1.
Educación renovada y desarrollo humano
01.
Se acostumbra decir que hay necesidad de un cambio de
paradigma educativo. Pero hay que comenzar por la “centralidad de vida para
todos como objetivo del sistema educativo: la vida digna se transforma en
el eje de la nueva cultura pedagógica, que pueda ser alternativa a los
procesos de exclusión del capitalismo salvaje” (García Roca, 1999).
02.
“Evangelizar es encarnar el mensaje de salvación en los
ambientes, en las culturas, en las situaciones más diversas. En el caso de la
educación, la pregunta fundamental es: cómo hacerse hombre. Se trata de dar
prioridad al hombre, de ser fiel a su persona, y de la urgencia de su plena
realización y formación integral” (Ferreira, 2000).
03.
Educar para los valores equivale a “preparar al ser
humano para hacer escuela dentro de las circunstancias y de los dilemas
de la propia existencia” (Costa, 2000).
04.
Las redes que interesan al sistema educativo son
proveedoras de libertad (como ejercicio de ciudadanía, como promoción de
la autonomía personal y como potenciación de oportunidades); de seguridad
(generan confianza activa en nosotros y en las instituciones ); y de participación
(optimiza el protagonismo y eleva los niveles de desarrollo humano). (Cf.
García Roca, 1999).
05.
“La educación es un elemento fundamental para la prevención
y superación (de las pobrezas y de las marginaciones) y también es la
contribución más específica y original que podemos dar como salesianos. Educar
significa acoger, dar nuevamente la palabra y comprender. O sea, ayudar a cada
uno a reencontrarse a sí mismo; acompañar con paciencia en el camino de recuperación
de valores y de confianza en sí. Implica reconstruir las razones para vivir. El
anonimato institucional o solo la relación de conocimiento no realizan la
finalidades de la educación” (Vecchi, 1997).
06.
“Se exige un trabajo de animación social que
suscite cambios de criterios y de visiones a través de gestos y
acciones. Estos gestos y acciones crean nuevas formas de relación y modelos de
conducta que encarnan valores diversos de los que rigen gran parte de nuestros
hábitos, como el individualismo posesivo, la satisfacción de intereses
personales, la condenación de quien sufre dependencias o abandono de los más
débiles” (Vecchi,1997). Hay necesidad de animar una comunidad educativa para
que interactúe críticamente con los procesos que mueven la sociedad” (Cumbayá 1994)
07.
Sabiendo que “dominación, trabajo y cultura son los
tres componentes del proceso social, necesitamos responder a estos
cuestionamientos: 1. Cómo conseguir que haya siempre más participación
de la comunidad en la conducción de los destinos de la nación; 2 (...); 3
(...)” (Ferreira 2000).
08.
“La preocupación mayor de la educación consiste en
activar dinamismos comunitarios, despertar lo que está adormecido en la
sociedad, activar el protagonismo del propio grupo y sus
potencialidades. La educación se apoya en la fuerza transformadora de la “tradición
comunitaria”: o sea, en el papel activo y decisivo de las comunidades en
gestión de sus propios riesgos, por lo cual las poblaciones dejan de ser objeto
de educación y pasan a considerarse sujeto de la misma” (García Roca,
1999).
09.
“Solo un enfoque comunitario está en condiciones
de despertar las potencialidades educativas ya que, en vez de recurrir a
presiones condenatorias, a restricciones legales o a coacciones morales, aspira
a basarse en decisiones racionales de hombres y mujeres a los que se les ofrece
una amplia margen de escogencia, garantías de seguridad personal
y colectiva y posibilidad de informarse mediante un diálogo
abierto. Las buenas prácticas educativas son aquellas que se sitúan lejos de la
imposición o de la coerción y recuperan la participación y las decisiones
de las mismas personas implicadas” (García Roca, 1999).
10.
“Para nosotros, la capacitación básica de la
población significa elevar la capacidad de comprender, asimilar y aplicar
nuevos conocimientos. Esto implica una escuela de calidad para todos.
Solo así podremos garantizar una mejoría substancial de la calidad de vida de
nuestros pobres” (Orbegozo, 1996).
11.
“Una escuela de calidad significa un espacio
físico digno y agradable, respetado y amigable, que funciona el máximo de
tiempo para cada alumno, ofreciéndole experiencias significativas, con maestros
que tengan una visión común y un sentido de misión, trabajen en tiempo integral
(...) y las familias y comunidades se responsabilizan de la educación de sus
hijos. Y que la enseñanza sea de calidad, es decir, sea capaza de
formar alumnos solidarios, activos, creativos, responsables, generadores de
bien común y de convivencia pacífica y democracia” (Orbegozo, 1996).
12.
“Donde hayamos logrado escuelas de alta calidad
humana entre los dirigentes y docentes, entre los alumnos, las familias y
todo el personal, hemos conseguido un piso firme en el que los alumnos pueden
desarrollarse y realizarse como personas” (Orbegozo, 1996).
13.
Hay necesidad de “desarrollo de Propuestas
Pedagógicas que integren los aportes de los Medios de Comunicación Social
(MCS) y de la Tecnología moderna de modo que promuevan actitudes críticas y
acciones congruentes en función del desarrollo humano integral” (Cf. Cumbayá
1994, y CIEC, 1996).
14.
“Existen algunos contextos que generan graves
consecuencias para la educación. La existencia de una sociedad docente
transformó el modo de vida occidental en un desafío para la educación, que no
puede ser indiferente a los estilos de vida que generan muerte; las tres
primeras causas de muerte dependen de los modos de vida fabricados por nuestra
civilización. Un segundo contexto de riesgo para el sistema educativo
viene siendo la persistencia de conductas desviadas que se desdoblan en
desadaptación social, en vandalismo organizado y en semillas de violencia. Una tercera
fuente de riesgo es la amplia difusión de la tecnología, con la prepotencia
de la razón informática que califica los modos de pensar y, sobre todo,
comienza a definir una nueva relación con la propia realidad entre los jóvenes”
(García Roca, 1999).
15.
“Se observan cambios en el mundo de los profesores y de
los jóvenes” (PA 98). Es problemática la cuestión de los límites y de los
valores (PA 98). Hay un “nuevo” tipo de joven con nuevos valores y
anti-valores” Ellos crean una nueva cultura influenciados por los Medios
(Cumbayá, 1994).
16.
Hay poco protagonismo juvenil (BBH, 1998). El
protagonismo juvenil aún no ha sido asumido con coraje por los educadores y los
educandos (PA, 1998).
17.
Es deficiente la formación crítica de los jóvenes,
tampoco existe el retorno positivo de los exalumnos (BMn, 1998). Hay recelo o
impreparación para trabajar con la juventud más crítica (BRE, 1998).
18.
Se lamenta la ausencia de la familia (BMn, 1998); las
familias se hallan con frecuencia sin compromiso con la educación de los hijos;
la delegan a las escuelas. Esto genera el peligro del pesimismo (PA, 1998).
19.
La situación social, cultural y política excluyente
(del Brasil) (PA, 1998), con el empobrecimiento de vastas regiones en el NE
(BRE, 1998), y el riesgo de no supervivencia
a través de políticas perversas (BSP, 1998) “exige una profunda
transformación de mentalidades y conductas, es un desafío muy fuerte para la
Escuela” (Doménech, 1998).
20.
Hay, entre tanto, crecimiento en relación con la
conciencia de la necesidad del trabajo conjunto (BPA, 1998), de planeación
participativa y de evaluación continua (BBH, 1998), notándose también el
crecimiento en el acompañamiento de las escuelas a través de asesorías y
consultas en vista de la significatividad de las obras (BBG, 1998).
21.
Hay que valorar el estudio de las culturas
emergentes (PA, 1998) y del fenómeno juvenil actual (Cumbayá, 1994). Ante
la cultura urbana es importante: 1. Tener apertura para asumir un nuevo
paradigma de comprensión del mundo. 2.
Estar en actitud constante de búsqueda y de aprendizaje para situarse de forma
significativa en los nuevos contextos y calificarse para actuar con competencia. 3. Estar disponible para cambiar y hacer
adaptaciones necesarias al acompañamiento de los tiempos. 4. Asumir nuevas formas de convivencia y
adaptación hechas de encuentro, confrontación, diálogo, corresponsabilidad,
decisión participativa y democrática; experiencias de comunidades, grupos,
movimientos. 5. Aceptar y valorar lo
diferente, lo plural, con actitudes de diálogo y ecuménicas. 6. Tener sentido crítico para discernir los
valores y hacer opciones que sean relevantes, coherentes, inclusive en una
línea de dimensión social (PJS 22, 1995).
22.
“Como en la navegación, la educación postula una forma
de que los sujetos sociales se relacionen entre sí que consiste en obtener un
mayor nivel de interacción por medio de mayores reciprocidades. La tradición
comunitaria (...) se propuso también que los educandos pasen de
consumidores a coproductores de la educación y pretende delinear estrategias de
complementariedad que produzcan un mutuo enriquecimiento” (García roca, 1999).
23.
“El compromiso con la exclusión promovido por el
cristianismo es más radical, en la medida en que se propone dotar a todo el
sistema educativo de nuevas finalidades y, sobre todo, de nuevas sensibilidades
ante los excluidos” (García Roca, 1999).
24.
Se requiere “defender al niño de una sociedad que
arremete, dotándolo de resistencias; inaugurar algunas relaciones pedagógicas
que fortalezcan una autonomía personal; y proyectar un mundo solitario, en el
que la utopía de vida sea un gran motor de solidaridad” (García Roca, 1999).
25.
“La exclusión abre una nueva categoría de educación que
ya no está centrada en las personas de los alumnos, ni en los auxilios que
necesitan (...). La respuesta debe formularse con la máxima proximidad de la
situación individual de aprendizaje, en interacción con determinado contexto no
solo escolar sino también social. Surge así una nueva visión de escuela
particularmente atenta a las
circunstancias: en suma, una concepción de escuela que no solo responde a
la diversidad presente en todo grupo humano, sino activa su compromiso con el
ambiente! (García Roca, 1999)
26.
“En tiempos de riesgos la educación ha de promover la
responsabilidad personal y colectiva mediante la creación de personalidades
solidarias; ha de activarse como una empresa comunitaria, mediante la promoción
de nuevos actores sociales y la construcción de nuevas redes que otorguen tanto
la libertad personal como la seguridad colectiva. Muere la socialización entendida como
adaptación a determinada sociedad, y en su lugar se da la primacía de las
capacidades de innovación y creatividad; para reducir la vulnerabilidad humana
en la sociedad de riesgo, el sistema educativo debe abandonar su auto-
referencialidad para obtener de nuevo su dimensión comunitaria, trascender el
cuadro escolar y promover redes sociales” (García Roca, 1999).
27.
“Los perfiles de riesgo no son una exclusividad de los
peritos” (A. Giddens, 1997). “Este hecho propone para el futuro un dato
importante: la necesidad de abrirse a organizaciones sociales de voluntarios,
que hagan parte de la “ecología social de la sociedad post- industrial” (Peter
Druker, 1993). (...) La existencia de los riesgos exige la búsqueda de
vínculos, alianzas, espacios de encuentro y zonas de convergencia” (García
Roca, 1999).
28.
Comprendiendo las características de esta sociedad
excluyente (BSP,1998) tiene que sobreponerse la globalización de la exclusión a
la globalización de la solidaridad y de la dignificación humana (Cf. Ecclesia
in America, n.20.55). Para ser una
escuela incluyente (BRE, 1998) tiene que mantenerse la cuestión de la inclusión
como telón de fondo de la formación de los educadores (BCG, 1998).
29.
“Una educación entendida como ejercicio de
mediación significa: 1. “Situarse en el medio”, propiciar la entrada de
energía en la población excedente, de modo que puedan ser recreados los mismos
dinamismos vitales, como la confianza, la identidad, la autoestima, la
reciprocidad (...). 2. “Reconocer que
existen potencialidades endógenas” que no solo trazan problemas sino que
ofrecen soluciones (...). 3. “Hacerse puente” para que los otros
crezcan , establecer vínculos tanto más necesarios cuanto mayor sea el abismo
que es preciso traspasar” (García Roca, 1999).
30.
“Para que una escuela sea de calidad, se requiere (...)
que propicie: 1. La formación
participativa del proyecto educativo de la escuela, en el contexto del
país. 2. Un programa de cualificación
del personal docente, y su dimensión profesional humana en el contexto del
proyecto educativo. 3. El refuerzo de
los equipos de trabajo: equipos directivos y equipos pedagógicos. 4. El desarrollo de una cultura
administrativa y de gestión participativa basada en la excelencia. Una gestión
eficiente y eficaz en la utilización de los recursos públicos y privados. 5. La incorporación creciente de la
comunidad en los diversos quehaceres de la escuela (Orbegozo, 1996).
31.
Se requiere el desarrollo de propuestas pedagógicas que
creen espacios, estructuras de participación y proyectos que garanticen el
protagonismo juvenil, que integren las contribuciones delos Medios de
Comunicación Social (MCS) y de la tecnología moderna, de modo que promuevan
actitudes críticas y acciones congruentes (Cumbayá, 1994 y Quito, 19996). De
ahí la necesidad de incrementar el asociacionismo (BPA, 1998), y el fortalecimiento
del protagonismo juvenil y de las actividades asociativas (BCG, 1998).
32.
Hay que: 1.
Promover un proceso de planeación participativa (PA, 1998) en el cual haya el
desarrollo de los jóvenes en proyectos concretos de participación democrática y
responsable en vista del crecimiento en la construcción de su ciudadanía (PJS,
1995; CI, 1998) de modo que se vuelvan sujetos de su propio proceso de
educación y de formación (PJS, 22, 1995).
2. Fortalecer la vivencia de los valores democráticos a partir del
Evangelio en las comunidades educativas mediante el diálogo, la justicia, la
comunicación y la participación, asumiendo los conflictos, las complejidades y
las incertidumbres, elementos consubstanciales a la convivencia democrática
(Cumbayá, 1994; 3.2,1 – Quito, 1996).
3. Vivir una reciprocidad madura con las riquezas del dar y recibir (ECC
Cochabamba, 2000). 4. Incentivar un
ambiente de creatividad en el que todos puedan ser oídos, tengan libertad de
expresión sin ningún tipo de imposición (INS/FMA, 1995). 5. Corresponsabilizar a todos los estamentos
de la comunidad educativa en la acción evangelizadora de la escuela (Cumbayá,
1994).
33.
Hay que: 1. Acentuar la dimensión socio-política en todos los procesos educativos mediante un
desarrollo orgánico, gradual y continuo que garantice el logro de los objetivos
educativo pastorales (Cumbayá, 1994).
2. Proporcionar condiciones para el desarrollo de la conciencia crítica
de la comunidad educativa, fundándose en los valores éticos (INP/FMA, 1995).
34.
La gestión ha de ser educativa y profesional de modo
que: tenga mentalidad de proyecto; facilite una participación democrática (y
cooperativa); vivencie los valores de la solidaridad, la responsabilidad social
(relevancia); demuestre respeto por la persona (efectividad), realismo,
concretez (eficacia), razón, austeridad, subsidiariedad, corresponsabilidad
(eficiencia) (Cumbayá, 1994).
35.
Es necesario cultivar una cultura de la vida (Cumbayá,
1994), defendiéndola, valorizando y protegiendo los ecosistemas (INS/FMA, 1995);
así mismo es urgente promover la valoración de la persona y actuar en
defensa de la vida por encima de
cualquier otro aspecto (PJS, 1995).
36.
Importa: 1.
Suscitar en los jóvenes el amor a la vida, motivándolos a organizarla a partir
de lo que manifiesta el gusto de vivir (PJS 22, 1995). 2. Formar jóvenes comprometidos con la vida
y sus manifestaciones; maduros, responsables (por la vida y la profesión) y
enraizados en los valores cristianos; insertados en su cultura de modo crítico,
competentes y creativos (Cumbayá, 1995); solidarios en la construcción de una
sociedad más justa y fraterna; que vivan la reciprocidad como proceso de
donación y aceptación del otro; con fuerte formación cultural de modo que
incidan en el pensamiento colectivo y que ayuden a sus educadores a ser
coherentes en la vida y en la misión
(ECC Cochabamba, 2000).
37.
Se requiere: “Desarrollar en los jóvenes la competencia
personal: aprender a ser: adquirir identidad propia (como la
autoestima, el autoconcepto, la autoconfianza y con el proyecto de vida que le
da sentido a la vida y genera autorrealización; desarrollar en los jóvenes la competencia
productiva: aprender a hacer (habilidad para el trabajo, emprendimiento,
autocompromiso); desarrollar en nuestros jóvenes la competencia cognitiva:
aprender a conocer (autodidáctica); ser un alumno insaciable y un profesor
incansable! (Costa, 2000).
38.
Se trata de promover la cultura del otro, de la
sobriedad en el estilo de vida y de consumo, de la disponibilidad para
compartir gratuitamente, de la justicia entendida como atención al derecho de
todos a su dignidad de vida y, más directamente, de implicar personas e
instituciones en una obra de amplia prevención, de acogida y de apoyo a quien
tiene necesidad (Vecchi, 1997).
39.
Hay que educarse para una conciencia crítica haciendo
al joven capaz de ir contra la corriente del individualismo y de la
masificación (PJS 22, 1995); pasar de una cultura de la insensibilidad a una
cultura de la solidaridad; de la crítica al ateísmo a la crítica de las
idolatrías (Sandrini, 1998); conscientiziar para un mayor espíritu solidario y
para la superación de las desigualdades sociales, mediante una educación
personalizada (INSP/FMA, 1995); formar para la autonomía, la solidaridad, la
competencia y la ciudadanía (=derecho de tener derechos y deber de tener
deberes) (Costa, 2000).
40.
“Se privilegia: (1) el ejercicio de la sensibilidad al
modo de escoger procedimientos y acciones no patrocinadas, pero sí creativas y
múltiples, que traduzcan reconocimiento por las diferencias de todo orden entre
los alumnos y la comunidad a la que pertenecen, lo que representa un punto
básico para la creación de una comunidad multicultural, en la que se trabaje
para la superación de situaciones de desigualdad. Se privilegia: (2) la libertad, la autonomía, la
flexibilidad de pensamiento y también el coraje para la incertidumbre de la
experimentación de las más diferentes estructuras escolares, del currículo,
como también de estrategias de enseñanza para que los alumnos, diferentes en su
punto de llegada, al entrar en la escuela, disfruten de los medios más
diferenciados para igualarse a los demás en el punto de salida, explorando para
ello todos los bienes sociales de la escuela y de la localidad. Se privilegia:
(3) las prácticas de reconocimiento, de respeto y de acogida de la identidad
del otro, de la propia identidad y de la posibilidad de APRIMORAMENTO constante
de dichas identidades, teniendo en cuenta el bien común y el propio desarrollo.
De la misma forma que para los alumnos, (4) se resalta la importancia de que
los profesores sean acogidos en su diversidad y participen juntos de un
proyecto de capacitación continuada en búsqueda de una escuela de calidad
superior y de consecuente desarrollo continuo de su persona” (Indic. CEE/BR
09/2000).
41.
“Ejercitar en la sensibilidad es, en primer lugar,
acoger a los alumnos en el estadio de conocimiento con el que llegan a la
escuela, con sus diferencias que van desde las étnicas, de edad, de origen, de
creencia, de género, de composición familiar, de historia educativa, de trabajo
y otras condiciones de vida. La sensibilidad debe estar presente también en las
relaciones entre los agentes escolares, respetando la diversidad de formación
de cada uno y privilegiando su capacidad de inventiva” (Indic. CEE/BR
09/2000).
42.
“Las escuelas deberán prever en sus propuestas
pedagógicas dispositivos (estrategias) que favorezcan: a). La apropiación de nuevos conceptos e
informaciones. b). El desarrollo del
ejercicio libre y consciente de la ciudadanía.
c). La creación de oportunidades prácticas de liderazgo constructivo y
democrático. d). La conciencia del bien común que estimule a la búsqueda de
soluciones y alternativas para la preservación de la naturaleza, la salud, la
dignidad humana, los bienes y servicios públicos. e). La relación entre teoría y práctica, buscando la comprensión
de la realidad. f). La construcción de
la autonomía personal e intelectual.
g). La solidaridad entre todos los implicados: profesionales de la
educación, funcionarios, alumnos, sus padres y la comunidad circundante”
(Indic. CEE/BR 09/2000).
43.
Hay que promover la implementación de un currículo y de
unas metodologías que aseguren el desarrollo de la creatividad, la
incorporación de las tecnologías modernas, el aprender a aprender (a hacer, a
convivir y a ser), de tal modo que se mejore la calidad de las escuelas con un
desarrollo sustentable con equidad (Cumbayá, 1994; CIEC, 1996).
44.
Se hace necesario:
1. Insertar la comunidad educativa en el mundo juvenil en todo su
contexto, aceptando sus desafíos, compartiendo sus valores, temores y
esperanzas (Cumbayá, 1994; Quito, 1996).
2. Centralizar toda la acción educativa en la persona del educando,
imagen de Dios (INSP/FMA, 1995). 3.
Cuidar la acogida y la valoración de las personas, la vida y los grupos (BPA,
1998).
45.
Hay que “pensar globalmente y actuar local y
globalmente” (Sandrini, 1998) y, “pasar de la protesta sin propuesta a una
propuesta con protesta” (Peresson Tonelli, 2000).
46.
Poner a disposición de las inspectorías proyectos,
encuestas y materiales ya elaborados para un mayor conocimiento de los valores
de la juventud (BPA y PA, 1998).
47.
Sensibilizar a los jóvenes de forma sistemática y
permanente, en relación con los grandes desafíos que representan la cultura
contemporánea (CI, 1998). “Implicar a los jóvenes en las soluciones de los
problemas reales junto con otros jóvenes, en grupo, como forma de iniciativa,
de compromiso, de responsabilidad, resolviendo problemas en la escuela y en la
comunidad (= protagonismo juvenil)”
(Costa, 2000). Realizar proyectos para cultivar el liderazgo (ISSPX,
1999). Promoción del asociacionismo juvenil a partir de áreas de interés de los
jóvenes (PAI 99). Incentivar la Articulación Juvenil Salesiana (AJS) a partir
de los grupos existentes. Trabajar los grupos y después las masas (PA, 1998).
48.
“Si es importante cambiar, igualmente es
importante preparar lo que vendrá después del cambio para que no sea un
fuego de paja. Si nuestros alumnos crecieran dentro de un clima que los lleve a
participar del trabajo comunitario, que les despierte el deseo de hacer
algo, no como francotiradores sino conjuntamente con los demás, si ellos
encontraran organizaciones comunitarias en las cuales vivir la solidaridad,
cada uno a su modo en el campo que él guste, comprenderíamos que estamos
preparando para el después del cambio” (Ferreira, 2000). Para
“transformar la práctica de las comunidades educativas locales” será importante: 1. “Reunir los animadores inspectoriales para que reflexionen
sobre la situación (de las escuelas), proyecten algunas líneas operativas
comunes para que se lleven adelante en cada inspectoría y busquen formas de
ayuda y de coordinación (local y regional)”.
2. “Adoptar un Proyecto Educativo, elaborado y compartido con
todos los educadores en un proceso sistemático de reflexión, toma de conciencia
y revisión de la praxis educativa cotidiana”.
3. “Trabajar con pequeños pasos dentro de un proceso, con objetivos
claros y compartidos en colaboración” (Doménech, 1998). 4. Promover una planeación
económica-financiera más profesional (BBH, 1998). 5. Promover procesos de administración conjunta de
religiosos y laicos de las escuelas de forma participativa y responsable (CIEC,
1996). 6. Gerenciar con los laicos, los
jóvenes y sus familias, el plan anual y la misión educativo evangelizadora de
la comunidad educativa (CIEC, 1996; BCG, 1998; CI, 1998; INSP/FMA, 1995; PAI,
1999) “excluyendo de su práctica todo tipo de autoritarismo, paternalismo o
maternalismo (...), secularismo o angelismo (Sandrini, 1998). 7. Estimular el cultivo del clima de
familia, de acogida y de fe creado por el testimonio de una comunidad que se da
en la alegría (CI, 1998). 8. Cultivar
la mentalidad de planeación participativa ampliando los espacios
institucionalizados de participación de la familia, de los alumnos y exalumnos
en las festividades formativas de la escuela (BPA, 1998; CI, 1998; PAI, 1999) e
implementando los Consejos de las Comunidades Educativas (INSP/FMA, 1995). 9. Adoptar como rutina organizacional el
profesionalismo en todas las áreas (pedagógica, pastoral, administrativa) (BPA,
1999), promoviendo una mejor articulación de los recursos humanos y financieros
(BBH, 1998; BCG, 1998). 10. Efectuar consultorías
que favorezcan la inclusión en todos los aspectos (BCG, 1998). 11. Privilegiar la evaluación inclusiva
(diagnóstica) (BCG, 1998).
49.
Para que las escuelas se abran a la comunidad y
para que las ondas juveniles (BPA, 1998) y las comunidades educativas conozcan y acojan a los jóvenes y su
mundo ((PA, 1998) es necesario: 1.
Fomentar la creación de grupos juveniles diversificados, con clara intención
vocacional (CI, 1998). 2. Promover procesos de formación a la
ciudadanía viviendo el pluriculturalismo (INSP/FMA, 1995). 3.
“Cultivar los valores de la tolerancia, la solidaridad, la justicia, la
humildad, la generosidad, la transparencia, la democracia, la honestidad ...”
(Gentili, 2000).
50.
Así como ningún
hombre es una isla también las escuelas no forman archipiélagos aislados. De
ahí la necesidad de intensificar la comunicación entre las comisiones
inspectoriales de escuela a través del internet, de intercambios deportivos, y
de formación de los recursos humanos (BPA, 1999); a nivel de escuelas hay
necesidad de : 1. Estén abiertas a la
realidad circundante, para la sociedad y otras agencias educativas (PA, 1998)
como centros de dinamización, de evangelización y de servicio a la población,
mediante la animación o el acompañamiento, la motivación y la ayuda a las
comunidades para que entren en un proceso gradual de transformación, a partir
de sus situaciones y posibilidades (Cumbayá, 1994; Doménech, 1998). 2. Establezcan el diálogo y la relación con
otras instituciones locales (CI, 1998).
3. Promuevan un mayor intercambio de experiencias con las escuelas de la
inspectoría (INSP/FMA, 1995). 4.
Faciliten a la comunidad local la utilización de los espacios y medios físicos,
de los recursos materiales y humanos de las escuelas (CI, 1998). 5. Hagan viable la integración y/o la relación con otras instituciones
locales (CI, 1998). 6. Desarrollen
iniciativas permanentes en vista de la solidaridad, como también promuevan y
divulguen campañas sociales (CI, 1998).
7. Participen de los proyectos de la Iglesia local con miras a la
promoción de la justicia y de la paz (CI, 1998). 8. Interactúen con organismos de educación y promoción humana
popular (Cumbayá, 1994). 9. “Estén más
decisivamente presentes en los órganos que definen y ejecutan las políticas
sociales en relación con los niños y adolescentes: Consejos del Niño y del
Adolescente, Consejos Tutelares y Consejos de Asistencia Social” (Sandrini,
1998). 10. Participen de los Consejos
de Educación, de Asistencia Social, de los Derechos del Niño y del Adolescente
para influir en la definición de políticas públicas (ISSPX, 1999). 11. Hagan relación con las ONGs, los
organismos eclesiales, civiles y gubernamentales en favor del destinatario
prioritario )INSP/FMA, 1995).
51.
La promoción
del diálogo, de la justicia, (...) y de la participación, asumiendo conflictos,
complejidades e incertidumbres que constituyen la convivencia democrática
(CIEC, 1996) pasa por la vía de la comunicación. De allí la necesidad de: 1. Promover la cultura de la comunicación
(PAI, 1999). 2. Optimizar el uso de la
tecnología existente (internet) (CI,
1998). 3. Poner a disposición de las
otras escuelas sus investigaciones y contenidos elaborados (BCG, 1999) tanto en
el campo pedagógico como en la pastoral, participando de intercambios
culturales y científicos entre educadores y educandos (BCG, 1998; BSP, 1998;
BBH, 1999). 4. Crear canales de
comunicación con las familias que sirvan de espacio de reflexión sobre la
posmodernidad para poder orientar el proceso de crecimiento y desarrollo de sus
hijos (INSP/FMA, 1995; CIEC, 1996). 5.
Promover el Marketing institucional (PAI, 1999).
2. Educación profético – evangelizadora
52.
“La educación es un arma decisiva tanto de la
producción de exclusiones como de su erradicación. Hay una educación que
produce nuevas exclusiones, en la medida en la que las desigualdades existentes
se amplían; y hay una educación profundamente liberadora, en la medida en la
que construye opciones de una sociedad más justa” (García Roca, 1999).
53.
“El acto educativo es, en toda su grandeza, un
compromiso con las posibilidades. En las entrañas de la educación hay siempre
un desdoblamiento de oportunidades; de ahí que el hecho de la educación debe
ser siempre emancipadora, porque alimenta el sentido de alternativa. La
educación, como institución moderna, participa de la cultura del cambio; existe
porque las cosas pueden ser de manera diferente y porque está en nuestras manos
cambiarlas y mejorarlas. Es esencial a la función política que se presenta como
incubadora de nuevas ideas y ejercicio de prácticas transformadoras” (García
Roca, 1999).
54.
“Las práctica educativas más acreditadas son aquellas
que miran una necesidad al mismo tiempo como una deficiencia y una oportunidad,
un déficit y una posibilidad. Por grave que sea la carencia, no existe un punto
cero de carencia. El éxito de una práctica educativa consiste en encarar una
necesidad no como una carencia sino sobre todo como una potencialidad. La
necesidad social no es solo un déficit que muestra la falta de algo,
sino también una ocasión que compromete, motiva y moviliza (...). La acción
educativa está vinculada al protagonismo de las personas, a su
implicación en el proceso educativo y a la búsqueda de salidas protagonizadas por
ellas” (García Roca, 1995).
55.
“Las experiencias educativas habilitadoras son aquellas
que fomentan y se apoyan en la fuerza de la participación, es decir, en
el papel activo y decisivo de las personas y de las comunidades en la gestión
de sus propios riesgos: así los educandos dejan de ser objeto de
atención para ser considerados sujeto (...). Sin el protagonismo
de estos no hay educación posible ni acción social viable”. (García Roca,
1995).
56.
“El educador cristiano es un profeta que tiene una
profunda experiencia de Dios – que ama y que libera a su pueblo – y una
profunda experiencia del pueblo, del cual hace parte. El educador-profeta:
una persona poseída e impelida por el Espíritu y portador de la palabracción
de Dios. El educador cristiano es profeta de una realidad concreta, hijo e
intérprete de la crisis en medio de la cual denuncia y la infidelidad a la
alianza, consuela al pueblo, llama a la conversión y anuncia un futuro lleno de
esperanza. El educador-profeta es defensor de los pobres y de los débiles, en
lucha permanente contra las idolatrías. Vivimos una crisis de civilización.
Como educadores-profetas estamos llamados a interpretar la crisis: a mirar en
profundidad, a divisar lejos La educación necesita ser una profecía de vida (x
los ídolos de muerte), de fraternidad, de esencialidad (x el lujo), de
gratuidad, de una perseverante opción por los pobres y los excluidos. La
educación necesita ser una profecía de de multiculturalidad, de
inculturación y profecía de ética del bien común y de solidaridad” (Peresson
Tonelli, 2000).
57.
En el Congreso Nacional de Educación de AEC/Br (1998)
“muchos grupos manifestaron la esperanza y la creencia en la posibilidad de
construir, en lo cotidiano escolar, prácticas pedagógicas y sociales de
inclusión. Tal posibilidad solo se concretizará a partir del compromiso ético
en torno a un proyecto político – pedagógico solidario” (Benincá, 1998).
58.
A pesar de tener alguna preocupación evangelizadora en
la práctica educativa de nuestras escuelas (BMn, 1998), en el Congreso Nacional
de Educación de AEC/Br (1998) “se anotó reiteradamente la necesidad de romper
con incontables prácticas de exclusión presentes en lo cotidiano escolar,
entre las cuales se destacan: las estructuras escolares rígidamente
jerarquizadas, el centralismo en las decisiones, los contenidos poco
significativos para la formación humana, la excesiva preocupación por lo
vestibular, la burocratización de la evaluación escolar, el padrinazgo
curricular, la competencia entre las escuelas católicas de una misma ciudad o
región, la competencia entre profesores al interior de una misma institución”
(Benincá, 1998).
59.
En la misma línea de Don Bosco, estamos abiertos a las nuevas
tecnologías y recursos de la comunicación social tan apreciados y
utilizados por los jóvenes. Necesitamos capacitarnos para usar los nuevos
lenguajes en función evangelizadora, a fin de que los jóvenes sean ayudados
a usarlos de manera crítica (PJS 22, 1995).
60.
En relación con el lenguaje es importante: 1. Priorizar actividades prácticas en
relación con las meramente teóricas. 2.
Dar espacio efectivo de participación a los jóvenes en los que ellos sean
protagonistas de acción educativa. 3.
Utilizar la comunicación total: video, movimientos, colores, ritmo, etc. 4. Utilizar todos los ambientes como espacio de comunicación. 5. Volver nuestros ambientes más abiertos,
con estructuras más simples y acogedoras, favoreciendo la participación de los
jóvenes. 6. Mirar de nuevo nuestros
esquemas mentales, nuestra manera de comunicar, sea en la comunicación formal o
la informal. 7. Aprender a gastar
tiempo en la convivencia con el joven en el ambiente donde se encuentre. 8. Estudiar, profundizar e interpretar las
cuestiones relacionadas con las técnicas, contenidos y mensajes traídos por las
nuevas tecnologías, posibilitando así el desarrollo de la conciencia
crítica. 9. Acoger el modo natural del
joven post-moderno para relacionarse con Dios, proporcionando momentos fuertes,
profundos, ricos de calor humano y de comunicación de fe. 10. Promover celebraciones litúrgicas
dinámicas, vivas, alegres, significativas para los jóvenes, posibilitándoles
mayor integración entre fe y vida (PJS 22,1995).
61.
Educar para la trascendencia en una pedagogía no
excluyente, que atienda los intereses de la mayoría marginada sin acceso a
las conquistas y posibilidades abiertas por la modernidad (INSP/FMA, 1995).
62.
“Construir nuevas conciencias en la escuela que sientan
indignación con la barbarie que hace el capitalismo (...) Preparar personas con
gran capacidad de entender, de cambiar, de transformar (...)” (Gentili, 2000).
Formar jóvenes comprometidos con la transformación evangélica de la realidad
(Cumbayá, 1994).
63.
Promoción de un diálogo con otras instituciones
y con las autoridades nacionales para que abran espacio a la participación en
la definición de las políticas y estrategias educativas que realmente promuevan
el desarrollo de los más pobres, sobre todo los niños, los adolescentes y la
mujer (Cumbayá, 1994; CIEC, 1996; PAI, 1999).
64.
Reforzar las campañas para la revisión de la deuda
externa para que haya más recursos para la educación de las clases
desposeídas y para que todos tengan una educación de calidad con equidad (CIEC,
1996).
65.
Evaluación de la práctica económica de las obras a la
luz de los criterios evangélicos y de la práctica de la Enseñanza Social de
la Iglesia (CI, 1998).
66.
Revalorización del papel de la mujer en la
cultura y en la evangelización (Cumbayá, 1994).
67.
Proponer itinerarios específicos para las áreas
pedagógica y evangelizadora (BPA, 1998) y promover, priorizar y cualificar la
enseñanza religiosa escolar y la asesoría pastoral (CI, 1998).
68.
Valorar y promover las expresiones culturales y
artísticas como: danza, teatro, música, deporte y cine (CI, 1998).
3. Acción Salesiana y Atención al marginado
69.
Educar evangelizando y evangelizar educando. “El
profetismo pertenece a la misma esencia de nuestra vocación salesiana y al
criterio de fidelidad a la misión y al espíritu salesiano” (Peresson Tonelli,
2000). Acreditar la escuela como agencia válida de educación y evangelización y como agencia de asimilación
y transformación de la cultura (ISSPX, 1999).
70.
“El esfuerzo contra la marginalidad será tan eficaz
cuanto más penetre y transforme el conjunto de percepciones y sentimientos que
configuran el pensamiento y la conducta de una sociedad o de los grupos activos
en su interior. No es suficiente, pues, un trabajo de ayuda y de asistencia en
favor de los individuos, así éste sea importante” (Vecchi, 1997).
71.
“Por exclusión entendemos aquella práctica
social, consciente o no, a través de la cual se van estableciendo relaciones
asimétricas, desiguales, entre los seres humanos. Ejemplos de excluidos: económicos:
el trabajador empobrecido; del proceso productivo: el desempleado; de la
sociedad decente: el marginado, el delincuente, el criminal; de la educación:
los ignorantes y analfabetos; de la cultura: los “bárbaros”; de la ciudadanía:
los sin voz y sin voto, los sin tierra , los sin techo, los marginados
económica y políticamente; de la normalidad: los rebeldes,
revolucionarios, subversivos, los sin orden (...). Una de las tareas fundamentales
e imprescindibles de la educación, en lo que se refiere a los excluidos, es la
de identificar y revelar la relación necesaria que existe en la sociedad entre
los incluidos y los excluidos (...) Sin una percepción y una conciencia de tal
relación “necesaria” y sin proceso, estaría faltando una dimensión fundamental
para cualquier proceso educativo que quiera, verdaderamente, llevar a los
educandos a una verdadera liberación personal y social y a transformaciones que
garanticen una sociedad justa e igualitaria” (Guareschi, 1995).
72.
Vivir una vocación fundamentada en Jesucristo lleva a
comprometerse en un trabajo de transformación cristiana y ciudadana (ECC
Cochabamba, 2000).
73.
Sabiendo que “dominación, trabajo y cultura son
los tres componentes del proceso social, necesitamos responder a estos
cuestionamientos: 1. (...); 2. (...);
3. Que la educación salesiana presente como un testimonio de sus
exalumnos y cooperadores, una válida propuesta de cultura cristiana”
(Ferreira, 2000).
74.
“Nosotros, Salesianos, tenemos grandes posibilidades y
al mismo tiempo importantes responsabilidades. Debemos hacer un esfuerzo de pedagogía
colectiva para ofrecer caminos y proyectos concretos, en los que nos
impliquemos como humilde
vanguardia evangélica, como muda
respuesta a asumir un estilo de vida solidaria y generosa” (Vecchi, 1997).
75.
Para que la acción educativa salesiana sea significativa
para el contexto del continente (Cumbayá, 1994) es necesario “que sea
convalidada por la fidelidad a nuestra misión, a nuestro espíritu y pedagogía”
(Doménech, 1998). “Fidelidad al Evangelio y a Don Bosco significa
fidelidad a la historia y a los signos de los tiempos como interpelación de
Dios” (Peresson Tonelli, 2000). “Los elementos de donde dimana la significatividad
son: manifestación incondicional de la caridad evangélica, capacidad de
“salvar” a aquellos a quienes los hombres abandonan a su propia suerte, deseo
de vida y esperanza, eficacia en la propuesta de fe, fuerza de convocación por
la que las personas de buena voluntad se unan en el bien, capacidad de hacer
madurar las mentalidades y las relaciones en la línea del Reino” (Vecchi,
1997). “La significatividad del proyecto de una inspectoría depende de
los recursos de salesianos y laicos
puestos al servicio de animación de las actividades y obras” (CG 24, 180c,
1996).
76.
Hay un estilo propio de aproximación del marginado
cuyas bases se encuentran en el carisma salesiano: 1. La actitud de comprensión de las razones históricas y
personales de su situación; 2. La
actitud de reconocimiento de los valores de los que es portador, y de confianza
en su potencial y capacidad de superar esa situación, rescatando la auto-estima
y al amor por la vida: acreditar en la persona; 3. La búsqueda en común de alternativas de promoción integral,
construyendo un proyecto de vida: “buenos cristianos y honestos ciudadanos”
(PJS 22, 1995).
77.
Nos anima la convicción de que el Sistema Preventivo
posee en sí mismo tales recursos que permiten, no solamente dar respuestas
proféticas a las aspiraciones y a las diferentes formas de pobreza de los
jóvenes, sino que también nos ayudan a volverlos sujetos activos, protagonistas
de evangelización y artífices de renovación social (CG XIX FMA).
78.
La asistencia salesiana, vivida principalmente a
través de nuestra presencia en medio de los jóvenes (convivencia), con la
acogida, las iniciativas, el diálogo, la amistad y la confianza es la gran
clave educativa junto a ellos: es necesario rescatarla y volverla de hecho una
marca de caridad pastoral (PJS 22, 1995). “La asistencia requiere ser entendida
no como presencia distante y externa, sino como proximidad activa, amorosa y
llena de iniciativa para el bien de los educandos” (Gallo, 2000).
79.
“La realidad de insatisfacción juvenil y el
riesgo de marginación deben ser tenidos en consideración en todas las
presencias salesianas” Vecchi, 1997).
80.
Las conquistas con relación a la presencia de los
educadores laicos en el patio (BMn, 1998) no equilibran la presencia
reducida (por carencia de salesianos o por la ocupación de cargos
administrativos) y no calificada de salesianos junto a los jóvenes (...), el
distanciamiento del mundo juvenil: su lenguaje y mentalidad... (PA, 1998) y el
menor compromiso con los jóvenes en las escuelas pagas (BPA, 1998).
81.
La falta de claridad operativa de grandes objetivos
(BSP, 1998) y la baja relectura del carisma inhiben respuestas
(adecuadas) a los desafíos emergentes (Cumbayá, 1994). Hay, además,
dificultades en la identificación de la espiritualidad salesiana (BSP, 1998).
82.
“La tensión es a veces contraindicación entre la teoría
educativa y la práctica cotidiana excluyente y tradicional: por ello no
bastan las ideas y los buenos propósitos...” (Doménech, 1998).
83.
El modelo salesiano en crisis frente a las antropologías
y a la educación de los Medios de Comunicación Social y a las políticas
públicas (Cumbayá, 1994). “Como es que, teniendo un patrimonio tan rico y tan
actual de criterios educativos, nuestras comunidades educativas escolares son
tan poco significativas en la renovación pedagógica y (en la ejecución) de una
educación popular?” (Doménech, 1998).
84.
La acción educativa de la Familia Salesiana se halla
dispersa y es poco incidente en la educación de América Latina (Cumbayá, 1994).
Falta una línea común de educación (BMn, 1998). Ausencia de redes entre
las escuelas (BSP, 1998). Falta de proyección en la comunidad local. Falta
de articulación entre lo local y lo nacional (BMn, 1998).
85.
El conflicto entre la visión empresarial de la escuela
y su prioridad educativa pastoral (PA, 1998). Hay, a veces, relaciones
conflictivas entre trabajadores y asalariados (BRE, 1998). Otros focos de
tensión son: la filantropía y sus desdoblamientos (PA, 1998), el gran número de
becas de estudio en las escuelas pagas (BPA y BRE, 1998).
86.
La complejidad de las obras (BSP, 1998), la diversidad
de las escuelas (BCG, 1998), la carencia de salesianos (BRE, 1998) llevan a
respuestas lentas (BMn, 1998) y el riesgo del activismo o del acomodamiento que
los distancian de los jóvenes (...), lo mismo que la reducida
participación en las varias instancias educativas (PA, 1998). Esta situación
dificulta la elaboración de un Reglamento común para las escuelas (BSP, 1998).
87.
A pesar de todo, hay un feed back positivo de los
exalumnos (BSP, 1998). La fuerza del carisma está presente en las escuelas, en
la obras sociales y en las parroquias (BRE, 1998). El carisma salesiano está
en sintonía con el mundo juvenil (Cumbayá, 1994). Hay un clima “oratoriano” en
el NE del Brasil (BRE, 1998).
88.
“ Es necesario conocer los tiempos que estamos
viviendo para adaptarnos a ellos, respetando siempre a los hombres” (Don Bosco)
. Mediante el cambio de época que vivimos se hace necesario investigar y
reflexionar sobre el carisma salesiano, favoreciendo su relectura desde
América Latina, de las culturas emergentes, de los lenguajes juveniles, de los
nuevos paradigmas, de las realidades que afectan la educación y de las
directrices eclesiales y de los organismos internacionales y nacionales pertinentes
(Cf. Quito, 1996).
89.
Para acompañar los cambios del mundo actual, en
lo que sea razonable, priorizando los valores esenciales (INSP/FMA, 1995), es
imprescindible que haya calidad educativa y pastoral en las presencias
salesianas, especialmente en las escuelas. De ahí la necesidad de promoción de
procesos de formación permanente de todos los agentes educativos, de los
gerentes escolares y los docentes,
especialmente laicos (Cumbayá, 1994) pero también de los salesianos, para que
entiendan a la juventud, tengan una presencia educativa con mayor atención, y
puedan enfrentar mejor los cambios (BBH, BCG, BRE, CI, Doménech, PA, 1998).
90.
“Surgen en la educación algunas urgencias. El
Capítulo General 23 (SDB) señalaba la constelación vida-amor-conciencia-solidaridad
como desafío a nuestro trabajo también de evangelización. Horizontes indicados
por el CG23: 1. Fundamentar el valor de
la persona y de su inviolabilidad a través de relaciones, convicciones y
experiencias, por encima de los bienes materiales y de cualquier estructura u
organización de modo que se capaciten para hacer opciones autónomas dentro de
los fuertes mecanismos de manipulación y evalúen correctamente las situaciones
humanas. 2. Orientar a los jóvenes al
conocimiento adecuado de la compleja realidad cultural y socio-política,
comenzando por la más próxima y cotidiana para llegar a las instituciones y a
los modelos socio-económicos que tienen una influencia determinante sobre el
bien común. 3. Implicar a los jóvenes
de los ambientes de pobreza y de los contextos de bienestar en iniciativas que
exijan solidaridad, para que aprendan a cargar los sufrimientos de otros y a
colaborar en su superación” (Vecchi, 1997).
91.
“Los excluidos no son ni diferentes, ni
marginados, ni desadaptados: son un poco de todo eso. Es necesario movilizar a
los diferentes actores, profesores y no profesionales, técnicos y voluntarios,
escuelas y empresas. Pero, sobre todo, es necesario hacer participar a la
escuela en las dinámicas de inserción” (García Roca, 1999).
92.
En relación con
los excluidos es importante: 1.
Conocer, estudiar y comprender la situación de los jóvenes excluidos procurando
aproximarse e insertarse en su mundo.
2. Conocer las posibilidades y los límites del nuevo contexto social y
buscar, a partir de allí, salidas de acción.
3. Vitalizar acciones y obras que respondan a las urgencias actuales,
modificar las que no responden más y
buscar nuevas alternativas para enfrentar la situación actual. 4. Aumentar y fortalecer el trabajo conjunto
entre los grupos de la Familia Salesiana.
5. Articular nuestras acciones con otras iniciativas y organizaciones de
la sociedad. 6 Dar más claridad al
proyecto educativo (...) junto a las clases populares, acentuando la
integración de la fe con el mundo del trabajo, la formación para el amor, la
ciudadanía, la ética y la solidaridad (PJS 22, 1995).
93.
“Debemos ser más hombres y mujeres de presente y de
futuro que de pasado. Es urgente que nos dediquemos a estudiar y comprender
crítica, científica y cordialmente la realidad histórica de nuestro continente
y de nuestros países, la condición de las clases populares, sus aspiraciones y
luchas particularmente de los jóvenes de las clases y sectores marginados”
(Peresson Tonelli, 200).
94.
“Profundizar la espiritualidad de la misericordia
como experiencia de Dios y seguimiento de Jesucristo debe girar la brújula, el
portal y la meta del itinerario formativo orientado a fortalecer nuestra
vocación compartida de ser sacramento del amor misericordioso de Dios”
(Peresson Tonelli, 2000). “En razón del
amor educativo será necesario hacer con los jóvenes un esfuerzo de
discernimiento entre lo positivo y lo negativo que abarque el mundo juvenil ,
en clave evangelizadora, como respuesta, no como imposición” (Gallo, 2000).
95.
Educar para la solidaridad y la participación
(INSP/FMA, 1995). La vida en las márgenes de la sociedad lleva a los excluidos
a unirse para sobrevivir. El desafío es ayudarlos a organizarse como categoría
de excluidos en la lucha por los derechos propios, en la búsqueda de ciudadanía
(...). La conquista de ciudadanía para todas las personas es algo que debe
buscarse no solo por los mismos excluidos, sino que debe buscarse dentro de la
misma sociedad a través de los grupos e instituciones solidarias con los
excluidos (PJS 22, 1995).
96.
La opción afectiva y efectiva por los jóvenes más
pobres y por las minorías étnicas (Cumbayá, 1994). “Toca a la educación
salesiana estudiar las causas del atraso escolar de la población negra y
promover mayor escolarización del negro, facilitando así una base más sólida
para su ascenso social (...). Con relación a las comunidades indígenas
se hace necesario: civilizar, socializar, integrar, preservar la cultura y
promover una inculturación mutua” (Ferreira, 2000). La mitología indígena sea
valorada como trasmisora de principios de convivencia social, moral y
religiosa. El trabajo agropecuario, la confección del artesanado indígena y las
prácticas de hogar sean valoradas por la pedagogía indígena (INSP/FMA,
1995).
97.
Como Familia Salesiana, animada por la comunidad
salesiana local, es urgente promover la re-lectura del carisma de Don Bosco a
partir de las culturas emergentes de América, de los lenguajes juveniles y de
los nuevos paradigmas, para dar mayor significatividad a nuestras obras,
teniendo en cuenta: a) La realidad
globalizante; b) Los desafíos de los
jóvenes; c) La cualificación de los
educadores (Cumbayá, 1994; Quito, 1996; BBH, BBG, BMn, BSP, BPA, BRE, CI y PA,
1998; Chacaclayo, 200). A ejemplo de Don Bosco, queremos afrontar esta nueva
época con optimismo y creatividad. Nada de ingenuidad y pesimismo, sino con
coraje y confianza en las posibilidades
que la realidad nos presenta en nuestro bagaje de discípulos de Don Bosco (PJS
22, 1995).
98.
“Nuestros ambientes educativos pueden ser centros de
elaboración y puntos de irradiación de esta cultura (de la inclusión) en
la familia, los grupos, el barrio, los círculos e instituciones relacionadas y,
a través de la comunicación social, a la sociedad en general (...). Nuestra contribución puede consistir
justamente en experimentar y proponer procesos de evangelización en situaciones
juveniles particularmente difíciles” (Vecchi, 1997).
99.
Promover con decisión la formación en la dimensión
socio-política en todos los procesos educativos salesianos, para colocarnos al
servicio de una cultura de la vida y de la solidaridad (Chacaclayo, 1999).
100.
Atención educativa a los más pobres (a los excluidos)
también en las escuelas, con una pedagogía nueva de inclusión, con un
trabajo en red entre todas las obras para ir construyendo juntos una cultura de
la inclusión (...). Promover un nuevo tipo de educación más incluyente, más evangelizador, más
salesiano; un nuevo tipo de educador más presente y cercano al mundo de
los jóvenes, mejor formado y que trabaje en equipo (grupo cooperativo); un nuevo
tipo de gestión escolar, en la que todos los elementos, también los
financieros, estén al servicio de los valores de la educación salesiana”
(Doménech, 1999).
101.
Se requiere un nuevo
modelo de escuela: no bastan actos aislados de solidaridad. Hay necesidad
de un cambio profundo en la forma de concebir los contenidos, la metodología,
las estructuras (currículos, evaluación, sistemas de gestión y
organización...) (Doménech, 1999).
102.
“El método educativo del amor encarnado implica,
además de la proximidad a los jóvenes por parte de los educadores, el esfuerzo
por parte de ellos para asumir su mundo, para hacérselo propio. Es una
verdadera encarnación en su modo de pensar, de sentir, de situarse frente a la
realidad. Será necesario hablar su lenguaje; aún más, entrar en la frecuencia
de onda en la que se hace concreto el universo global de comprensión en el que
habitan” (Gallo, 2000).
103.
“Para incorporar a los excluidos en los caminos de una
convivencia social que les fue negada (...) (recuérdese) la importancia de un
adecuado acompañamiento humano, sin el cual ningún programa de
capacitación laboral o educativo puede dar fruto alguno, ya que, en definitiva,
en el fondo del problema hay una dimensión afectiva negada que no podemos
ocultar ni descuidar” (Orbegozo, 1996).
104.
“Revitalizar la presencia educativa, física, y de
empatía ... a ejemplo de Jesús y de Don Bosco (Peresson Tonelli, 2000),
incentivando el acompañamiento personal de los jóvenes (BCG, 1998).
105.
Administrar las escuelas con competencia y
coraje, de tal forma que sus estructuras y sistemas sean orientados hacia
los más pobres (Cumbayá, 1994) y el espacio escolar se transforme en espacio
educativo (PA, 1998) para que, la luz y la vivencia del Sistema Preventivo
sean verdaderas agencias de transmisión, reelaboración y creación del saber y
de la cultura (ISSPX, 1999).
106.
“Volver atenta la mirada de los educadores sobre los síntomas
iniciales o ya latentes de insatisfacción y sobre las primeras manifestaciones
de ceder a la marginación” (Vecchi,
1997).
Estrategias
de acción
107.
“Privilegiar en cada obra una acogida más numerosa de
los muchachos “en peligro”, que puedan ser mantenidos distantes de la
desviación con programas apropiados y un ambiente educativo de apoyo” (Vecchi,
1997). Para ello también “crear espacios para la educación permanente, el
trabajo voluntario, el uso del tiempo libre” (Costa, 2000).
108.
“Para actuar hoy de modo serio y fiel el Sistema
Preventivo se debe cultivar una mentalidad
proyectual. Esta permite superar, por un lado el espontaneísmo de quien
obra guiado solo por la intuición, la aproximación y la improvisación; y, por
otro lado, la rigidez propia de quien dice que “siempre se hizo así” ... y se
refugia en los alibis fáciles de las reglas fijas e inmutables, o en el
dogmatismo y la inflexibilidad”
(Cavagliá, 1995, 204). Para esto:
1. Transformar una pastoral de actividades en pastoral de procesos
(Raúl Rojas, 1999) integrándolos con mentalidad de proyecto participativo
(Cumbayá, 1994), implicando y motivando a las personas (BBH, 1998). 2. “ Tomar conciencia juntos de los desafíos
que se presentan” 3. “Concertar juntos
las líneas fundamentales de los procesos que se deben potenciar y los medios
para ayudarlos en dicha tarea” (Doménech,
1998).
109.
Definir e implementar, conjuntamente con las FMA,
planes de cualificación sistemática y
permanente de salesianos(as) y laicos(as) (juntos) en los campos
pedagógico, pastoral, administrativo, comunicacional (nuevos lenguajes) y
tecnológico (Cumbayá, 1994; BBH, BMn, BPA, BRE, BSP, CI y PAI, 1999). Para ello
: 1. Servirse de las iniciativas de la
Iglesia local y de otras agencia sociales (CI, 1998). 2. Facilitar el acceso a cursos de vacaciones sobre la
Pedagogía Salesiana, Teología, Comunicación Social, Administración, Gerencia
Participativa, Relaciones Humanas (PA, 1998; BMn, 1998; 1999). 3. Promover cursos de extensión
universitaria, encuentros y congresos (BCG, 1999; INSP/FMA, 1995). 4. Explicitar en el plano de la escuela
acciones formativas (encuentros y seminarios) para los padres y profesores (CI
y BMn, 1998). 5. Promover Congresos
sobre el Sistema Preventivo para toda la Familia Salesiana (BPA, 1998; PAI,
1999). 6. Realizar anualmente un
Encuentro de Escuelas Salesianas, con
tareas que se verifiquen y evalúen (BSP, 1998). 7. Realizar retiros trimestrales y anuales conjuntos para toda la
Familia Salesiana (PAI, 1998). 8.
“Promover que se compartan los valores de la espiritualidad salesiana,
ofreciendo a los educadores experiencias significativas de fe y de vida
cristiana para la renovación de su entrega y compromiso educativo” (Doménech,
1999; PAI, 1999). 9. Priorizar el
trabajo de los profesionales que actúan en nuestras obras para un mejor uso y
aplicación de los recursos de comunicación y mantenerlos actualizados (CI,
1998).
110.
Se siente la necesidad de itinerarios que
favorezcan la formación de jóvenes críticos, participativos y solidarios
insertados en la sociedad y en la Iglesia (Cumbayá, 1994). A partir de los
equipos inspectoriales: 1. Proyectar e
implementar itinerarios de educación de los jóvenes en la fe (CI, 1998). 2. Promover procesos de reflexión y animación de la acción
educativa (...) para adelantar procesos concretos de transformación de la práctica
educativa. 3. Crear (en Centros
Universitarios de la Familia Salesiana) “esferas de reflexión sobre los
valores y sobre la moralidad social con miras a la creación de conciencias
críticas” (Gentile, 2000), o Centros de Estudio de la Juventud (PAI,
1999) que sean instancias permanentes de investigación, reflexión, animación y comunicación educativa de la
Familia Salesiana dentro de la realidad latinoamericana abierta al mundo
(Quito, 1996). 4. Incentivar la
elaboración de contenidos pedagógicos significativos con la marca salesiana en
relación con otras agencias editoriales (BCG y BPA, 1998). 5. Establecer y reforzar el proceso de unificación
del material didáctico, pedagógico y pastoral, inclusive el de la Enseñanza
Religiosa Escolar (BCG, 1998; BCG, 1999; BMn, 1998, 1999; PA, 1999).
111.
Promover “Semanas Misioneras” en las que se de
oportunidad a los jóvenes de participar en acciones de solidaridad con
poblaciones necesitadas (BSP, 2000).
112.
Creación y dinamización de las CEPs (PA, 1998), de modo
que favorezca la relación interpersonal de la comunidad educativa (CI, 1998).
113.
Tras las huellas de Don Bosco continuamos hoy la
animación de fuerzas sociales articulándonos con organismos de la sociedad
(gobierno, ONGs, pastorales...) que se vuelvan aliados de nuestra misión y
carisma (PJS 22, 1995). El CG24 exige cambio de mentalidad y acción conjunta de
salesianos y laicos participando de una misma misión y carisma (PA, 1998). Hay
necesidad promover la unión en torno al proyecto de Don Bosco (Cumbayá, 1994),
priorizando la acción conjunta (BSP, 1999), fortaleciendo la “UNION POR LA
VIDA” (UPV) y el logotipo “saleSianos” (BBH, CI, 1998; BCG y BMn, 1999),
fortaleciendo también la Articulación de la Juventud Salesiana (AJS) – también
en las parroquias y obras sociales – y la Pastoral de la Juventud Estudiantil
(PJE) de salesianos(as) con la formación de grupos y liderazgos juveniles, para
que se impliquen más junto a las escuelas populares y con la organización del
deporte de sus coetáneos(BCG, BPA; BRE y BSP, 1998).
114.
Como Familia Salesiana necesitamos volvernos a los/las
jóvenes, a su mundo y a sus nuevas pobrezas, generando procesos de
escucha, reflexión, proximidad afectiva e incidencia que haga significativa
nuestra presencia en ellos (Chcaclayo, 1999), “manteniendo contacto con la
situación real de los jóvenes” (Peresson Tonelli, 2000) y testimoniando la
alegría de vivir el carisma salesiano (ECC Cochabamba, 2000).
115.
Incluir en el Proyecto Pedagógico de cada presencia un
proyecto social para la atención a los excluidos (BBH, 1999), de tal modo que
se cree una cultura de la solidaridad. O, por lo menos, hacer que cada
comunidad educativa salesiana conozca, se abra y acoja salesianamente a los
jóvenes necesitados y su mundo (PA, 1998).
116.
Promover la elaboración de un PEPS en un trabajo común
de Familia Salesiana (Chacaclayo, 1999). “La elaboración y evaluación de un
PEPS es un momento privilegiado para la re-lectura del carisma salesiano porque
ella es la traducción concreta del Sistema Preventivo aplicado a un
determinado tiempo y lugar (...)”. De ahí la necesidad de “cualificar su
proceso de elaboración y evaluación en cada comunidad educativa” (Doménech,
19998).
117.
“Potenciar con más eficacia la animación del sector
inspectorial de las escuelas al servicio de los más pobres” (Doménech, 1998)
comprometiéndose en la búsqueda y en el mejoramiento de la atención a los más
necesitados y desprotegidos (ECC Cochabamba, 2000). Para ello, reestructurar,
ampliar y optimizar con coraje las obras y servicios educativos para que sean
cada vez más significativos y aumentar las relaciones en el área
(Cumbayá, 1994; BBH, 1998; INSP/FMA, 1995).
118.
Valorar las propuestas de cualificación y de
espiritualidad a partir de la óptica de la inclusión (BCG, 1998). Evaluar
frecuentemente la incidencia de la escuela en la región donde está localizada,
buscando aumentar su significatividad (CI, 1998).
119.
Crear una instancia permanente de investigación,
reflexión y comunicación educativas de la Familia Salesiana, a nivel inspectorial,
regional y latinoamericano (Cumbayá, 1994) a través de múltiples medios y
abierta al mundo (Quito, 1996), poniendo a disposición de las inspectorías
proyectos, investigaciones y materiales elaborados por los miembros de la
Familia Salesiana (BBH, 1998).
120.
Promover una mayor integración entre los organismos
salesianos ya existentes (en Brasil) (CISBRASIL, CIB, FS, AJS) y otras
agencias afines (BBH, 1998; 1999; BCG, 1998; BMn, 1999; BRE, 1998).
121.
Hacer circular entre las escuelas salesianas (de Brasil),
los informativos y publicaciones (BSP, 1998; 1999), lo mismo que en el ámbito
de la Familia Salesiana (PAI, 1999).
122.
Conocer y hacer circular el Estatuto del Niño y del
Adolescente (Brasil) asumiéndolo como instrumento privilegiado de acción
salesiana en el rescate de la ciudadanía y en la promoción de niños y jóvenes
dentro de nuestras obras (CI, 1998).
123.
Estudio de los documentos institucionales (PAI,
1999). Para ello, elaborar subsidios que faciliten la comprensión de su
lenguaje (PAI, 1999; BBH, 1998).
124.
Estudio y divulgación en conjunto de la “Carta de
Comunión de la Familia Salesiana” (PAI, 1999). Dinamizar la articulación entre
las obras y los proyectos SDB, FMA (y FS) de una misma ciudad, preferentemente
con los menos favorecidos (PAI, 1999). Creación y gestión de servicios
educativos y pastorales en una acción conjunta de Familia Salesiana (Cumbayá,
1994). Formación de SDB y FMA para un trabajo conjunto (Cumbayá, 1994). “Tomar
conciencia juntos del camino que se recorre en las inspectorías: logros, deficiencias
y fracasos que se encuentran” (Doménech, 1998).
125.
Elaborar un currículo que prepare al educando
(indígena) para vivir la propia cultura lo mismo que para afirmarse en la
convivencia con la sociedad nacional, manteniendo su autonomía (...). Preparar
profesores indígenas para enseñar la lengua , las normas de comportamiento y
las tradiciones de su pueblo (...) alfabetizar siempre en la lengua indígena,
siguiéndose después la enseñanza bilingüe (...). Elaborar textos escolares
cuyos contenidos abarquen las costumbres, las tradiciones y las formas de
expresión de la comunidad indígena (...).El calendario escolar siga el ritmo de
la naturaleza y de las celebraciones indígenas (INSP/FMA, 1995).
126.
“Intercambio y comunicación entre las escuelas y entre
las inspectorías. Ir creando una red de educación salesiana que
favorezca su presencia y su incidencia en la sociedad y en la Iglesia, siempre
al servicio de los objetivos fundamentales de re-lectura del Sistema
Preventivo y de la formación permanente de los educadores” (Doménech,
1995). Creación de una Home Page salesiana sobre la situación de la
juventud (PAI, 1999).
127.
Encaminar un sistema de financiación de nuestras
escuelas, de acuerdo con las exigencias de calidad pastoral y mercadológica
con márketing salesiano (PA, 1998). Optimizar los criterios de gratuidad
(CI, 1998). Elaborar el plan económico-administrativo y el plan global de
reformas y construcciones de la obra, privilegiando las inversiones en el área
social (CI, 1998).
4.- Educación Profesional y Educación Popular
128.
“Sabiendo que “dominación, trabajo y cultura son los
tres componentes del proceso social, necesitamos responder a estas
cuestiones: 1. (...). 2. Como conseguir que el trabajo de profesionalización
de la juventud sea aliado para la creación del espíritu y la realidad cooperativa
y promueva la humanización del trabajo.
3. (...)” (Ferreira, 2000).
129.
“Asumir el trabajo como valor y optar por
determinados valores como la actividad, la creatividad, la participación, la
curiosidad, la responsabilidad comunitaria, la utilidad y el afán por la obra
bien elaborada, el servicio. Estos son valores que el educando va a vivir y, si
es posible, disfrutar en el contexto educativo” (Orbegozo, 1996).
130.
“El desafío para nuestra educación (...) estará en cómo educar al
latinoamericano como productor, para que genere nuevas riquezas, bienes
y servicios que sean distribuidos a las mayorías, con mucha mayor equidad que
la actual” (Orbegozo, 1996).
131.
“La mejor manera de dotar a los alumnos con las
herramientas necesrias para enfrentar el mundo del trabajo heterogéneo,
incierto, rápidamente cambiante, inestable y crecientemente complejo, es
reforzar la formación básica, entendiendo por ésta una formación integral que
desarrolle competencias que incluyan habilidades cognitivas, destrezas
psicomotoras y actitudes y valores propios de los actuales y futuros ciudadanos
productivos en nuestros países” (Schmelkes, 1996).
132.
Existe un notable giro en la sensibilidad y aprecio
social y empresarial sobre lo que las personas deben aprender. Llama la
atención en qué medida la formación de la persona, en especial los valores
éticos y los hábitos de trabajo, están cobrando una preeminencia creciente
entre las habilidades técnicas (porque generan mayor productividad). Además de
lo dicho, la preparación para el mundo del trabajo, que se muestra sumamente
cambiante, requiere gran flexibilidad y adaptabilidad. Por lo tanto, se debe
poner gran énfasis en la capacitación básica que incluya lectura y
escritura, habilidades comunicativas, lógica, argumentación, matemáticas,
ciencias y aplicaciones tecnológicas generales para que se puedan adaptar a la
realidad cambiante, a lo largo de la vida laboralmente útil, lo mismo que para
participar, como ciudadanos, en las diversas decisiones que afectan su vida
personal y social (...). Son actividades cognitivas necesarias: el pensamiento conceptual con raciocinio
abstracto, la capacidad de manipular modelos mentalmente; la codificación y
decodificación verbal y escrita de la imagen; la creatividad y sensibilidad,
las habilidades innovadoras”. (Orbegozo, 1996).
133.
“El énfasis en nuestros programas (relativos al sector
de la economía “no-formal”) debería ser el de promover las destrezas y
actitudes “generales”, para que tengan también una oportunidad, dentro del
sector “no-formal” para acceder a las modalidades de producción más humanas,
sin debilitar las habilidades “específicas” que contribuyen directamente a la
productividad y que permiten a los egresados de estos programas crear sus
propias empresas y, por tanto, generar empleos para otros” (Orbegozo, 1996).
134.
“Para responder a las necesidades y urgencias de los
pobres, la educación debe ser también, cada vez más, una educación popular: 1. Dirigida a aquellos que tienen menos
oportunidades para desarrollar todas sus posibilidades en las existentes. 2. Que parta de la realidad concreta del
grupo específico de jóvenes. 3. Que
ayude a valorar, rescatar y recrear las culturas populares y su propia
historia, como fuerza de identidad. 4.
Que logre hacer de ellos sujetos históricos de su propia autonomía y
realización. 5. Que se inscriba en un
horizonte de construcción de nuevas utopías sociales y de nuevos paradigmas de
convivencia humana en la justicia y la solidaridad” (Peresson Tonelli, 2000).
135.
Nuestra educación “debe ser una educación en y para
el trabajo: para un mundo cada vez más técnico y en el cual el trabajo
humano es cada vez más material” (Cf. UNESCO, La Educación encierra un tesoro).
Para una sociedad en la que el trabajo, como garantía de vida, está cada vez
más fuera del alcance de muchísimas personas , especialmente los jóvenes; un
trabajo que sea orientado hacia el desarrollo a escala humana (...) en el cual
el trabajo digno sea un derecho garantizado para todos” (Peresson Tonelli,
2000).
136.
“La educación profesional requiere, por encima
del dominio operacional de determinados quehaceres, la comprensión global del
proceso productivo, la apropiación del saber tecnológico, la valoración de la
cultura del trabajo, el desarrollo del espíritu emprendedor y de iniciativa, lo
mismo que la movilización de los valores necesarios para la toma de decisiones
con autonomía (Indic. CEE/Br 08/2000).
137.
“Los principios orientadores de una nueva educación
profesional, en vista de la elaboración de proyectos pedagógicos y
de nuevos currículos, de la elaboración de planes de curso sobre
el respeto a los valores estéticos, políticos, éticos, a saber: 1. La Estética de la Sensibilidad orienta hacia una organización curricular
de acuerdo con los valores que fomentan la creatividad, el espíritu inventivo y
la libertad de expresión, la curiosidad por lo inusitado y la afectividad, para
facilitar la constitución de identidades capaces de soportar la inquietud,
convivir con lo incierto, lo imprevisible y lo diferente. Está relacionada directamente con los
conceptos de calidad y de respeto al otro, lo que implica el desarrollo de una
cultura del trabajo centrada en el gusto por el trabajo bien hecho y
terminado. 2. La Política de la
Igualdad enfrenta la educación profesional en la conjunción de dos derechos
fundamentales del ciudadano: a la
educación y al trabajo, cuyo ejercicio permite a las personas proveer a su
propia subsistencia y con ella alcanzar la dignidad, el auto-respeto y el reconocimiento
social como seres productivos. La Política de la Igualdad impone a la educación
profesional la constitución de valores de mérito, competencia y calidad de
resultados como los rumbos de la competitividad en el mercado del trabajo. De
otro lado, ella misma conduce a la superación de las varias formas de
discriminación y de privilegios en el ámbito del trabajo, lo mismo que al
énfasis en los valores de la solidaridad, del trabajo en equipo, de la
responsabilidad y del respeto al bien común.
3. La Etica de la Identidad se centra en la constitución de
competencias que orienten el desarrollo de la autonomía en la gerencia de la
vida profesional y de sus itinerarios de profesionalización, en las condiciones
de monitorear los desempeños, juzgar las competencias, trabajar en equipos,
elegir y tomar decisiones, discernir y prever resultados de las distintas
alternativas, proponer y resolver problemas y desafíos, como también prevenir
disfunciones y corregirlas. La Etica de
la Identidad supone trabajo continuo y permanente con los valores de la
competencia, el mérito, la capacidad de hacer bien hecho, en contraposición a
los favoritismos, privilegios y discriminaciones de cualquier orden y especie,
fundados testimonios de solidaridad, responsabilidad, integridad y respeto al
bien común” (Indic. CEE/Br, 08/2000). (500).
138.
“Para que el joven o el trabajador se prepare a
mantenerse en actividad productiva y generadora de renta en contextos
socio-económicos cambiantes e inestables, en una sociedad cada vez más compleja
y dinámica en sus descubrimientos y transformaciones, y más exigente de calidad
y de productividad, se necesitará desarrollar sus competencias para la laborabilidad,
entendida como posibilidad e intencionalidad de transformar la competencia en
trabajo productivo, y competencia profesional entendida como “capacidad de
movilizar, articular y poner en acción los valores, conocimientos y habilidades
necesarios para el desempeño eficiente y eficaz de las actividades requeridas
por la naturaleza del trabajo” (Res. CNE/CEP/Br, 04/99, art.6; Indic. CEE/Br, 08/2000).
139.
“Existen algunos movimientos e iniciativas que, aunque
minoritarios, tienen una fuerte incidencia porque expresan relaciones nuevas y
anticipan criterios nuevos de solidaridad: la asociación privada para el
comercio justo y solidario, el movimiento de familias que se empeñan en vivir
con lo suficiente evitando los gastos superfluos, el voluntariado”
(Vecchi, 1997).
140.
Como la respuesta a las necesidades de los más pobres,
del mundo del trabajo, de la cultura
popular (...) todavía es insuficiente (Cumbayá, 1994) se hace necesario
mantener las escuelas nocturnas y profesionales para los menos favorecidos
(BRE, 1998).
141.
En general, hay formación y cualificación profesional
(básica) en las obras sociales (BPA, 1998). Hay, entre tanto, necesidad de
incrementar el servicio de educación profesional (a nivel técnico) (Cumbayá, 1994).
142.
“Toda la finalidad ético-política y moral que le
atribuimos a la educación aparece profundamente incompleta y probablemente
vacía y frustrada si no se empapa de una dimensión programática densa y
significativa” (Orbegozo, 1996).
143.
No basta tener oficinas; es necesario : 1. Encauzar hacia el trabajo (BRE,
1998). 2. Mantener un diálogo con la
cultura contemporánea y el mundo del trabajo, lo mismo que 3. Promover la integración de la fe en el
mundo del trabajo (Cumbayá, 1994).
144.
Desarrollar una gestión escolar que: 1. Responda a las necesidades más urgentes
de los jóvenes de los ambientes populares.
2. Atienda a los criterios de relevancia, efectividad, eficacia y
eficiencia. 3. Responda a los desafíos
de las cultura emergentes (Cumbayá, 1994).
145.
“Un criterio básico para la organización de un curso
profesional es que la escuela tenga una visión prospectiva teniendo en
cuenta las transformaciones en curso y las tendencias y escenarios de futuro,
para que su organización y planeación se mantengan útiles para los ciudadanos,
las empresas y la sociedad” (Indic.
CEE/Br. 08/2000).
146.
“Solo se aprende a trabajar trabajando... Se
trata de enseñar a aprender, enseñar a aprovechar bien el tiempo, para ser
disciplinado, responsable y organizado, para trabajar cooperativamente, para
resolver creativamente los problemas, a seguir instrucciones y procesos, para
buscar la calidad en los productos, para valorar al trabajador y reconocer que
el trabajo debe estar siempre al servicio de la persona humana” (Orbegozo,
1996).
147.
“Existe un acuerdo generalizado sobre la estrategia
general para facilitar el empleo en “el sector moderno” de la economía: una educación
básica para todos de igual calidad, que confiera tanto las destrezas
académicas como el aprecio al trabajo y destrezas básicas para encontrar un
empleo productivo y desarrollarse en el mundo laboral, pudiendo continuar
avanzando entre el mundo de la educación y el mundo del trabajo” (Orbegozo,
1996).
148.
Nuestros procesos educativo pastorales de la escuela se
debe hacer énfasis en la formación no formal, a partir de y para el mundo del
trabajo, la comunicación, la cultura y la educación popular (CIEC, 1996;
Quito, 1996) de modo que los jóvenes puedan darle sentido y dignidad a sus
vidas (Cumbayá, 1994).
149.
Se promuevan convenios con empresas para que sea
viable la educación de todos con equidad y, para que sea posible la integración
de los alumnos en el mundo del trabajo y la actualización permanente de los
educadores sociales (CIEC, 1996).
150.
Se amplíe la educación no-formal
(alfabetización, capacitación básica para el trabajo, la formación de micro
empresas, educación a distancia (Cumbayá, 1994; CIEC, 1996).
151.
Haya mayor inversión en salesianos que se hagan
presentes entre los jóvenes del mundo del trabajo (BCG, 1998) y se invierta
también en la formación de Educadores Sociales (BSP, 1998).
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