete el derecho de quienes están ordenados a casarse, un derecho que el Nuevo Testamento y la Iglesia del primer milenio garantizan con claridad, y que revierta la prohibición discriminatoria de que los sacerdotes contraigan matrimonio; que no excluya a los divorciados que volvieron a casarse; que permita el ordenamiento de mujeres; que corrija la funesta encíclica Humanae vitae de Pablo VI sobre los anticonceptivos orales, que alejó a innumerables mujeres católicas de su iglesia, y que reconozca de forma explícita la responsabilidad personal de los miembros de la pareja en lo relativo al control de la natalidad.

Atrás quedó la época en que decíamos que nuestra fe era la única religión legítima del mundo, con lo que de hecho podíamos difamar la fe de otros. Les pido que elijan un Papa que no sostenga que tiene el monopolio de la verdad; que quiera no sólo enseñar a las otras religiones sino también aprender de ellas.

 

  • Sacerdote de 75 años, Küng es un prestigioso teólogo suizo, asesor de la O

     

     

     

    EL NUEVO PEREGRINO: LOS PAPABLES: EL ARGENTINO BERGOGLIO
     

    Un latinoamericano muy bien posicionado

    Sergio Rubín. VATICANO. ENVIADO ESPECIAL
    srubin@clarin.com

    Nadie lo vio venir. Ni él mismo se lo imaginaba. El meteórico ascenso de Jorge Mario Bergoglio (68) en la Iglesia sorprendió a propios y extraños. De ser un sacerdote más en un templo jesuita de Córdoba a llegar una década después a obispo auxiliar, a arzobispo de Buenos Aires, cardenal primado de Argentina y el latinoamericano mejor posicionado para suceder a Juan Pablo II. ¿Cuáles son las condiciones de Bergoglio para que, de total outsider, haya llegado tan alto? ¿Quién es este hombre de estilo tan austero que se niega a vivir en la coqueta residencia arzobispal de Olivos o que prefiere viajar en colectivo o subte?

    Nacido en Buenos Aires en 1936, hijo de un empleado ferroviario, se graduó de técnico químico, pero a poco de andar dejó a su novia e ingresó al seminario de Devoto. Con fuerte inquietud intelectual —aunque siempre listo para el fútbol y fana de San Lorenzo—, entró en 1958 a la Compañía de Jesús. Licenciado en filosof«ía, fue profesor de literatura y psicología en el célebre colegio de la Inmaculada de Santa Fe.

    A fines de 1969 fue ordenado sacerdote y cuatro años más tarde, con sólo 36 años, fue elegido superior provincial de los jesuitas. Durante 6 años ejerció el cargo en una época turbulenta del país y de su propia congregación. Su actuación en esos años suscita controversia: algunos dicen que no defendió a los jesuitas comprometidos socialmente y otros que salvo a su comunidad de una crisis mayor.

    Los casos son el de dos sacerdotes detenidos en la ESMA y luego liberados. Alicia Oliveria —ex defensora del pueblo— dice que Bergoglio les pidió a esos religiosos que dejaran por un tiempo su labor en la villa y que no le hicieron caso. "Por eso, decidió separarlos, pero no los entregó", aclara. Cerca de Bergoglio se precisa que estaba a favor del compromiso social, pero desde lo religioso. Después vinieron tiempos de estudio a la distancia. Bergoglio marchó a Alemania para completar una tesis doctoral. Al volver, en 1981, fue rector del colegio Máximo de San Miguel y de las facultades de Filosofía y Teología. Luego pasó a una iglesia jesuita cordobesa, hasta que, en 1992, el entonces arzobispo porteño, Antonio Quarracino, lo impulsó como su obispo auxiliar.

    De ortodoxia doctrina y gran preocupación social a Bergoglio le encanta tanto la música clásica y la ópera, leer a Borges y a Marechal, como disparar frases fuertes de tanto en tanto. Con dominio del inglés, el alemán y el francés, son muchos los que quieren saber hoy en Roma quién es este argentino que la prensa mundial menciona como papable.

     

    ADIOS AL PEREGRINO: CLARIN EN EL VATICANO: EL PROCESO DE LA SANTIDAD PODRIA LLEVAR AÑOS
    Los fieles pidieron que se haga santo a Juan Pablo II


    Miles de personas corearon consignas en favor de la inmediata canonización.

    ulio Algañaraz. VATICANO. CORRESPONSAL
    jalganaraz@clarin.com
     

    Santo! ¡Santo!", los gritos de la multitud, los grandes carteles de tela que decían: "¡Santo Subito!", tanto en la basílica de San Pedro como en los espacios abiertos de Roma donde cientos de miles de fieles siguieron los funerales de Karol Wojtyla, han causado una honda impresión en el Vaticano. Con "furor de pueblo", la gente ha canonizado de hecho a Juan Pablo II, muerto "en olor de santidad", como se dice en el Vaticano.

    Pero hacer santo a un Papa toma más tiempo en general que un proceso que no tiene como protagonista a un sucesor de San Pedro. Las normas canónicas establecen la obligación de iniciar un proceso para llevar a un cristiano a los altares recién cinco años después de su muerte.

    Y los tiempos se alargan porque en el caso de los pontífices —aunque no existen normas especiales para los Papas—, se hace necesario estudiar una cantidad enorme de documentos y testimonios. "Sólo el nuevo Papa podrá decidir que hacer para agilizar los tiempos y llevar a los altares a Juan Pablo II", explicó el arzobispo de Florencia, cardenal Ennio Antonelli, también mencionado en las últimas semanas como un "papable".

    "Los gritos de la gente y los carteles que pedían la santidad inmediata para el Papa Wojtyla, en el fondo expresaban lo que sentimos todos", dijo Antonelli en declaraciones radiales.

    "Pero hay normas canónicas que respetar y que solo el Papa puede superar. Por eso digo: veremos. Aunque es cierto que el sentimiento común representa una gran señal".

    Juan Pablo II proclamó en sus 26 años y medio de reinado a alrededor de 1.800 beatos y santos, más que todos sus antecesores juntos en el segundo milenio de la Iglesia.

    Las normas de la Congregación para las Causas de los Santos establecen que tras los cinco años de plazo desde la muerte del candidato a los altares, se inicia un proceso a nivel diocesano. Después la causa pasa a la Congregación. Si avanza, el elegido es elevado a Siervo de Dios mientras se profundiza el caso. Resulta imprescindible la comprobación de un milagro, o sea la curación de una persona en forma inexplicable para la ciencia gracias a los rezos pidiendo la intercesión del candidato ante Dios.

    Con Karol Wojtyla este problema no existe, pues ya se multiplican los casos de curaciones milagrosas atribuidas a la intercesión ante la autoridad divina por parte del Papa recién fallecido.

    Por otra parte, a los altares se sube en dos etapas. La primera es la proclamación del beato, cuyo culto es obligatorio sólo para la orden o el grupo que promovió su causa. Después comienza otro proceso, el de canonización, que exige un nuevo milagro. La proclamación de santo por parte del Papa extiende obligatoriamente el culto a toda la Iglesia.

    La complejidad de los procesos a los Papas presentan una complejidad objetiva y sustancial. En el caso de Angelo Roncalli, el "Papa buono" fue beatificado en 2001, tras un proceso canónico que duró casi 30 años. La causa de Eugenio Pacelli, lucha todavía, 40 años después del inicio de su caso en la Congregación para los Santos, contra las resistencias que se oponen a su beatificación. Pio XII es acusado de haber mantenido un silencio cómplice sobre el holocausto de los judíos por parte de los nazifascistas en la Segunda Guerra Mundial.

    En los últimos decenios se registra una tendencia a enviar a los altares a los Papas, algo que antes era una excepción. El proceso de beatificación de Pablo VI, Giovanni Montini, concluyó a nivel diocesano en 1999 y no hay novedades acerca de cuando concluirá la causa en la llamada "fábrica de los santos", la congregación del Vaticano. En cuanto a Juan Pablo I, Albino Luciani, recién está por concluir la fase de instrucción de la beatificación.

     

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